POV HanGeng
Me había retrasado a causa de unos mandados que me había pedido el mayor: ahora todas las aulas contaban con los horarios de las clases de refuerzo que comenzaban la semana que viene - y que, sin lugar a dudas, asistiría- y las clases de chino que comenzaban ese mismo viernes conmigo como primer maestro.
Finalmente llegué frente a ellos.
— Además señor Lee, no tiene motivo para quejarse. Asique espero que hoy cumpla su castigo ayudándome —le dijo a DongHae con una sonrisa en los labios. Todos se callaron de repente, pero el silencio fue interrumpido por un auto que a primeras vistas, parecía común y corriente.
— Joven ZhouMi —dijo el conductor en mandarín bajándose y entregándole las llaves a ZhouMi. Pareció un poco incómodo frente al hecho.
— ¿Pasa algo? —le preguntó el mayor, también en mandarín mientras el otro parecía llenarse de valor para decirle.
— ¿Podría cuidar bien de mi auto?
— ¡¿Su auto!? ¿¡Qué demonios pasó con el tuyo?! —le dije sorprendiéndome, mientras ZhouMi solamente reía.
— Lo estrellé en China —dijo en coreano— Prometo cuidarlo mucho —le dijo al propietario del auto que se fue caminando refunfuñando algunas cosas. Yo simplemente suspiré— ¿Suben? —dijo abriendo la puerta trasera para que los tres pasáramos.
— ¿A dónde nos lleva...Señor? —dijo DongHae antes de entrar.
— Al parque de diversiones —dijo cerrando la puerta del conductor para poner en marcha el auto una vez que DongHae también había subido, con una radiante sonrisa; aún así confundido.
— ¿Ese es el castigo, Señor Sub-Director? —se quedó mirando al mayor mientras este trababa todas las puertas y ponía en marcha el auto rumbo al parque.
— Pues si.... ¿Hubieses aceptado venir de otra forma? —doblo una esquina, siguió derecho, volvió a doblar— Además, te debo una disculpa por haberte golpeado el otro día.
— A mi no me has pedido disculpas —dije de repente.
— Y seguiré sin decírtelas —me dijo muy tranquilo mientras DongHae se reía al lado de RyeoWook. Yo bufé algo molesto y luego me dispuse a ver por la ventana.
— Espero estén listos para todo —empezó diciendo ZhouMi cuando ya faltaban unos pocos metros para llegar— Ah, por cierto, me tomé el atrevimiento de pedirle a tus padres DongHae unas cuantas mudas de ropa, mallas y toallas —me quedé pasmado viéndolo — HanGeng, RyeoWook, también pasé por su casa a recoger las mismas cosas... Espero no les moleste.
— ¡¿Cómo demonios hiciste para entrar a la mansión?! —le pregunté reclinándome en el asiento.
— Juro que no fue fácil, me manché toda la camisa —se abrió el saco para dejar ver las manchas— pero deberías hacer algo con la reja de tu jardín.
Entramos en el estacionamiento del lugar, que estaba lleno de autos, tanto, que fue algo difícil encontrar lugar para estacionarlo.
Luego todos nos bajamos mientras los tres que estaban a mi lado hablaban continuamente de tonterías; yo simplemente me quedé callado, había algo en la sonrisa que me había mostrado ZhouMi a la mañana que no me agoriaba nada bueno... No al menos para mi persona.
ZhouMi se dirigió hasta el baúl y de allí sacó tres mochilas con la ropa que nos había dicho; dejamos las cosas del colegio y, cerrando el auto, los cuatro nos dirigimos a los vestidores.
— Tengo la impresión de que esto será divertido —escuché que DongHae le decía a Ryeowook.
Salí luego de haberme puesto la maya y una camisa bastante holgada y vi que el que faltaba era ZhouMi.
—Eh... Koala... ¿Dónde estás? —le llamé, pero no hubo respuesta— ZhouMi ~ - lo vi volver a entrar al vestuario ya cambiado.
— ¡Vamos, no hay tiempo que perder! —tomó mi mano y la del Enano entre una de las suyas y de la otra comenzó a jalar a DongHae— Ya compré tickets para la montaña rusa grande —sus ojos se iluminaron y sentí como me iba a desmayar
— ¿L-la.... gr-ande?-—e dije mientras frente a nosotros se levantaba una inmensa montaña rusa de color arcoíris.
— No aceptaré un no como respuesta —y después de eso, prácticamente nos empujó dentro de los asientos y estos se aseguraron para comenzar.
POV RyeoWook
ZhouMi era increíble. Cada cosa que decía o hizo me sorprendía cada vez más y sé que a DongHae también. Aunque este disfrutara más de lo que pasaría en el parque diversiones en vez de negarse a ir allí. Sus ojos me decían algo hacia el sub-director. ¿No le caí verdad?
Como sea, todos ya estábamos listos en los vestidores cuando fuimos los tres jalados por el inventor de la diversión.
— Yo aquí —DongHae dijo emocionado al sentarse en uno de los asientos de la montaña rusa— Wookie ven aquí —sacudió el asiento de a lado sonriendo. Negué con la cabeza, ciertamente me daba un poco de miedo, después de todo era la primera vez que subía— Si te da miedo puedes abrazarme fuerte. Prometo que no me negaré a un tierno abrazo después de todo te acepto como eres —dijo mirando con picardía para luego girar su vista hacia los dos restantes.
— Dongiie —comencé a decir avergonzado. Estaba proclamando mi sexualidad en público— Con tal de que te calles es...
— ZhouMi siéntate con él —HanGeng de repente dijo sentándose en el asiento trasero— Seguro ustedes tienen mucho de que emocionarse en la montaña.
— Claro —aceptó gustoso sonriéndome para luego sentarse a lado de DongHae. Podía jurar que ambos se miraron para sonreír con complicidad.
— ¿Qué? —giré mi vista al asiento trasero— ¿No entrarás?
Intentando parecer normal sonreí y asentí para luego subir al juego. Sentarme a lado de él y ver como los seguros de la montaña rusa bajaban para colocarse entre nuestros hombros y pechos. Miré como la gente subía, aún faltaban más para que el juego diera comienzo. Me sentía un poco emocionado al saber que se siente estar allí, lo había visto en películas pero nunca experimentado y parecía divertido.
Sentí como el asiento comenzaba a temblar. Los asientos no se mueven, ¿cierto?
Fijé mi vista hacia la derecha viendo el rostro de HanGeng pálido y sus manos fuertemente apoyadas en el asiento. Oh, de ahí proviene el temblor.
— ¿Tienes miedo? —pregunté mirando como ZhouMi y DongHae susurraban. No podía escucharlos.
— Cla-claro que n-no —su tartamudeo me bastaba para confirmar.
— HanGeng le tiene miedo a las alturas —soltó el pelinegro riendo mientras se movía el aparato. Volví su vista al frente, aún se movía lento.
— ¿No quieres bajar? —preocupado le pregunté. Si el quería hacerlo detendría el juego.
— No... —su voz sonó ronca. Estábamos ya casi llegando a la cima para empezar a bajar— Solo....
Y rápidamente el carrito comenzó a bajar. HanGeng apretó sus dientes. Cerró los ojos y posando sus manos alrededor de mi brazo se colgó allí. Debo decir que se le veía demasiado tierno asustado. Otra razón para mirarle aún más.
POV HanGeng
Lo único que pude hacer fue aferrarme al brazo de mi acompañarme y gritar como niña asustada. A veces me permitía abrir los ojos solo para sentir como el calor bajaba y subia de mi rostro con cada centímetro que se movía esa cosa.
Finalmente luego de unas cuantas subidas y bajadas el aparato endemoniado se dignó a detenerse y, apoyándome en RyeoWook levemente, bajé.
— Tierra firme... ¡Cómo te extrañé! — le dije agachándome y tocando la tierra, mientras el color regresaba levemente a mi rostro. Los otros tres habían comenzado a reír— ¡En mi certificado de defunción pondré tu nombre como causa de muerte! —amenacé al mayor, pero no pude evitar reír con la risa de todos.
— No, Hannie, me harás una mancha en mi historial de comportamiento perfecto —todos siguieron riendo un poco más, incluyéndome, hasta que ZhouMi volvió a hablar— Entonces está hecho.
— ¿Qué cosa? —le pregunté intrigado.
— Será un ZhouMi y DongHae vs RyeoWook y HanGeng, ¿Qué les parece? —miró al de cara de pez que asintió, luego al Intruso que también asintió y luego me miró a mi— Tres contra uno
— Ni modo... Entonces... ¿La montaña rusa es un empate? —ZhouMi asintió
— Vayamos al barco ese que se balancea, desde la última vez que vine que quiero ir allí —DongHae miró al Enano, como si lo estuviese culpando de algo, luego le tomó la mano y yo me quedé mirando su agarre unos instantes, ¿Por qué parecía tan afectuoso? Solo estaban tomándose las manos...
El pelinegro hizo lo mismo conmigo y se dirigieron al gran barco que iba de un lado a otro; nuevamente me puse pálido.
— ¿Te acobardaste, eh? -—me dijo ZhouMi alzando una ceja.
— ¡Por su puesto que no! Vamos RyeoWook —dije tomándolo del brazo para entrar al barco.
Una vez con los seguros puestos sentí como el corazón se me aceleraba de a poco, a la misma velocidad que comenzaba a moverse el barco. Luego de unos instantes comencé a sentir como el estómago se me achicaba y agrandaba cuando el barco se movía meciéndose.
— ¡¿Te rindes?! —me gritó ZhouMi desde enfrente y rió junto a DongHae por mi cara.
— N...ooooo — les reproche mientras volvía a aferrarme del brazo del más bajo cerrando fuertemente los ojos.
Parecía que todos disfrutaban de ir de un lado a otro en un barco que se movía como un péndulo, mientras yo me sentía cada vez más aterrado. No puedo negarlo, realmente me estaba divirtiendo y ni siquiera se había ido el sol: el calor bajo este era sofocante.
Finalmente el juego paró otra vez luego de haberse mecido de un lado a otro muy violentamente, yo me bajé tambaleante sostenido nuevamente en el Enano.
— Agradezco a Dios tu estatura —le dije mientras esperaba que el color volviese a mi cara— ¿Empate otra vez?
— Por desgracia sí... ¡El último que llega a las tazas giratorias pierde! —anunció mientras salía corriendo junto a DongHae.
— Genial, no me mantengo en pie y ya hay una carrera... ¡Apresurémonos! —luego le sonreí y tome su mano para moverme lo más rápido que pude prácticamente jalando del Enano que parecía no ser muy bueno en educación física.
— Esto nos deja con un 1 a 0—dijo el mayor chocando manos con el pescadito. Estaba cansado por la corrida, sin embargo eso no me detuvo para volver a tirar del Intruso para subirnos los cuatro a una de las tazas giratorias.
Estando allí en el parque de diversiones realmente me hizo olvidar de todo lo que sentía dentro: odio, cariño, remordimiento y frustración se desvanecieron y no dejaron rastro dentro de mi. Y es que cuando uno es feliz se olvida rápidamente de todo incluyendo del pasado.
Los cuatro hicimos que la taza girase rápido y más rápido; todos allí estaban sonrientes y descubri con asombro que mi sonrisa tontamente feliz estaba en mi rostro, todo allí era perfecto, como si el Enano fuese un amigo, un hermano... Alguien a quien podía querer.
Finalmente el juego se detuvo y yo dirigí mi rostro sonriente al Intruso, que estaba algo pálido
— ¿Estas bien?— le pregunté, examinándolo mejor.
— Sí... ¿Podríamos descansar un poco? —me preguntó. Yo asentí.
— No no, nada de descanso, si seguimos así no llegaremos a la montaña rusa de agua ni a los toboganes de agua y yo quiero que.... —comenzó ZhouMi a levantarse de la taza, pero estaba tan mareado que ni bien dar un paso fuera de ella cayó dando una vuelta al suelo— ¡Estoy bien! -declaró, levantándose tambaleando— Estoy bien...bien... bien —DongHae fue rápidamente a su ayuda y el mayor pasó un brazo por los hombros del Fishy.
— ¿Un descanso?—pregunto éste riendo a carcajadas.
— Sí, un descanso... pero luego a la montaña rusa de agua y a los toboganes de agua... hace calor y no me adentré en tu casa por nada —dijo señalándome. Yo me levanté despacio y ayude al enano a levantarse, ambos estábamos muy mareados.
— Parecemos cuatro borrachos — ni bien lo dije ZhouMi y DongHae comenzaron a moverse como tales mientras cantaban a toda voz una canción que no supe identificar sino hasta el estribillo.
— Rokkugo! Rokkugo! —El Enano y yo reímos hasta llegar a un banco, en donde los cuatro nos sentamos.
— Una piedra, papel o tijera a ver que equipo paga las bebidas. Primero, DongHae contra RyeoWook —sentenció el mayor y ambos nos quedamos viendo como jugaban el desempate.
— Esta ha sido una idea maravillosa —le dije en un susurro y en mandarín al mayor.
— Todas mis ideas lo son —me respondió mientras veíamos los intentos fallidos de los mas bajos por intentar desempatar.
POV RyeoWook
Realmente me estaba divirtiendo mucho, sonrisas, risas y gritos de emoción por su subir a los juegos era lo que me distraía. Podía actuar normal, divertirme y sonreír, y no pensar en mis sentimientos. Olvidarme de ellos.
Olvidarme no exactamente, porque con cada contacto que teníamos mi pulsaciones subían a mil y mis mejillas se teñían levemente de rosas.
Estaba tan cansado que luchar para no ir a comprar las bebidas era muy importante, tanto que terminé ganándole a DongHae. Aunque no sé exactamente si había vencido, pues nunca había ganado un juego en la vida.
— Iremos por las bebidas —DongHae me guiño el ojo sonriendo y se levantó para atarse al brazo de ZhouMi— Esperen, ¿ok?
Los vi irse juntos. Algo olía mal aquí, literalmente claro.
Observé como HanGeng apoyaba su cabeza, cruzando sus brazos. Se veía tan cansado.
— ¿Te divertiste? —coloqué mis codos sobre mis piernas jugando con mis manos. Mirando el suelo.
— Si —respondió y entonces se movió de su posición.
Era el momento para disculparme por haberlo lastimado.
Porque realmente aunque yo no lo había hecho tenía cierta culpa y no podría vivir con ella.
— Hyung —lo llamé con más respeto alzando la mirada— Lo siento.
— ¿Eh? —giró su rostro viendo algo, aún esperando mi explicación.
— Yo se que te hice mucho daño con ReoYii. No sabes lo mucho que hubiera querido evitar eso, tu aún...
— No lo menciones —le miré observando como su vista estaba fija en dos muchachas. Una de cabello largo y otra de pelo corto. Ambas lindas, apreté mis manos. ¿Estaba molesto?— Ya no importa.
— Claro que si. Tú aún la amas —solté sintiendo como aquello me partía por dentro, me destrozaba— Prometo que hare...
— Wookie ten tu bebida —inesperadamente delante de mí apareció un jugo de naranja.
Nuestra conversación había sido interrumpida. DongHae sonrió sentándose a mi lado y mirando a los juegos que quería ir.
Si hubiéramos continuado sé que me hubiera dañado a mi mismo diciendo palabras que tal vez a ti te reconfortarían y a mí me destruirían. Después de todo era mejor no continuar. Quizás así podría evitar que me dieras una respuesta, porque después de todo olvidaste mi confesión, ¿verdad?
Intenté sonreír al sentir la mano de DongHae sobre mi hombro y este me abrazo diciéndome que solo quería hacerlo y que no le mirara raro. Era lo que necesitaba, un abrazo. Y el lo había sabido disimular bien mi estado. Porque sé que se dió cuenta de ello.