El fin de semana transcurrió normal, sin ninguna preocupación, ni siquiera al hacer nuestras rondas de patrullaje alrededor de La Push. Pero esa paz se vio corrompida cuando llego el lunes, si bien oía decir a la gente que odiaba los lunes y no lo comprendía. Ahora los entiendo.
—Jake, ¿listo para patrullar?— dije con mi tono y mi enorme sonrisa de siempre, pero Jake no pareció inmutarse en lo más mínimo.
—No, Seth, no estoy listo—dijo con un ligero gesto de rabia
Gire mi cabeza hacia la izquierda y pude notar su armario totalmente vacío, incline mi cabeza hacia abajo y pude ver toda su ropa tirada y esparcida por el suelo, algunas estaban rotas.
—Jake... ¿estás bien?—
—No, Seth, no estoy bien. Bella se casará con ese chupasangre— dijo mientras pude notar como apretaba fuertemente el puño
—Jake...—me acerqué un poco hacia él —lo siento, de verdad—
En ese instante, Jake, salió con un paso muy apresurado de la habitación. Yo me quedé unos minutos ahí petrificado, tratando de asimilar la situación, tratando de aceptar que Jacob estaba así por Bella. Pero, algo explotó dentro de mí, unas ganas inexplicables de gritar lo que sentía y, cuando me di cuenta, estaba por el bosque corriendo e intentando alcanzar a Jake, ambos en fase humana.
-Jake, ¿A dónde vas?-
-¡vete Seth!-
-¡No!, Jake…por favor, ¡No te vayas!-
-¡Lárgate!, Vuelve con Sam- dijo con tono de hastío
-¡No me iré sin ti!-
-¡Porqué tanta maldita insistencia!-
-Porque…-
-¡Porqué Seth!—dijo aproximándose a mi y tomándome por los hombros—¡PORQUÉ! si vas a hablar, por una vez en tu vida, ¡di algo importante!-—
-¡PORQUE TE AMO!, MALDITA SEA!- mi grito resonó en toda la reserva, mientras yo instintivamente tapé mi boca con ambas manos. Pero Jake no se inmutó en lo mas mínimo.
-Me voy…-
-Jacob Black, ¡vuelve aquí en este instante!, ¡Jake!, ¡Jake!, no me hagas esto, por favor…-
Quería morir, las lágrimas salían a borbotones de mis ojos, lo peor de todo no era que Jake se había ido, sino que no sabía a donde se fue. Regresé a casa con la mirada perdida y totalmente muerta. Mi interior se sentía como si le hubieran arrancado el alma, me dirigí a mi habitación y me lancé a la cama, y me dedique a llorar, todo lo que quedaba de esa tarde.
Al siguiente día fui a una montaña, donde Jake y yo solíamos ir cuando éste se hallaba triste por culpa de Bella. Me senté en lo mas alto que alcancé, y me dispuse a observar el hermoso paisaje, ahora recordaba porque me encantaba venir aquí, a escuchar el sonido que producen los arboles cuando son agitados por el viento, a sentir el mismo, golpear mi rostro y agitar mi pelo. Una lágrima recorrió mi mejilla al recordar todos esos momentos con Jake, necesitaba recordarlo, tal vez así podría ir haciéndome la idea de no verlo más.
Regrese a casa, y Leah me esperaba en la puerta con cara de pocos amigos:
—¿Qué pasa, Leah?—
—Pues, estoy un poco enojada, sabes, el idiota de Jacob volvió— la sangre se me fue a los pies cuando escuché esa frase —y para variar, Sam lo acepto con todo gusto—
Salí corriendo de ahí, solo quería, necesitaba ver a Jake. Cuando al fin llegue a su casa, Billy me recibió con una gran sonrisa, indicándome que Jake se encontraba en su habitación. Entré sigilosamente, mientras emitía un débil ¿Hola?, Jake salió de el baño.
—¿Qué haces aquí?—me dijo en un gruñido
—Creí que...—dije un poco agazapado por la extraña forma de “Hola” que me dijo
—¡¿Creíste que?, ¿eh, Seth?—dijo interrumpiéndome
—Pues...yo— no sabía que decir, a si que dije lo primero que cruzó mi mente —vine para saber si lo superaste—.
—¿Superar qué?—
—Lo de Bella— de pronto su expresión cambió a una, llena de rabia
—¿y a ti que te importa eso?-—
—Pues me importa porque, no me gusta verte así— dije mientras sentía que mi voz se quebraba lentamente —triste todo el día, maldiciéndote y maldiciendo a Edward—
—Es mi problema— dijo mientras se presionaba el entrecejo con una mano
—Sí, Jake, es tu problema, pero a mi me preocupas— mi tono de voz iba aumentando poco a poco —¡Porque simplemente, no lo afrontas!¡acepta que te dejo por alguien más!
—Seth... Cállate— noté como su respiración se volvía mas pesada, como si tratara de relajarse, mientras se llevaba ambas manos al rostro.
—Acéptalo Jake, ¡ella no te quiere!—
—¡Cállate Seth!—me gritó mientras sentí como su puño golpeaba fuertemente el lado derecho de mi rostro, tirándome al suelo —¡tú, no tienes ningún derecho de reclamarme nada!, ¿entiendes?, ¡nada!—
Instintivamente me aleje un poco de el, tomando con mis brazos mis piernas y comencé a llorar de una manera desesperada.
—¡Seth!—corrió hacia a mi y me abrazó —Lo siento Seth, lo siento— me decía repetidamente, yo lejos de alejarme o liberarme de su abrazo, me quede ahí, ya que ahora lo único que quería era sentir su calor, y es que, ¿Qué haces cuando la persona que te hace llorar, es la única capaz de consolarte?