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Anónimo por Mishogu

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Notas del capitulo:

Q.Q les traigo el epilogo. El último capitulo que publicare de esta historia…

Espero que lo disfruten tanto como yo escribiéndolo…

Gracias a todos los que leyeron y me enviaron rw’s, se les aprecia mucho.

Gris nee-chan, te amo tanto. Al fin termine el fic que te prometí, nos veremos pronto ne…

No los molesto más…

A leer!!!

Epilogo.

Capítulo XXIV: Extra.

 

Hisoka se encontraba en el apartamento limpiando el chiquero que Tsuzuki había hecho en la casa en su ausencia. Levanto un paquete de pasteles de ron, algunas prendas interiores y supo que el castaño había estado días y días llorando como una magdalena por su recuerdo, las paredes lo delataban.

 

Suspiro apoyándose en la escoba y pensó que realmente necesitaba de la ayuda de Hijiri.

 

Escucho que alguien tocaba a la puerta y ni siquiera tuvo que ver por el ojo para adivinar que era…

 

—Hisoka…—Saludo su hermano—¿Me extrañaste?

 

El rubio le sonrió, jamás fallaba eso de pensar en su hermano, suponía que era el vínculo que habían forjado con el nacer de nuevo y crecer juntos como la persona normal que no tuvo la oportunidad de ser antes.

 

—Si te extrañe, en especial por que tú y yo no éramos tan desordenados. —Lo dejo entrar.

—Wau…—Se asombro el castaño—¿El piso de que color era?

 

Ambos se rieron, Hisoka noto que había algo en el interior de su hermano gemelo que no nublaba su sonrisa.

 

—¿Qué paso?

 

Hijiri sabiendo que seria inútil ocultárselo más soltó la bomba.

 

—Daion esta en la enfermería del ENMA.

 

Con la simple mención la escoba dejo las manos blancas del rubio y se precipito al suelo, justo antes de tocarlo ni Hisoka ni Hijiri estaban ya en el interior.

 

Hisoka sorteaba obstáculos y corría sin esperar a Hijiri, que rezagado pedía disculpas a los otros shinigamis que Hisoka iba empujando en su travesía a la enfermería. Logro ver el edificio donde habían pasado varias noches juntos por las heridas que Muraki les provocaba y entro azotando la puerta, le golpe la ola de impaciencia y preocupación de los otros shinimagis allí presentes, aumentando los propios.

 

—¿Qué sucedió Tsuzuki? —Le pregunto/exigió ya que el menor estaba de misión con el castaño de ojos amatistas.

—¡Te juro que nada! —Grito este—¡So-solo comíamos unos pastelillos en un puesto cuando empezó a vomitar y se desmayo!

 

Chikara recién entraba haciéndole las mismas preguntas a Tsuzuki solo que tomándolo de la sópala del abrigo lo movía de un lado al otro como si se tratase de un muñeco de trapo.

 

—¡Ya le dije a Hisoka que nada! —Lloriqueo abrazado a las piernas de Tatsumi en una forma infantil.

 

—Es una lastima…—Comento Watari escondiendo alguno de sus inventos detrás de su espalda—… quería que me ayudara con mi nuevo invento…—Al de cabello amarillo se le iluminaron los ojos—… con eso de que puedo congelar cosas con solo pensarlo…

 

El jefe Kanou salió junto a una enfermera y miro ceñudo a todos que impacientes esperaban los resultados de todos los exámenes que le habían realizado al menor, paso la mirada por Tsuzuki y negó con la cabeza, después a Chikara y los ojos se le encendieron.

 

—La culpa la tienes tú…—Y señalo al moreno.

 

—¡¿Qué?! ¿Por qué yo? —Chikara retrocedió unos pasos ante el aura amenazante de Hisoka y el recién llegado Hijiri—No le he visto desde hace dos días, deme un motivo por el cual yo sea el culpable.

 

—Por que…—El jefe halo aire con la nariz listo para gritar pero se arrepintió y lo saco todo de su sistema sin terminar la frase.

 

—¿Por qué que? —Insistió un impaciente Tatsumi.

 

—Por que estoy embarazado…—Se asomo de la habitación el menor vistiendo únicamente una bata.

 

Ambos Gushoushin dieron algunas vueltas tomados de las manos alegres por una nueva vida. Mientras Chikara intentaba identificar una puerta o una ventana por donde salir ante el inminente ataque de los shinigamis en esa sala.

 

—¡TE MATARE CHIKARA! —Hisoka tomo la vara de metal que sujetaba la cortina y la blandió intentando darle un golpe al moreno.

 

—¡NOOOOO! —Grito Chikara esquivando.

 

De pronto la habitación exploto cuando Tsuzuki convocaba a la mayor parte de sus criaturas sagradas y casi todos tuvieron que salir.

 

El pobre del cazador ya no sabía ni en donde meterse, entendía de lo osado que resultaba la tarea de tener sexo con su novio sin estar casados, en la casa de los que consideraba padres y en la tierra de los shinigamis, pero… ¿Embarazado? ¡Daion era un chico!

 

Tatsumi sostenía en brazos a Daion que sonriente se acariciaba el vientre aun plano.

 

—Seguro necesitara un doctor cuando tu hermano se entere de que te ha desflorado y embarazado.

—Sobrevivirá… —Comento Daion inocente.

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Hisoka se dejo caer en la cama al lado de un agotado Tsuzuki.

 

—¿Crees que exageramos? —Pregunto el castaño acariciándole el brazo.

—No…—Respondió ladeando el cuerpo y pegando la espalda al pecho del mayor.

—¿Estas enojado? —Tsuzuki vio luz verde para iniciar con algunos arrumacos, besándole el cuello y abrazando el pecho menudito del rubio.

—No es la palabra que usaría…—Se mordió los labios para reprimir un gemido

—Supongo que yo también, ¿Sabes que es lo peor? —Coló una pierna entre las de Hisoka doblándole la rodilla.

—¿Qué? —Hisoka tenía la voz trémula, casi apagada.

 

El castaño ya estaba erecto arremetió contra la entrada de Hisoka el cual grito no solo de dolor si no de el placer de Tsuzuki y el propio juntos.

 

—Que dos niños nos ganaron…

 

Se sintió sin pantalón y ropa interior, la camisa era insuficiente y el calor que le quemaba por dentro le dejaba sin aire.

 

Hisoka sabia que era el instante definitivo en su relación, cuando Tsuzuki se corriera dentro de su cuerpo las cartas anónimas que recibió en el internado tendrían una razón de ser el doble de poderosa.

 

Separo las piernas lo mejor que pudo y dejo que su cuerpo se dilatara solo, estaba húmedo y sentía que Tsuzuki no dejaba de amarlo en ningún segundo que sus sentimientos hacia él se multiplicaban y se hacían perpetuos.

 

—¿Listo? —Murmuro lascivo el castaño en su oído rozándole la punta contra su entrada llenándola de líquido seminal

 

Es que ni siquiera podía responderle, simplemente se empujo contra Tsuzuki y sintió que su virginidad veía sus últimas horas de vida. Tsuzuki le sostuvo la cintura para evitar que Hisoka se hiciera daño.

 

—Tranquilo que tenemos aun tiempo…—Le lamio el oído y fue entrando lentamente, con la mano sobre la cadera angulosa que lo enloquecía.

 

El rubio gritaba de placer en su interior, deseaba fervientemente que Tsuzuki arremetiera ya contra su cuerpo. Ladeo la cabeza y alzando los brazos se aferro al cuello del castaño devorándole los labios, abrió las piernas mejor y se empujo de nuevo llevando el ritmo del baile sensual que ambos propiciaban.

 

Tsuzuki coló los brazos debajo del cuerpo de porcelana del menor y lo alzo colocándolo encima de sus piernas, abierto por completo y gimió alto sobre los labios rojos del otro, el espejo del tocador era un excelente pintor de recuerdos, en él podía observar como su miembro entraba y salía de Hisoka y como este a su vez convulsionaba de placer y a cada segundo se ponía más y más húmedo.

 

Lo alzo de la cintura y lo llevo hasta el mueble, lo apoyo allí y separándole los glúteos volvió a embestirlo como Hisoka secretamente lo deseaba.

 

Los ojos verdes del rubio reptaron sobre su propio reflejo, estaba despeinado, sonrojado y muy, pero muy excitado con cada cosas que Tsuzuki hacia,  sintió una mano viajar desde su cintura hasta su ingle y los dedos cálidos y suaves del castaño acariciar con ternura la erección que se presionaba contra la madera del tocador, la otra en cambio escalaba por su pecho y apretaba y halaba de sus sensibilizados pezones.

 

—¿Te gusta? —Se hundió fuertemente tocando un punto en que Hisoka ya no podía contener los gritos. —¿Te lo estoy haciendo bien Hisoka?

 

El menor estaba en el cielo del placer, cada musculo de su cuerpo pedía a gritos el cuerpo del castaño, estaba atrapado en el torrente de amor que le profería y el placer al que sometía sus terminaciones nerviosas escandalizadas por tal despliegue de sensualidad.

 

Tsuzuki se salió de su cuerpo y lo giro, alzándolo de la cintura lo subió sobre el tocar y le separo las piernas, rozándose indiscreto contra la entrepierna de Hisoka.

 

—Aun no me has respondido…—Puntualizo llevando la punta de su miembro hacia la entrada del otro y lo penetro apoyado en las rodillas pálidas del chico.

 

—SIIIIIIIIIIII…—Grito, ya sin tapujos o miedo—… me encanta, lo haces endemoniadamente bien… dame más Tsuzuki, dame más… —Rogo acompañando los movimientos del mayor.

 

El castaño lo cargo a la cama y lo puso en ella con cuidado, posiciono las piernas del rubio sobre sus hombros y lo penetro fuerte, besándole los labios y con las uñas de Hisoka sobre la piel de su espalda.

 

—Me voy a correr ya…—Aviso en un amago de retirarse de Hisoka, pero este se aferro a su cintura.

 

—Dentro…—Suspiro—… lo quiero dentro…

 

Tsuzuki apresuro los movimientos de su cadera y la velocidad en la que su mano masturbaba al rubio, Hisoka empezaba a apretarse lentamente, los músculos de su cuerpo rogón por el desahogo.

 

—¡Tsuzuki…!—Gimió antes de dejarse ir en la mano del castaño y este a su vez en su interior.

 

Ambos se quedaron unidos aun, respirando agitado y la piel cubierta por una capa de sudor.

 

—A ver si tenemos suerte…—Salió lentamente dejando escapar el semen atrapado dentro de Hisoka—… espero que sea niño…

 

El rubio se llevo las manos hacia su entrada y recogió con un dedo la semilla de Tsuzuki y suspiro.

 

—Yo también espero que tengamos suerte…

 

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Hisoka estaba sentado enfrente de un escritorio con vista al mar, entres sus manos de porcelana descansaba un legajo de cartas pulcramente cuidas y anudadas con una cinta violeta

 

Desato el nudo y dejo que el pasado volviera de puntillas a la vida, la primera carta, aunque la había perdido en la enfermería descubrió que Daion la había rescatado de las manos de Muraki.

 

La desdoblo y dejo que el torrente de amor que aun fluía por cada trazo de la caligrafía de Tsuzuki le llenara de amor.

 

De pronto escucho los pasos de por lo menos tres personas subir corriendo las escaleras.

 

—¡Tío Hisoka un señor pelirrojo pregunta por mi papi! —Un muchachito de cabello plateado y mechones rojos halaba de la mano dos infantes más.

 

Abandono la tarea de leer las cartas de nuevo y abrazo a su hijito de tres años, un adorable rubio de ojos amatistas.

 

—¿Y les dijo algún nombre? —Cuestiono, sabiendo que en ese instante estaba solo en casa con tres niños.

 

—No…—Respondió un niño moreno pero de mechones plateados.

 

Hisoka sintió una corriente de aire caliente, se levanto de su escritorio y se asomo por la ventana, abajo Akuma con la misma apariencia de la ultima vez se apoyaba en la cerca y lo saludaba con la mano, suspiro pesadamente, Daion tendría problemas en cuanto a darle la oportunidad a Akuma de conocer al pequeño que ayudo a traer al mundo y sin duda alguna Chikara tendría el doble de problemas en aceptar que el demonio pelirrojo se acercara a sus tres tesoros.

 

—Invítalo a pasar…—Murmuro—… también llama a tus padres, diles que un viejo amigo ha venido a verlos.

 

El rubio meció a su pequeño, los dos bebes de Daion y Chikara tenían cinco años, primero nació el descendiente de Akuma, Kaeri, y después Koeri, el de Chikara. Extrañamente el peliplata estaba embarazado de dos chicos al mismo tiempo.

 

Se encogió de hombros, misterios del cuerpo de un shinigami.

 

Volvió a mirar por la  ventana y noto como Kaeri dejaba que Akuma lo abrazara y se ponía celoso cuando le hacia algún mimo inocente a Koeri.

 

Un poco más allá, Tsuzuki cargaba con las compras del mes y un pastel, cargando más cajas Chikara y Daion discutían aun sobre la pintura de las habitaciones mientras Hijiri se reía por su discusión y al ver a Akuma jugar con los niños compusieron una expresión de incredulidad.

 

Saludo desde la ventana a los recién llegados siendo imitado por su queridísimo Hirotsu, Tsuzuki sonrió ampliamente y le mando un beso en el aire que ambos rubios luchaban en atrapar.

 

Las cosas que pasaban por una carta de remitente…

 

Anónimo…

~«»~

Fin.

Notas finales:

Q.Q eso es todo, un lemon para rematar y algunos misterios del cuerpo de los shinigamis…

_ _||| seré honesta… me siento triste y a la vez feliz, es la primera ocasión que termino una de mis historias. T^T voy a extrañar mucho a Daion y a Chikara.

Graciar a:KUROSAKI MYU por su apoyo. 

Tambien gracias a todos los que me ayudaron y comentaron.

Adios y sean muy felices!!!

n.n/


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