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Nuestro regalo 2.0 por Ilitia

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Notas del capitulo:

despues de la tormenta llega la lujuria!, quien domina la situacion mejor?, quizas sanzo aprenda de sus errores o sea peor de lo imaginado...

Esto es algo que no planee hacer pero debido a las peticiones y en especial las locas e increíbles ideas que me dio mi amiga Liho, decidí continuar el fic, o mejor dicho, plantearlo como una segunda parte donde los protagonistas esta vez son Sanzo y Goku, sin más que decir, que no comprenderán mucho este fic si no leen antes el de "En nuestro camino",  igual pueden intentarlo que la cosa no es muy enredada.

 

Nuestro Regalo

Capítulo 4

5 reglas para despertar la pasión

 

La oscuridad era realmente fastidiosa, se sentía incomodo recostado en aquel lugar, el frio de la noche se colaba entre las mantas delgadas que si quiera le cubrían medio cuerpo dejando sus piernas y pies fuera del calor necesario para dormir en paz, sintió ganas de levantarse y solucionar su incomoda cama pero apenas su espalda se despego del colchón sintió como una mano tibia y firme le sujeto del hombro haciéndole volver a acostarse.

 

-          Explícame de nuevo todo - su voz fue un murmullo molesto en aquella oscuridad. -

-          Solo será por esta noche. - aquella mano le acaricio suavemente el hombro otra vez -

-          Puedo entender que quieras que aquel par hable sobre su "problema", pero qué demonios tiene que ver eso con que... ¡ESTEMOS DURMIENDO EN LA SALA Y ELLOS EN NUESTRA HABITACION! - Gojyo alzo la voz indignado y con una venita latiendo en su frente de manera desproporcionada. -

-          Despertaras a Soe. - Hakkai le jalo de la camiseta hasta que el rostro de ambos se encontró en la oscuridad. - sabes que no solo hablaran, Gojyo.

-          Ya lo sé, por eso estoy indignado, los genes del monje egocéntrico estarán regados por toda mi cama.

-          Para eso están las sabanas limpias. - rozo sus labios por la mejilla del pelirrojo dejando ir su tibio aliento entre cada palabra que decía para calmar los ánimos. -

-          ¿Estás tratando de extorsionarme con sexo? - movió sus manos por todas las caderas de Hakkai. -

-          Quizás. - una risita tímida se apodero de él. - quieres dejar de pensar en Goku y Sanzo... y ocuparte de desvestirme.

-          Las sabanas las cambiaras tú. - tomo las caderas de su amante haciendo que se subiera al sofá. -

-          Es una promesa. - se acomodo mejor en el sofá mientras veía como el medio demonio se quedaba en el suelo agachado frente a él. -

Aquel clandestino juego paso a ser el compas de una pasión de años, esa noche les toco dormir en unos futones en el suelo de su propia sala pero la rabia de Gojyo fue calmada con pasión, Hakkai sabía muy bien que la pareja que ocupaba su habitación necesitaba de tiempo y privacidad para conversar, no solo el hecho de que tantas cosas sucedían juntas, si no que ahora era el momento correcto para que el monje entendiera que Goku necesitaba atención y no solo de sus amigos, necesitaba del amor y del cariño que mal que bien le dio Sanzo en tantos años.

-          Gojyo... - el castaño gimió por lo bajo al sentir como un par de manos se deslizaban por sus piernas y subían provocadoramente hasta su entrepierna, moviendo sus dedos como pequeñas serpientes, sintiendo como aquel hombre trataba de bajar el pantalón de su pijama junto a su ropa interior. -

-          Silencio... todo lo que quieras decir hazlo con las manos. - tomo aquellas extremidades entre las suyas para después depositarlas sobre sus hombros. -

-          ¿Me tientas a arañar tu espalda? - dejo ir un suspiro al sentir como Gojyo deslizaba la última barrera de ropa entre él y su humanidad. -

-          Hazlo. - bajo la cabeza para poder tomar aquel palpitante miembro entre sus labios, era realmente cálido y delirante, degustar el sabor embriagante de Hakkai, saber que todo aquello sucedía gracias a sus caricias. -

Sus dedos se deslizaron con saña sobre aquella espalda desnuda, sentía que debía clavar sus uñas con cada engullida que profundizaba el placer, la lengua húmeda deslizándose por su piel sensible, sintiendo como la pasión recorría sus bajos y calentaba su vientre como una caldera de agua hirviente. En un segundo arqueo su espalda al sentir como Gojyo no solo lamia si no que succionaba su extremidad con malicia, dejando ir bocanadas cálidas de su respiración y deslizando sus manos al mismo tiempo por entre sus muslos, buscando aquel lugar recóndito donde el placer se multiplica por mil.

-          Sigue... - ordeno en un ahogado gemido que tapo a medias con su mano, estaba al borde del orgasmo, sentía que estallaría y así lo hizo segundos después de que el pelirrojo adentrara dos de sus dedos en su interior, aquel acto solo logro desestabilizarlo, arqueando su espalda como un gato y retorciéndose en brazos de su amante. -

-          Escandaloso. - el medio demonio le mascullo con morbo a su oído, verlo llegar al orgasmo fue más que excitante para él. -

-          Tienes ganas de seguir sintiendo mi calor. - deslizo sus brazos alrededor del cuello de su amante para lograr besarlo con sus labios rojos e hinchados -

Bocas sedientas de placer, necesitadas de sentirse como siempre, necesitadas de calor, pasión y aquel sabor único de la lujuria desmedida, sus lenguas retorciéndose en un vaivén frenético al tiempo que sus manos y cuerpo se juntaban más aun, el calor de la piel sudorosa, con olor a sexo y deseo, en segundos ambos totalmente desnudos, listos para continuar con una entrega febril y necesitada. Pero en otra parte de esa casa las cosas no eran tan hermosas y excitantes, no muy lejos de ese par estaba otra pareja, sentados cada uno en una esquina de la cama, dándose la espalda sin mirarse si quiera, se sentían como divididos por un enorme e infranqueable muro de hielo.

Goku solo se sentía triste, no entendía como ahora estaba allí junto a Sanzo, el ser que le ignoro por más de un mes y le dijo que solo era una molestia, una carga y una responsabilidad que ahora valía por dos, llevaba un ser inocente dentro suyo y no estaba dispuesto a compartir la alegría con el monje, era su regalo, su único y feliz regalo que le dio la vida en alguna extraña razón.

-          No vas a decir nada. - Sanzo rompió el silencio sepulcral que inundaba la habitación. -

-          No. - se acurruco en su esquina esperando que su falta de interés hiciera desistir al rubio de hablar -

-          Ni si quiera quieres saber cómo supe lo de... - un nudo algo extraño se hizo en su garganta, aun no podía llamarlo bebe, era extraño. -

-          No me interesa. - medio volteo hacia donde estaba Sanzo con su espalda recargada de la pared, como esperando que fuera a buscarlo y abrazarlo. -

-          Pierdo mi tiempo aquí. - saco un cigarrillo para encenderlo. -

-          ¡Ni te atrevas a fumar en presencia de mi bebe! - se levanto de la cama furioso y arrebatándole el cigarrillo al monje de sus manos. - Hakkai dice que eso les hace daño a las embarazadas.

-          ......... - el rostro de Sanzo fue un poema a la incredulidad, se sentía estúpido de si quiera discutir con Goku sobre ese tema, por un lado tenía razón, pero por otro estaba en una situación ridículamente risible, ¿como no podía fumar más en presencia de Goku? -

-          Es malo, así que no vuelvas a hacerlo. - lanzo el cigarrillo al suelo para después pasar su mano por su vientre, aquello hizo que el joven se relajara un poco y dejara ir una pequeña sonrisa. - tu papa no va a fumar delante nuestro, no te preocupes bebe.

-          Oh... dios. - el rubio tuvo que sentarse, ya estaba por tener un ataque de pánico, Goku estaba portándose como toda una mama gallina y lo que era peor, estaba hablando solo a un algo que aun ni ha nacido. -

-          Estas pálido. - con duda se acerco al monje y poso su mano sobre la frente de este. - ¿te sientes mal?

-          ¿Cómo pudo pasar esto? - hundió su rostro entre sus manos, ya se había quebrado por completo ante la verdad. -

-          No lo sé, pero es un regalo y es mío. - dio dos pasos atrás alejándose de Sanzo. - no quiero compartirlo contigo.

-          Goku. - sus orbes violetas se abrieron en grande al ver como el mono protegía sin reparo a aquel no nato de él. -

-          Solo te estorbaremos, seremos un peso más para ti y no estoy dispuesto a tolerar tus rabias conmigo o con mi bebe.

-          De vez en cuando hablas como todo un adulto racional, lástima que el tema que tocas sea una completa locura.

-          Es mi bebe.

Nadie sacaría a Goku de su terca decisión, solo quería cuidar y proteger a su hijo de su propio padre, creía que Sanzo solo se sentiría atado y con cargas de más, por más que le doliera era preferible alejarse de él, estaba decidido en su mente pero no en su corazón. El clima se tenso un poco más, otra vez Goku ponía distancia de por medio, veía a Sanzo con desdén, con miedo de que algo les hiciera, pero sus temores se volvieron más fuertes al ver como el monje se acercaba a él con rostro serio y hasta molesto.

-          ¡No me toques!- trato de alejarse pero tras dar algunos pasos, una pared puso fin a su escape. -

-          Cálmate, no te hare nada ti o a... - sujeto con precariedad la mano de Goku mientras este jaloneaba desesperado por soltarse de él. -

-          ¡ALEJATE! - trato de patalear pero en un segundo Sanzo estaba poniendo todo su peso contra él, sofocando sus movimientos y sin previo aviso depositando sus labios contra los suyos en un beso desesperado y que le robo el resto de sus fuerzas. -

Sintió algo salado, un liquido tibio que recorría su mejilla y paraba entre sus labios, sentía el calor del monje, su tosquedad y su fuerza, sus manos sujetando sus muñecas y evitando que se soltara de una vez por todas, sintió un nudo en el alma, un dolor en el pecho y un sentimiento que te hace querer gritar, miedo a lo que sucedía, a lo que pasaría después, solo podía luchar contra lo inevitable, sintiendo como su boca era invadida por la lengua voraz del rubio, dándose un banquete con su obligada sumisión, forzado al límite entre lagrimas y rebeldía.

-          No comprendes... - hablo entrecortado después de culminar aquel robo exitoso de un beso a Goku. - que te necesito.

-          Sanzo. - sus dorados ojos se abrieron como platos, aun llorando y llenos de impresión dejaron entre ver lo increíble que era esa simple frase viniendo de los labios de un hombre como ese. -

-          No lo repetiré, solo necesito que todo sea como antes. - reclino su cabeza contra el hombro de Goku, estaba suplicando a su modo por una segunda oportunidad. -

-          No volverá a ser como antes.

-          Huir de mi no es la solución.

-          No huyo, solo que no quiero que nos lastimes otra vez. - bajo la guardia un poco, estaba seguro que Sanzo estaba llorando sobre su hombro, podía sentir una extraña humedad que antes no estaba allí. -

-          Lo escuche llorar, lo escuche claramente en mi cabeza una y otra vez por todo el tiempo que te fuiste, fue desagradable y... triste.

-          Me oías a mí.

-          A quien escuchaba era a... - con nerviosismo poso la palma de su mano sobre el vientre de Goku. -

-          Esta triste como yo.

-          No lo sé, ya no lo oigo. - mantuvo su cabeza escondida en el hombro del mono mientras hablaba. - solo siento que debo estar contigo.

-          Fuiste malo, no comprendiste mis deseos o necesidades, ¿Quién me asegura que no se repetirá eso con el bebe?

-          No soporto su llanto, no lo soporto porque me lastima al igual que el tuyo... - al fin alzo su cabeza con suavidad, mirando directo a los ojos del mono, estaba dejando ver su alma por solo un instante en ese espacio y en ese momento. -

-          ¿Quieres al bebe? - pregunto con duda, era una pregunta que deseaba hacerle a Sanzo y a la vez temía por ella. -

-          Te quiero a ti.

-          ¡Eso no responde mi pregunta! - desvió la mirada enfadado. -

-          Todo lo que tenga que ver contigo me interesa, baka saru.

Goku cerró sus ojos y dejo ir una pequeña mueca de protesta, no le conformaba la respuesta pero siendo Sanzo como es, tampoco esperaba una celebración con bombos y platillos por el bebe, su cabeza estaba algo mas despejada, sentía que podía hablar con más libertad y sintiendo menos miedo, el ver al monje con la guardia baja le agrado, podía manejar la situación así, creía que podían llegar a un sano acuerdo.

-          Quizás puedas ver al bebe. - se soltó del agarre de Sanzo. -

-          ¿Cómo es eso?

-          Me quedare aquí, no quiero estorbar en tu templo.

-          El espacio sobra para los dos.

-          No es así, en tu habitación no hay espacio para mí y menos para él. - poso sus manos sobre su estomago. -

-          Lo abra, podrás quedarte conmigo en mi habitación. - mascullo derrotado, tendría que inventar una buena excusa en el templo y con los demás monjes. -

-          Y... no me regañaras por la comida, tu hijo necesita comer bien. - sonrió algo travieso ante ese comentario. -

-          Todos moriremos de hambre para que tú comas...

-          ¡Sanzo idiota! - alzo las manos dispuesto a recriminar al monje pero fue apresado por el mismo suavemente. - ¿qué tramas?

-          Ahora yo pondré mis condiciones, te quiero a ti ahora. - sin pena alguna movió una de sus manos bajo la camisa del chico, tocando a placer aquel pecho tibio y que extraño por tanto tiempo, moviéndose como si estuviese sobre seda pura, tocando y rozando aquellas pequeñas protuberancias que alzaron vuelo al simple contacto. -

-          Sanz... - no pudo seguir hablando, un corrientazo placentero recorrió su espalda, aquellas caricias eran varias veces más fuertes que antes, se sentía nublado de sensaciones placenteras que no esperaba dejar salir tan fácilmente. -

-          Me extrañaste. - sin pena alguna arrincono al mono contra la cama, haciéndole caer de espalda sobre la misma, estaba necesitado de calor, de cariño y de poder volver a tener aquel cuerpo bajo el. -

-          No quiero, no podemos hacer na.. - las palabras fueron robadas una vez más por su falta de aire, su boca prisionera de pasiones, de un beso lujurioso que recorrió sin límites su piel, saboreo su interior con tanta suavidad y divinura, al final, se dejo llevar también, extrañaba a Sanzo mas de lo que deseaba. -

No hubo más discusión, ambos estaban "reconciliando" las situaciones pasadas a su modo, Goku solo se dejo llevar por las emociones, por su descontrol total que ahora era su cuerpo y su corazón, sentía su piel arden en pasión, aquellas manos del monje recorriendo su vientre y subiendo hasta su pecho donde ya una lengua traviesa se desvivía lamiendo y succionando sus pezones, respirando entrecortado cada vez que Sanzo se rozaba descaradamente contra su naciente erección, moviendo su pelvis de modo malicioso, sintiendo a su vez que tan excitado estaba el rubio también.

-          Dime que te gusta. - susurro con suavidad al oído del mono mientras retiraba sus pantalones torpemente, sentía la prisa imperante de un ladrón clandestino, no era su casa, no era su cama pero si era su mono. -

-          No... - gimió fuertemente al sentir como Sanzo le dejaba totalmente desnudo y pasaba sus manos por todo su ser, recorriéndolo una y otra vez hasta que sintió como su hombría era atrapada por el calor de una mano lujuriosa que empezó un vaivén delirante con él. -

-          Te aseguro que lo dirás... - beso la frente de Goku mientras se ubicaba mejor entre sus piernas, aun moviendo su mano por aquel palpitante miembro que no dejaba de volverle loco, tan deseable que pronto también se deshizo de sus pantalones para acariciar ambas extremidades a la vez. -

Su rostro rojo pasión, sus mejillas bañadas en un sudor perlado y delicado que no dejaba de recorrerle, se sentía en el paraíso, verle gemir así, con su boca entreabierta como pidiendo por mas, era un suplicio deseado, se sentía que debía darle más que caricias, que hacía falta completar aquel acto con pasión desmedida como habían aprendido los dos en el pasado. Dos de sus dedos pasaron a estar dentro de la boca de Goku, la impresión no le amilano al empezar a succionar aquellos dígitos, sabía  a donde iban a parar después así que se dedico a lamerlos y lubricarlos ante la mirada deseosa del rubio monje.

-          ¡GOJYO! - aquel grito apoteósico no descontrolo a la pareja, lógico que escucharan aquello si estaban en la casa de uno de los mencionados. -

-          Nos oirán... - susurro Goku algo avergonzado al notar que los ruidos de cierto dúo llegaba hasta ellos también. -

-          Que nos oigan... no solo el  kappa pervertido sabe hacer las cosas... - sin previo aviso tomo las rodillas de Goku separándolas para introducir aquellos dedos que antes estuvieron en la boca del mismo. - grita más fuerte que el...

-          ¡SANZO! - su garganta no dio para mas, sintió aquella intromisión llegando al fondo de su alma, tocándole donde el placer es la cúspide de todo, acariciando y moviéndose de tal manera que olvido todo y se dejo llevar, ya para qué hacer silencio, no había lógicas en la pasión de nadie en esa casa. -

Sus piernas estaban algo entumecidas pero no dejaba de sujetarse a la cintura de su pelirrojo, sintiendo como le penetraba con cada estocada, moviendo sus caderas al compas que impartía el medio demonio, su boca besando su cuellos sudoroso, succionado una y otra vez y marcando su territorio con incontables marcas rojas y mordidas amorosas, Gojyo solo delimitaba su terreno, placentero terreno que se dejaba hacer lo que fuera, empujando con saña dentro de aquel estrecho espacio, sintiendo como le apretaba cada vez que movía sus caderas hacia él, sus labios susurrándole que siguiera, que no parara hasta que los gemidos ahogados eran una canción malévola que le dormía como el canto de una sirena, entre el placer logro oír al mono, también gritando como su amante, aquello fue como un insulto a su hogar.

-          En... mi casa solo una persona gime así.... - empujo más aun dentro de un extasiado Hakkai. - ¿o no?

-          No competimos... - logro articular aquella frase a duras penas, estaba por llegar al orgasmo, sintiendo como Gojyo  le penetraba mas y mas como buscando un punto especifico, el sitio donde todo explota a placer. -

-          Solo gime para mí. - soltó una de sus manos y la dirigió al miembro del castaño, le daría la ultima y mas magistral gama de caricias para acabar aquel acto y marcar su superioridad. -

Un poco más, solo un poco mas y estaría en el paraíso, el cuerpo de Sanzo sobre él, moviéndose de manera desesperada,  solo podía ver su rostro sudoroso y sonrojado mientras le embestía, sus piernas sobre los hombros del rubio le permitían estar cómodo, a pesar de todo noto que Sanzo no estaba poniendo todo su peso sobre él, cuidaba que su vientre estuviese libre de todo aquel compendio de pasiones, así que solo cerro sus ojos y se dejo llevar, era lo que deseaba, gemir para él, acompañarle en esa danza lujuriosa que llaman sexo, una y otra vez, sintiendo como aquel cuerpo cálido entraba y salía de el, estremeciendo su ser, haciendo que sus piernas temblaran con cada segundo hasta que ya no pudo mas, con el calor en su bajo vientre, un cosquilleo demencial le indico que llegaría, así que el rubio imprimió más fuerza en las embestidas, deseaba llegar junto a él, un beso ahogado fue su última caricia al sentir como Goku se deshacía sobre su vientre y le causaba la excitación mas grande logrando que también llegara dentro de su amante, dando las ultimas estocadas agónicas del placer, escuchando como grito su nombre, como rompió el silencio que segundos atrás cubría el sonido de otra pareja, la competencia había acabado y no sabían muy bien quien había ganado pero ya para que, ambos obtuvieron lo que querían, el placer de escuchar a sus amantes gemir para ellos, gracias a ellos.

 

Un sol radiante les daba la bienvenida al nuevo día, la mesa estaba servida para cuatro personas, el olor a café caliente recién hecho llevo a más de uno directo a la mesa, pan tostado, jugo de naranja, un plato adornado con rodajas de jamón y algunos huevos fritos, el desayuno perfecto para reponer energías después de una noche así. Hakkai estaba muy sonriente terminando de preparar la mesa mientras Gojyo permanecía sentado leyendo el periódico y tomando un poco de café, ambos solos ya que Soe no había despertado aun y tampoco la pareja de recién reconciliados salían de la habitación.

-          No te parece que exageramos anoche. - hablo el castaño algo sonrojado por su locura. -

-          Baaa... para nada, en mi casa solo yo tengo el derecho de armar jaleo. - bajo el periódico para mirar a Hakkai. - te sientan bien esas marcas.

-          No podre salir sin cubrir mi cuello por un mes... - se llevo la mano al sitio donde se veían dos buenos morenotes amorosos. -

-          Ese territorio fue conquistado por ¡Cha Gojyo! - dio una gran risotada ante su comentario. -

-          Buenos días. - la voz de alguien interrumpió la alegría del pelirrojo que pronto dejo el periódico y se puso de pie serio para recibir a su invitado. -

-          ¿quién diablos te dio permiso anoche para cargarte al mono y hacer tanto escándalo?

-          Nadie, yo hago con mi "mono" lo que se me antoje. - tomo una taza de café que estaba sobre la mesa. -

-          ¡MALDITO MONJE PERVERTIDO!

-          Gojyo, cálmate. - Hakkai le sujeto del brazo para hacerlo sentarse de nuevo en su silla. -

-          Además, yo debería quejarme por los dueños de casa, no dejaban hacer nada con sus ruidos. - Sanzo miro con malicia a Hakkai. -

-          Errr.... - el castaño se le subieron los colores al rostro por un segundo. - ¿dónde está Goku?

-          Durmiendo, quedo tan agotado por lo de anoche, pero veo que ustedes no... - aquel comentario salió de pura mala intención por parte de Sanzo. -

-          Siempre me levanto temprano, debo atender a una hija pequeña... - se movió hacia la sala por un momento y regreso donde el monje con algo en sus manos. - eso me recuerda Sanzo.

-          ¿Qué? - miro la bolsa que traía Hakkai entre manos. -

-          Debemos poner algunas condiciones para que te puedas llevar a Goku de aquí.

-          ¿Qué demonios dices?

-          Te enseñaremos a ser un padre responsable. - Gojyo se puso de pie junto a su amante, esbozaba una sonrisa realmente siniestra, muy parecida a la de Hakkai. -

-          Te presento a el pequeño Sanzo junior. - En un segundo Hakkai le había puesto en los brazos un muñeco de trapo con cabellos rubios y una cara de pocos amigos. -

 

Continuara...

 

JA JA JA JA JA... hay dios, me he reído con ese final y también estoy como que liberada, necesitaba hacer un lemon y vaya que me di el gusto por partida doble, hasta pervertida me sentí con ese lemon, ambos compitiendo por quien gemía mas ju ju ju. Olviden eso, perdón la demoraaaaa tan horrible por mi capitulo ToT. Lo sé, es culpa mía y que se puede hacer cuando uno no puede controlar el tiempo para escribir, discúlpenme otra vez amigas pero ahora si seguimos con esto, esperen que lo seguireeee!!

 

Próximo Capitulo:

Lecciones de vida o muerte

 

¡URASAI!

 

Quería recordar mejor, ¿en que instante los roles cambiaron?, todo por culpa de la maldita mala suerte en el juego de piedra, papel o tijeras. Con resignación miro su mano derecha y susurro en silencio unas cuantas malas palabras para sí mismo.

-          ¡Para la próxima será tijeras y no papel! - suspiro quedamente y miro su castigo. -

-          Date prisa Gojyo. - Hakkai entro de sorpresa en la habitación de ambos, estaba recogiendo la ropa sucia para lavar. -

-          No me apresures, esto es algo muy serio y que debías hacer tu. - se enguanto las manos con un par de fundas de almohada. -

-          Solo quita las sabanas. - miro de reojo como Gojyo tomaba una punta de la sabana de su cama usada por el monje y Goku en una noche de pasión desenfrenada y reconciliación. -

-          ¡ESTA MOJADA!.. ¡PERO QUE ASCO!.. ¡MATARE AL MONJE SEXOPATA!

-          ¡GOJYO! - el castaño solo pudo ver como el rostro de su amante se movía en una gama de expresiones que empezaron con enojo, pasaron a rabia, se movieron al asco y terminaron con un color azuloso en sus mejillas. -

-          El baño.... - salió corriendo rumbo al mismo con claras ganas de devolver el desayuno. -

-          Debí dejarlo ganar. - Hakkai sonrió resignado. -

Notas finales:

CREO QUE REGRESE ALGO CALENTURIENTA JA JA JA!!, PERDONEN EL TERRIBLE RETRAZO PERO ES QUE YA NO PUDE ENTRAR EN MI CUENTA DE RAMSIN ToT... ESTA ES LA NUEVA CUENTA Y DEBO SUBIR MIS VIEJOS TRABAJOS OTRA VEZ, ES TEDIOSO PERO BUENO... SIGAMOS CON ESTO!!


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