Siguen caminando hacia las cocinas. Harry sabe que a Nev le irá bien, que tendrá el valor, que las cosas se le darán. Incluso Ron le puede sacar mucho provecho a toda aquella situación; pero ¿y él?
Aún está intentando descifrar qué significaba el rubio para él. Tal vez fuera solo una etapa de experimentación; o tal vez simplemente lo quiera conocer mejor para poder convertirse en su amigo. Si había algo que él admiraba de Draco Malfoy era su enorme capacidad de mantenerse fiel a sus creencias y a su familia…. Además, claro, de la forma en la que mantenía el cabello tan bien cuidado. ¿Usaría algún hechizo? ¿Vendían productos para cabello en el mundo mágico?
- Harry, amigo, estás raro – esa voz lo saca de sus absurdos pensamientos para encontrarse de frente con el pasillo que lleva a las cocinas y un pelirrojo extrañado – deja de pensar en el rubio, a este paso voy a comenzar a creer que te dieron una poción o algo – siguen caminando cuando el moreno se detiene de golpe, jalando al pelirrojo de la parte de atrás de la túnica.
- ¡RON!! El trabajo de pociones!!! Es para mañana a primera hora y aún nos faltan como 3 pergaminos!! – su grito se escucha a través de todo el ala del castillo atrayendo varias miradas que pasaban por allí.
- Vaaayaaa… así que los leones quieren ganarse un buen regaño de parte de la directora – el rubio se acerca detrás de ellos junto a Blaise. Venía con un enorme rasguño en medio del cachete y con su perfecta cabellera totalmente alborotada. El moreno iba un poco más presentable, aunque también aparentaba haber corrido largo rato.
- ¿Qué les ocurrió a ustedes dos? – Ron es quien pregunta, ya que Harry ha vuelto a perderse en pensamientos acerca de los productos de belleza que usará el rubio.
- Larga historia. Lo importante ahora es que, según pudimos escuchar varios de los que pasábamos por el lugar, ustedes dos están a punto de hacer que su casa pierda puntos; y en pociones!!
- ¡Cállate! – Ron prácticamente le ruge al rubio mientras su mirada se endurece. Harry despierta del trance en el que ha entrado y también se pone a la defensiva. Tal vez Ron tuviera razón con lo de la poción.
- Ey, calma. Venimos en son de paz. Así que les ofreceré un trato. Blaise te ayudará con tu trabajo, es muy bueno en pociones, créeme. Y yo le ayudaré a Potito, y como recompensa ustedes serán nuestros sirvientes por una semana. ¿Qué dicen?? – los ojos del rubio brillan con total diversión, como si de un niño bromista se tratara.
Harry no puede evitar soltar una leve carcajada al ver la cara de estupefacción de su amigo. Ya puede ver cómo Ron está dispuesto a pelear por aquella propuesta tan indecente, pero la mirada que le dirige el italiano tras él lo hace darse cuenta de que tal vez sea un buen plan, para los cuatro.
- Aceptamos – tres cabezas voltean a mirarlo con rapidez. Las tres miradas bastante sorprendidas ante lo que acaba de decir el chico de gafas - ¿Qué? ¿No iba en serio la oferta?
- ¿Qué planeas, Potter? – la mirada gris se entrecierra y se encuentra directamente con la verde esmeralda que lo desafía.
Seguramente está completamente loco. O lo de la poción o el hechizo sea real; pero aquella propuesta no le parecía para nada descabellada; sobre todo en pro de ayudar a que su amigo pudiera pasar más tiempo con el italiano. De hecho, mejoraría la propuesta.
- Aceptamos. Pero sólo cumpliremos esa última parte si el trabajo obtiene un Extraordinario; de lo contrario, sólo habrán sido amables con nosotros – la tensión entre los antes enemigos a muerte se puede percibir en el ambiente. La lucha de miradas es intensa, y no es para nada ajena a los otros dos implicados.
- Harry…¿Qué demonios….? – Ron no puede creer que eso esté pasando.
- Shh…. – Harry lo mira con una sonrisa pícara y le guiña un ojo, haciendo que el pelirrojo comprenda sus intensiones y adquiera un suave tono rosado en sus mejillas - ¿Entonces? ¿Trato?
La mano del salvador del mundo mágico se extiende hacia la del rubio. Los recuerdos de un par de chiquillos de 11 años a la entrada del castillo se revuelcan en la mente de ambos y con una confianza nunca antes sentida, Draco aprieta la mano firmando una dulce sentencia.
- Trato. Blaise, vete con Weasley a estudiar donde les venga en gana. Pero asegúrate de que sea el mejor trabajo que hayas hecho. Potito, a las cocinas, esta será una ardua tarde para que ustedes comprendan lo que es ser una persona dedicada al estudio – mientras el rubio sigue hablando de sus enormes capacidades intelectuales (de las cuales el moreno no duda en ningún momento), ambos se dirigen caminando al cuadro de la pera, dejando tras ellos un par de chicos bastante confundidos con lo que acaba de pasar.