Despechado.
Capítulo dos: La segunda por capricho.
Three-shot. SasuNaru.
— Vamos Sasuke-kun.
No tenía ni el más mínimo interés en lo que hacía una bola de adolescentes juntos, pero su compañera sí, y aunque quisiera ignorarla, la chica era su prima y no podía hacerlo. Así que junto con Suigetsu y Juugo siguieron a Karin hasta llegar a ver lo que sucedía en realidad.
Un chico rubio con marcas en el rostro, se encontraba tirado en el piso con un hilo de sangre colgando de sus labios actualmente partidos. Era más que obvio lo que pasaba ahí. El rubio había tenido la mala fortuna de encontrar a un oponente mucho más fuerte que él y por lo que puedo ver no era ni más ni menos que Gaara el chico más psicópata que había en toda la Preparatoria.
— ¡¡Naruto, basta!! — gritaba una chica de cabello pelirosa detrás del rubiecito.
— ¡¡Nadie se mete con mis amigos!! — Exclamaba el chico. — ¡¡Te arrepentirás ´ttebayo!!
El rubio corrió directo hacía el pelirrojo que fácilmente lo interceptó y golpeó en el abdomen, sacando sangre de la boca del menor. El mencionado Naruto sólo retrocedió un paso para avanzar dos y tratar de nuevo de golpear a su adversario, pero Gaara inmediatamente se lo impidió y golpeó su mejilla sin pudor alguno.
— Vámonos — le dijo a Karin.
— Pero Sasuke-kun…
— Es más que obvio quién ganará la pelea.
Karin supo que Sasuke tenía razón así que ya rezongó más y lo siguió junto con los demás.
El Uchiha después en horas de clases se enteró de que cierto rubiecito había ganado la pelea opuesto a lo que él decía y que también obviamente estaba suspendido. Fue la primera sonrisa sincera que soltaba después de meses ¿Así que el dobe sabía defenderse?
Viajaba a toda velocidad en su auto Lamborguini murciélago©. Estaba hecho una furia, por culpa de dejarse llevar había arruinado la amistad tan sagrada que tenía con el rubio ¡¡Habían tenido sexo!! ¡¡Lo había tocado descaradamente!! ¡¡Y ni siquiera se arrepentía porque llevaba casi años deseándolo!! Tenía que admitir que deseaba mucho al rubio. Hace cuatro años que lo conocía y al entablar una amistad (aun en contra de su voluntad) no tardó mucho en caer enamorado del rubio, sin embargo, las cosas no salieron jamás como las había planeado.
— Estás escuchando F.M. Globo® la cadena de radio más grande… — ¿Desde qué horas había prendido la radio? En fin, ni que le importara, estaba demasiado centrado en sus recuerdos para pensar en una estúpida canción cursi.
Se odiaban mutuamente. Era un rechazo el que tenían al solo verse las caras, Naruto no soportaba la arrogancia de Sasuke y el Uchiha no admitía la torpeza del Uzumaki. Era imposible mantener una plática decente entre los dos, sin llegar a los gritos o a los golpes. La directora no podía expulsar a ninguno de los dos aunque lo deseara; Naruto era su nieto así que era algo que se vería muy mal, es más era por eso que Minato lo había inscrito a esa Preparatoria, sabía que su madre era incapaz de hacer algo en contra del futuro de su nieto; y Sasuke porque sus padres hacían generosas donaciones al plantes, gracias a su familia era que la Preparatoria seguía manteniendo su prestigio inigualable. Pero debía ponerle un alto a las constantes peleas entre ambos antes de que las cosas empeoraran y lo mejor que se le ocurrió fue acusarlos con sus padres.
— ¡¡Papá!! ¡¡Mamá!! — gritó Naruto al entrar a la dirección.
Sasuke estaba sentado a un lado de sus padres con el ceño fruncido.
— Padres de familia los he llamado por la conducta problemática de sus hijos. Los chicos al parecer no se soportan en lo más mínimo, y terminan causando un gran estruendo entre los estudiantes. He intentado por todos los medios que ellos se lleven bien, sin embargo, parece que lo único que hago es empeorar las cosas. Así que lo dejo en sus manos, porque una pelea más y sus hijos serán expulsados de la Preparatoria.
Los ojos de todos se abrieron de la impresión.
— Pero no creo que haya la necesidad de llegar a ese punto Tsunade–san — dijo el patriarca Uchiha. — Mi hijo promete no volver a hacerlo ¿verdad, Sasuke?
El moreno inmediatamente asintió.
— Desgraciadamente no es la primera vez que su hijo lo dice Sr. Uchiha.
Estaría en problemas al llegar a casa y lo sabía. Y por la cara de Naruto sabía que el rubio también tendría grandes problemas.
— El teme y yo prometemos no volverlo a hacerlo oba-chan— decía el rubio en autodefensa — Es más desde hoy seremos los mejores amigos — decía mientras formaba una sonrisa y abrazaba al azabache de forma poco alentadora.
Naruto jamás faltaba a sus promesas, aunque a lo que el rubio llamaba amistad él lo denominaba como acoso, al final terminaron convirtiéndose en los mejores amigos. Fue así como comenzó a conocer al Uzumaki y enterarse que era meramente bisexual. Al principio no supo que pensar, pero después de un tiempo acepto que él también era bisexual, o mejor dicho era Narutosexual.
— Te necesito aquí… pero tu amor ya no es para mí… Ratos felices contigo pasé…. Después de eso olvidarte ya no podré… (1).
¡¡Maldita radio!! ¿Qué tenía en su contra?
— Teme, los amigos se cuentan secretos ¿no?
— Si — contestó, mientras seguía con la lectura de su libro.
Estaban en la nueva casa de Naruto. Sus padres se la habían obsequiado al cumplir la mayoría de edad.
— Es que yo tengo uno — le confesó al momento en que sus mejillas se ponían rojas. — Me gusta alguien, pero yo no sé como decírselo ´ttebayo.
— Y la verdad no soy tan fuerte como lo pensaba…Será imposible para mi existir sin tu amor, sin tu cara… Que no me odies y que no me abandones… porque fuerte no soy (2).
Los celos, era la primera vez que los sentía. Pero prefería ignorarlos, ese dobe era libre de hacer y decir lo que él quisiera. Además ¿Quién tenía celos de quién? Naruto simplemente era su amigo, y así se quedarían siempre.
— Díselo, antes de que alguien más lo haga — fue su simple consejo.
— Se lo diré hoy — aclaró feliz.
Al siguiente día Naruto lo volvió a sorprender al llegar tomado de la mano de cierto pelirrojo con el que se había peleado a golpes hace dos años. Y desde ese momento las cosas se habían complicado demasiado, porque Gaara conocía muy bien los sentimientos que Sasuke se negaba a creer.
— El problema no es quererte es que tu no sientas lo mismo ¡¡Y cómo deshacerme de ti si no te tengo!! (3).
— ¡¡Maldita sea!! — gritó al borde del colapso.
Por ser tan cobarde de nunca decirlo o aceptar sus sentimientos había perdido para siempre a su mejor amigo y a su amor platónico. Estaba que se lo llevaba la…
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[Lee las notas finales]
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Estaba recostado en su gran cama matrimonial que tenía en su cuarto, donde muchas veces antes había hecho el amor con quién pensaba que iba pasar el resto de su vida.
Había tenido sexo con Sasuke por el coraje que tenía de que Gaara lo había estado engañando, y lo peor era que no se arrepentía, lo había disfrutado y hasta quería volver a hacerlo. Su mejor amigo lo había incitado hacía lo prohibido y lo más extravagante que había sentido. Quería tener al Uchiha de nuevo entre él, escuchar sus gemidos roncos y que le rodearan con sus fuertes músculos, no es que fuera nenaza, él también tenía los suyos. Sasuke lo había hecho regresar de donde su espíritu libre se había perdido, y era por esa justa razón que lo había corrido de su casa, porque no sabía que estaba dispuesto a entregarle o hacerle a su amigo. Sus emociones y sentimientos jamás habían estado tan expuestos de esa manera. Con Sasuke era todo diferente.
El timbre de su casa sonó pero estaba tan metido en sus pensamientos que ni siquiera lo escuchó. Sus dudas eran demasiadas para preocuparse por otras cosas. Sólo pensaba en una cosa… en Sasuke.
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[Lee las notas finales]
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Los rayos de luz se colaban por la ventana dándole en la cara. Apenas se levantaba y ya estaba de mal humor. Se levantó entre quejidos de que sentía que no había dormido casi nada en la noche. No sabía ni a qué horas había quedado vencido en las manos de Morfeo, simplemente sabía que tendría unas ojerotas por la noche en casi vela. Se fue directo al baño y miro su reflejo de cuerpo completo frente al espejo.
Tenía una, dos ¡¡Tres marcas en el cuello!! ¿Qué era Sasuke? ¿Un vampiro? Estaban del tamaño de una mano, que una mano ¡¡Un pie!! ¡¡De pie grande!! Tampoco tenía que exagerar las cosas, pero el sólo tenerlas y tocarlas le hacía recordar los besos de Sasuke en su cuello, sus manos en su abdomen, sus gemidos en sus oídos… ¡Se estaba excitando de nuevo! ¡Tenía una erección! Negó con la cabeza y se metió a la regadera para que saliera el agua helada.
Se comenzó a sentir más relajado con el agua limpiando su cuerpo y bajando su pequeña erección…
El teléfono comenzó a sonar insistentemente pero no quería salir del baño, quería quedarse ahí y olvidar los problemas que lo estaban atormentando. De repente se escuchó un ¡bip! Y la contestadora respondió:
— ¡¡Estás hablando a la casa de Naruto, deja tu mensaje después del tono ´ttebayo!!
— Dobe, soy yo. Necesitamos hablar, iré a tu casa en una hora…
¡¡Diablos!! Lo que le faltaba, apenas se bajaba la erección y el teme hacía que volviera a subir simplemente con escuchar su voz… ¡Estaba perdido!
Una hora después ya estaba cambiado y se preparaba un ligero desayuno que sólo consistía en un plato de ramen, su adorado y exquisito ramen que jamás lo traicionaría. Sin querer, los problemas habían vuelto a él, lo mejor sería no hablar con Sasuke, si no se dejaría llevar de nuevo y eso podría traer consecuencias más grandes. Con Gaara tendría que hablar, tal vez por una explicación aunque después de todo él había hecho lo mismo y sin descaro alguno, ya no sabía ni que pensar o como encararía al pelirrojo.
El timbre comenzó a sonar de una manera calmada, pero ni siquiera se movió. Estaba decidido, necesitaba aclarar sus emociones fuertes y su atracción hacía el azabache ¿Y si llegaban más lejos? El único hombre en su vida había sido Gaara y ahora ¿Sasuke?
Los minutos pasaban y el timbre no dejaba de sonar. Estaba seguro que era el azabache, porque Gaara tenía llaves ¿o no? Se paró y fue hacía la repisa de la entrada y encontró las llaves colgando ¿Podría ser el pelirrojo quién lo buscaba? Y fue en ese momento que el timbre dejo de sonar.
Suspiró y observó todo el desastre de su sala. Su cara se puso roja de la vergüenza que sentía al saber lo que había hecho ahí. Tenía que limpiar.
Estaba limpiando residuos que había en el suelo cuando el timbre volvió a sonar pero esta vez insistentemente. Pero de todas formas estaba decidido a no abrir por el momento. Lo mejor era esperar que la tormenta pasara. No contaba con que los gritos le hicieran cambiar de opinión.
— ¡¡NARUTO!! ¡¡Abre la puerta!!
Era indiscutiblemente la voz de Sasuke.
— ¡¡Se que estas ahí!!
El timbre no dejaba de sonar.
— ¡¡O abres o tiro la puerta, dobe!!
Estaba por decidir ignorarlo cuando sabía que Sasuke era igual o peor obstinado que él.
— ¡¡¿Qué quieres?!! — Le gritó abriendo la puerta .— ¡¡No quiero hablar contigo!!
Estaba por volver a cerrar la puerta cuando el azabache logró colarse a su humilde hogar. Y de nuevo sus ojos se encontraron en una mirada llena de emociones y sentimientos guardados que ninguno de los dos llegaba a comprender. Sentían fuego en sus cuerpos, sus pieles quemaban por la atracción de la otra. El seño fruncido de los dos desapareció y se intercambiaron miradas pasajeras que recordaban la velada anterior.
— Necesitamos hablar — dijo casi en un susurró el Uchiha.
Tres veces te engañe.
Un capricho es un sentimiento alocado que haces por el simple hecho de quererlo, no necesitas razón, lo haces porque quieres. La pregunta era ¿Quería besar a Sasuke? La respuesta él mismo la sabía al estar de nuevo acorralado entre los brazos de su amante, mientras se devoraban fogosamente sin descaro alguno.
¿Eso era de lo quería hablar Sasuke? Pues que siguiera hablando…
Continuará...