Siete Horas
(Por Rei)
Si, por fin había logrado escapar de casa para llegar a la estación de autobuses, sabia que al regresar la reprimenda sería -por decirlo menos- colosal, pero en ese momento nada de eso le importaba. Su mente estaba en otra parte; aún perdida en la profundidad de esos ojos azules que no veía hace tanto tiempo, que ya le parecían años -siglos- los que llevaba con el corazón en vilo.
7 horas...
Corriendo por la ciudad
7 horas...
Mis piernas no dan a más
7 horas...
Empiezo a estar del revés
7 horas...
Te voy a volver a ver
Una oportunidad como la que tenía no se daba cada día, debía aprovechar que Ryuichi quería verlo, ¡lo había llamado!.
Creía que estaba soñando cuando contestó el teléfono, llevaba mucho tiempo esperando a que lo buscara para que se encontraran nuevamente y, cuando esto realmente ocurrió, le costo bastante asimilarlo. Después de todo, no era cualquiera, era el mismísimo Ryuichi Sakuma quien quería verlo. El vocalista de Nittle Grasper, su ídolo, su honey Ryuichi.
Se sentó en una de las bancas metálicas en medio del ajetreo de la estación, con el corazón intranquilo y la mente perdida en otro lugar.
Un lugar que quedaba a siete horas de donde se encontraba.
Y no se hace cuanto tiempo
Persigo este momento
Pensando suave y lento
En cada movimiento.
Comenzó a recordar la última vez que lo viera. Estaba en casa de su cuñado, quién celebraba un aniversario más de matrimonio con su hermana y quería que todos compartieran su felicidad. Ahí estaban Eiri, Shuichi (imposible despegarlo de su hermano), Suguru, Noriko, su padre…
Y Ryuichi.
Cada vez que lo veía se quedaba embelesado, casi sin aire, y esa ocasión no había sido una excepción.
Esa situación se le hacia conocida después de soñarla tanto -incluso estando despierto-, pero aún así no sabía que hacer, ni donde meterse.
Sus nervios aumentaron cuando Ryuichi comenzó a acercársele con una sonrisa y un inusual brillo en el azul de sus ojos indescifrables.
Se acaba la nostalgia
Con la sangre que baja
Y sube toda junta para inundar mis ganas
Trató de calmarse un poco y actuar correctamente ante la realización de su mayor sueño, era muy difícil controlar la situación estando frente a ella, a pesar de todas las veces que había imaginado como sería si esto llegase a suceder.
Respiró hondo y contó hasta diez, logrando serenarse un tanto, eso ya era un comienzo. No quería comportarse como un chiquillo enamorado, a pesar de que, precisamente, eso era.
'Tatsuha, Ryuichi esta casi junto a ti; sonríe, ignora el hecho de que es el protagonista de todos tus sueños húmedos y compórtate' Se dijo a si mismo.
Y ahí estaba, junto a él; su Dios en persona. Parecía haber tardado horas en llegar ahí, pero sólo fueron segundos.
Y lo saludó.
Y logró entablar una buena conversación.
Y todo salio -casi- como esperaba, incluso intercambiaron números telefónicos.
Y no sólo eso intercambiaron…
No consigo actuar
Me bloqueo al pensar
Los nervios me aprisionan
Ya no puedo más
Se acaba la reserva
Me quedo sin paciencia
Cada minuto se hace un mundo
Y todavía quedan
Se puso de pie, ante la intensidad del recuerdo.
Aquel beso.
Esos labios.
Sus ojos.
Pero todo se quedo en eso.
Un beso…
Pero, Qué mas podía pedir? Él sólo era un fan más de tantos, al que casi le doblaba la edad -para peor- y, además, apenas lo conocía. Todo eso lo carcomía por dentro.
Se vio invadido por una ola de súbito optimismo y decidió que lo mejor era dejar de pensar en lo malo, la realidad era otra mucho mas esperanzadora; Ryuichi lo había llamado.
Ryuichi quería verlo.
Ryuichi pensaba en él.
Y quizás...
Ryuichi sentía algo por él.
Pero todavía faltaba mucho para verlo, y sentía que se le hacia un nudo en el estómago.
7 horas...
Corriendo por la ciudad
7 horas...
Mis piernas no dan a más
7 horas...
Empiezo a estar del revés
7 horas...
Te voy a volver a ver
Se puso de pie, miro su billete, vio la hora, el autobús aun no salía. Se volvió a sentar. A los pocos minutos estaba nuevamente de pie.
Y otra vez a mirar el reloj.
Una miradita mas al billete de autobús no le haría mal a nadie, cierto?
Y de nuevo a sentarse.
Pero era imposible permanecer quieto.
No en ese momento, por lo menos.
Su nerviosismo aumentaba cada segundo -que ya parecían años- y ya faltaba poco, el autobús casi estaba en la estación.
Volvió a mirar el reloj, solo habían pasado 2 minutos.
Y miro 15 veces el billete de autobús
Me levanto, me siento, me concentro, me disperso
Miro al reloj cada minuto estoy atacao'
Como no me apriete el tiempo no voy a llegar.
¿Y si el autobús se retrasaba?
¿Y si no llegaba a la hora acordada?
¿Y si Ryuichi se aburría de esperarlo?
¿Y si estaba soñando?
Se pellizcó con fuerza. Por lo menos sabía que no soñaba, le había dolido mucho eso.
7 horas más, 7 horas más…
Se podía morir en siete horas!
Y no estaba en sus planes morir sin ver a Ryuichi nuevamente.
Pero si ya había esperado tanto, ¿Qué eran siete horas más?
Un millón de eternidades.
Eso eran siete horas.
7 horas...
Corriendo por la ciudad
7 horas...
Mis piernas no dan a más
7 horas...
Ya Empiezo a estar del revés
7 horas...
Te voy a volver a ver
Y por fin el autobús llegó, estaba agotadísimo, uno de los días mas ajetreados de lo que llevaba de vida se estaba terminando.
Se sentó en su lugar y trato de dormir.
¡Que día! Había recibido una llamada de su Dios, se había fugado de su casa para encontrarse con èl, la espera se le hizo interminable en la estación de autobuses, no lograba dormir…
Pero todavía faltaba la mejor parte: Su llegada.
Solo siete horas más.
Y las podía pasar durmiendo.
7 horas 7 horas
Solo me faltan pa verte
7 horas 7 horas
Solo me faltan pa cogerte
7 horas 7 horas
Solo me faltan pa verte
7 horas 7 horas
Solo me faltan pa cogerte
7 horas 7 horas
Solo me faltan pa verte
7 horas 7 horas
Solo me faltan pa cogerte
7 horas 7 horas
Solo me faltan pa verte
7 horas 7 horas
Fin?