Entre a mi propia habitación y yo aun no podía creer lo que estaba pasando ¿Era un sueño? No, era real, pero por dios, no puedo sacarme la sensación de los labios de Daiana sobre los míos. Me acosté en mi cama, y tape mis ojos con mi brazo, en ese momento siento la puerta abrirse, me levanto para ver quien era y era mi amada.
Cuando ella entro en mi habitación, mi corazón comenzó a latir descontroladamente, el beso que medio hace unas horas me dejo shockeada, ella se acerco a mi, no encendió las luces, solamente la luz de las estrellas nos iluminaban. Me abrazó, yo me sentía muy calida, también estaba al borde de las lagrimas. Nos miramos fijamente, y me beso, varias lágrimas escaparon de mis ojos, yo la abrasé con todas mis fuerzas, caímos en la cama, no nos queríamos soltar nunca. El beso que comenzó cariñoso, se torno cada vez más lujurioso, nuestras lenguas se encontraron luchando una con otra, nuestras manos tocando cada parte de el cuerpo de la otra, intentando abarcar lo más posible, estábamos desesperando por tocarnos cada vez mas.
Ella poco a poco, me fue desvistiendo, yo siquiera había insinuado nada, y ella quería hacerlo.
- Dai, ¿Estas segura de que esto es lo que quieres?
- Si estoy muy segura, te amo, quiero que mi alma se funda con la tuya por siempre – me miro a los ojos, tenían un brillo muy especial, mas especial que de costumbre, realmente estaba excitada -
Ella acariciaba mi pecho, yo no sabia bien que era lo que sentía en ese momento, si dolor, pero un dolor agradable o deseo. Mi cuerpo se estaba incendiando por dentro, y el de ella también, si nos hubieran tomado la temperatura en ese momento, nuestro cuerpos tendrían unos 100º C. En ese momento recordé la pareja que vi aquella noche, cuando pensé que ella estaría haciéndolo con un hombre y como mi corazón se desgarro por completo, y ahí estaba yo apunto de hacerlo con la mujer que amaba.
Su piel era suave, sus ojos me miraban y mi corazón estaba a punto de explotar. Comenzó a besar mi cuello, y poco a poco fue bajando marcando un sendero de besos por todo mi torso, yo estaba a punto de perder el control, al llegar a mi ombligo me miro fijamente, y antes de que me diera cuenta pude sentir sus dedos tocándome, yo, por mi parte ya estaba totalmente ida, perdida entre sensaciones placenteras y el deseo y la lujuria que me provocaban querer hacerla mía, ella estaba a punto de entrar en mi, en un modo que jamás lo había hecho. Afuera el cielo se oscureció y comenzó a llorar nuevamente, esta vez lloraba de alegría, por mí, por ella y por nuestras almas. “¿Puedo?” me pregunto, yo por supuesto asentí, y deje que ella entrara en mí, me sentía fuera de este mundo, nuestros cuerpos desnudos se rozaban, comenzamos a jadear las dos, yo estaba enloqueciendo de placer, sentía como ella me penetraba cada vez con más intensidad. Luego yo entre en ella y nuestras almas se fundieron en una sola, como ella quería, como yo siempre quise.
- Ah, ah, ah, Cami, ah, ahí – sus jadeos, sus besos, jamás pensé que algún día podría verla así, y mucho menos conmigo, todos los sonidos que ella emitía por su boca me hacían querer mas de ella, mi deseo por poseerla por completo esa noche era insaciable –
- Ah, D-Daiana, por favor no pares – supongo que ella estaría igual que yo, en sus ojos se denotaba claramente su desesperación por hacerme suya -
Éramos una al fin, nuestros cuerpos, nuestras mentes, nuestras almas, sellaron la unión entre nosotras dos.
Cuando terminamos ya casi estaba amaneciendo, estuvimos haciendo el amor toda la noche, estábamos transpiradas y abrazadas en la cama, ella me despertó con un beso, nunca pensé que eso pasaría, era como si mis sueños se hubieran hecho realidad.
- Buenos días amor mío – me dijo con una voz hermosa –
- Buenos días amor, ¿Como dormiste?
- Lo poco que dormí, fantástico – me dijo riéndose, bajamos a hacer el desayuno antes de que Kat se diera cuenta, si ya no lo había hecho, de que estuvimos juntas toda la noche –
- Buenos días tórtolas - dijo Kat y me miro cómplice, ella ya se había levantado, pero ¿Sabrá que Daiana y yo lo hicimos? -
- Parece que ustedes dos durmieron muy poco, por lo que escuche tuvieron una noche muy ocupada ¡Eh! – Se reía de nosotras, y nos miraba, era totalmente evidente que Kat se dio cuenta, Daiana me tomo de la mano y me beso, me sentía realmente feliz, nunca me había sentido así en años –
- Bueno parece que te diste cuenta Kat, es cierto tuvimos una noche un poco ocupada – dijo ella y me miro sonrojada –
- Cierto, pero una noche hermosa – le conteste y la mire a los ojos -
- Bueno ¡Basta ustedes dos! ¡Desayunen ahora, que no me levante temprano a hacerles la comida como siempre, para que ahora no coman! – exclamo Kat regañándonos. -
Esa tarde, le pedí a Daiana que me acompañara a un lugar, la lleve a un local de música, y le dije que eligiera una guitarra, la que mas le gustara, ella me miro un poco extrañada, y eligió una que tenia un reborde rojizo, y esa compre. La afine y la lleve a la reserva natural y ahí pasamos la tarde entre tonadas de canciones y besos.