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Adios... por Aphrodita

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   Ikki lloraba, solo en su cuarto, los médicos le habían dado la noticia, Hyoga como siempre no se encontraba habían dicho que se había ido corriendo y muy enojado, al encontrar a Saori, Seiya la interceptó reclamándole explicaciones:

 

--¿Pero que? ¿Va a morir?-- Aun no podía o no quería entender

--No sé, realmente no se que pensar-- Saori se tomó la frente en símbolo de cansancio --Esta muy grave, su cerebro quedo sin oxigeno, no pueden saber si hay o no daño cerebral, le van a hacer una tomografía, pero pensa Seiya...-- Se apresuro a decir Saori al ver la expresión de bronca, furia y dolor en el Pegasus --Pero pensa Seiya, es lo mejor, si el sobrevive no va a ser el mismo Shun que conocíamos, va a ser un Shun enfermo

  En su egoísmo Seiya quiso a su amigo fuera de Terapia, a salvo, aun así signifique tenerlo vivo en estado vegetativo.

--¿Pero es seguro que tiene un daño cerebral?...

--No aun no saben, eso lo sabrán mas adelante cuando el este un poco mas fuerte y le puedan realizar otros estudios.

 

  El Pegasus no podía comprender como ya lo daban por muerto... ¡Aun vivía, aun respiraba (ayudado por una maquina, pero lo hacia), aun su corazón latía, como podían darlo por muerto!

 

--No entiendo nada, quiero hablar con el medico-- Seiya se tomó la cabeza con ambas manos.

  Haciendo gestos Saori exclamó:

--¡Ahí esta!... ¡Doctora, venga!-- Acercándose a ella --Él necesita que usted le diga lo que le pasa al paciente Kido Shun.

  Seiya se encontraba expectante, se cruzó de brazos esperando a que comenzase a hablar:

--Bueno, el tuvo un derrame pulmonar que se traslado al cerebro y este se quedo sin oxigeno, no sabemos si hay o no daño cerebral-- Seiya intento interrumpirla para preguntarle, sin éxito --Ni lo vamos a saber hasta que el este un poco mejor, por el momento esta bien, en realidad lo que se dice bien del todo no, dentro de la gravedad esta estable, no esta bien... esta estable.

 

  Nuevamente esa palabra.”Estable”, comenzaba a odiar esa palabra, no quería escuchar que Shun estaba estable, quería escuchar que su amigo estaba bien y no solamente estable. Seiya la interrumpió preguntándole lo que realmente le importaba en ese momento:

 

--Pero eso que quiere decir ¿va a morir o no?-- Y escuchó lo que el quería escuchar

--Eso depende de el, nosotros humanamente hicimos todo lo posible, ahora depende de el.

  Seiya sabia que Shun era fuerte, sabia que iba a salir de ese trance. La doctora siguió hablando:

--Ahora le suministramos un medicamento que si bien suele causar hemorragia pulmonar también la cura, y como de por sí el derrame esta, es preferible suministrarle el medicamento y ver que pasa, como reacciona, por otro lado lo sedamos para que no sufra.

 

  Seiya sonrió, en parte, aliviado dejando a Saori hablando con la doctora, se dirigió al cuarto del Phoenix, parándose en la puerta, no quiso incomodarlo, notando su presencia y sin mirarlo Ikki le dijo:

 

--Quiero verlo, quiero ver a mi hermano.

--Yo te llevo-- Le contestó el Pegasus, decidido a llevarlo aunque sea a la rastra a ver a su hermano, no quería pensar en ello, pero si Shun llegaba a morir e Ikki no iba a verlo antes, Seiya no se perdonaría jamás el hecho de haber tenido ese privilegio.

 

  Ikki rodeó con un brazo el cuello de Seiya, quien empleando sus fuerzas llevó a su amigo hasta terapia. La enfermera dejó pasar a Seiya que traía a Ikki, pero como única vez les aclaro a ambos. El Phoenix se soltó de su amigo y caminó aun dolorido hasta la cama de su hermano, Seiya solo podía ver como Ikki negaba con la cabeza y se tapaba con ambas manos los ojos refregándoselos, el Pegasus sabia, comprendía lo que sentía su amigo en ese momento, algo similar, nada mas que intensificado por el hecho de ser su hermano, que lo que el sintió al verlo cubierto por todos esos tubos. Ikki se quedó parado observándolo un buen rato, Seiya se quedó a su lado observándolos a ambos... Tuvo tantas ganas de llorar pero no debía, no delante de Ikki.

 

--Él es fuerte...

  Escuchó Seiya decir. Contestándole:

--Si lo sé, él es fuerte, va a salir de esta, no me importan lo que digna los médicos, el es fuerte.

Ikki siguió de espaldas a su amigo:

--Gracias...

--Hee... ¿ De qué?

--Eres el único que cree en mi hermano... Yo creo en él, mas allá de lo que digan los médicos, mas allá de lo que digan todos. Dime Seiya, ¿Qué dice tu corazón... Él se irá de aquí caminando y será el mismo Shun de siempre?.

 

  El Pegasus cerró sus ojos, y en su mente comenzó a recordar lo dulce que era la amistad con su amigo Andrómeda, sin duda era gracias a él que todos eran tan unidos, gracias a su carácter un tanto infantil o inocente, y esa despreocupación por demostrar los sentimientos, aquellos sentimientos que a Seiya le costaban expresar, algo tan sencillo como decir: “Te quiero”, o “Me siento mal hoy”, O llorar cuando era necesario sin avergonzarse de ello. En su corazón lo deseo y lo sintió:

 

--Si Ikki, él va a salir de este lugar

--Gracias nuevamente Seiya...

 

  Luego de acompañar al Phoenix a su cama, Seiya se excusó alegando ir al baño. Al llegar trabo la puerta y se sentó en el piso sin reparar en lo antihigiénico de su acto, rompiendo en llanto. No se contuvo, lloró como jamás había llorado en toda su vida, lloró hasta arderle los ojos, hasta dolerle la cabeza, por suerte nadie fue a molestarlo. Cuando lo creyó conveniente, salió de su encierro, se lavo la cara y se dirigió al cuarto de Ikki. Al llegar Shiryu se quejaba de Hyoga, ¿Quién iría a quedarse con Ikki?

 

--No te hagas problema Shiryu, ya puedo manejarme solo, al principio necesitaba ayuda, pero ahora me las arreglo bien solo...

  Saori que se encontraba ahí, les propuso a ambos:

--Yo me quedo, no tengo problema.

--No podes Saori-- Dijo Shiryu --Mañana tenes que ir al santuario, no podes quedarte toda la noche sin dormir. Mejor me quedo yo y listo.

--No Shiryu, vos te quedastes ayer, Seiya también... No quiero que se quede Tatsumi, ¡he!... no me lo encajen-- Comentó algo divertido el Phoenix.

  Seiya no omitió palabra alguna, pero podía ver, creía ver en el rostro de Ikki que este no deseó quedarse solo. Saori continuó hablando:

--Bueno, entonces Ikki: ¿No te molesta quedarte solo esta noche?

  Ikki asintió con un gesto que demostraba lo mucho que necesitaba compañía, nadie pareció notarlo, hasta ese momento Seiya se había quedado cayado, pero intervino:

--Yo me quedo, no tengo problema.

--Igual, Ikki no necesita ayuda, ayer era porque no podía manejarse solo-- Comentó Shiryu --No se. Depende, ¿queres que se quede alguien Ikki?

  El Phoenix solo asintió, observándolo a Seiya.

--¿Te quedas, entonces Seiya? ¿Ikki estas de acuerdo?.

  Con una mirada suplicante respondió señalándolo con un dedo:

--Quiero que se quede Seiya conmigo... -- Algo incomodo siguió hablando --Si no te molesta-- Seiya sonrió y enseguida dejo caer su mochila al suelo sentándose en la silla que tanto odiaba, aquella silla incomoda de hierro que le hacia doler la espalda.

 

  Luego de apagar las luces, Seiya le recomendó a su amigo que intentara dormir algo, pero Ikki tenia ganas de seguir hablando y se lo demostró, de a poco el sueño lo fue venciendo, pero al quedarse dormido, enseguida despertaba:

 

--Seiya, no debes estar cómodo en esa silla.

--La verdad... No, la odio.

 Ambos rieron divertidos. Luego de estar 12 horas en una silla y volver a estar en ella era un castigo.

--Acostate acá al lado mío, hay espacio, no ocupo toda la cama.

  Seiya se incomodo un poco con el comentario, y a decir verdad quiso acostarse en una cama pero no le pareció correcto acostarse con Ikki en ese estado por lo que le respondió:

--No te preocupes por mi, dormite de una ves, que necesitas descansar.

--No puedo quedarme dormido al saber que estas en esa silla incomodo, dale acostate con migo.

 

  Aceptando, se acomodo a su costado evitando el contacto directo con su amigo, pero de a poco comenzaba a distenderse y a relajarse. Ambos se encontraban despiertos y seguían charlando en vos baja, ahora mucho mas cerca. Seiya se sintió bien de estar así de cerca de su amigo, sentir su calor, mientras Ikki hablaba, Seiya deseaba abrazarlo y arroparlo, hacerle saber lo mucho que lo quería y que siempre estaría ahí para ayudarlo en lo que sea. Encontrarlo al Phoenix, a su amigo, en esa condición lo entristecía y lo enternecía, Ikki hablaba abiertamente de cómo se sentía, de lo mal que se sentía, y se daba esperanzas “Sé que mi hermano va a salir, él es fuerte”; Seiya sintió lo mismo y se lo hizo saber, de repente, nuevamente tuvo unas ganas inmensas de largarse a llorar, pero no lo haría, no delante de Ikki. El Phoenix notó el estado de su amigo, que se había quedado muy callado:

 

--No esta mal llorar. Eso me lo enseño Shun.

  Seiya se sorprendió frente al comentario de Ikki, sin embargo no dijo nada. El Phoenix continuó hablando:

--Me doy cuenta cuando lloras, por que los ojos se te hinchan, como a mi...

 

  El Pegasus había visto durante esos días a su amigo llorando (Era de esperarse, con su único familiar en terapia, lo que menos le importaba es lo que pensaran los demás al verlo llorar, mas allá que a ninguno le resultaba incorrecto, pues todos en silencio, alguna vez habían llorado), Y cuando no lo hacia tenia los ojos hinchados como le sucedía a el, entonces comprendía que había estado llorando.

 

--Sé que no lo haces delante de mí; gracias, pero me doy cuenta.. .—El Phoenix susurraba.

--No es que me avergüencen mis lagrimas es que...

  Ikki lo interrumpió:

--Si, ya lo se, lo haces por mi, por eso gracias.

 

  Ambos no dijeron palabra alguna en lo que quedo de la noche y lentamente, con un poco de esfuerzo se fueron quedando dormidos, primero Ikki, luego Seiya que se hallaba pensando un sin fin de cosas, deseando tomarle las manos a Ikki, pero por respeto y por miedo a como reaccionaria este, prefirió no hacerlo y tratar, en cambio de dormirse de una buena vez. El sol se asomaba lentamente por la ventana y se filtraba apenas, por la gruesa cortina.

   El primero en despertar fue Seiya, que se quedó observando el rostro de Ikki iluminado por la luz tenue que se filtraba por la ventana, que bello e indefenso le pareció, el “Duro” Phoenix, le pareció indefenso y desprotegido, y el quiso ser su consuelo. Ikki se despertó y se sorprendió al ver como su amigo lo observaba, quien se levantó rápidamente de la cama, alegando irse para poder bañarse y comer algo, no sin antes recibir la aprobación de su amigo:

 

--¿No te molesta Ikki?.

--No. Anda a bañarte que ya tenes olor-- Respondió en tono de burla

--¡Mira quien habla!-- Desde que había llegado, el Phoenix no se había bañado.

  El Pegasus admiraba la tenacidad de su amigo por salir adelante, sabia lo mucho que le costaba todo eso, pero sin embargo luchaba por no caer.

  

  Seiya llegó a su departamento y rápidamente se despojo de su ropa, y se dio una ducha rápida, desayuno algo velozmente; Quería cuanto antes poder estar con Ikki, no le gustaba la idea de dejarlo solo en un ambiente tan feo como lo es el hospitalario y en su situación. No se sintió tan triste, en su corazón el sabia que Shun saldría adelante, que todo volvería a ser como antes. En eso suena el teléfono. ¡Maldición!, el dichoso teléfono, como odiaba el timbre, todas sus esperanzas comenzaron a flaquear, algo dudoso levanto el tubo:

 

--Ho...¡hola!.

--...

--¿Hola?.

  Nadie respondió

--Disculpa creo que me equivoque de numero

  “¡Maldición!” Pensaba Seiya, pero respiraba aliviado... ¡Un momento! ¡La voz de Shun!, ¡Esa era la voz de Shun! Estúpidamente preguntó:

--¿Shun?

 

  Pero habían colgado. ¡Era el! ¡Estaba seguro!... Era imposible, Shun no pudo haber realizado ese llamado. Continuó vestiendose, cuando nuevamente sonó el teléfono: “Otra vez?!”

 

--¿Hola?

--...

--Hola...

  Nadie respondió, comenzaba a impacientarse:

--¡¡Hola!!... ¡Te equivocaste otra vez!.

  Pero nadie respondió, y se le ocurrió nuevamente hacer otra estupidez:

--¿Sh...Shun?...

  Se escuchaba la respiración de alguien, y Seiya creyó, aseguró haber escuchado un susurro que dijo:

--Adiós...

 

  Ya habían cortado desde el otro lado, el Pegasus dejo el tubo desconcertado y terminó de hacer sus cosas para irse cuanto antes, cuando... Si, otra vez, el teléfono: ¡PERO QUE DEMONIOS!... Era el colmo. Levantó el tubo con violencia y sin reparar en nada exclamó:

 

--¡QUE QUERES!.

--¡Heee!... Tranquilo... -- Era Hyoga. Nuevamente, tal vez, malas noticias.

 Seiya cerró los ojos

--Si... ¿Que pasa ahora?

--Avisa que... -- La voz se le quebraba --Shun esta mal, y los médicos no van a luchar mas, esta sufriendo, y ya no queda nada por hacer.

  Seiya no podía creer lo que escuchaba, sin embargo en su corazón anidaba aun la esperanza que habían cosechado Ikki y él.

--¿Pero que?... ¿Eso significa que él?...-- Al Pegasus la vos también se le quebró --¿Va a morir?-- Preguntó con miedo a la respuesta.

  Hyoga no respondió por un rato, suspiró derrotado:

--Sí. Va a morir.

  Aun Seiya rechazaba esa idea, seguro Shiryu sabría algo, tenia que ir a hablar con él. Optó por llamar a su amigo al celular:

--Shiryu... Hyoga me dijo que Shun... Va a morir... ¡¿Cuánta verdad hay en eso?!

  El Dragón comprendió el dolor de su amigo y tranquilizándolo comenzó a hablar:

--Mira Seiya... lo que se refería Hyoga es a que ya no queda nada por hacer, humanamente los médicos no pueden hacer mas de lo que ya hicieron, ahora depende de Shun, de su ganas de vivir, y de lo fuerte que sea-- Eso era lo que el Pegasus quiso, necesitó oír. --Estoy llegando al hospital ahora, después te llamo...

--Voy para allá yo también.

--¿Que sabes de Hyoga? ¿Dónde anda?

--No se... ¿No esta en el hospital?

--No... ¡Haaaahaa!... A este chico se le da por escapar, me preocupa.

--Es entendible, déjalo, quizás es lo que el necesita.

--Si, es cierto. Bueno hablamos cuando vengas al hospital...

  Se dirigió al hospital, era un día soleado, era un buen día, iba a ser un buen día. Quería llegar cuanto antes y estar con sus amigos, se sentía mas seguro, mas al tanto si estaba en el hospital, mas allá de no precisar su presencia, pues Ikki se las arreglaba solo y por Shun nada podía hacer, se sentía mejor que en su casa.

  Al llegar se sorprendió al ver salir corriendo a Hyoga del hospital, seguido por Shiryu quien corrió detrás de él.

 

--¡¡¡Hyoga espera!!!-- Gritó el Dragón sin conseguir nada a cambio.

--¡¿Que le pasa a este?!-- Le preguntó Seiya.

  Shiryu lo miró, como reparando por primera ves en su presencia, respiró profundo y lo miró nuevamente a los ojos, fríamente le preguntó al Pegasus.

--¿No te llamaron?

--No... -- Seiya sentió derrumbarse, pero no quiso, no quiso pensar en lo peor. Cerró sus ojos, dejando escapar una lagrima.

--Falleció a las 9:30 de esta mañana, los médicos dijeron...

 

  Pero Seiya no se quedo ahí a escuchar lo sucedido... ¿De qué servia?... ¿De que servia saber? Si Shun estaba muerto ¿De qué servia saber?... ¿Eso lo traería de nuevo?... No. Y ahí se acordó de su Diosa, de Saori... ¡Ella... Ella seguro podría hacer algo!... Nuevamente volvió a tener esperanzas. La buscó, a pesar de los tramites que debía hacer, se enteró del fallecimiento de Shun y se quedó en Japón. Seiya no comprendió por que aun no había intercedido, Saori se encontraba apoyada en la pared, al ver a Seiya le dedicó una sonrisa de compasión y tristeza:

--¡¡¡Saori!!!...-- Seiya dudó del pedido --Te enterastes, por lo que veo... -- Saori asintió comenzando a llorar lentamente --No po... No podrías... Hacer algo, traerlo...

  Athena cerró sus ojos en señal de cansancio:

--Perdón. Perdón Seiya. No, no puedo.

  El Pegasus no lograba comprender:

--¡¿POR QUÉ!?

--Mas allá de ser una Diosa, no puedo interferir en el plan divino-- Al ver el rostro de decepción de su Santo, exclamó --¡Te juro que desearía poder hacer algo! Pero no puedo. ¡Hay! ¡Dioses! ¿Por que a Shun? ¿Por que a el le tenia que pasar esto?...

  “¿A Shun nada mas?” Pensaba Seiya... ¿Y ellos que? ¿Y el que? ¿Y su hermano?... Y recordó: ¡Ikki!, Esta solo. Pero Saori siguió hablando:

--Fue un accidente, no puedo traerlo, es contra las reglas, si hubiese muerto por otra causa que no fuera por enfermedad o por accidente, ahí si tendría el permiso.

 

  Seiya salió corriendo del lugar, y comenzó a caminar, sus lagrimas brotaban solas, y no sintió vergüenza por ello, no le importaba que la gente lo mirase llorar, no fue silencioso, lloraba con todas sus ganas, como aquélla ves en el baño, como un niño pequeño caprichoso al que le prohíben una salida esperada por mucho tiempo. Y sintió algo que nunca creyó poder sentir, que nunca imaginó llegar a sentir: Odiaba a Athena, había creído en ella, y así le pagaba. Toda su fe, depositada en ella, en su protegida y protectora y así les pegaba a ellos, que eran sus fieles devotos, que tantas veces, él cómo Ikki, como Shiryu, como Hyoga, inclusive Shun habían arriesgado sus vidas por ella, y así les pagaba. Estaba indignado. Estuvo un rato sentado en el piso de alguna calle que ni él conocía, y cuando por fin reparó en donde se hallaba, comprendió que sus pies lo habían llevado a cualquier parte, comprendió que... ¡Ikki, por todos los Dioses, esta solo!. Volvió al hospital, sintiéndose mal por todas aquellas cosas que había pensado y sentido, se sentía arrepentido, y compendio que Saori estaba tan dolida como ellos, y de seguro, si podría hacer algo, lo mínimo no dudaría en hacerlo. Borró toda la bronca y todo el odio en su corazón.

   Se paró en la puerta de la habitación, lejos, para que Ikki no notara su presencia. ¿Cómo haría, como haría para ayudarlo a Ikki en un momento tan difícil, como haría para ser su sostén. Y a él... ¿Quien lo sostenía?. Seiya se sintió caer, no se sintió lo suficientemente fuerte para acompañarlo a Ikki en su dolor... Pero debía hacerlo, debía ser fuerte, Ikki lo necesitaba. Juntó coraje, respiró profundo, se secó sus lagrimas, y se hizo prometer no ponerse a llorar frente a su amigo. Al entrar Ikki se encontraba acostado en la cama, con la mirada perdida, ausente... Sin embargo no había lagrimas en sus ojos, reparó en la presencia de Seiya, y mirándolo le sonrió tiernamente. Esta actitud sorprendió al Pegasus, que esperaba ver a un Ikki destrozado, llorando a mas no poder, pero no; Ikki parecía estar mejor que él, eso aparentaba, aunque por dentro...

   Le hizo señas a Seiya para que se sentara a su lado, el Pegasus estaba callado, no supo que decir, sin embargo su amigo quebró el silencio:

 

--Me dan el Alta, ahora.

--Que bien-- Seiya no supo si su amigo estuba enterado de todo --Hee... Ikki, te enterastes ¿No?...

  Fue interrumpido por el Phoenix

--Si... Fui a verlo cuando su corazón aun latía...

  El Pegasus notaba el esfuerzo de su amigo por intentar no llorar.

--Y me despedí de el-- Ikki comenzó a llorar.

Seiya sin saber que hacer lo atrajo hacia si y lo abrazó.

--¿Sabes que Seiya?.

--¿Qué Ikki?

--Siento que no debo llorar. Tengo que ser fuerte por él, me da la sensación de que al llorar lo estoy atando a mí, como que me tiene que venir a consolar. Debo dejarlo ir. Cuando fui a verlo, le tome la mano, le dije que lo quería mucho, y que lo dejaba ir. ¡Dioses!... Verlo ahí sufriendo, él no se merecía eso...

--No. Shun no merecía sufrir-- Seiya aguantaba sus ganas de llorar

--Tenia que dejarlo ir... ¿Me entendes?... Y no debo llorar, por que si no el me viene a consolar, y no quiero atarlo. Tengo que ser feliz, tratar...

--Si, eso es lo que él mas quisiera... Que  seas feliz... Y no te culpes.

 

  Con aquellas ultimas palabras Ikki comenzó a llorar desconsoladamente, el Pegasus no supo que hacer, y se le ocurrió expresar con gestos lo que quería decir: Le beso tiernamente en la frente, y se quedo acariciándole sus cabellos. Ikki también creyó conveniente expresar lo que quiso decir, su agradecimiento por todo lo que lo había ayudado, con un gesto mas que con palabras, y sin miramientos, posó sus labios en la boca de Seiya, y le dio un beso aun más dulce del que le había dado su amigo. Seiya no se sintió incomodo, si no todo lo contrario, inclusive de sentirse halagado, en parte, a pesar del momento horrible que parecía una pesadilla en la cual si dormía tal vez lograse despertar, se sintió un poco feliz entre tanta desdicha.

   Y recordó a Shun (¿Cómo estaría Hyoga con todo esto?), en realidad no pudo sacarlo de su mente, no quiso tampoco, no quiso olvidarlo, tal vez si quería olvidar el dolor, pero no a él... Y recordó a Shun, quien le había enseñado lo importante de expresar los sentimientos, cuando aun hay tiempo... Y se sintió mal, mal por no poder haberle nunca dicho en vida cuanto lo quería... Pero eso no volvería a pasar:

 

--Te amo Ikki-- Susurró el Pegasus al oído de su amigo que aun lloraba sobre sus hombros.

 
 
FIN.
 
 

  Dedicado a mi angelito, que me guía desde el cielo, (Te recordare todos los días que quedan de mi vida aun mas cada 24 de diciembre)... Y a su madre, hermana no de sangre, pero sí del alma.

 

  Gracias, me sirvió mucho poder volcar todo lo que sentía... los hago participe de mi dolor... Peeeerdoooooooon!!!!!!!!!!!.

 Por favor manden su comentarios, pero nada negativo de este fics, por que burlarse de esto significa burlarse de mis sentimientos.

 

GRACIAS de todo corazón.

 

LEEAN MALENTENDIDOS!!!!!!!! Es un fic que hicimos con un amigo, es una parodia a la serie hecho con mucho respeto, por que Saint Seiya merece respeto.

 

  Bueno, termine... puedo hacer un fics Yaoi de Saint Seiya sin Lemon ^_^.

 

ExclamaciondeAthena@hotmail.com

 
 
 

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