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Gaze of Love por Kiiyomi

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POV Hangeng

No pensaba ni estaba en mis planes que me pidiera semejante cosa. Otro helado, un peluche, ropa... Pero no, él quería un beso.

— Estás... loco —le susurró mi voz, pero por más que mi voz era baja, mis sentimientos gritaban dentro de mi mente completamente fuera de control, fuera de sí.

Mi corazón se aceleró y fijé mi vista en el adorno de celular que colgaba de mi mano derecha y, tomando el dichoso aparato, coloqué en la pequeña ranura el adorno para luego volver a guardarlo en el bolsillo.

— Volvamos al auto —le dije sin ninguna emoción en mi voz mientras llamaba a la camarera para que cobrase los helados y podernos ir tranquilos.

Pero la verdad, era que yo no estaba para nada tranquilo. Mi corazón latía con toda su fuerza dentro de mi pecho y sentía como un leve calorcito invadía mis mejillas tiñéndolas levemente de rosa. Mi mente me formulaba preguntas que no tenían respuesta y la petición de Ryeowook rondaba cada rincón de mi espíritu.

"No será que la atención que capto... ¿Fue la tuya?" me dijo Zhoumi.

"Si. Son lindos, mira, mira. Son dos corazones, quiero esto Hyung" me había pedido Ryeowook, y yo, se lo había concedido sin pensarlo dos veces.

"Sé que tú y yo nunca... por ello te pido que como regalo... un beso tuyo" me lo pidió de una manera suplicante e inocente siendo consciente quizás de mi negación pero, ¿por qué negárselo, si lo otro se lo había dado tan fácil? ¿Por qué no besarlo si para mí no iba a significar nada? ¿O es que si iba a significar algo?

No me di cuenta cuando fue que choqué con mi propio auto y abrí torpemente la puerta del conductor mientras veía como Ryeowook se sentaba atrás. ¿Por qué atrás? ¿Le molestaba mi presencia?

Me tomé unos instantes y reposé mi cabeza sobre el volante, intentando tranquilizar mi mente y mi corazón que, lentamente, fue disminuyendo su marcha permitiéndome a mí pensar con más claridad.

¡Pero qué diablos!

Era su cumpleaños y el solo me había pedido un simple beso, una simple muestra de cariño que hacía más de dos años yo había comenzado a practicar. Era un experto, no me faltaban ni trucos ni artimañas.

Me levante y cerré la puerta tras de mí mientras me dirigía hacía la puerta trasera: los vidrios eran polarizados, nadie vería nada.
Me introduje devuelta al auto pero esta vez en los asientos traseros y lo miré, cerrando la puerta.

— Cierra los ojos —le dije, casi ordenándole. Él se limitó a obedecerme y yo comencé a ejercer fuerza para recostarlo suavemente sobre todo el ancho del asiento. Luego y con torturosa lentitud comencé a acercar mi rostro al suyo y finalmente mis labios terminaron sobre los suyos.

Fue una sensación extremadamente mágica. Sus labios eran finos y dulces a causa de todo lo que había comido anteriormente; y, si me permito pensarlo, eran incluso más deliciosos que los de Jiah. Mis manos comenzaron a bajar hasta su cintura, la cual estreché para levantarlo suavemente y acercarlo a mi cuerpo... Su calor, su aroma... todo él era tan desquiciante que hizo que mi corazón comenzara a latir nuevamente a mil por hora. Pero era distinto, no era vergonzoso, tampoco era emocionante.

Era cálido, era suave... Era Ryeowook.

Me atreví a introducir mi lengua en su boca, sin dejar de hacer el beso dulce y tierno, intentando no acelerar el ritmo. Pude notar como su lengua inexperta intentaba seguir el paso de la mía, pero me encantaba. Me desquiciaba tenerlo abajo mío, saber que podía hacer con él cualquier cosa, llegar hasta los límites más extremos de todo sin importarme nada.

Había descubierto, muy a mi pesar, que podría morir por él.

Lentamente me separe, dejándolo tumbado en el asiento mientras que con mi cara de notable confusión me dirigía nuevamente al volante, ¿sería capaz de conducir a casa luego de eso?

— Espero... haya sido satisfactorio —le dije como si fuese un robot mientras ponía en marcha el auto.

POV Ryeowook

No lo daría.

¿Cómo pude atreverme a pedirle algo así? Había sido un tonto, sabía muy bien que Hangeng no lo haría, que él no gustaba de hombres... que era inalcanzable.

Como una estrella, brillante y hermosa que no podía tocar y jamás lo haría.

Saliendo un más que triste de la cafetería preferí sentarme en el asiento trasero. Mi presencia le molestaría luego de mi pedido. Me debe estar odiando por eso.

Perdido en mis pensamientos tratando de consolarme escuché como la puerta se abrió y al girar mi rostro encontré a Hangeng mirándome. ¿Lo echaría de su auto... porque la regó con él?

Entró, a mi lado se sentó y cerró la puerta.

— Cierra los ojos —escuché decir de sus labios.

Los había estado mirando desde hace rato. Obedecí a su orden, me sería imposible no obedecerle... se trataba de Hangeng. Un amor platónico para mí

A los pocos segundos sentí como el cuerpo del mayor hacía presión sobre el mío, empujándome... cayendo lentamente sobre el asiento, casi acostado cuando sentí que mis labios fueron poseídos por unos suaves y delgados.

¿Me estaba besando?
El beso se profundizó, las manos de Hangeng bajaron hasta mi cintura y luego sentí que me acercó a su cuerpo. Estaban cerca, el paraíso.

Aunque me asustó un poco al sentir el pequeño mordisco en mi labio inferior y luego la intrépida lengua del mayor paseando insípidamente por mi cavidad. Inspeccionándola, y saboreando.
Era un inexperto, pero el mayor no. Recorría hasta el más diminuto espacio dentro de mi boca, el beso estaba siendo intenso. No podría ser más feliz. Mi cintura dejó de sentir sus manos y pronto sus labios se separaron. Aún tenía los ojos cerrados.

— Espero... haya sido satisfactorio —le escuché decir cuando los abrí.

¿En qué momento se había ido al asiento delantero?
¿Satisfactorio?
Le había robado su segundo beso.

POV Hangeng

Era un idiota, un imbécil... ¿Cómo era posible que mi corazón se acelerase de esa forma solo por besarlo a él? ¡A un chico encima! No podía creerlo.

¿Por qué de repente sentía que todo mi mundo decaía en una persona? ¿Por qué no podía volver amar a Jiah? ¡Incluso eso, sabiendo que ella me rechazaría, era mejor que soportar la presión de saber que me podía llegar a enamorar de un hombre! Todo estaba confuso y fuera de lógica. Sobre todo fuera de lógica.

Pero si me ponía a pensar con detenimiento, Ryeowook parecía más una chica que un chico... con sus pequeños y dulces labios, sus facciones tan finas y su cintura... tan pequeña, tan femenina. ¿Cómo era posible eso? ¿Era él, quizás, una niña atrapada en el cuerpo de un niño? No, era imposible. Sí iba a quererlo debería ser como un hombre, no como una niña atrapada en un cuerpo de niño.

¡¿Por qué me estaba planteando quererlo?! ¿Por qué no podía verlo, por más que sabía que él estaba cabizbajo en el asiento trasero? ¿Por qué sabía cómo estaba? ¿Qué era lo que me rondaba por la mente? ¿Tanto me costaba asumir que me gustaba?

¡¿ME GUSTABA!?

Frené bruscamente el auto en un semáforo rojo y casi más me pasó.

— Lo siento —le dije en un hilo de voz mientras lo veía levemente alterado. Luego, cuando el auto se volvió a poner en marcha el Enano pareció calmarse, porque volvió a poner su vista en el suelo.

"Estoy llegando"

Escribí en un mensaje de texto enviándoselo a Zhoumi una vez estuve a cinco cuadras de casa, las cuales, me dediqué a recorrer con lentitud, como si el auto funcionase mal.

Una vez frente a la casa (que estaba oscura y silenciosa... para ser las 6 de la tarde) bajé primero para abrirle la puerta al Enanito. Mi expresión había cambiado: disimule con una perfecta y hermosa sonrisa toda la confusión y pensamientos que se arremolinaban furiosamente en mi interior. Era su cumpleaños, el primero en este lugar, y quería que fuese perfecto.

El comenzó a encaminarse con paso lento y yo lo seguí muy pegado hasta llegar a la puerta (allí adentro había un silencio de ultratumba, tanto, que me cuestioné si realmente habían salido bien las cosas).

Y entonces... Abrí la puerta.

— ¡¡Feliz cumpleaños!! —dijeron muchísimas voces dentro del recinto, corriendo a abrazar al enano y tirándole de las serpentinas de colores, despeinándolo y besando casi todo su cuerpo. Yo reí animadamente.

Este día prometía ponerse mejor de lo que había sido hasta el momento.

POV Ryeowook

En todo el camino no había hecho más que admirar el suelo. No quería mostrar mi sonrojo notorio, no quería mirar el rostro de Hangeng después del beso. No quería hacer muchas cosas con la felicidad que sentía. Y a la vez quería estar solo para gritar... decirle al cielo, al mar, las estrellas y nubes que me estaba enamorando aún más.

La puerta, de la mansión, se abrió.

— ¡¡Feliz cumpleaños!!

Serpentina de colores y abrazos se acercaron apenas di unos pasos. Casi todo el salón de clases estaba presente. Sonreí agradecido.

— Hyung... —vi a Donghae. Rápidamente sentí como este me abrazó y me besó la mejilla— Feliz cumpleaños hermanito menor.

— Gra-gracias —sonreí. Sentía mis ojos cristalizarse por el detalle que habían preparado para mí.

Enseguida la gente comenzó a acercarse. Felicitándome una y otra vez. Obsequios en mis manos recibía y abrí los ojos sorprendidos al notar que el siguiente regalo era un ramo de flores. No sabía quién estaba detrás de él, pues era muy grande.

— Muchas felicidades —el ramo se movió y vi el rostro de un chico acercarse.

¿Estudiaba en la escuela? ¿Qué grado?

— Gracias... —dije aún sin reconocerle.

Piel blanca, labios delgados, sonrisa perfecta... ojos lindos. No lo recordaba. Sentí como alguien detrás caminó pasando por mi lado. Hangeng se fue directo al primer piso. Seguro a cambiarse.

— No creo que me recuerdes... —me dijo. El volumen de la música subió.

Los invitados comenzaron a bailar.

— Perdón... no te escucho —expliqué amablemente. El castaño se acercó.

— No creo que... —un escalofrío recorrió mi cuerpo, por el pequeño susurro en mi oído— recuerdes. Estudio en la misma escuela que tú. Choi Kyuhyun. Dos años menor que tú. Mucho gusto.

— Oh — ¿amigo de Donghae? Quizás.

¿Dónde estaba él para presentarlo? ¡Qué clase de amigo era!

— Chocamos en tu primer día de clases —se alejó de mí y sonrió, extendiéndome sus manos respetuosamente.

Ahora lo recordaba. Aquel día corrí como niño desesperado al intentar llegar al baño y por mi torpeza choqué con alguien. El niño amable era Kyuhyun. No tan niño, era de mi edad ahora que lo recordaba.

— Mucho gusto Kyuhyun —estreché la mano del menor.

Esa mirada penetrante, la había sentido ya antes.

POV Hangeng

Incluso en los cumpleaños tanto tumulto de gente me molestaba. Además, ahora mi mente tenía muchísimo que pensar, asique ni bien él entro en la casa yo me dirigí al primer piso, donde estaba mi cuarto.

Me adentré en él y me dirigí directamente al baño para tomar una fugaz ducha que no duró ni cinco minutos (y para ese entonces, la música ya estaba llenando el lugar, siempre me sentí orgulloso del equipo de música, escuchar el limpio sonido de la música tradicional china era algo muy bueno, sobretodo en épocas de desesperación).

Elegí muy bien mi ropa para esa noche: unos Jeans, zapatillas y una doble remera amarilla con las mangas largas blancas. Me peiné ligeramente frente al espejo y luego me dispuse a bajar las escaleras.
Ni siquiera mis pasos se escuchaban, toda clase de conversación era apagada por el apabullante ritmo de la música 100% bailable.

— Hannie, aquí estas —me dijo la voz de Zhoumi— ¡A que quedó todo estupendo! —me dijo mientras tomaba dos copas de vino de la bandeja de una de las meseras que pasaba, para tenderme luego una a mí.

— Donghae y tú no pueden ser mejor para planear esta clase de cosas —dije mientras tomaba un sorbo y miraba alrededor: todo estaba adornado con múltiples giraldas de todos los colores, carteles de feliz cumpleaños por todos lados y globos color azul bebé, el color favorito de Ryeowook.

— Mm... Hay Hangeng —me dijo apoyando su mano en mi hombro, mientras chicos que desconocía su existencia pasaban una y otra vez por nuestros costado— Tú no me ocultas nada detrás de tu sonrisa... ¿Gustas de hablar?

Yo me limité a asentir mientras me dirigía a una de las habitaciones del piso superior que estaba completamente muerto, ya que no había ningún alumno o compañero de clases rondando esos lugares: todos estaban concentrados en bailar y beber y ser felices en el piso de abajo (incluso me pareció ver a Leeteuk, Kangin y Heechul junto con Siwon, divirtiéndose con el cara de pez... ¿Cuándo se habían vuelto cercanos?).

Me dirigí a una de las habitaciones de los huéspedes y me encontré con que la puerta estaba cerrada... Mire a Zhoumi quien me alentó para abrirla y ojalá, no lo hubiese hecho.

Allí, muy entretenidos con el cuerpo del otro estaban dos chicos (¡Para colmo chicos!) besándose muy apasionadamente (Y es que cuando pones la mano bajo la remera de otro, ya es apasionado). Me quedé unos instantes examinando quien eran hasta que pude identificarlos: ambos habían asistido a la clase de chino el día anterior. Onew y Key, así se llamaban.

De repente Onew se separó de Key y miró la luz que entraba por la puerta, poniéndose extremadamente rojo al vernos ahí parado frente a ellos, pescándolos "con las manos en la masa"

— Lo siento —atiné a decir casi pálido mientras cerraba la puerta y me dirigía a mi habitación que, definitivamente estaba vacía.

— Anda, cuéntame lo que te acosa hermano mío —me dijo Zhoumi, como si fuese un cura de la iglesia y yo estuviese ahí para confesar mis más terribles pecados.

— He pecado, padre... He besado a un chico... He besado a Ryeowook —le confesé con la cabeza baja, y no supe identificar si eso en su rostro era emoción o confusión.

— El pecado no es lo que has hecho, Hangeng, sino que te ha gustado... ¿verdad? —me dijo sin romper su función en ese momento. Reí muy nerviosamente, casi forzado mientras asentía con la cabeza.

— Pero no soy gay...

— No, por supuesto que no eres gay. ¿Me equivoco al decir que esta foto te excita? —me dijo mientras me mostraba una foto de una mujer desnuda en su celular.

— ¡¿Cómo puedes tener esas cosas?! —le dije totalmente ruborizado mientras miraba para otro lado, intentando tranquilizar a la bestia que amenazaba con salir a flote dentro de mis pantalones.

— Elemental, mi querido Watson —rio, llenando de una extraña paz el lugar— Hannie... —me dijo ya más serio luego de unos instantes— Te gustan tanto hombres como mujeres... Creo que solo buscas ser feliz sin importar al lado de quien estés... —asentí con la cabeza, notando como sus palabras llegaban a mi corazón— ¿Te atrae Ryeowook?

Volví a asentir con la cabeza, cabizbaja y eso fue suficiente para que Zhoumi se levantara y me abrazara para darme ánimos. Besó mi frente y rompió el silencio.

— Vamos a la fiesta... Tengo ganas de mover el esqueleto... y también quiero más vino.

Ambos reímos y bajamos como torpedos hacía la pista de baile, mientras nos adentrábamos intentando encontrarnos con Ryeowook, Donghae, Leeteuk o alguno que conociésemos.

No muy lejos, estaban todos ellos, y alguien que no conocía.

Parecía muy feliz bailando con el Enanito. Lo analicé de arriba a abajo y de izquierda a derecha: delgado, pálido, alto...

— ¡Hangeng! —exclamó una pequeña voz que conocía a la perfección.

— ¡Henry! —dije recibiéndolo entre mis brazos luego de que casi me hubiese saltado— ¡Haz venido de china! —le dije en mandarín.

— ¡No me perdería una fiesta por nada del mundo! —dijo su vocecita mientras buscaba con la mirada al causante de tanto alboroto. Luego de encontrarlo, se dirigió a él con su sonrisa...Ahh... era tan pequeño Henry, a pesar de que yo era su Hyung por dos años.

— Happy Birthday —le dijo en su perfecto inglés tendiéndole lo que parecía un regalo— I hope you like it (Espero que te guste) —agregó tendiéndole un paquete perfectamente envuelto.

Sus mejillas se sonrosaron a causa de que era la primera vez que lo veía y, luego de que el Enano tomó su regalo, Henry fue a esconderse detrás de Zhoumi quien no tardó en echarse a reír por lo tierno que se veía el Hamstercito.

POV Ryeowook

— ¿Gustas bailar? —me preguntó.

Mientras buscaba con la mirada un lugar donde colocar los regalos.

— Aquel chico —dijo apuntando hacia un castaño que bailaba animadamente con Zhoumi y un grupo, los amigos de Hangeng—... anteriormente los colocó allí.

Le apuntó una pequeña caja a unos metros, en la parte delantera tenía una foto de él. Donghae la había sacado cuando fueron al parque de diversiones, ¿¡tenía que haber elegido esa!?

— Linda foto —le comentó el chico Kyuhyun sonriéndole. Su sonrisa desprendía calidez— ¿Te ayudo?

Le regalé una cálida sonrisa cuando el menor tomó algunas cajas mientras yo llevaba el gran ramo de flores. Caminamos lentamente por el estrecho pasillo y la multitud, para luego colocar los obsequios en la caja y el ramo en la mesa contigua.

— Gracias —le agradecí sonriéndole, el menor me extendió la mano como todo un caballero— Oh, sí. ¿Bailar, verdad? —reí sonrojado. Nunca antes había tenido una fiesta de baile desde la muerte de mis padres— Claro.

Tomé la mano del castaño y nos encaminamos a la pista de baile con una sonrisa mi rostro. En ambos. El pequeño -que parecía más alto que yo- me miró y luego comenzó a bailar. Tenía un gran estilo, no tanto como el mío que apenas podía mover las caderas. Era lo único que podía hacer.

~*~

Iban cuatro piezas ya y sentía que mi cuerpo secansaba. ¿Es que mi acompañante no estaba agotado?
De pronto sentí que alguien me tocó el hombro. ¿Un invitado?

Happy Birthday —le escuché decir eninglés. Aquello entendí por poco y observé un paquete envuelto, un regalo en susmanos— I hope you like it —ok, alcéuna ceja sin entender. Eso no comprendí.

Tomé el regalo entre mis manos sonriendo débilmente. ¿Quién era él?
El pequeño castaño se escondió detrás de la figura de Zhoumi. Miró a ladoencontrándose con la mirada de Hangeng.

— ¿Él es...? —pregunté rompiendo lentamente el pedazo de papel.

— Henry... —me informó Zhoumi, noté que Hangeng apenas había abierto la boca yle interrumpió el más alto— Lau Henry, un amigo de China.

— Oh, muchas gracias —le dije en coreano agradeciendo con la cabeza educamente.Aún no sabía chino.

— Ryeo... —Kyuhyun llegó con un pequeño vaso en mano— Pensé que estabas cansadomientras hablabas con tus amigos, así que te traje un ponche —le sonrió extendiéndomela bebida.

— Gracias —lo tomé entre sus manos para beberlo— Frutilla, rico —sonreí como unniño pequeño. Tenía el sabor dulce de un helado y agrio al final por el pocoalcohol que contenía— Henry... Gracias por el regalo.

Una camisa China me había obsequiado. Delicada, fina y sobre todo rosa. Meencantó.

— Oh, discúlpenme. No me presenté —vi como el menor hizo una veníarespetuosamente— Soy Choi Kyuhyun, dos años menor que ustedes. Mucho gusto.

Zhoumi traducía lo que le había dicho al pequeño que se escondía detrás de él yuna sonrisa tímida se formó en su rostro. Fijé su vista en Hangeng, tenía lamirada penetrante posándose sobre mi nuevo amigo.

¿Acaso... Kyuhyun...?
Imposible. Él había dicho que no era... como él.

— Kyuhyun —instintivamente le dije tomándole de la muñeca— ¿Me acompañas adejar este regalo en la caja?

— Con gusto Ryeowook —respondió sonriendo y luego giró su vista hacia los demás. Me imitó— Permiso.

Y jalando de la mano del menor lo saqué de allí pasando entre -nuevamente- la multitud de la pista de baile.

No quería que los ojos de Hangeng se posará en otro persona de esa manera. Comosi el rostro de su nuevo amigo lo hubiera hipnotizado. ¿Qué era ese sentimientonuevo?

Una vez su madre lo había mencionado... oh, sí. ¿Se llamaban celos?
Dudaba de los pocos fragmentos que recordaba.

Notas finales:

Nos leemos en la próxima actualización ^^


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