Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Una apuesta sin sentido por Paz

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno... encontré un momento para escribir este capítulo y me fue tan bien que tambien concluí el siguiente, podía haber sido uno solo, pero preferí completarlo en otro capítulo.

Una apuesta sin sentido

 

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen

 

By Paz

 

Capítulo 4: Un uke se concede una gratificación anticipada

 

 

 

Todo había ocurrido tal como el esperaba, cuando Hanamichi y Mitsui fueron a recogerlos se quedaron muy sorprendidos cuando Sendoh les pidió un aparte para reclamarles su premio.

 

-Teníais razón, yo estaba equivocado –comentó Sendoh, no iba a decirles que no recordaba que había pasado la noche anterior, porque las punzadas de dolor que sentía en su trasero, eran prueba evidente que Rukawa había invertido la apuesta a su favor, le satisfizo verles cabizbajos aceptando su derrota, en ese mismo instante concertaron un día para cumplir con su parte del trato.

 

Durante el trayecto en tren, Hanamichi e Hisashi dijeron que todo había sucedido tal como se había pensado que pasaría. Estaban tan entusiasmados con jugársela a Sendoh que Hisashi no se fijó en el suave rubor que tenían las mejillas de su koi, ni Hanamichi en el suyo cuyos ojos brillaban con intensa satisfacción cuando se enteró que la noche del viernes era el día señalado para verse con Sendoh porque aquel iba a ser un fin de semana memorable.

 

Se regocijo al saberlo.

 

***********************

 

Podía decirse que su comportamiento no fue ético, pero en el amor y en la guerra todo valía, por ese motivo, no había tenido ningún empacho en conseguir la noche que pasó en casa de Sendoh un molde de todas sus llaves, sabía que un futuro próximo podían serle útiles.

 

Durante los siguientes días anteriores al encuentro de Sendoh con Mitsui y Hanamichi, él había llevado a cabo una serie de tareas que si bien le había costado justificar ante su pareja finalmente había dado sus frutos.

 

Con la asistencia del vendedor del sex-shop había conseguido una serie de utensilios muy útiles para lo que se proponía llevar a cabo durante el fin de semana y para no estar cargando con ellos, había tenido la previsión de guardarlos en la propia casa de Sendoh, en un lugar, en el que había comprobado que el no parecía utilizar a menudo. Era irónico pensar que Sendoh estaba resultándole tan útil sin él saberlo.

 

En ese instante, los tres protagonistas que habían iniciado aquella apuesta estaban sin saberlo en sus manos. Sabía que su koi no se resistiría a comer chocolate, por ese motivo había comprado una caja y uno a uno les fue inyectando escopolamina, en dosis diminutas para que no fueran a sufrir una sobredosis, si los comían en exceso.

 

Ese no fue el caso y tal como esperaba cuando silenciosamente penetró en la vivienda los tres estaban inconscientes en mitad de la sala, sobre la mesa quedaban los restos de su cena, observó que la caja de bombones estaba vacía. Ninguno de ellos se había resistido al chocolate.

 

De sus continuas visitas durante esa semana conocía la distribución de la vivienda, además de conocer la costumbre de Sendoh de dejar abierta la ventana de su dormitorio, pensando tal vez que como estaba en la parte de atrás, nadie que pasara por delante lo vería, lo que no le fue complicado aprovechar que ellos estaban cenando para desde allí trasladarse al dormitorio que había ocupado él y Kogure. En ese instante ni siquiera estaba dispuesto para ocupar, Sendoh iba a llevarles directamente al suyo, se preguntó si su idea era mantener un trío. Si así era sus planes iban a sufrir un gran cambio, pues él venia dispuesto a concluir lo que habían empezado el viernes pasado.

 

Bajo los efectos de la droga, ninguno de ellos fue consciente de su presencia, tampoco reaccionaron cuando los desnudo por completo y los acomodó de forma que pareciera que habían tenido sexo entre si, pero no sin antes darles marcha para que no tuvieran dudas que lo hubieran hecho entre ellos.

 

Se apresuró a marchar, porque el efecto no tardaría en desaparecer.

 

Cuando volvió a su apartamento, Kogure se había quedado dormido en el sofá, le había dicho que salía a dar una vuelta por el barrio y se había demorado más de tres horas, sin embargo, le vió dormir tan plácidamente que no le despertó, en cambio, le tomó en sus brazos llevándole a la habitación que solía ocupar cuando Hanamichi y Mitsui se entretenían en exceso contándose sus supuestas batallitas amorosas que ninguno de los dos se creía, pero que disfrutaban presumiendo de sus respectivos logros. Ellos acababan dejándoles solos porque sabían que se les hacia tarde para ir a su casa, lo que ocurría a menudo.

 

Aflojó toda su ropa para que durmiera cómodo, mientras lo hacia pensó que era una tontería dejarle dormir vestido y con cuidado fue quitándole toda la ropa hasta dejarle solo con el slip, después de todo ya le había visto desnudo por completo.

 

Se le veía tan tierno dormido, que no resistió y su mano se deslizó suavemente por su mejilla.

 

-Hisashi… -murmuró en sueños.

 

Se inclinó a horcajadas sobre él, quedando su rostro sobre el suyo sin llegar a tocarle, se le veía tan tierno, tan adorable, por ello no resistió el deseo de probar el sabor de sus labios, su cálido aliento le rozó como una suave brisa cuando quedó a escasos milímetros de su boca. Acortó la distancia al posarse sobre ellos,  fue un beso suave, lento, el suspiro que escapó de entre los labios le permitieron saborearle, sabía a menta, su lengua se adentró con impaciencia dentro de su boca, la respuesta de su cuerpo le maravilló, aún dormido respondía a su caricia con gemiditos que sonaban muy eróticos a sus oídos.

 

Llevó su mano a su entrepierna sin dejar de besarle, durante un segundo se inmovilizó sobre la tela del slip, estaba tan hinchado que la apretura de la tela debía serle molesto, con desgana se apartó de su dulce boca.

 

Sus ojos se abrieron cuando su miembro saltó con vigor al ser liberado de su prisión, la vez anterior no se había fijado en su forma, ahora lo observó durante unos segundos, era corto, pero el grosor era lo suficiente para satisfacerle, sus dedos se cerraron en torno a él, moviéndoles desde la base a la cabeza regordeta. Los gemidos de Kogure se hicieron más profundos, más intensos al calor de sus movimientos.

 

Se hundió en la profundidad de su boca, retornando a su tibieza, sentía como temblaba al ardor de sus caricias, enardecido sus labios se apartaron de su boca y descendieron por su cuerpo dejando una humedad caliente alrededor de sus pezones a los que dejo sobre excitados.

 

Continuo descendiendo más y más hasta alcanzar esa gloriosa obra de la naturaleza, esa torre erguida y majestuosa, sus labios y su lengua fueron dejando un rastro húmedo alrededor de ella, girando y ascendiendo hasta alcanzar la cima que rezumaba, le dio una rápida lamida que estremeció al chico más no despertó, viéndole pensó que debía estar creyendo que soñaba.

 

Distendió sus labios alrededor de su cabeza y despacio fue tragándole, hundiéndole hasta su garganta, rozándole apenas con sus dientes, moviendo su lengua para humedecerle, era delicioso escuchar los gemidos que dejaba escapar y como apretaba sus dedos contra la tela, estaba tan caliente, tan excitado que no le sorprendió cuando algunos minutos después su cuerpo se relajaba cuando expulsó con prodigalidad su esencia.

 

Con cuidado, le acomodó el slip y le cubrió dejándole descansar, una tierna sonrisa de satisfacción adornaba su rostro, se veía tan lindo que sintió deseos de cogerle, más por esa noche ya había tenido suficiente.

 

Se dirigió al aseo y allí bajo el chorro de agua caliente se masturbó hasta liberar la tensión de su cuerpo.

 

Aquella había sido una noche muy provechosa se dijo acostándose en su futon y aunque extrañaba la compañía de Hanamichi, tuvo un último pensamiento muy placentero, podía dejar que su koi le cogiera siempre que quisiera, porque él también tenía medios para coger a los demás.

 

Continúa en el próximo capítulo…

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Lo sé.. me diréis esta imcompleto, falta lo mejor, ¿Qué pasó con esos tres? ... si el lunes puedo actualizar, tendréis la respuesta.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).