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Tengamos un hijo por HuMi-ChaN

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Les restaban tan sólo tres días de práctica antes de tener que ir al hospital, con Sakura de nuevo.

Sin embargo, habían encontrado ya una manera más práctica de practicar.

Puesto que era tan sólo Naruto quién aun no lograba mantener la concentración, Sasuke se dedicó a ayudarle para que lo lograra.

En esos tres días, lo intentaron un mínimo de diez veces. En las cuales fracasaron ocho. Pero, por fin, después de mucho entrenamiento (retomando todo lo que Jiraiya le había enseñado para realizar sus técnicas, sobre concentrarse), Naruto logró mantener el jutsu por un tiempo apropiado.

Lo que ellos no sabían, era que, durante el tratamiento para el ciclo menstrual de Naruto, les esperaba una semana bastante pesada; y muy, muy estresante

Sakura ni siquiera dijo palabra alguna. Se limitó tan sólo a hacer su trabajo.

Todas las explicaciones que les habían sido dadas, ahora era problema de Naruto si no era capaz de recordarlas.

+--+ 

Se encontraba ahora, retorciéndose de un dolor intenso que se centraba tan sólo en su vientre bajo. Jamás en su vida había sentido un dolor tan frustrante; ni siquiera cuando le enterraron un kunai en la mano.

-Deja de gritar, Naruto!-

-Cállate! Cállate y consígueme drogas, o terminaré haciendo como samurai, me haré el seppuku, y te quedaras sin bebé!- Estaba tirado en el sillón, hecho bolita, sin la más mínima intensión de ponerse de pie. Incluso podía sentir que casi había empezado a llorar. -A mi nadie me dijo que tendría que soportar esto...-

-A mi nadie me dijo que eras tan delicado...-

-En este momento soy una chica. Además, no tienes derecho a decir nada hasta que te toque pasar por algo como esto!- Se señaló la entrepierna, sin separar las rodillas.- Siento que si me muevo, me partiré por la mitad.

Además, todavía no se me quita el dolor de culo!-

-...Cállate.-

-No te prometo nada...-

El dolor disminuyó un poco y se decidió a ponerse de pie para ir al baño. Tenía la impresión de que, si no iba, terminaría dejando un charco sobre el cojín del sillón.

Sin embargo, el que se hubiera ido de la sala, no libró a Sasuke de sus gritos desesperados y sus sollozos.

Aunado al hecho de que el baño casi se tapa, el cesto de basura era un asco, Naruto no dejaba de desperdiciar toallas, comprar los llamados tampones había sido un desperdicio ya que el rubio no se atrevía a usarlos por pánico, no lo dejaba dormir por sus dramas, se le iba y le venía el hambre sin sentido, se deprimía con que le dijera idiota, tomaba cantidades descomunales de agua, se molestaba por el calor, se molestaba por el aire, no quería moverse, se apenaba de repente y de la nada, no salía del baño, abecés ni le hablaba, le daban crisis, se quería bañar cada tres horas, gritaba cada minuto que sentía que alguna parte del cuerpo se le iba a caer y como si los intestinos se le salieran al orinar y que todo, TODO le dolía.

Sasuke estuvo a punto de salir corriendo, volverse loco, y colgarse del arrepentimiento por no esperar a que apareciera una "chica" que fuera capaz de tener a sus hijos.

Esa, definitivamente sería una semana muy, muy larga.

Una semana en la que, ni siquiera podría dormir.

Para cuando los siete días y medio hubieron terminado, la expresión en la cara del Uchiha era muy parecida a la de su difunto hermano; las ojeras le rodeaban por completo los parpados, y estaba más irritado que el propio Naruto con sus cambios hormonales.

De repente, una admiración enorme hacía las mujeres le invadió. Y le atacó una aun mas grande hacía los hombres casados...

Sería quizá su falta de experiencia, o la irregularidad de la situación, pero todo le había parecido muy drástico.

Había visto a las chicas todo el tiempo y jamás las había visto con ataques de histeria bipolar como los que le daban a Naruto.

-¿Y qué haces para que no te duela?-

-existen pastillas, unas mas buenas que otras. También puedes usar compresas calientes, pero eso es menos recomendable.-

-¿Por qué?-

-Porque, hay mitos que dicen que el calor te coagula la sangre, y eso puede ocasionarte cáncer. No sé si sea cierto, pero mas vale prevenir ¿no?-

-Supongo...-

Al tercer día, la rubia lucía un poco mas calmada. Incluso había ido por Karin para que le ayudara.

Aunque parecía que 'la chica' aún no comprendía del todo su situación, bien se notaba que no le importaba demasiado.

Naruto era fuerte.

Era su estilo ser escandalosos, por eso hacía tanto drama pero, aun así, Sasuke no sabía si él hubiese sido capaz de soportar todo aquello.

Quizá jamás lo iba a volver a necesitar, pero Naruto aprendió a poner una toalla, a andar aunque sintiera que orinaba todo el tiempo, sobre todo si se encontraba de pie. Aun no lograba no manchar las sabanas..Pero no usaba mucha ropa para dormir, y ella no lavaba, así que por ahora, no era tan importante.

Las chicas le habían enseñado qué era lo que debía comer o no comer para que el dolor no fuese tan fuerte. El ramen quedó descartado por completo.

-Nada de comida condimentada por el momento.-

Por ello si que armó un verdadero berrinche. Pero terminó resignándose.

Se acostumbró un poco (aunque no dejaba de desperdiciar), pero ni siquiera tuvo tiempo de adaptarse por completo.

Antes de que pudiera acabar de quejarse de su "doloroso sufrimiento", la semana había terminado. Había sido la semana mas larga de su vida, pero había terminado antes de que siquiera lo notara.

Ciertamente, había aprendido un sin fin de cosas que, si tuviera una hija, la admiraría y trataría de hacer su vida mas fácil.

Sobre todo, no la molestaría cuando tuviera su periodo...

Una vez que la endemoniada semana hubo terminado, tuvieron que ir de nuevo al hospital, para saber si todo estaba bien.

Después de largas revisiones, varios ecos, que Sakura llenara su extraña "bitácora", Naruto y Sasuke fueron libres de irse a casa.

Al llegar, una extraña tranquilidad se apoderaba de todo. Casi como si el tiempo se hubiese detenido.

-Tu cabello, me gusta mas cuando está corto- Le dijo a la rubia que, molesta se hacía las coletas hacía atrás.

-Pero es que tú eres raro.- lo miró con desprecio, después se sonrieron

¿Todo estaba bien ahora?

Naruto debía permanecer como chica todo aquel tiempo pero, aun así, ambos deseaban tomarse un par de días antes de comenzar con el último paso.

Era ya, el último respiro de su tortura pre-bebé.

Cansados ya de todo, tanto como Naruto jamás pensó estarlo, Sasuke le permitió quedarse en su cama aquella noche. Y es que, a fin de cuentas, además de que su presencia le agradaba, el olor que emanaba la rubia era, de alguna u otra forma extraña, tranquilizante y reconfortante.

Tanto que, inevitablemente, terminaban siempre mezclando brazos y piernas en un "abrazo inusual" durante la noche.

x_O x_O x_O x_O x_O x_O x_O x_O x_O x_O x_O x_O x_O x_O x_O x_O x_O x_O x_O x_O

Notas finales:

Acabo de darme cuenta... la verdad es que me divierto escribiendo este fic xDDD
No he estado actualizandolo porque no se me ocurre absolutamente nada O___O (para qué mentir cuando es la pura verdad?) Me he estado centrando en Relaciones de una noche que se continúa en mi cuenta de FF... tampoco he actualizado, pero al menos he encontrado cómo seguir escribiendola o__o
Intentaré progresar con esta para no dejarla estancada aquí también DD;

Gracias a quines siguen leyendo y me da ánimos :D Se les quiere~ 


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