Las mañanas pasaban tranquilas, las noches se habían vuelto más frescas. Las personas habían dejado de prestarle tanta atención a que Naruto se paseara todo el día como una rubia ruidosa de apariencia sensual al lado del Uchiha, que no perdía la seriedad; pues era lo mismo de siempre.
Todo parecía de nuevo, plenamente normal...
Sin embargo, había un inconveniente que nadie en absoluto conocía: Sasuke y Naruto, no tenían ganas de tener sexo.
¿Cómo hacer bebés sin sexo? Era obvio que no se podía; pero tanto entrenamiento los había dejado secos. Y no porque no se sintiera bien; incluso se habían olvidado de lo extraño que podía resultar.
Simplemente, los días eran tranquilos, pacíficos y entretenidos y no había ninguna razón para tener sexo. Claro...Si se descartaba el ferviente deseo de hacer nacer ese bebé.
Cada que alguno de los enterados mencionaba y/o preguntaba algo al respecto, Sasuke se hacía el indiferente, y Naruto se reía de forma nerviosa antes de cambiar el tema.
No querían siquiera pensar en ello.
-Que frustración...-
-Creí que habías dicho que te gustaba que lloviera-
-Amo cuando llueve! Odio cuando evapora. Cuando llueve, el clima está fresco, todo se siente limpio.-
-Sabes que no puede llover si no evapora, verdad?-
-Claro que lo sé! si no soy tonto.-
-No...Eres tonta...-
-Idiota.- Naruto se encontraba boca arriba, rogando por algo del frescor que se colaba a sorbos pequeños por la ventana, se giró para darle la espalda al Uchiha. Lo que provocó una sonrisa en el azabache, por la curiosamente inacabable molestia infantil que el Uzumaki mostraba cada vez que se sentía insultado y/u ofendido.
No necesitaban sexo. En aquellos momentos caía en la cuenta que, ni siquiera necesitaba hijos para si; él moriría y ya no sabría nada de nada. Podría ser egoísta y dejar que el sharingan se convirtiera en una leyenda incierta cuando muriera. A él le bastaban aquellos momentos, porque era entonces cuando podía respirar paz y tranquilidad.
Eh incluso aspirar a aquella punzada ligera y eufórica de algo que parecía estar cercano a la felicidad... Aquello que le estuvo privado hasta que conoció a aquel rubio insoportable.
No necesitaba ni sexo, ni hijos, ni clan nuevo, ni siquiera futuro, cuando podía simplemente sonreír y abrazarse a las caderas de la rubia, que nunca le rehuía aquel gesto.
Y a Naruto le bastaba saber y sentir que, ahora, Sasuke se encontraba bien.
Muchas personas trabajan mucho mejor bajo presión. Eso había escuchado Naruto alguna vez, en algún sitio, de alguna persona.
De buenas a primeras, no lo había entendido del todo; y seguía sin comprenderlo realmente, porque no lo consideraba necesario.
Los días iban pasando uno a uno y, pese a que parecían largos e interminables, puesto que la tranquilidad los invadía, no se detenían. Sasuke era conciente de ello.
Sabía que no se iban a detener por mucha paz que estuvieran sintiendo y no tuvieran ganas de hacer nada.
El tiempo no sería benevolente con su situación.
No es que fuera impotente, ni mucho menos que hubiese olvidado su deber y sus deseos... Pero, por una vez en su vida de shinobi, le hubiese gustado que aquella paz durase para siempre.
Al mal tiempo, darle prisa.
Naruto había, alguna vez, de algún modo, escuchado esa expresión y, aunque le parecía curiosa, tampoco la había entendido del todo. Por ende, no le había tomado mucha importancia.
No le molestaba ya, pasarse los días hecho una chica; se había acostumbrado a los atributos, y la gente se había acostumbrado a mirarle así. Era bueno que se acostumbrara a ese cuerpo, ya que tendría que pasar aproximadamente diez meses con él.
Sasuke sabía que aquello, mas que algo certero, era un experimento; pero las posibilidades de triunfo eran extremadamente altas, si todo se llevaba de acuerdo al "plan".
Plan imaginario que se habían impuesto en algún punto de aquella extraña travesía.
Así pues, si bien sabía que no era la única oportunidad que tenía para hacerlo, también sabía a la perfección, que no era conveniente esperar otro mes entero. No se sabía qué podía pasar en el transcurso de un mes.
Cría cuervos, y algún día te sacaran los ojos.
No tenía la más remota idea de qué significaba aquello, pero la palabra "criar" había divagado por su mente con mucha frecuencia aquellos últimos días.
El tiempo se terminaba y todos aquellos refranes absurdos se aglomeraban contra su cabeza.
Los días se esfumaban como agua entre sus dedos. Parecía que iban despacio, pero cuando menos lo pensó, una semana entera se había terminado.
Había que hacer las cosas rápido y bien. Durante todos aquello días, no se pasaron una sola vez por el hospital. Sakura había estado siendo evitada.
No que no quisieran verla! Pero ya sabían lo que debían hacer; no que necesitaran que ella se los estuviese recordando.
No que Sasuke no quisiera tener sexo con Naruto; porque no era para nada fea.
No que Naruto rehuyera tener sexo con Sasuke; pues ya lo habían hecho... Incluso de una forma no muy "apropiada".
Pero ¡Era tanta la tranquilidad! que tan sólo obligando la motivación aquello saldría.
Habían estado sufriendo por nada; una vez en el punto adecuado, los instintos se encargarían del resto.
El inconveniente estaba... ¿Quién daría el paso?
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