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RECUPERANDO EL CORAZON por sunshine1

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Notas del capitulo:

Este capitulo en l personal me quedo tal y como esperaba....ademas el esperado lemon.

 

Capitulo 4 Magia sobre magia.

 

 

 

Habían regresado caminando después de haber estado "observando las luces desde el puente" mientras se acariciaban y besaban con descaro.

 

Kazuki portaba un kimono  de  seda en color ojo, con vivos dorados y negros, que se deslizaba  sensualmente  por sus hombros.

 Reía divertidamente por los besos y caricias y cosquillas que le hacia el poseedor del Jagan sobre su cuello, hombro izquierdo  y espalda.

 Intentando varias veces por introducir la llave en la cerradura para que se abriera la puerta.

 

Uno que otro habitante de la fortaleza pasó al lado de la pareja que estaba sumergida en su propio mundo. Haciéndose a un lado, algunos criticando, otros riendo y mas de uno envidiándolos.

 

Por fin lograron entrar trastabillando y cayendo Mido sobre Kazuki, quien lejos de quejarse le llevo los brazos alrededor del cuello y después de hundirse en su mirada azul profundo, empezó a besarle dulcemente para después hacerlo apasionadamente.

 

 

 

 

 

 

Conforme continuaban los besos estos iban en aumento de pasión y rudeza, y la lucha por ver quien dominaba  al otro.

Mido disfrutaba del enfrentamiento, aunque ni muerto permitiría ser dominado era parte de su personalidad.

Solo se sometería mientras se  dejaba  seducir, pero nunca mas allá.

 

 

Debido al esfuerzo de Mido de sujetarle ambas muñecas sobre cabeza del maestro de los hilos mostraba ya sus hombros y parte de su espalda desnudas  así como parte de su torso, haciéndole cada vez mas apetecible a los ojos del poseedor del jagan. Sin embargo cuando la victoria se veía tan cercana, se logro soltar y trastabillando en cuatro pisando la tela del kimono en su carrera, se alejo riendo, al  ver que no le atrapaba Ban  que aunque se estiro lo máximo se quedo tirado en el suelo.

 

 

El pelilargo se metió en la cama aun riendo a carcajadas cuando fue alcanzado por el telépata, quien con un gesto de frustración se lanzo sobre aquel que aparentaba ser una presa fácil.

 

 

El jugueteo de dominar y ser dominado mezclado con una variedad de besos, llevo a la pareja a prolongar el momento de concluir el momento de la pasión hasta ya muy entrada la noche.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Jubei  paso por la casa de su  ex amante, cuando vio salir a Mido. Un sentimiento extraño mezcla de tristeza y celos le embargo. Sin embargo continúo su camino. Rara vez el maestro de las agujas andaba por los corredores de la fortaleza ilimitada  a media mañana. Y mucho menos pasaría por la casa de su ex amante, pero ese día necesitaba ir a comprar material para poder dar unas terapias que tenía programadas.

 

 

 

En su camino se topo  con Shido que esa mañana iba a desayunar con su antiguo camarada Emishi.

 

-Shido. Fue su saludo.

 

- Es verdad que vas a tener una cita con Ginji? Pregunto el maestro de las bestias sin más preámbulos.

 

- Si, como lo sabes? Respondió con un tono de sorpresa.

 

- Las noticias vuelan. Externo con una mueca que  simulaba una sonrisa. Mientras levantaba en su brazo derecho un cuervo negro.

 

- Shido puedo pedirte un favor?.

 

- Un favor?

 

- Tengo una lista que hice anoche sobre posibles lugares donde puedo llevar a Ginji, la puedes ver y darme mi opinión.

 

El maestro de las bestias tomo la lista. Jubei observaba ansioso la respuesta de su ex compañero de los volts.

Shido  observaba la lista y en forma alterna  observaba a Jubei, lista, Jubei.

 

Y sin razón aparente  empezó a reírse a tal grado se tiro al piso revolcándose   que hasta las lagrimas salían de sus ojos.

 

El medico, no podía entender la razón de la actitud de su ex compañero.

 

-Jubei. Externo una vez que se calmo. Mientras  secaba las lágrimas de sus ojos.

 

- Es la única  cita que  planeas tener? Pregunto recobrando la compostura.

 

- No, es la  primera.

 

-Jubei que ves en Ginji? Pregunto esforzándose  por no volver a reírse frente al otro.

 

- Es un  joven lindo, muy tierno, es encantador.....

 

-Realmente te interesa verdad Kakei? Pregunto después de respirar profundo, su ex compañero lo tomaba todo muy en serio.

 

- Si ya te lo dije....

 

- Entonces si piensas seguirlo viendo rompe la   lista que  hiciste. Ginji es un autentico idiota  además que de cultura sabe tanto como de matemáticas, no sabe nada si lo llevas a un concierto o un museo como planeas, será la primera y única cita.

 

- Y segundo un consejo Jubei!

 

El maestro de las agujas no respondió, solo observo con tristeza la lista en la que se había esmerado tanto. Después  rodó la mirada hacia Shido curioso en lo que el maestro de las bestias comentaría.

 

- El corazón de Ginji  fue roto por el bastardo mal nacido de Ban Mido....

 

-Pero cada pedazo de su corazón le pertenece a Ban Mido. Y si realmente te interesa Ginji tendrás  que esforzarte mucho para poder  sanar su corazón y que te ame.

 

- Lo lograre ya lo veras. Y sin decir más se retiro para continuar su camino hacia Shinjuko.

 

 

 

 

 

Después de comprar lo que necesitaba, se quedo viendo atentamente un aparador donde pensó podría haber algo que llamara la atención del rubio y después de meditarlo unos minutos entro al local. El no era el tipo de hombre que hacia cosas por impulso, sin embargo se esforzó en tratar de pensar como lo haría un niño. Y al menos si el tuviera unos doce años,  al parecer  la edad mental de su antiguo líder, se emocionaría con algo así.

 

Busco en el local, hasta encontrar lo mejor, después de todo para el medico de la familia Fuuchoin el dinero no era un obstáculo, trabajaba y aunque cobraba con modestia tenia tantos pacientes que su economía le permitía disfrutar de ciertos lujos.

 

 

Después de observar detenidamente lo vio fue un amor a primera vista de color rojo brillante, hermoso y tentador. Lo compro y salio con aquella caja y un manual de instrucciones esperando resumirla para que el chico la comprendiera a la perfección.

 

 

 

 

 

El domingo Ginji estaba mas que listo, aunque en su corazón habían  emociones encontradas por un lado  deseaba salir del hoyo mental y emocional en el que se encontraba  y esta cita era una gran oportunidad y por otro lado, tenia temor a que si Ban dejaba de ser el primero en su vida, solo quedaría un hueco que nada podría llenar y se sentiría vacío. Se sentiría como una dona.

 

- Ah suspiro. Sabía que su vida no tenía ningún sentido, estaba destrozado y sin embargo era un tonto que no quería salir de allí.

 

El rubio vio la hora, eran las diez de la mañana sabia que en cualquier momento el medico llegaría por El.  Ya estaba medio vestido, se coloco la playera blanca y se coloco el pantalón, el de costumbre aquel de gabardina color arena, era evidente que su guarda ropa era muy escaso, por un lado la mala economía y por otra nunca se había preocupado mucho por su apariencia, hasta el día de hoy  que quería verse bien para el maestro de las agujas. Como empezaba a sentirse algo de frío tomo su chamarra con buzo de color verde a cuadros.

 

Pero con lo que tenía, no era posible pedir peras al olmo y pues  se vistió como de costumbre.

 

 

 

Jubei llego puntual como siempre  el joven lo vio y casi le provoca una hemorragia nasal. Lucia lentes deportivos oscuros, jeans de mezclilla calzado deportivo de gamuza color arena, suéter  cuello en V de color camello y una camisa sport blanca ajustada que le hacia lucir como modelo.

 

-Hola Ginji estas listo?

 

- Si.

 

Parte del camino la charla  giro a temas triviales como el clima. Estaban en noviembre y  frío  era cuestión de rutina en cada charla.

 

El rubio se sentía lleno de curiosidad por la caja que venia envuelta en papel  rojo.

 

Llegaron al parque ecológico. El rubio se sintió cómodo había temido que lo llevaran a aun sitio en donde  no supiera como actuar, pero en el parque se sentía como en casa, caminaron hasta llegar a donde se encontraba el lago. Se sentaron en unas rocas que sobre salían y el medico abrió la caja ante la mirada curiosa del menor.

 

Para su sorpresa saco un hermoso avión de modelo antiguo, Jubei le dijo que era una copia fiel de un avión de la primera guerra mundial y que piloteaba un hombre que se hacia llamar el Barón rojo.

Después saco una caja negra con una antena y que era el radio control para poder pilotearlo.

 

Jubei había pasado parte de la noche leyendo y re leyendo  aquel manual para poder dominar el avión.

 

Así que se veía como un maestro guiando aquel juguete a control. Dejando boqui abierto al rubio y admirándolo por manejar como todo un experto.

 

 

Después  le paso en control remoto al menor y  también paso sus bien formados brazos alrededor del joven mientras le explicaba como guiar el avión.

 

El corazón del rubio se acelero ante la proximidad del atractivo hombre, lo que le costaba poder guiar el equipo, ya que en ese momento toda su atención estaba en el medico que estaba a escasos centímetros de El. Podía sentir su aroma, olía  a lima y maderas. Exquisito no había una palabra mejor que explicara un aroma tan agradable.

 

 

Después de unas horas de volar el avión, y de acalorarse bajo el sol, guardaron el avión en su caja y se fueron a buscar un lugar con sombra donde poder refrescarse y platicar. Compraron helados y una vez  relajados la platica fue mas divertida el rubio platicaba sobre anécdotas que les había pasado en las misiones, manteniendo la divertida atención del medico.

 

 

El rubio se dio cuenta que cuando se pasa el tiempo con alguien lindo las horas pasan volando, llego el atardecer y fueron al sitio en alto donde se habían encontrado por primera vez la puesta de sol.

 

Faltaba poco para anochecer el medico vio la hora  de reojo. Aunque el rubio lo noto.

 

- Es tarde verdad? Ya te tienes que ir? Pregunto el rubio. Con un tono de decepción.

 

-Pensé en que me gustaría que  fuéramos a mi casa. Externo el mayor.

 

- A tu casa?.....Si vamos a tu casa. Respondió El joven despreocupado.

 

 

Emprendieron  El rumbo caminando después de todo no había ninguna prisa.

 

 

Una vez que llegaron....

 

- Ginji te puedo pedir si me esperas un poco antes de entrar?

 

- Esta bien.

 

El medico se apresuro y entro a su casa.

 

El rubio se quedo afuera recargado en una pared. Esperando a que su amigo regresara. Observo hacia el cielo gris que se veía através de la enorme construcción de hierro y concreto.

 

Sintiendo la soledad en su corazón aquel lugar que conforme empezaban a caer las sombras le recordaban lo triste de su destino y como había perdido al hombre que amaba con toda su alma.

 

 

Conforme pasaban los minutos los recuerdos de cuanto amaba a Ban y lo mucho que aceleraba su corazón cuando estaba a su lado, como se lanzaba a su encuentro  sin importar lo que otros pensaran, aquella vez en que por su necedad por poco lo mata, y las mas de una vez que Mido  hizo hasta lo imposible por salvarle. Todo mezclado con lo que había sucedido, su separación. Era demasiado para El solo.

 

Definitivamente el estar allí solo, había sido una mala idea, una muy mala idea. 

 

- No creo ser una buena compañía mejor me voy. Se dijo en voz baja y empezaba a moverse cuando se dio cuenta que su amigo estaba a su espalda. Se escuchaba su respiración  agitada se había apresurado para ir por El.

 

 

-Ginji...Externo mientras le ponía la mano en el hombro derecho para detenerlo.

 

El rubio  al sentir al toque del mayor se detuvo y se giro hacia el con la cara baja- Lo siento Jubei...Yo.

 

El mayor lo atrajo hacia El y lo abrazo con ternura mientras lo depositaba en su pecho a la vez que se maldecía a El mismo por haberlo dejado en lo que el preparaba su sorpresa.

 

Lo llevo a su departamento mientras lo abrazaba y le sonreía con ternura. -Rayos -pensó - Yo no quiero ser solo amigo-.

 

Al entrar el rubio se sorprendió la estancia estaba solo iluminada por pequeñas velas aromáticas distribuidas en el suelo y en algunas partes en sitios en alto. En la mesa de centro había una pecera  donde flotaban pequeñas velas que simulaban flores. Todo olía  a jazmín. La habitación se veía tan hermosa, la atmosfera era increíblemente romántica. Aun  el rubio que era bastante ingenuo fue capaz de percibirla.

 

- Jubei!

 

El medico tomo un CD y lo coloco en el equipo reproductor.

 

- Espero te guste. Es música folklórica japonesa con un tono contemporáneo.

 

La música era mágica. La iluminación era mágica, el aroma era delicioso. El rubio pensó que Jubei tenía que ser una especie de mago, todo era demasiado encantador.

 

 

Jubei fue a la cocina y trajo algunos bocadillos fríos que comento El había preparado antes de salir para poder cenar. Trajo vino y le sirvió un poco al rubio mientras estaba sentado al lado de El.

 

Ginji estaba mas que deslumbrado, parecía que estuviera dentro de un cuento o una película. Su corazón se sentía acelerado.

 

El medico se aproximo mas  a El tomo una copa para vino y la extendió al joven, le dijo que antes de probarlo sintiera el aroma.

 

Jubei tomo un trago lo saboreo ante la mirada escudriñadora del menor. Después se aproximo al joven y tomándolo desprevenido, le tomo por  el mentón y  le dio un casto beso. El cual respondió el menor sin pensar.

 

Kakei observo con atención la respuesta del joven quien le sonrío dulcemente una vez que finalizo el delicioso beso.

 

Amano noto la mirada tierna y a la vez llena de dulzura y cariño en el mayor. Su mirada era hermosa con su pupilas dilatadas dando esa imagen de soñador, sus hermosos labios en espera de mas que un beso.

 

El rubio se lanzo hacia esa boca, lo deseaba, necesitaba lo besaran, necesitaba que lo tocaran, necesitaba todo su cuerpo, espíritu y alma necesitaba sentirse importante para alguien.

 

Los besos del rubio eran para alguien tan experto en el amor torpes y hasta salvajes, pero para el medico fueron medicina. Ese deseo ardiente y sincero por parte de Ginji. Le llenaba.

 

Fue difícil separar a un par de labios y bocas que se encuentran  y desean explorarse, morderse, saborearse, disfrutarse. Pero cuando lo hicieron  Jubei puso su frente en la frente del rubio mientras acariciaba el cuello y jugueteaba con algunos mechones del menor.

 

- Ginji, te deseo hacer el amor, pero si no quieres lo entenderé no te voy a forzar...

 

- Esta bien.....

 

Jubei abrazo al rubio con ternura sobre su pecho para seguirlo besando y mientras lo hacia lo cargo y lo llevo a su recamara.

 

Se puso de rodillas sobre el futon mientras iba recostando con cuidado al menor, lo seguía besando y lamiendo sus labios, el rubio abrió su boca, deseaba sentir la lengua del mayor dentro de El.

 

Mientras lo besaba el medico iba deslizando sus manos  para ir desvistiendo al joven al pasar su mano por su pecho, sintió lo acelerado que estaba el corazón del rubio. Eso le hizo sentir placer.

Era más que evidente que se deseaban uno al otro.

 

 

Al apartarse de los dulces labios del menor. La visión del menor  recostado bajo El era adictiva el joven con la boca entre abierta y los labios rojos respirando agitadamente, pidiendo Sin palabras  que continuara, el rubor de sus mejillas, su mirada dilatada que brillaba bajo la tenue luz de las velas.

 

Jubei retiro con cuidado la playera dejando al descubierto el pecho que subía y bajaba al entrar  y salir el aire. Paso los dedos de su  mano derecha recorriéndolo suavemente con cuidado, como si lo estuviera explorando. Después se fue al cuello lo envolvió con su mano, podía sentir los latidos de sus arterias. Jugueteo con cada  marca y hueco en aquella bronceada piel.

 

Hasta regresar una vez más al pecho y empezar a juguetear con la areola y pezón del rubio, cada caricia desencadenaba  un pequeño gemido involuntario de placer por parte del menor. Toda su piel pedía a gritos la recorriera.

 

El medico le volvió a besar mientras jugueteaba con los pezones y al separarse le dijo en voz baja la oído, eres tan inocente y lindo, me encantas Ginji.

 

El rubio  había cerrado los ojos sumergido  todas las  sensaciones de placer  que le daba la atmosfera y  que le daba el medico, cuando sintió un placer aun mayor, la exploración había llegado a su zona mas sensible.

 

Abrió los ojos, le estaban acariciando toda la entre pierna al principio sobre la ropa interior y después metió su suave y calida mano, debajo de la tela haciendo contacto con toda el área genital y las ingles.

 

Con cada caricia el rubio se ruborizaba y sus quejidos de placer eran más seguidos.

El medico le sonrío y se aproximo a sus labios para volver a besarle.

 

Le retiro el boxer y continuo estimulando, esa zona que cada vez estaba mas congestionada  y firme, empezaba a palpitar y gotear, el medico continuo acariciándolo y con el mismo liquido que fluía de poco a poco el masaje era cada vez mas excitante.

 

El rubio empezaba a gemir con descaro.

 

- Jubei no, voy a terminar corriéndome, estoy muy excitado. Externo ansioso.

 

- No importa solo deseo que seas feliz. Le dijo suavemente al oído.

 

- Jubei....Por favor quiero hacerlo contigo, por favor...Externo el joven en un tono suplicante.

El medico se estiro a la mesa de noche y saco un pequeño frasco y vertió un poco en sus dedos.

 

- Este es uno de los mejores lubricantes Ginji, lo disfrutaras y el dolor será pasajero.

 

La amabilidad del medico sobre el rubio era mas que manifiesta.

 

Levanto la cadera del rubio sobre un par de almohadas y lo preparo para dilatar un poco. Después se retiro el mismo la ropa.

El rubio observo el tamaño del pene de Jubei, era comparable solo con el de Shido, era muy grande. Al principio tuvo un poco de miedo pero la emoción de algo así dentro de El, aumentaba la emoción.

 

El medico se derramo un poco de aquel gel y lo aplico sobre toda su hombría y penetro al menor en forma lenta y suave.

Pese a los cuidados del mayor no podía evitar que el rubio sintiera el dolor lacerante e intenso de la penetración. El rubio se esforzó por no gemir pero las lágrimas de sus ojos lo descubrieron.

 

El medico abrazo fuertemente al rubio en lo que se le pasaba el dolor y cuando este le dijo que todo estaba bien. Empezó poco a poco a embestirlo hasta que el ataque se hizo fuerte y violento.

El rubio sentía que explotaba, la sensación que sentía con cada embestida y el frote sobre la próstata era inexplicable y por si fuera poco, el mayor empezó a masturbarlo. Haciendo que ambos se corrieran con fuerza.

 

Momentos después de aquella enorme cantidad de energía desencadenada, ambos cuerpos sudorosos y calientes empezaron a relajarse. El mayor fue al baño y se aseo el menor no tenia la suficientes fuerzas ni para pararse. Era como si un tren de placer lo hubiera arroyado.

 

-Estas bien Ginji?

 

-  Solo estoy muy cansado, es como si me hubiera convertido en el emperador relámpago y hubiera luchado con Akabane. Externo sonriendo.

 

- No te levantes o tendrás dolor, descansa.

 

- Pero no quiero ensuciar tu cama. Externo haciendo el intento por ponerse en pie.

 

- No importa. Respondió con una sonrisa y acto seguido le hecho la parte superior del futon para arroparlo. Y se acostó a su lado mientras le abrazaba para protegerlo.

 

Ginji después de mas de cinco meses, se sintió amado y especial para alguien y esa noche, durmió sin soñar en con Ban.

 

 

 

 

 

Notas finales:

Mil gracias por leer.

 

Besos Sunshine


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