La mentira de una Mujer

Creo que el título lo dice todo,

Bien pasito a pasito vamos llegando

Gracias a sus reviews se que estan leyendo esta historia y como se que han esperado mucho por conocer un final de este genial fic, me dedicare de lleno a este, dejando en pausa mis otros fics.

Le meteremos velocidad a esto para comenzar a publicar el final de esta hisotria.

Con fines de la conti, si voy a editar un poco el capítulo 3

Este capítulo es un poco corto a lo que estan acostumbradas, pero al fin esta la actualización, espero cumpla con sus expectativas.

Aquella velada había sido lo peor que le había pasado en la vida, bueno podía llegar a compararse con la noticia de que Keiko era la hija de Ren, no sabía porque había pasado todo eso, de un momento a otro toda su vida se había ido por un caño, ¿en qué momento aquella chiquilla lo había separado de Ren? ¿Cómo fue que Tamao se había metido en su vida y ahora estaban comprometidos? Todas estas preguntas no dejaban de atormentarlo, ahora estaba solo y la persona que más amaba lo odiaba, no tenía duda de ello.

Ahora se encontraba solo en su departamento, lo único que deseaba era que nadie lo molestara, sabía que todo había terminado con Ren, el solo recordar su mirada dolida lo llenaba de angustia y agonía, no pudo más y su llanto en un inicio silencioso y lastimero se convirtió en uno lleno de desesperación y angustia.

FLASH BACK

Después de que la joven de cabellos rosados diera la noticia miro a su pareja para ver alguna reacción pero no observo ninguna pues la chica en esos momentos lo alejaba para recibir las felicitaciones de sus amigos, no esperaba que Ren les diera su bendición pero grande fue su sorpresa al acercarse a ellos.

-Les deseo lo mejor- hablo con voz baja y cubriendo sus ojos con su flequillo, Horo estaba desesperado por ver una vez aquellos ojos dorados para indicarle que todo era un error para gritar que solo lo amaba a él, pero esto no ocurrió en su lugar Keiko se acerco con una sonrisa triunfal.

-Que seas muy feliz con tu futura esposa Horokeau Usui- hablo burlona, la ira, el enfado, el odio recorrió sus venas, odiaba a esa joven no cabía duda, todo había comenzado por su culpa, si ella nunca hubiera aparecido, nada de esos estaría pasando.

-Vámonos Keiko- escuchar la voz quebrada de su razón de existir lo hizo olvidar todos aquellos malos sentimientos y sentirse el peor ser del mundo, había prometido nunca dañarlo y ahora no solo lo había lastimado sino también alejado de su lado, al permitir que la de cabellos rosados continuara con todo eso, se maldijo interiormente merecía el peor de los tormentos y si ese era el estar lejos de Ren, lo aceptaría.

END FLASH BACK

Ren caminaba sumido en su dolor y pensamientos, esperaba solucionar las cosas con Horo, pero ahora ya nada podía hacer, él sabía que nunca se llevaría bien con Keiko y aun así lo obligo, él fue quien lo orillo a todo eso, pero las cosas se habían complicado de un día para otro, no podía dejar a su hija sola a su suerte, tenía que hacerse responsable de ella, pero le había dolido mucho dejar a un lado su felicidad, a la única persona que había amado en realidad, recordaba a la madre de Keiko y esta solo había sido una aventura, ahora se odia y se arrepentía por esto, pero de nada le servía arrepentirse estaba hecho y ahora debía preocuparse por la única persona que permanecía a su lado, Keiko sería su prioridad.

La pelirroja no dejaba de observar a su padre, este se mostraba decaído, no entendía porque se ponía así por un tipo que de la noche a la mañana lo había dejado y cambiado por una tonta de cabellos rosados, aquella actitud de Ren la cabreaba de sobre manera.

-Papá ¿por qué no vamos a cenar algo? Ahí no había nada bueno-

-…-

-Vamos tengo mucha hambre-

-En casa podrás comer algo-

-Pero tengo ganas de comer algo de fuera-

-Keiko solo quiero llegar a casa- suspiro

-No me digas que estas así por la persona que quiso asesinarme, no vale la pena, tu lo viste te cambio en un segundo- aquellas palabras lo hirieron enormemente, eso ya lo sabía no necesitaba que alguien más se lo estuviera restregando en la cara, evito mirarla.

-Vamos a casa- la pelirroja no tuvo más opción que seguirlo, cuando llegaron al departamento Ren de inmediato se encerró en su habitación, lo único que deseaba era estar solo y tratar de olvidar lo ocurrido, por su parte Keiko se prometió sacar de su depresión a su padre.

Unos golpes en la puerta lo despertaron, ni siquiera sabía en qué momento se había quedado dormido, sus ojos le dolían por el haber llorado toda la noche, miro a su alrededor y reconoció su habitación, entonces las imágenes comenzaron a llegar a su  mente, el simple recuerdo lo lastimaba, los incesantes golpes le estaban provocando una fuerte jaqueca, con lentitud se levanto y se dirigió al baño ignorando lo mejor posible el ruido en la puerta, al mirarse al espejo se sorprendió de ver su semblante, ¿cómo podía cambiar tan rápido de un día para otro?, sus ojos estaban hinchados y llenos de tristeza, mientras su rostro se mostraba pálido y un tanto delgado, el ruido en la puerta lo había fastidiado, con enojo se dirigió a ver de quien se trataba.

Al ver a la persona tras la puerta su enojo se transformo en ira

-¿Qué quieres?-

-Como que qué, es obvio tontito, eh venido para planear nuestra boda- sonrió contenta la de cabellos rosados.

-Aun no tienes suficiente verdad, no te conformas con arruinarme la vida, con alejarme de la persona que realmente amo, sino que quieres hacerme la persona más miserable de este planeta, escúchame bien NUNCA ME CASARE CONTIGO, TE ODIO- le azoto la puerta en la cara, Tamao se sintió molesta, se alejo de ahí antes de que los vecinos decidieran saber qué es lo que está pasando.

“no dejare que te escapes, serás mío, siempre lo has sido y siempre lo serás” pensaba la chica mientras se alejaba de ahí.

Horo se encontraba tan furioso que arrojo algunas cosas haciéndolas añicos, en verdad odiaba a aquella chica, incluso podía llegar a comprarse con el rencor que sentía por Keiko.

-¿Por qué? ¿Por qué está pasando todo esto? ¿Acaso no puedo ser feliz con Ren?- se preguntaba desesperado, mientras golpeaba lleno de frustración la pared, una vez más tranquilo miro su mano y a su alrededor, y se sintió como un tonto –Soy un idiota- fue al baño a curarse las heridas que se había ocasionado, una mueca de dolor se hizo presente –Creo que me he fracturado- suspiro cansado, se dirigió hasta la sala evitando el desastre que había ocasionado y llamo a Fausto.

-Puedo verte, creo que me he lastimado la mano-

-…-

-Bien voy para allá- Horo tomo sus llaves y salió de ahí, necesitaba despejarse y pensar bien las cosas. Cuando llegó a la pensión Fausto ya lo esperaba, lo siguió hasta su habitación.

-¿Qué ha pasado?- le pregunto tranquilamente

-Una estupidez- palpo los nudillos, estos estaban realmente lastimados

-Tuviste que haber golpeado muy fuerte la pared para romperte los dedos y lastimarte de esta forma los nudillos- Horo no podía mentirle a Fausto

-Estaba muy molesto, no supe cómo reaccionar- hablo decaído

-¿Es por Ren?-

-Más bien por Tamao- lo dijo con odio

-No deberías de reaccionar así Horo, no nos gusta verte así- se escucho la voz preocupada de Yoh

-Yoh- miro a verlo

-Las cosas no van muy bien cierto-

-No- admitió triste

-Sabes ayer me sorprendí mucho con la noticia que nos dieron, creí que siempre estarías al lado de Ren-

-Yo también- cubrió sus ojos con su flequillo, no quería que lo vieran en esas condiciones

-¿Qué paso? Ambos se veían tan felices juntos-

-Muchas cosas han pasado- suspiro, ambos amigos notaron que Horo estaba muy mal por todo lo ocurrido.

-Tú no quieres a Tamao cierto- afirmo Yoh

-No-

-¿Y por qué no la detuviste?-

-Porque soy un cobarde-

-Sabes si hablas con Tamao estoy seguro que entenderá- trato de animarlo el castaño

-No lo entiendes Yoh, ya lo he hecho infinidad de veces, pero sigue creyendo que yo la quiero, esta mañana fue a mi departamento, a hablar de la dichosa boda, pero le dije que no me casaría con ella y que la odiaba- se mostraba arrepentido

-Por eso tienes así la mano- el de hokkaido solo asintió

-No creo que hayas actuado de la mejor forma-

-Lo sé, pero estaba tan molesto-

-Bueno lo mejor será que hables con los dos y te disculpes, Tamao con eso entenderá que no sientes nada por ella y estoy seguro que Ren te ama, solo aclara las cosas, veras que todo se solucionara- le sonrió conciliador, el de cabellos azules no pudo evitar sonreír también

-Mientras tanto no podrás mover la mano durante un rato, será algo molesto pero espero que no tengas mayores complicaciones-

-Gracias- sonrió un poco más animado –Lamento todas las molestias que les he ocasionado, debo irme-

-Vamos acabas de llegar quédate a comer- Horo no pudo negarse, la tarde fue tranquila, para sorpresa del de hokkaido nadie menciono lo ocurrido la noche pasada, aquello lo agradeció sinceramente, después de comer platicaba amenamente con Yoh cuando llegó Tamao.

-Así que aquí estabas, de haberlo sabido no hubiera estado toda la tarde fuera de tu departamento- le reprocho, en el rostro de Horo de inmediato se noto el enojo y la frustración.

-Creo que lo mejor es que me vaya-

-Horo espera- trato de detenerlo Yoh

-No puedes irte tenemos que planear nuestra boda-

-Que no lo entiendes, cómo es que tengo que decírtelo, no me casare contigo, la única persona a la que amo y pienso pasar el resto de mi vida con él es Ren- comenzó a subir el tono de voz.

-Eso no es verdad, ya no estás con él, además tú me besaste-

-Un error del cual me arrepentiré toda mi vida, tal vez uno que me haya costado mi propia felicidad-

-Horo- Yoh se mostró decaído

-Bueno mira estuve viendo y lo mejor es que sea una boda sencilla, solo invitaremos a nuestros amigos, además me gustaría que fuera algo tradicional- Horo suspiro frustrado

-Lo vez, es imposible, no cabe duda que está mal- salió de ahí casi corriendo pues no quería saber nada de la de cabellos rosados.

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Ren se encontraba muy decaído, no tenía deseos de nada, el solo recordar las palabras de la de cabellos rosados le dolía a pesar de que sabía que Horo aun lo amaba no podía evitar que aquellas palabras le afectaran.

Pudo ver la incredulidad, el miedo y la culpa en sus ojos, no entendía nada de lo que estaba pasando y eso lo desesperaba.

Aquella mañana Keiko se sentía contenta, no quería admitirlo abiertamente pero estaba feliz que Ren no se tuviera que preocupar por nadie más que ella, ahora que el tonto de su novio iba a casarse, ya no había nadie más por quien Ren se preocupara, ahora solo eran él y ella.

Se que no hay perdon por todo lo que he tardado para subir la conti, y sonara a excusa pero la verdad es que si me costo un poco de trabajo seguir con la trama pues la idea no era mi, pero ya solucinado todo, soy optimista en que las actualizaciones sean más continuas.

Aquí un nuevo capítulo espero sus comentarios

Ya no se ni como disculparme por tardar tanto en actualizar pero en serio que me esfuerzo mucho solo que yo tengo un pequeño problema escribo mis capítulos a mano y después los paso a la compu, luego ya tengo el capítulo pero no el tiempo para pasarlo por eso  me tardo mucho en actualizar y así como termino de transcribirlo lo subo por eso tmb pido perdón por las faltas de ortografía que encuentre en el capítulo.

Definitivamente necesito un BETA, si alguién se interesa se lo agradeceria mucho.

Sin más les dejo con el capítulo

Si ya se que tarde demasiado pero dire la verdad sino tengo quien me presione me confió y tardo mucho en subir los capítulos, por eso necesito los reviews x que si no hasta las mil subo los capítulos.

Este capítulo es para Wahrheit quien siempre procura dejarme su opinión, muchas gracias siempre me animas a continuar y no tardar tanto con mis actualizaciones n_n

Así llegamos al fin de este fic, quiero agradecer a todas las personas que lo leyeron y se tomaron su tiempo para dejarme un review, esto en verdad ayuda para que uno se presione para terminar los fics, bueno a mi me sirve

Segundo quiero agradecer a mi amiga y Beta Daniela quien me ayudo con mis horrores XD y espero lo siga haciendo n_n

Tengo muchos fics que aun están esperando para ser publicados espero que si ven uno de mi autoría por aquí en la paguina se animen a leerlo.