Esa mañana ella se despertó con una sonrisa, me beso y fuimos con Kat a almorzar como siempre, cuando Diana se fue al trabajo yo me quede a hablar con ella.
- Creo que ya encontré la respuesta a esa incomodidad que te conté hace unos días atrás
- ¿Y? ¿Cuál es?
- Sueños sin cumplir, ahora que tengo lo mas preciado para mi, tengo un remordimiento por no haber cumplido mis otros sueños, como viajar a Grecia – ella me miro fijamente y me dijo sin una expresión en particular –
- ¿Y por que no invitas a Daiana a viajar?
- No lo se, ella trabaja y yo estoy en la facultad así que no creo que pueda, además no se si le guste Grecia etc.
- Nunca lo sabrás si no le preguntas – Kat tenia razón, no quería molestarla mas ella parecía muy ocupada -
- Veremos, me voy yendo a la facultad, nos vemos Kat
Mientras caminaba hacia mi moto, pensaba en invitarla para cuando empezaran las vacaciones de verano, camino a la facultad, vi un vestido blanco hermoso que pensé se vería perfecto en Daiana, no pude resistir el impulso lo compre, no era nada ostentoso era bastante simple, pero definitivamente muy bello, durante todo el día no pude concentrarme en las clases, solo esperaba llegar a casa y dárselo a mi amada, y luego invitarla a Grecia. Una de mis compañeras que sabia que tenia novia desde hace años me pregunto:
- Para quien será ese regalo ¿no? – ella se reía de mi, y me sonreía –
- Jaja es para Daiana, la quiero invitar a viajar conmigo a Grecia y pase con la moto por un local de vestidos camino hacia aquí y lo vi, no pude resistir el impulso y lo compre para ella
- Realmente siempre estas pensando en ella ¿Verdad? Eres muy buena novia ojala yo pudiera conseguir a alguien que se preocupe así por mi todo el tiempo, y ¡Además la invitas a Grecia! Eres increíble – supongo que ella tenia razón, siempre estoy pensando en mi amada y no podía evitar preocuparme por ella y por que podría necesitar –
- No creo que sea para considerarme increíble, pero siempre suelo estar pendiente de ella, no por desconfianza ni nada de eso, solo que procuro estar al tanto de lo que ella quiere y pretendo hacerla lo mas feliz que puedo no solo con este tipo de cosas, también se lo demuestro de otras formas, se podría considerar que soy de alguna manera devota a ella
- Si, realmente lo eres, le tengo envidia a tu novia, eres una excelente persona, nadie suele percatarse de las necesidades de su propia pareja, y tu lo haces con tanta facilidad y eres feliz pensando siempre en ella, ansiosa cada día por llegar a tu casa para verla, desearía que fueras mi novia – eso ultimo lo dijo en un tono burlándose de mi, aunque podría tener razón –
- Bueno Andy ya se hizo la hora de que vuelva a casa con mi novia, nos vemos el lunes
- Nos vemos Cami
Al despedirme de ella no me di cuenta que Salí casi corriendo de ahí para llegar a la moto que me esperaba para llevarme a mi hogar.
Mientras iba manejando en la calle luego de varios minutos me di cuenta que iba demasiado rápido y baje la velocidad, cuando llegue entre ansiosa y nerviosa, ahí estaba ella durmiendo, llego cansada del trabajo y por fin pudo descansar, ni siquiera se había sacado los zapatos.
- Hey amor, despierta – le dije suavemente al oído –
- Hola Cami, perdón llegue y me acosté un rato por que estaba cansada y sin darme cuenta me dormí
- Si, lo imagine, ahora cierra los ojos – dije muy sonriente y entusiasmada por darle su regalo, a pesar de que me miro un poco extrañada, lo hizo –
- ¡Que hermoso! – exclamo ella al ver el vestido – ¡No debiste comprarlo! ¡No era necesario!
- Cuando iba camino a la facultad lo vi y tenia que comprarlo, es tan bello como tu, así que lo compre para ti – ella estaba fascinada con su nueva prenda, su sonrisa era preciosa, me hacia muy feliz verla sonreír.
Esa noche fuimos a cenar al bar de Kat, y Daiana insistió para ponerse su nuevo vestido, cuando llegamos Kat me miro asombrada, y dijo exactamente lo mismo que Daiana.
- ¡Que vestido más precioso! Veo que Camila tiene buen gusto si se trata de consentir a su amada ¿No? – dijo entre pequeñas risitas, ambas nos reímos en ese momento, en el transcurso de la noche el bar se iba llenando cada vez mas, debía decirle a Daiana sobre el viaje. Mas tarde me di cuenta el por que había tantas personas esa noche, se sentía como si hubiera muchas mas estrellas de lo normal acompañadas de una luna inusualmente brillante que invitaba casi obligadamente a salir de casa. -
- Hay otra sorpresa mas de la que quería hablarte, es algo que siempre quería hacer pero por una cosa o por otra nunca se dio y ahora creo que seria un excelente momento
- Tus sorpresas siempre me pusieron nerviosa, ansiosa, pero nerviosa, dímelo me muero por saber con que loca idea saldrás ahora – decía cada palabra con un tono de excitación, como si fuera una gran aventura cada una de mis ocurrencias, sus ojos brillaban de felicidad, de ganas de saber que nos esperaba –
- Siempre quise viajar a Grecia, y ahora que puedo, quiero ir contigo – estaba desesperada por saber que opinaba ella, pero en sus gestos podía denotar que pensaba –
- ¿¡Ahora!?
- ¡No! No, ahora no, cuado ambas estemos de vacaciones, tu puedes elegir que días te iras de vacaciones en donde trabajas ¿No es así?
- Si, pero…
- Bueno puedes hacer que coincida con mis vacaciones en la facultad y nos podemos ir dos semanas – no me di cuenta de lo exaltada que mi voz sonaba, realmente quería viajar, y rogaba al cielo y a cada astro que ella también quisiera –
- Pero, es que yo… - en su cara podía ver claramente una agobiante preocupación –
- ¿Que pasa? ¿Hay algo mal? ¿Te sientes bien? – me asuste por un momento, creí que ella se desmayaría, y todo por mi culpa –
- No, estoy bien es solo que, yo le tengo miedo a los aviones – su cara se sonrojó y yo no pude contener mi alivio de que solo fuera eso –
- Así que es eso, bueno amor, aun faltan dos semanas para que comiencen mis vacaciones, podemos hablarlo mas tranquilas luego, no es algo que tengamos que decidir ahora mismo, todo estará bien – ella me miro mas calmada, aunque su cara aun estaba un poco rojiza.
Al terminar la cena volvimos a casa, ella me abrazo y me dijo al oído:
- Te amo, nunca me dejes sola, no se que haría yo sin ti a mi lado – me sentí extremadamente conmovida por sus palabras, aunque la verdad, que haría yo sin ella, creo que pedirle que viaje conmigo seria demasiado, si le teme a los aviones, yo jamás la obligaría a hacerlo –
- Yo también te amo, tanto que estar en la facultad alejada de ti por horas me es una tortura, y debo tener cuidado de al volver a casa no acelerar la moto para llegar lo mas rápido posible a verte, no quiero que te sientas obligada a viajar, no es ninguna urgencia ese viaje – la abrasé como si mi vida dependiera de ello, y de alguna forma así es.
Nos besamos para saciar el deseo, pero con cada beso queríamos mas y mas, hasta que no pudimos soportarlo, y no llegamos a la cama, lo hicimos ahí en el suelo, era una sensación nueva, casi siempre lo hicimos en una cama, me encantaba tocar cada parte de su cuerpo, sentir su piel con cada roce, para sorpresa mía el vestido era fácil de sacar, aunque mi pantalón represento un reto mayor para ella, no pudo aguantar y rompió sus costuras con tal fuerza que hasta alcanzo a rasguñarme la pierna, el cierre se había trabado con algún hilo seguramente y por eso ella no pudo abrirlo.
El sexo entre nosotras era medianamente frecuente, pero tan intenso como la primera vez, a Daiana le encanta besar y tocar mi espalda, mi cuello y luego con el roce de sus labios sintiéndose en cada vértebra, sus manos fueron por mi cintura para llegar a mi vientre y luego mas abajo aun , un escalofrió me recorrió todo el cuerpo, podía sentir sus manos tocando en lo mas profundo de mi ser, me sentía cada vez mas mojada, y al mismo tiempo era como si estuviera apunto de perder el control, al borde de enloquecer.
Al terminar estábamos mirando el techo y recordando algunas cosas sin sentido.
- Voy a buscar miel – dije y me dirigí a la cocina –
- ¿Para que quieres miel? – me dijo con una sonrisa curiosa
- Para untarla en tu cuerpo, así tenemos algo mas interesante para hacer que mirar al techo – a pesar de que lo había dicho en broma, esa no era una mala idea, principalmente era solo por que se me antojaba comer algo dulce, y ahora se trasformó en un juego erótico era gracioso –
- ¡Ninfomana! - se escuchaba sus carcajadas desde la otra punta del departamento –
- Luego la loca soy yo ¿No? Tu te estas riendo como si fueras una loca ahí tirada y desnuda en el suelo y la ninfomana soy ¿yo? – estábamos molestándonos mutuamente solo por diversión, pero la idea de la miel era interesante –
- Ya vuelve aquí yo también quiero – también quería ¿Qué? ¿Comer miel o volver a tener sexo? –
- OK – me senté a su lado y no hice caso a sus insinuaciones, cuando me di cuenta estaba con mis manos llenas de miel y mi cara también, desde siempre que soy un desastre con eso, pero solo me pasa con mermeladas o con la condenada miel ahora tendría que limpiar –
- Ten, ¿No querías miel? – y le extendí mi mano cubierta de ella, para gusto y deleite de mi mente, ella comenzó a lamerla –
- ¿No era que me ibas a cubrir con ella? – me sonrió con una mirada penetrante –
- Demasiado trabajo, mejor lame tu los restos que quedaron en mis manos y cara, así no tendré que limpiarme – le devolví esa sonrisa pervertida que tenia, y pensé, ¿Y la ninfomana soy yo? Hay que ver quien lo dice ¡Eh!
Luego de todo ese juego terminamos llenas de miel hasta los tobillos, y tuvimos que ir a bañarnos de todos modos, antes de quedarse dormida me abraso y me dijo
- Te amo, y quiero ir a Grecia contigo, quiero ir hasta el fin del mundo si es a tu lado –
- No quiero que lo hagas solo por que te sientas obligada, mañana lo hablaremos, te amo, ahora descasa, mañana es un nuevo día.