Capítulo XXI: Memoria restaurada.
Suspiro fastidiado, ¿Acaso nadie dormía en la noche?, se apartó de la puerta y dejo pasar a los dos.
—¿Sucede algo?—Cuestiono el rubio, la mirada de ellos era un cuadro que iba desde sorpresa, tristeza, alegría y dolor.
—¿Daion?—La voz se le escapo de los labios a Date, allí estaba su hermano menor con el mismo cuerpo, edad y apariencia que cuando murió y eso era simplemente imposible sin embargo el pequeño que él había visto con horror en los primero años de vida ya no tenia esa chispa de optimismo era como si…
—Date…—Saludo el peliplata con voz neutral. Era como si el chico que siempre buscaba el cariño de los otros estuviera de verdad muerto. Como si al fin lo hubieran matado.
—Hermano yo…
Se vio interrumpido por el sonido de madera rompiéndose, volteo lo suficiente como para observan con cierto temor un brazo negro enorme en medio de la puerta despedazada, Daion y Tsuzuki ya no estaban al frente y por primera vez Hisoka sintió miedo por que tal vez todas esas cosas que habían dicho fueran reales, Chikara tomo la mano de los gemelos y soltando un frio:
—Síganme.—Para Date y Honnou, empezó a correr hacia los pasillos, no habían señales de los otros dos y supuso que estarían luchando contra la fuente de toda esa maldad.
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Muraki estaba en el jardín con un cigarrillo en los labios, el vaho de su aliento parecía veneno, destilaba sensualidad allí sentado en la banca de piedra con las piernas cruzadas.
—Deja que se vayan todos.—Exigió Tsuzuki.
—Por favor Tsuzuki-san, ambos sabemos a la perfección que eso no será posible, es parte del trato entre el chico y yo.—Explico sacudiendo el cigarrillo botando la ceniza acumulada con elegancia.
—Hay personas inocentes implicadas en esto.—Hablo Daion, Muraki sonrió entre la solapa de su abrigo blanco.
—¿Entonces Akuma si hiso su trabajo al matarte en vida?—Daion frunció el entrecejo, no fue Akuma, fue Chikara.
Se prolongo un silencio tétrico, Muraki sabia que esos dos no serian capaces de hacerle algo cuando estaba el internado entero a su completa disposición, la técnica que usaba era una de las mejores, había tomado tiempo el dibujar el pentagrama invertido alrededor, al menos Akuma servía para eso.
Su sonrisa se ensancho, Hisoka moriría y aunque regresara estaría igual de perdido.
Una luz violeta empezó a iluminar las líneas que dibujaron con sangre, era hora de desaparecer a un molesto chico, Tsuzuki tomo a Daion de la mano y desaparecieron buscando a Hisoka, el siguiente objetivo de lo que fuera que Muraki convocara.
————————————————————————————————————————————Cuando la luz violeta se expandió por todos lados supo que algo malo, muy malo pasaría… era una corazonada. La mano de Chikara apretando con fuerza era una señal. Todos estaban a la expectativa que lo que fuera a pasar, después del potente resplandor no quedo nada más, el silencio volvió y la quietud y paz con el.
—¿Qué ha pasado?—Cuestiono en voz alta Chikara sin soltar la mano de los gemelos.
De pronto los arbustos empezaron a moverse, algo grande se acercaba, el moreno soltó ambas manos y se puso a la defensiva, los pasos no dejaron de escucharse hasta que…
—¿Por qué es tan difícil atravesar ese maldito zarzal? Mira oto—san, me lastime con una espina…—Daion asomaba la cabeza por entre los arbusto, poco después aparecía el sonriente castaño que con amor paternal desenredaba al menor y lo ayudaba a salir por completo.
Ambos sonrieron a los espectadores.
—¿Lograron detener a Muraki?—Las sonrisas de los shinigamis se ensancharon.
—Si.—Tsuzuki mostro esa blanca hilera de dientes.—… no nos molestara más, vamos Hisoka, nos esperan en el ENMA.
Hisoka sintió que no debía ir al lado de ese hombre, que no tenia nada de Tsuzuki, pero Hijiri empezó a caminar hacia ellos al igual que Date y Honnou, Chikara en cambio sabia que si ellos acabaron con el problema él tenia que irse sin más, iba dar un giro y marcharse cuando escucho.
—Ven con nosotros Chikara, supongo que ahora el perdón es lo mejor.—Abrió los ojos negros que tenia, ¿Había escuchado bien? ¿Daion iba a perdonarlo?
Miro atento al grupito, una especie de aura extraña rodeaba a los shinigamis.
Dio los primeros pasos siendo detenido por la mano del rubio, algo no estaba bien en todo eso.
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Buscaron en todos lados, pero nada, Hisoka y los demás no estaban, como si la tierra se los hubiera tragado o que Muraki les hubiera hecho algo, Tsuzuki no sabia donde más buscar, Daion en cambios estaba asustado, no podía ver el pentagrama invertido, necesitaba verlo para saber que hacia, no en vano estuvo tanto tiempo con Watari.
—Oto—san, ¿Puedes convocar a Suzaku para ver el pentagrama?
—Claro.—Dicho y hecho la majestuosa ave alzaba las alas. Ambos subieron al fénix y este inicio su ascenso a las alturas.
Daion intentaba tener por completo la imagen, pero necesitaban ir más arriba por que era enorme y abarcaba demasiado espacio, incluyendo el bosque mismo, sintió que Suzaku se removía de forma extraña, Tsuzuki miro hacia abajo donde una lluvia de flechas negras intentaban hacer desaparecer el ave logrando el propósito en poco tiempo, tomo a Daion de los brazos y lo abrazo con fuerza, pero justo antes de impactar el suelo sintió que el peliplata era arrancado de sus brazos, abrió los ojos con rapidez, no tenia mas que un abrigo gris. El convocar a Suzaku fue una malísima idea, se paro de inmediato y empezó a caminar, necesitaba encontrar a todos y salir, aun no sabían que hacia el maldito pentagrama de Muraki.
En una de las tantas encrucijadas que tenia el internado logro divisar la figura esbelta de Hisoka, sus ojos se iluminaron en alegría, ¡Era Hisoka! La figura apoyada en la columna sonrió con elegancia, como si fuera el mismo de siempre.
—¿Dónde están los demás Hisoka?—Sonrió cálido.
—No sé, los perdí hace un momento.
—Entonces…—Las mejillas del castaño se pintaron de carmesí—… ¿Los buscamos?
El rubio asintió con la cabeza despegando el cuerpo de la columna, en una peculiar forma, parecía haber salido de allí.
Sintió la mano del rubio tomar la suya, eso era algo que Hisoka no se permitía, ni aun cuando eran pareja. Zafo la mano de inmediato, ahora sabía que tipo de pentagrama era el que uso Muraki.
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Siguió mirando al castaño de forma fiera, ese hombre o esos dos hombres frente a ellos no eran quienes decían ser.
—Vamos Hisoka, nos esperan…
—Si nii-chan, yo te espero a ti Chikara…
Hisoka sonrió, no, ellos no eran ni Tsuzuki ni Daion, no sentía lo mismo que las otras veces, Chikara entendió esa sonrisa, corriendo hacia los otros tres los empujo lejos y enfrento a los shinigamis.
—¿Qué haces Chikara? ¿No me digas que has enloquecido?—Daion camino, sus pasos parecían estar pegados al césped.
—No he enloquecido, escoria… solo no te permito jugar con mis sentimientos.
Se lanzo al ataque mientras Hisoka mantenía a Date y a Honnou detrás suyo como dormidos, Hijiri movía la cabeza de un lado a otro como queriendo despertar del sopor del hechizo. En un minúsculo descuido el falso castaño estaba enfrente de Hisoka a punto de atacar, Chikara esquivando al otro lanzo lo que parecía ser un papel largo hacia el rubio.
—¡Atrápalo!—
El grito había llegado a penas a sus oídos, por instinto o impulso, alargo la mano y tomo el papel, siendo un sello, una ráfaga de luz lleno todo, el campo energético que el sello proveía no solo lo protegía, si no que lo despertaba, con solo sentir ese material que mucho antes tuvo en sus manos fue necesario, si no logro regresar cuando estaba con Tsuzuki era por los simples nervios a saberse débil del encanto de ese hombre, el sello cumplió su tarea de proteger, Chikara en el suelo victima de un Daion con sonrisa maniática igual sonreía, allí estaba el poderoso shinigami del que había escuchado muchas cosas.
Hisoka se levanto del piso, tenia los ojos cerrados, pero ahora ya nada le era desconocido, sentía el miedo de Date y Honnou y el valor de Hijiri, una rabia incontenible proveniente de un engañado Tsuzuki y a un muy malhumorado Daion. Al fin estaba despierto y Muraki tendría que pagar como parte del juego/trato que ambos habían entablado.