Capítulo 4
POV HanGeng
No me había podido concentrar todo el rato que llevaba en la biblioteca. Necesitaba gritar a mis padres que los necesitaba, pero sabía que su atención estaba lejos de ser mía.
Sí, lo admito, tengo 17 años de idiota siendo el niño de mami y papi, quienes siempre tuvieron tiempo para mi incluso cuando se les cerraban las paredes del cuarto, incluso cuando no podían ni respirar a causa de su apretada agenda. Suspiré pesadamente y me dirigí nuevamente hacia mi cuarto, sintiéndome muy pequeñito, incluso más bajo que el Enano, y eso era decir mucho.
Cuando entré, lo vi dormido sobre mi cama, sin pijama con zapatillas y sin estar tapado. Era un completo idiota. Enfurecido me acerque a el, y con delicadeza para no despertarlo le saqué las zapatillas, y con mas delicadeza aún -si es que eso se podía- lo moví ligeramente para que pudiese taparlo con las sabanas y el acolchado.
Tenía necesidad de protegerlo, pero no porque lo quisiera (ja, que buen chiste... ¿Quererlo a él? ¿Justo a el?) Sino porque sabia que si el se volvía contra mi... Entonces todo el mundo lo haría, ¿Quien recordaría al feliz HanGeng, aquel chino que alguna vez cautivó a su novia no sabiendo el idioma? ¿Cómo podría frenar la ternura de aquel Intruso? Algo tan natural.
Volví a suspirar y me puse el pijama, luego, con la misma sutileza que utilicé para sacarle las zapatillas y acostarlo, me acosté en mi cama haciéndome un ovillo, quedándome dormido casi al instante.
~*~
—Si RyeoWook lo haré... — de repente me encontré en una esquina, opacada por la sombra de RyeoWook que cada vez se hacía más grande y se acercaba sobre mí, junto con mis amigos, mis padres y mi novia.
—Es tarde— me decía meneando su cabeza de un lado a otro... y luego... Me pisaba.
~*~
Desperté completamente bañado en sudor sosteniendo mi frente, mi respiración estaba agitada y sentí como de mis ojos se escurría agua. Inmediatamente me di vuelta por si el Mocoso despertaba; por más que esa noche haya querido y deseado con mi vida dormir, luego de la pesadilla, no volví a cerrar los ojos.
POV RyeoWook
Apenas moví mis pies -medio dormido- sentí que ya no llevaba mis zapatos. Fruncí mis ojos extrañados, mirando la espalda de HanGeng.
¿Se había tomado la molestia de hacerlo él?
No. Sería imposible que hiciera algo como eso cuando claramente estaba seguro que no lo quería.
Sintió que la cama e movió y cerró los ojos con fuerza.
Temía que lo encontrara despierto, temía muchas cosas de su actitud. Con mucho cuidado, abrió levemente uno de sus ojos.
¿Estaba sudando? ¿Algo le pasaba?
Sentía que por alguna razón era su culpa. Y no sabía porque, solo un presentimiento. Pensó en abrir los ojos y preguntarle porque, pero sabía que no se lo diría y terminaría diciéndole algo despreciable.
>> ¿Y si le tomó la mano fingiendo dormir? No, seguro me terminaría despertando a golpes por mi comportamiento extraño. Los hombres no se agarraban las manos. <<
Y entonces se le ocurrió una pequeña idea, correría el riesgo. Si se trataba de hacerlo sentir mejor a HanGeng valdría la pena que lo rechazara cuando supiera que aún dormía. Fingiría estar dormido.
Moviéndose un poco sintió como el mayor también lo hizo. La sensación de ser observado por él era bastante ya conocida para él en solo un día. En un rápido movimiento se acercó a él, acomodándose en su pecho. Como si estuviera buscando refugio. Apoyo su cabeza en su pecho caliente, estaba sudando demasiado y su mano sin querer choca con la suya.
>> Moriré ahora <<
Pensó temiendo caer de la cama por el golpe que le daría. Pero no había marcha atrás, dejó su mano allí junto a la suya. Esperando la reacción que tomaría su -ahora-primo.
POV HanGeng
Era como si incluso dormido quisiese hacerme la vida imposible, como si conociese todas y cada una de mis debilidades.
— Eres un imbécil.... incluso dormido —susurré para el aire, con la voz entrecortada y temblorosa, mientras veía como su mano entraba en contacto con la mía y su cabeza se pegaba a mi pecho.
Me quedé estático intentando recuperar la respiración y la cordura, pero estaba más duro que una piedra y sentía como la temperatura de mi cuerpo disminuía a causa de la presión y luego subía por la misma causa.
— E-eres... una horrorosa amenaza —suspiré y con nuevamente mis temblores, separe mi mano de la suya y me tome el atrevimiento de posarla sobre su cabello.
Como si me hubiesen golpeado, sentí como un remolino de paz mezclado con ira y frustración se apoderaba completamente de mi cuerpo y los temblores se acrecentaron.
Prácticamente salté de la cama y lo mire aterrorizando.
— Una Amenaza, un Enano, un Intruso —dije en un hilo de voz antes de levantarme y taparlo como correspondía.
Luego simplemente me dirigí al escritorio y a la luz de la luna comencé a leer un libro chino que siempre me calmaba. Se trataba de esperanzas y cosas así.
~ *~
La noche se fue apagando para darle paso a la mañana. No dormí en toda la noche y al verme en el espejo del baño -luego de haberme bañado y cambiado- vi las magníficas ojeras que adornaban mis ojos. Eran las siete y el Enano aún seguía durmiendo, asique le arrojé su uniforme a la cara para despertarlo.
— En quince minutos estará el desayuno, Enano —le dije fríamente mientras tomaba mi mochila ya armada desde hacía horas y horas y me dirigía al gran salón.
Allí me senté en uno de los cómodos sillones a ver tele, mientras esperaba que el desayuno estuviese listo.
POV RyeoWook
Como esperaba, HanGeng me había rechazado nuevamente.
¿Es que no podía ser mi amigo? ¡Sólo quiero que me acepte como persona!
Sentí la cama moverse, arriba y abajo. Y cuando pude echar un vistazo a lado no estaba. ¿Dónde estaría?
Me moví un poco queriendo ver donde estaba. Las ansias de saber porque me tiene cólera se apoderaban de mí.
Y allí lo ví. Sentado en su escritorio leyendo, ¿un libro, quizás?
No lo sabía, pero de lo que si podría estar seguro es que no me quiere aquí. Me ve como...
"Una Amenaza, un Enano, un Intruso"
Sus palabras se quedaron en mi mente, entrado por mí oído como si lo estuviera diciendo ahora. Rozándolo y produciéndome un escalofrío que me llegaba a la médula espinal. Sin embargo, con aquellas palabras sólo me hacían que quisiera saber más la razón del porque su cólera. Y es lo que me gustaría averiguar.
>> Sólo lo intentaré, hasta que no me diga que no quiere lo seguiré. <<
Y es que siempre me habían enseñado a luchar, decir las cosas de frente. Aunque a veces era yo el que me echara para atrás, pero no esta vez. Aquel chico, que ahora era mi primo, tendría que decirme que me odiaba. Cerrando los ojos me dispuse a dormir, mañana comenzaría otro nuevo día. Quizás pueda hacer amigos esta vez.
~*~
Apenas amaneció el maltrato hacia mi persona no se hizo esperar, el uniforme en mi rostro me despertó de mi ensueño. Había dormido más tranquilo que todas las noches anteriores, esta hermosa casa me daba una calidez. Lo escuché decir en que momento estaría el desayuno y luego lo vi salir con su mochila. ¿Se había levantado temprano?
No, lo sabía. Estiré mis brazos abiertamente, tocando la cama. Era tan suave.
Y de mi bolsillo saqué mi billetera.
— Buenos días mamá, papá —miré la foto de mi familia y luego la besé.
~*~
Hacía quince minutos que había tocado el timbre de la clase. El profesor me había asignado mi nuevo lugar, donde me sentaría. Casi al final, a mi lado izquierdo no había nadie estaba vacío. ¿Es mi imaginación o faltaban alumnos?
— Jóvenes hoy día avanzaremos...
— Otra vez llegué tarde —interrumpió un alumno con su voz entrecortada, se notaba que había corrido mucho.
— Es la cuarta vez en esta semana Joven Lee —lo trató el profesor al castaño, pelo corto. Y lindos ojos— Supongo que esta vez lo que sucedió con su retraso tenga que ver con una mujer embarazada en un autobús.
La clase se río. Era una excusa estúpida.
— ¿Cómo lo supo? —ese joven sonrió tiernamente. Tenía cierta calidez a su alrededor—Pero, ¿puedo entrar?
El profesor asintió no sin antes decir que sería la última vez que debía llegar tarde, para la próxima no se lo perdonaría. Sonriendo entró al salón, caminando hasta llegar al asiento vacío de mi lado.
— ¿Está ocupado? —me preguntó agachando su rostro para verme. Me sonrojé, sus ojos eran aún más hermosos de cerca. Moviendo mis hombros anuncié que no lo sabía—Profesor, ¿está ocupado este asiento?
—... Otra vez interrumpiendo mi clase Joven Lee —las chicas rieron, aquellas risas que eran coquetas se escucharon— No, no lo está. El Joven Park fue trasladado a otra escuela, puede sentarse allí.
Diciendo un "Oh" y "Gracias" se sentó en el asiento. No pasó mucho tiempo cuando escuché que me hablaba.
— Pss, ¿eres nuevo cierto? —asentí temiendo ser atrapado conversando— ¿cómo te llamas?
— Kim RyeoWook —le respondí sin mirarle, pero podría jurar que aún sin verle sonreía abiertamente.
¿Es que todo le causaba felicidad a este joven?
Una felicidad que sin duda a mi me hacia falta.