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Un nuevo secuestro por satsuki82

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Notas del capitulo:

Bueno ya que Pandora nos abandonó y nos va a dejar morir de la angustia con el fic (nena tu sabes que te amo por el trabajo que haces pero es verdad nos tienes es vilo con la traducción) acá les dejo algo para leer, no es ni de casualidad tan bueno y no  está el ruso papacito, pero es mi deber morar con mi fic, ya que después de leerlo vi que era verdad, quedo sin final, revise la ortografía pero si encuentran cositas me disculpan. Me dejan un mensajito para saber si les gusto o no.

Cuando yho abrio la puerta observo toda la habitación y no fue difícil deducir lo que había pasado en esa habitación la noche anterior, pero al ver a su maestro quedo deslumbrado con la imagen, no pudo apartar la mirada de su jefe sentado en una silla con su cabello suelto, podía darse cuenta que debajo de su yukata no había nada más que su deliciosa piel, lo sabía ya que podía ver más piel de la que jamás había visto, parte de su hombro, parte de su pecho, y mucho de sus largas piernas que parecía un camino interminable hasta la gloria, esto era demasiado para un hombre sencillo que llevaba mucho tiempo sin cariño de un hombre y por principio nunca se acostaría con una mujer.

-Me necesita Fei sama?

-sabes yho? he estado pensado y no recuerdo haberte castigado adecuadamente por tu traición y me parece que este es el momento justo para hacerlo-

Yho sintió miedo como hace mucho no sentía, trago saliva con mucha dificultad pero como siempre no demostró ninguna emoción, cuando su maestro estaba de ese humor nadie sabía que esperar era algo totalmente impredecible, muchos habían perdido la vida en momentos como este, aunque por otro lado algunos habían tenido asensos, días libres o recompensas económicas, pero gracias a que él era un traidor no podía esperar nada bueno, ya no importaba el castigo, estaba dispuesto  a afrontar su castigo como todo un hombre.

-lo que usted desee Fei Sama-

Fei se levantó de la silla y comenzó a caminar lentamente alrededor de su subordinado, mirándolo de pies a cabeza, lo único que Yho podía hacer era cerrar fuertemente sus ojos y esperar que todo terminara rápidamente, el conocía a la perfección las técnicas de lucha del dragón, era extremadamente letal, no solo experto en lucha de contacto físico, también tenía un amplio conocimiento en anatomía, fisiología y uso de diferentes neurotóxicas que el mismo extraía de animales y plantas de su jardín botánico personal.

Podía matar con un solo golpe en uno de los puntos vitales, pero su maestro tenía un lado sádico cuando de venganza se trataba y podía hacer sufrir a sus víctimas hasta que desearan estar muertas el mismo había sido testigo de esta forma de ataques cuando un traidor era descubierto, era aterrador y más porque uno usaba armas lo hacía con sus propias manos jactándose se su fuerza y agilidad, lo hacía para que todos supieran que merecía ser la cabeza, que no solo era una cara bonita y que la traición no era una opción en Bashide.

Fei long Liu no solo era hermoso, era un hombre en extremo inteligente, la cabeza de Bashide la organización más grande de china y probablemente la más grande del continente Asiático, Yho sintió pánico su corazón palpitaba fuertemente en su pecho al sentir a el dios de la muerte con su mirada sobre él y lo peor era no saber de qué lugar llegaría el primer golpe, espero lo que parecía una eternidad, pero nada sucedía, se atrevió a abrir los ojos para encontrar el hermoso rostro de su maestro muy cerca del suyo y pudo notar que ya tenía 3 botones de su camisa deshechos, por instinto dio un paso hacia atrás pero de un tirón fue devuelto a su posición.

-no intentes escapar o te juro que morirás antes que termine tu castigo- Fei sonreía de una manera extraña, entre sádica y divertida

Acerco sus labios hasta el oído del petrificado Yho para que este escuchara fuerte y claro                  -aceptaras tu castigo sin oponer resistencia o me encargare de dejarte como un vegetal, estarás consiente de todo, pero no volverás a hablar o a mover un solo musculo por el resto de tu vida y así tenderas largo tiempo para pensar en lo que hiciste, y no te preocupes te buscare un hospital con buenos cuidados para ti y te visitare te lo prometo-

Yho respondió lo que parecía un sí, pero fue solo un pequeño tartamudeo

Fei continuo desabrochando los botones sin tocar ni un mm de piel, al terminar con la camisa siguiendo con la correa del pantalón luego el botón para dejar a la vista la ropa interior de su guardaespaldas, Fei miro su cara y no pudo evitar sonreír, no sabía si estaba conteniendo o si iba a morir de un ataque cardiaco, parecía más una estatua con los puños cerrados y su cara inexpresiva, era muy divertido tenerlo de esta manera, tan indefenso y sumiso, como siempre debió ser.

Cuando termino de bajar el cierre del pantalón, rodeo a Yho para quitar desde su espalda el saco de su traje, la camisa y por ultimo de un tirón sus pantalones que cayeron libremente hasta el suelo.

A decir verdad Fei no tenía idea de lo que estaba haciendo o porque lo hacía, se dejaría llevar por sus instintos quería sentirse libre, hacer cosas que no tenía planificadas y que carecían de sentido, pero quería sentirse diferente.

Fei se sentó de nuevo en la silla muy complacido y totalmente sorprendido ya que este pequeño juego lo había puesto a tono, su amigo había despertado y estaba listo para aumentar el calor del juego, nunca había notado el buen cuerpo del traidor y menos se llegó a imaginar que jugar con él lo excitaba, aunque también podía ser que la noche anterior lo hubiera dejado con ganas de más y por eso estaba de esta manera, pero en el cuerpo Yho todo estaba normal, su cuerpo no reaccionaba y eso le molesto un poco, pero aun así no pudo evitar tocarse un poco, desato el nudo de su yukata y miro a Yho que permanecía con los ojos cerrados.

-Yho abre los ojos-

Yho obedeció, pero al hacerlo casi muere, su corazón que hace unos segundos latía con fuerza se detuvo por completo ante la visión en frente suya, su jefe con las piernas ligeramente separadas presentándose desnudo ante el con una perfecta erección que rosaba con la punta de sus dedos.

-no haga eso por favor- como última opción Yho rogo, más bien suplico por su vida, pero lo único que obtuvo fue una sonrisa sádica, que le indicaba lo mucho que sufriría, desafortunadamente su cuerpo supero su autocontrol y su erección se manifestó orgullosa entre sus piernas, al percatarse de ese no tan pequeño detalle, Fei comenzó a tocarse con más precisión y más fuerza.

Ver a su jefe hacer lo que hacía lo tenía al borde de un colapso nervioso, el mismo bajo su bóxer quedando completamente desnudo ante esa fiera mirada que lo devoraba, pensó en tentar su suerte y comenzó a tocar su intimidad.

-Yho? En algún momento te he dado permiso de tocarte-

Inmediatamente las manos de Yho cayeron a sus costados, en estos momentos no sabía que hacer, estaba completamente desorientado, había pasado por numerosos entrenamientos, con las fuerzas especiales en estados unidos y en Israel, sabia manejo todo tipo de armas, artes  marciales y era especialista en control psicológico, muy útil en los interrogatorios, inclusive era el encargado de entrenar a las más jóvenes en Bashide para soportar una tortura en caso de ser capturados vivos sin terminar traicionando a la organización.

Pero nada lo había preparado para esto, su pene literalmente explotaría y no sabía que esto era posible sin tener ningún tipo de contacto, pero su jefe no dejaba de tocarse ahora no solo tocaba su pene sino su pecho y su cara era una oda a la perfección, con los ojos cerrados su cabeza hacia un lado los labios separados y gimiendo sin ningún pudor, algunas noches escuchaba a su jefe teniendo sexo con parejas ocasionales, pero nunca escucho sonidos como esos, de verdad lo estaba disfrutando, Yho se hubiera lanzado sobre él de no estar seguro que moriría antes de tocar siquiera un cabello, así que no gastaría energías, pero Fei tubo la genial idea de subir una de sus piernas en la silla y separarlas tanto como pudo dejando a la vista TODO lo que tenía, rematando con su orgasmo, uno monumental lo veía temblar mientras mordía una de sus manos para no dejar salir un grito que se hubiera escuchado en todo el hotel.

Después de un momento Fei abrió los ojos y miro de nuevo a Yho, -ahora puedes hacer lo que quieras- de manera automática Yho cayo de rodillas  con una mano apoyada en el suelo y con la otra comenzó a masturbarse pero bajo su cabeza se sentía un poco cohibido saber que estaba siendo observado, pero uno de los pies de Fei le obligo a mirarlo, -vamos Yho, no vas a privarme de ver cómo te vienes – y así fue no duro ni un minuto cuando se liberó manchando el piso y salpicando las piernas de Fei, Yho se sentó agotado en el suelo sin saber que debía hacer, Fei sonrió genuinamente y al pasar por su lado enredo su mano en el cabello de Yho.

-voy a tomar una ducha, quiero mi ropa lista cuando salga-

-Sí señor, todo estará listo –

Fei entro en el baño y se miró en su gran espejo, podía ver todo su cuerpo, tenía algunos moretones que seguramente Asami le había hecho la noche anterior, no le gustaba mirarse al espejo, siempre había considerado que su belleza era una maldición, siempre pensaba que todos estaban con él buscando algún beneficio, se maldecía, pero ahora que podía ver su cuerpo completamente desnudo comenzó a verse de una manera diferente, tal vez esta era una bendición de algún dios perverso pero al parecer esa belleza le había permitido tener a un hombre como Yho literalmente a sus pies, fue algo muy extraño porque se había sentido completamente bien haciendo lo que hizo frente a Yho, no sintió miedo, ni culpa, solo placer, ni siquiera se habían tocado pero él era libre, los acontecimientos de las últimas 48 horas le habían dejado mucho en que pensar.

Después de todo Asami confiaba en él, de no ser así no le habría hecho una propuesta como cuidar de Akihito, que al final era su mayor tesoro y ahora que tenía tiempo de pensar mejor, estaba muy equivocado con Asami, había enviado a Yho a cuidarlo a la cárcel y solo él pudo tener su camino libre de enemigos para que recuperara su  organización al salir de prisión, Asami fácilmente pudo apoderarse de todo, pero por el contrario cuido que todo estuviera listo para él, nunca lo había notado pero si no hubiera sido con esa ayuda todo hubiera sido muy difícil al salir y como extra aunque Akihito fuera el especial de Asami en este momento, el seguía siendo el número uno, estaba seguro, el yakuza lo había cuidado por demasiado tiempo y después de la revolcada anterior estaba seguro que las cosas no terminarían esa noche.

Sentía un poco de tristeza, que estúpido había sido, había perdido demasiado tiempo sintiendo pena por el mismo, sin darse cuenta del gran poder que poseía, pero nunca más esta sería la última vez que se sentía así, a partir de ahora tomaría las riendas de sus emociones, si su cuerpo era lo que le iba a permitir expandir aún más su negocio lo haría, podía hacer buenos negocios en Japón y en Rusia y tal vez un poco más en el resto del mundo, cuando su belleza se acabara se preocuparía por eso, por el momento disfrutaría la vida, Yho sería el mejor de los comienzos, aunque por supuesto no lo tendría tan fácil, su guardaespaldas sufriría un poco más hasta demostrar que merecía un lugar en su cama, pues aún no estaba convencido que el amor entre hombres existiera, Asami y Akihito parecían tenerlo pero no todos nacemos para esas cosas.

Antes de dejarse enredar en el mar de sentimientos tenía muchas heridas que sanar, muchas cosas que conocer este sería un nuevo comienzo, siempre había escuchado la estúpida frase de “el primer día del resto de tu vida” pero solo hasta ahora le veía algún significado, tal vez eso era lo que significaba estar en paz consigo mismo. 

Notas finales:

Muchas gracias por leer, me gustaria saber que piensan, ya se que puede ser terrible, pero este es un pais libre jejeje. esta corto pero espero que lo disfruten


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