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Anónimo por Mishogu

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Notas del capitulo:

Hola a todos!!! n.n/ cuento tiempo sin verlos

.w. bueno, estoy acá para decir:

Nee-chan, sé que no tengo mucho que darte para este día, pero con lo poco que tengo, te quiero obsequiar una historia, son extras claro, pero los haré con todo mi amor.

Feliz cumple Gris nee-chan, gracias por darme tiempo para conocerte y amarte cada día más.

Disfruta de las ocurrenicas de Chikara n.n/

Y: 

Kaori Lawliet perdón por tardar tanto en responder tus comentarios, quiero que sepas que los he leido y los estoy respondinedo uno a uno, con la dedicacion que te mereces por tu tiempo.

Ahora sip, a leer!!!

Extra Disputa. 

Capítulo 1:
Chikara sabe arreglar los problemas.

Chikara miro enardecido al pelirrojo, ¿Cómo se atrevía a presentarse después de años de ausencia en la casa que era su santuario? 

El único lugar en el que Muraki no podían alcanzar a Tsuzuki o Hisoka ya no era seguro, y los niños… Chikara gimió masajeándose las sienes. 

Ahora los niños estaban en peligro, un perfecto cruce a tres bandas entre un humano cazador, un shinigami y… un demonio. Había que aceptarlo, entre más rápido lo hiciera menos problemas tendría entonces para intentar explicarle a los niños como es que tenían tres papás en lugar de dos. 

Sabia gracias a las últimas misiones del equipo shinigami que Muraki quería una muestra de los gemelos, ya le había dicho a Daion que en cuanto se durmiera llegaría y se los llevaría dejando detrás de si pura y caótica destrucción. 

Por supuesto, Daion congelo el lugar hasta el punto en que necesitaron a Suzaku para descongelarlo, decir «frio como el Ártico» era un eufemismo para describir el estado del lugar. 

— ¡Chikara!—Grito Daion, su cabello de plata erizado, sip, así se ponía cada vez que se enojaba y liberaba una pequeña pero importante cantidad de energía de su batería espiritual. 

Levanto las manos en señal de que iba en paz. —Lo siento, ¿Qué decías?—Pregunta equivocada por la forma en la que esos besables labios se juntaron en un apretado mohín. 

—Ambos van a permanecer aquí hasta que aprendan a comportarse…—Dando un resuelto pisotón señalo la habitación—… pueden ir a buscarme cuando lleguen a un maldito acuerdo. —Dando un dramático giro tomo a los dos niños que estaban escondidos detrás de la puerta perfilando sus pasos hacia la salida. 

— ¡Espera, espera!—Chikara sintió que todo el aire era chupado de la habitación al ver la delgada espalda de su esposo y las dos pequeñas siluetas de sus hijos— ¿Por qué te llevas a los niños?

Los ojos carmesí de Daion brillaron increíblemente furibundos que temió ser incinerado por esa mirada. 

—Realmente no estabas prestando atención, cazador. —Intervino Akuma. 

Chikara iba a gritarle que no era su asunto cuando Daion se adelantó y le propino el puñetazo más fuerte y doloroso de la vida entera, fue pura suerte que su cuello no girara hacia atrás. 

Daion volvió a asir las pequeñas manitas de sus hijos, unos cuantos copos de nieve pintaron los muebles de la estancia mientras azotaba puertas y a pisotones enojados salía de la casa. Chikara siguió las siluetas hasta que solo fueron tres lejanos puntos en el horizonte. 

—Fueron a la casa de los otros shinigamis en el Meifu. 

Chikara toco el cristal, los copos deshaciéndose ahora que su fuente se había marcado. 

— ¿Por qué no me lo dijo?—Pregunto a su propio reflejo. 

La imagen de Akuma se proyectó en el cristal, su rojo cabello enmarcado ese perfecto rostro, tenía los brazos cruzados sobre su pecho. 

—Te lo dijo. 

— ¿Qué?—Chikara se giró, dándose cuenta que estaba contra la ventana y el pelirrojo— ¿Cuándo dijo eso?

Akuma rodó los ojos. 

— ¿Dónde estabas cuando Daion intento arreglar esto que tenemos hace más de dos horas?

Chikara ladeo la cabeza, hacia memoria recordó que Akuma había llegado casi después de las tres de la tarde, lo más discreto que pudo le lanzo una mirada al enorme reloj antiguo de la esquina, tragándose la maldición cuando se dio cuenta de que eran más de las cinco. 

Mascullando se dejó caer en el cómodo sofá de la estancia. Akuma de inmediato ocupo el puesto continuo dejando el espacio suficiente para dos personas más. 

El silencio callo como una pesada manta, Akuma le miraba de reojo, esos ojos hermosos…

Chikara respiro hondo, ¿Desde cuándo consideraba a Akuma un hombre apuesto?

—Pensado en por que rayos te dejo entrar en primer lugar.

Akuma escogió ese momento para hacerse el chistoso, no ayudaba para nada con su causa.

—No sé, tal vez porque soy…—Una sonrisa arrebatadora, una mueca despiadada que Chikara se encontró fascinado y asustado al mismo tiempo—… lindo.

Chikara gimió, odiaba cuando se no ponía en plan “Hombre vivo más caliente del mundo”

—O simplemente porque quiere que sus hijos tengan a sus dos padres.

El pelirrojo se rio tan fuerte que algunos cristales cimbraron.

—Tal vez, seguro que todo niño sueña con tres padres que ni se llevan bien.

Había amargura en la voz del demonio, como si aceptar en voz alta y con audiencia que los tres eran un lio como familia.

—Habrá que arreglarlo. —Suspiro Chikara.

—Por favor…—Mascullo Akuma—… no lances hacia mi camino eso de, tú los viernes y yo los domingos por que te incinerare.

No pudo evitar la risotada que se le escapo, poco a poco el ambiente se fue aligerando, sin duda alguna, si ambos se hubieran conocido en otras circunstancias habrían sido muy buenos amigos.

—Puedes acusarme de cursi amigo, pero no seré un cliché.

Eso pareció apaciguar al demonio porque relajo su postura y se permitió admirar la habitación.

—Veo que han tenido una buena vida…—De nuevo un tinte de amargura tiño su voz.

—Solo porque este lugar está encantado, tu amo ha perseguido a los gemelos desde que nacieron.

—Ya no es mi amo. —Akuma se apresuró a corregir, parecía nervioso cuando se mencionaba a Muraki.

— ¿Qué es lo que no nos estas diciendo?

El demonio tuvo un instante de debilidad, educo sus facciones de nuevo y de la forma más simple soltó:

—Me busca tanto como los busca a ustedes.

Chikara se sintió culpable por él, ahora que se tomaba el tiempo necesario podía ver las bolsas debajo de sus ojos, su cabello otrora brillante carecía de esa luminiscencia infernal que lo acompañaba a donde fuera.

Sintiendo el impulso innegable se corrió los puestos que quedaban, se tragó su timidez que sobraba y se montó a horcadas sobre los muslos del demonio.

—Hey…—Su voz sonó áspera—… déjame relajarte.

Akuma en un inicio se mostró sorprendido, pero una lenta y sensual sonrisa apareció en sus labios. Chikara sabía que había tomado la decisión correcta, no por sí mismo, sino por Daion y los niños.

 

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado, me encanto escribirlo.

¬w¬ y si, lo siento, lo deje hasta alli, pero en la proxima sera un poco más... Intenso.

XDDDD sip, regrese mala.

.w. comenten si les gusto, y si no, pues tambien n.n7

Hasta la proxima n.n/


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