Al despertar al día siguiente estábamos las dos abrazadas una a la otra, mi corazón no me dolía, ahí quería quedarme, quería que ella se quedara ahí conmigo, me volví a dormir al despertar unas dos horas mas tarde a eso de las 10 AM, ella no estaba en la cama, me levante, con un miedo oculto, de volver a estar sola, la encontré preparando el desayuno, yo sonreí totalmente enternecida por lo que estaba haciendo y entre a la cocina para abrazarla desde atrás, bese su cuello con gentileza.
- Buenos días – dije alegremente –
- Buenos días dormilona, estaba preparando tu desayuno – dijo un poco sonrojada –
- Lo se, no tenias por que, me deberías haber despertado, pero muchas gracias, por hacer esto, no entiendo como tu novio te dejo por una zorra como esa
- No hablemos de él, solo quiero pasar el día contigo – dijo un poco avergonzada –
- Yo también, me encantaría, por favor quédate conmigo – le dije sinceramente, con cariño –
- Me quedare a tu lado todo lo que quieras – me dijo, luego me beso, y le ayude a hacer el desayuno, comimos las dos en la cama, y ella me daba de comer en la boca, me sentía realmente feliz, realmente estaba considerando empezar una relación seria con ella. Pasamos la tarde en la cama mirando la tele, escuchando música y dándonos mimos, las dos estábamos muy melosas.
- Se que tal vez es muy pronto pero, pero… - estaba muy nerviosa yo quería formalizar mi relación con ella –
- Dime, no tengas miedo, todo estará bien – intento tranquilizarme –
- Yo quisiera que, que… ¡Seamos novias! – Dije soltando esas últimas dos palabras con todas mis fuerzas y me sonrojé bastante –
- Yo también – me miro calidamente y me beso, yo me sentía a salvo con ella, y sin darme cuenta, me dormí sobre su pecho.
Otra vez volví a despertar y ella no estaba ahí, esta vez supuse que se había ido a su casa, cuando me levante fui a la cocina y encontré una nota de ella “ya vuelvo, mi amor, fui a comprar unas cosas para la cena, tome tus llaves, no te me asustes que voy a volver, con amor Florencia.” Me sentí mucho mas aliviada, por alguna razón ella me hacia sentir como curada del dolor que me causaba Daiana, y eso era muy bueno, me fui a duchar mientras esperaba por su regreso, nunca me sentí mas feliz estando en mi hogar, creo que me estoy dejando amar , como me aconsejaron Kat y Flor.
Sentí la puerta abrirse, Salí con una sonrisa de la ducha para recibirla, toda mojada y desnuda la abrase con todas mis fuerzas y la bese ella me sonrió y me miro calidamente, devolviéndome el beso.
- Te ayudo con las bolsas, amor
- No es necesario yo puedo
- No, no por favor déjame ayudarte, ¿Y que es lo que vamos a comer hoy?
- Ensalada, con filetes de pescado a la sartén y puré de papas
- Mmm eso suela totalmente exquisito
- Estaba preocupada sobre que cocinar, no sabia si te iba a gustar
- No importa siempre que lo cocines tu estará bien para mi
- Que agradable eres una vez que te dejas querer, no imagine que fueras tan melosa y gentil
- Es que es raro que sea así, muchas cosas pasaron en mi vida por eso me volví bastante hostil con los demás
- No te preocupes yo cuidare de ti – me miro a los ojos, su mirada reflejaba tanto amor, tanto cariño que me conmovió, y pensé quizás si sea posible olvidar a Daiana, quizás el dolor no vuelva, una gran luz de esperanza nació en mi cuerpo y estaba representada en ella, en Florencia, nuevamente ella se quedo a pasar la noche conmigo, no me podía sentir mas tranquila, ella era como mi protectora, aunque solo me llevaba un año de edad, no era mucho mas grande que yo, pero su personalidad, ella me hacían sentir relajada.
Esa noche también hicimos el amor, en la mañana siguiente la invite a desayunar al bar, y de paso tenia pensado presentarla a Kat como mi novia. Durante el camino lo consulte con ella para asegurarme que no tuviera problema en que yo la presentara como mi pareja.
- No, no hay ningún problema, estoy deacuerdo con la idea – me dijo sonriendo –
- Muy bien, entonces hoy te voy a presentar a Kat, la dueña del bar donde siempre voy, es amiga mía, mas que amiga es como una madre o una hermana para mi
- ¡Increíble! Es bueno tener gente que se preocupe así por ti, por lo poco que se de ti sufriste bastante y es bueno tener gente así que te mantenga a flote
- Como tu, sin ti, mi corazón hubiera seguido sufriendo, algo en ti lo curo de su dolor y ahora esta muy bien – dije mirándola con amor.
- Te amo – me dijo con una sinceridad reflejada en su rostro y amor en su mirada –
- Yo también te amo. – no sabia si “te amo” era precisamente las palabras que describieran lo que sentía yo por ella -
Llegamos al bar, y no estaba particularmente distinto pero tenia un presentimiento de que algo iba a ser distinto hoy.
- ¡Buenos días Kat! – exclame como solía hacerlo –
- ¡Al fin te apareces, niña en donde te habías metido hace casi dos días que no te veo por aquí!
- Es verdad, Kat te presento a Florencia, la recordaras de cuando estaba hablando con ella hace unas noches atrás
- Si, es cierto, mucho gusto, soy Katrina la dueña del bar y prácticamente la madre de esta chica – dijo jugando –
- Mucho gusto, encantada en conocerte, tienes un bar muy hermoso, y agradable
- Muchas gracias, es bueno saberlo, hago mi mejor esfuerzo por mantener una atmósfera tranquila y relajada aquí
- Es cierto por eso suelo venir siempre aquí, y tiene buena comida por eso tampoco me cocino, simplemente vengo aquí
- Si me di cuenta ¡Tu heladera esta casi vacía!
- Jaja es cierto no suelo cenar en mi casa, por cierto Kat, te presento también a mi novia – Kat me miro asombrada, y feliz –
- Entonces es un gran placer conocerte, y me daré el atrevimiento de pedirte que cuides muy bien de ella que se nos descarrila fácilmente, es buena, pero tiene sus bajas, así que cuídala muy bien
- Por supuesto, la amo haría cualquier cosa por ella – dijo ella mirándome a los ojos.
- ¿Que les puedo servir señoritas?
- Bueno a mí lo de siempre
- A mi un café con crema
- Muy bien ahora vuelvo con sus desayunos.
Mientras Kat se iba a la cocina, ella me pregunto como fue que conocí a Kat
.
- Realmente es una historia un poco triste, luego te lo cuento ahora quiero disfrutar otro día contigo
- Muy bien pero ¡Luego me lo cuentas eh!
- OK a la noche te lo contare
Al volver Kat con nuestros pedidos, me llama para hablar a solas ella y yo solamente.