TaeMin tomó su mano cuando quiso hablar.
- Key... yo no lo sé -bajó su rostro esperando que le dijiese algo.
Quizás se enojaría con él después de lo que hace segundos habían vivido, pero no podía mentirle pero tampoco podía mentirse a si mismo.
Entrelazó sus manos para continuar.
- Key.... me gustas, pero... quizás no te sea suficiente -acarició su mano para sentir aquel anillo en su dedo, lo elevó a sus rostros- el anillo....
Miró el anillo al igual que TaeMin.
-Lo odio con toda mi alma, pero a al vez es importante para mí... Ya que me lo regalaste tú.- Key sonreía tristemente mientras decía eso.
Volvió a mirar a los ojos a TaeMin, esos ojos que siempre estaban llenos de inocencia y dulzura.
Y aunque le parecía un poco tonto, el también comenzaba a odiar aquel dichoso anillo que.... le regaló ¿en su otra vida?
No pudo evitar reír notando que había llamado la atención de Key.
-Si no fuera por esto... -suspiró, cuando algo le llegó a su mente-Key... ¿no te has preguntado porque no puedes quitarte el anillo?
Ahora que lo pensaba, agua y jabón podría quitar el anillo, pero Key le había dicho que había intentado todo. Entonces... ¿cómo puede quitarselo?
Estaba curioso por saber si había una forma de hacerlo, quería ayudar.
-¿Eh? Es cierto...- Comenzó a pensar mirandose el anillo, lo había intentado todo, con un anillo normal tendría que haberselo sacado pero...
¿por qué ese anillo no?
- Ahora que lo dices... Tal vez tenga algún especie de encantamiento.- Sonaba a cuentode hadas, pero si TaeMin había perdido la memoria ¿podría ser cierto, no? -A los dos se nos apareció el mismo chico o lo que sea... La verdad...
Alzó la mano abriendo los cinco de dedos de la mano.
- Tal vez... Como me lo regalaste tú. Solo tú piedas sacarme lo cuando...Vuelvas a sentir lo mismo que sentiste cuando me lo regalaste... ¿No?
Escuchó todo aquello que le dijo Key, parecía un cuento de hadas, ese que le contaba su mamá cuando era niño.
- Puede ser, pero... ¿y si no se puede? -preguntó temeroso recordando las palabras que le había dicho aquel sujeto en su sueño-... en mis sueños él me dijo que si no recordaba, nada volvería a ser como antes.
Agachó el rostro sintiendo triste queriendo llorar por lo cual comenzó a sollozar, no quería perder a Key. Le gustaba, no, eso no era suficiente. Le encantaba.
- ¿Y si no puedo lograrlo? -miró a Key con los ojos llorosos- No quiero perderte, pero... dime Key, ¿hasta cuando tengo tiempo para saber si te amo?
Notó como Key se sorprendió de ello. Si, sospechaba de alguna manera, con las palabras de sus sueños, que su tiempo se le terminaba.
Key abrió los ojos mirando a TaeMin, tragando saliva sentandose en la cama, cogiendose las piernas.
- Hasta el estreno de la obra...- Dijo tristemente. Miró a TaeMin. -Yo tampoco quiero perderte... Te quiero demasiado para perderte. Hasta el día de la obra... No perderé la esperanza. He llorado demasiado como para llorar ahora.- Dijo poniendose un poco bien el pelo volviendo a mirar a TaeMin, acariciandole el pelo.
TaeMin no podía evitar sentirse mal escuchando sus palabras, si tan solo no fuera tan indeciso. Faltaba poco tiempo y él aún andaba con rodeos.
- Quizás no te merezca Key -dijo bajito, sintiendo la mano de Key sobre su cabello. Tomó la sábana de su cama tapandose con ella- Pero... quizás esto sea una prueba, no lo sé... pero quiero intentarlo.
Tomó la mano de Key mirando el anillo, como le había dicho quizás el solo podía quitarselo.
- No... no sale -intentaba quitarselo, pero este no salía- Key, perdóname...
TaeMin se lanzó a sus brazos decargando su enojo consigo mismo, sabía que quería a Key pero para el conjuro, o lo que fuera, no era suficiente. No podía quitarselo.
De pronto vio como TaeMin le intentaba sacar el anillo. Key podía ver como el menor se esforzaba, cuando TaeMin se tiró sobre él. Sin pensarselo correspondió su dulce abrazo.
-No te pongas así TaeMin... Me duele verte así.
Key intentó sonreir para no hacerlo sentir mal.
- Lo sé, pero...
Sabía que debía evitar llorar, sobre todo porque había pasado uno de sus mejores días. Con Key junto a él, en su habitación, en su cama después de todo lo que pasó entre ellos. Intentó sonreír tomando su mano.
- Me esforzaré, lo prometo. Aún nos queda hasta el día de la obra.
No quería perder a Key, tampoco quería irse de su lado. Aún debían mantener las esperanzas.
Key sonrió ante las palabras de TaeMin, sabía de sobra que podía confiar en él.
-Oye... ¿Tú madre no viene?- Dijo curioso. -¿Siempre estas así solo?- Dijo Key acariciando el pelo de TaeMin suavemente.
Le gustaba que le acariciara su cabellera de forma tierna.
- Si -contestó ante su pregunta- Mi madre casi no para en casa, a veces llega demasiado tarde y se va temprano -miró aquella ventana de su habitación, viendo que el cielo ya estaba oscuro- ¿quieres algo de comer? Normalmente tengo que cocinar yo, mi madre tampoco lo hace.
-¿Qué?- Key abrió los ojos. -No voy a dejar que mi TaeMin se muera de hambre. Soy un perfecto cocinero.- Decía echandose flores. -Así que esta noche vas cenar muy bien.
Decía saliendo de la cama, poniéndose la ropa.
Observó a Key vestirse lentamente, y no pudo evitar sonrojarse, aún sentía verguenza de verlo semi-desnudo.
-Lo sé, si ceno contigo seré feliz -le dijo sonriendo con su mejillas teñidas de rosa- para mi es suficiente que estes conmigo, aún si me muero de hambre.
Como si su estomágo le leyese la mente comenzó a crujir. Key no pudo evitar reír y TaeMin sentirse avergonzado.
Acabó de vestirse mirando a TaeMin con una dulce sonrisa. Cuando un ruido apareció del estómago de Tae, haciendo que Key riera.
-Vistete TaeMin, mientras iré a la cocina.- Decía saliendo del cuarto entrando en la cocina, poniendose un delantal que encontró, abriendo la nevera sacando comida, sacando de los muebles sartenes y los utensilios que necesitaba cuando vio a TaeMin.
-Sientate, que prepararé la cena.- Sonrie con una sarte en una mano y en la otra un cucharón.
TaeMin obedeció a Key buscando sus ropas tiradas por el suelo. Luego devestirse bajó a la cocina escuchando como los cajones se abrían. Apenas Key habló con los sarternes en mano y un cucharon no pudo evitar reír.
- ¿Sabes? -preguntó entrando a la cocina- Verte con ese sartén y el cucharón da miedo.
Río queriendo abrazar a Key cuando lo vió girarse. Pero desistió, ya después lo haría.
Ante las palabras de TaeMin hizo un mueca y luego sonrió al ver a TaeMin reir.
-Porque no me has visto enfadado de verdad que si no... - Decía encenciendolos fogones mientras cortaba la carne. Comenzando a hacer la cena concentrado en lo suyo.
Apoyado contra el mesón obversaba como Key se movía de un lugar a otro siendo dueño de su cocina. Era increible como maneja el cuchillo, como sabía lo que hacía. No podía dejar de observarle cuando este le devolvió la mirada preguntandole.
- Me gusta verte cocinar -dijo sonriendo, notando como ya estaba apagando el fuego de la olla. La cena ya estaba casi lista y TaeMin quería probar las cosas que había preparado Key.
Key seguía moviendose de un lugar a otro sin parar, quería hacerlo genial, pero sentia claramente una mirada sobre él, viendo a TaeMin.
- Me gusta verte cocinar.
Esas palabras de algún modo le hicieron muy feliz a Key. Al cabo de unos veinte minutos, finalmente acabó poniendo todos los platos sobre la mesa, junto la bebida. Sentandose Key delante de TaeMin, viendo la cara que puso al ver los platos.
-Venga... pruebalos.- Dijo algo impaciente.
Vió todo ordenado en la mesa, ¡todo lucía delicioso!
Tomó sus palillos y comenzó con aquel tazón de fideos, probandolos.
- Key... -dijo terminando de tragar ese exquisito plato- Esto es delicioso.
Sonrió llevandose otro bocado. Viendo todos los platos allí le daban ganas de querer comerselo todos. Key es un gran cocinero.
Estaba más que satisfecho, había cenado como nunca en su vida. Acompañado y con comida rica. No podía ser nada más perfecto eso día.
- Gracias por la comida -dijo TaeMin sonriendo mientras se levantaba de la mesa para lavar sus platos- Ahora lavaré yo.
La puerta de la entrada se escuchó abrir. Su madre habia llegado a la casa, hoy. Justo ese día, había regresado temprano.
Se alegró que le gustara a TaeMin, cuando se levantó pudo escuchar la puerta. Bajó la mirada algo molesto, estaba a solas con TaeMin y tuvo que llegar su madre.
-Hola señora.- Dijo Key cuando su madre entró en la cocina. -Bueno... Será mejor que me vaya.- Decía mientras se quitaba se quitaba el delantal y lo dejaba en la silla.
Salió de la cocina despidiendose de su madre, TaeMin acompañó a Key hasta la puerta principal.
-Te vendré a buscar mañana.- Sonreía Key delante de TaeMin.
Acompañó a Key hasta la puerta para despedirse de él, su madre seguro le esperaba en la cocina o simplemente estaba comiendo la comida que había quedado.
TaeMin asintió ante las palabras de Key sonriendo y recordando que antes se había aguantado las ganas de abrazarle, esta vez lo hizo.
- Que tengas buenas noches Key -le dije cerrando la puerta para entrar en su casa.
- TaeMin, no he visto a JongHyun -su madre le dijo apenas le vió entrar por la puerta- ¿Han peleado?
- No -negó dirigiendose hacia las gradas- Buenas noches mamá.
Su madre no sólo le había quitado tiempo de pasar con Key, había mencionado también a JongHyun y no pudo evitar sentirse mal. Entró en su habitación viendo el desastre en su cama, sonrojandose al recordar como Key y él habían estado bajo esas sábanas.