La hora pico empieza, y yo, rápido me cambio y empiezo a trabajar, debido a que tengo un trabajo de tiempo completo, trabajo cuarenta horas a la semana, ¡ES INCREIBLE QUE MI PARE ME OBLIGUE A TAL COSA! Dice que eso me hará un hombre responsable e independiente ¡TENGO SUERTE DE QUE SAQUE NOTAS ALTAS! Así es, soy unos del salón que sacan notan altas pero, por suerte, como yo no me hago notar, nadie sabe que soy yo.
Llega una entrega a la calle Nápoles, numero #521, son dos pizzas de peperoni, y un six-pack de coca. Las meto en la bolsa térmica para pizza, luego me meto al carro y me voy hacia la dirección indicada. Me detengo en el semáforo, son las 6:35 P.M. el cielo está despejado y está empezando a oscurecer. El vecindario en donde voy a entregar la pizza, es un vecindario medio, esta bonito y esta siempre tranquilo, por suerte dan buenas propinas y a mí me conviene mucho eso, ya que mi padre no me quiere pagar la universidad y yo la tengo que pagar, así que todo lo que me gano es para los ahorros para ir a una buena universidad.
Llego a la casa y es una piyamada de Sakura Haruno, ya enfadosa de mi clase (según yo), me invita a la fiesta, adentró estaban otras compañeras que yo conocía y todas me animaban menos una: era Hinata Hyūga, algo parecida a nosotros ya que ella también es como una “equis” en la escuela, pero solo es reconocida por su primo ya que él hace mucho alboroto. Les digo que tengo mucho trabajo y me voy rápido de alli.
Me devuelvo a la pizzería a las 7:05 P.M., Sakura y las demás me hicieron perder mucho tiempo, normalmente hago las entregas en aproximadamente 15 minutos mínimo. Me llegan otras dos órdenes, las cuales me reporta Konan, la mejor (en mi opinión) jefa de todas, enserio, ¡Ella sí que sabe muy bien cómo organizar! Es que ella es súper cool, es practicante de artes marciales, ella es la jefa en el horario nocturno, me da siempre confianza, tanto que la considero como mi hermana mayor, ya que esta joven. Por supuesto, también tenemos gerente, se llama Samui; ella es como yo, fría, calmada, solo habla lo necesario, madura para su edad (ya que es solo un año mayor que yo, ¡increíble que tenga ese puesto!).
Vuelvo al auto y llevo las entregas, primero voy a la más cercana que es la calle Robles, giro a mano derecha, la casa es la numero #856; ahora este es el tipo de barrios típicos pobres que hay en la ciudad, casas descuidadas, algunas abandonadas, etc. Yo nomas entrego la pizza que son cinco: dos de peperoni, una hawaiana y dos mexicanas; junto con 3 six-pack, una sprite, una coca y la otra fanta de naranja. Toco la puerta y es un joven de mi misma edad, todo borracho y con una botella en mano.
- ¿Cuanro…. hick… sssss?
- Son 720 pesos por favor.
- Ahhh…hick…bien….peraaaaaaaaaaate….hick….aquiiiiiiiiiiiiiii….hick……………tie…..hick……..nesssss
Me da cuatro billetes de doscientos y me cierra la puerta de un portazo, la mejor propina de la noche, ochenta pesos de propina, es algo de suerte para un tipo de barrio como este. Me subo al carro y checo la hora; son las 7:15 P.M. me quedan 5 minutos para entregar la otra orden. Toco la canción de KANYE WEST “Stronger”, y me voy a toda velocidad a la otra casa. Es la calle Margarita, casa numero #790; aquí no es un barrio muy pobre, pero lo sigue siendo, pero no tanto como el anterior.
El que me abre la puerta es una señora, al parecer, madre de 3 niños.
- Son 125 pesos por favor.
- Toma.
Me da de propina diez pesos, no es mucho pero algo es algo. Así continúan las entregas hasta las 9:55 P.M. quien alguien pide una personal con una coca, es algo raro ya que la mayoría son pizzas grandes. Me toca entregarla. La dirección que me dan es la calle Destino, numero #497, alli es donde se acostumbra a vivir gente calmada.
Llego a la casa y toco la puerta, por fuera la casa es sencilla pero se ve acogedora, ustedes saben, sencillo pero bonito.
- ¿Cuánto es?- Me pregunta mientras está de espaldas revisando en sus bolsillos de pantalón traseros cuanto tiene.
- Son 42 pesos por fa…- Ni bien termino la frase cuando voltea de frente.- ¿¡PROFESOR!?- Digo quedando congelado en ese instante, ¿Qué pensara de mi?, ¿me preguntara porque en vez de descansar o cualquier otra cosa ando repartiendo pizza por las calles?, ¿Por qué ando trabajando?, etc.
-¿Eres… Sasuke Uchiha verdad? – Me pregunta.
-…- No le podía responder por la impresión.
- Oye, ¿Qué haces haciendo esto y a estas horas?
- …
- Aunque sea dime algo.
- Demonios…
- Bien toma, 60 pesos, pero vamos hombre, ¿te piensas quedar así?
- No…
- Bien pues… hasta el lunes.
Cierra la puerta con delicadeza. Yo ahí me quedo parado como idiota durante un rato, después checo la hora, son las 10:10 P.M. Me relajo un poco y me voy de nuevo a la pizzería, se empieza a poner calmado el trabajo y salgo a la 1:20 P.M. debido a que debo trapear el lugar cuando me toca.
Regreso a mi casa y todo parece tranquilo. Mis padres duermen y yo me meto a dormir con el uniforme de la pizzería puesta y me duermo profundamente. De todos modos mañana es sábado y por fin podre descardar del trabajo y la escuela por estos dos días. Así ha sido desde que cumplí los dieciocho. Es muy agotador pero ya me tuve que acostumbrar. Mañana va a ser un día bastante relajante, aunque tengo la preocupación del profe, ¿Le dirá algo a los demás?, ¿o lo ignorara?, no se pero para eso tengo todo el día de mañana para pensarlo.