Todo se Desmorona…
- T-te prometo que…no te dejaré solo…me da igual lo que me obliguen a hacer. Siempre eres tú quien me protege, ahora déjame ser yo quien este a tu lado.
- Claro, pequeño- sonreí. Le pegué a mi cuerpo en un fuerte y cálido abrazo. Sus palabras había logrado hacer crecer una llama en mí, no sabía exactamente que era, pero ahí estaban esos sentimientos.
- G-gracias- murmuró, separándose levemente para quedar a centímetros de mi rostro.
Nos miramos sin decir nada más, solo observándonos él uno al otro en ese cómodo silencio que se había formado. No sé como sucedió, pero los labios de Ruki rozaron tímidamente los míos y no pude controlar el instinto de pegarlos más a los míos y besarle de forma cálida y suave, saboreando el salado gusto de las lágrimas en sus labios.
Nos besamos durante largo tiempo, disfrutando ahora del roce que nuestras lenguas se daban. No me parecía estar besando a un chico…pero es que no era un chico cualquiera, sino Ruki. Aquel chico por el que siempre había sentido un cariño especial, que siempre había querido proteger a pesar de los golpes sufridos por su causa. Y ahora nuestros labios estaban juntos, devorándose y todo aquello me parecía lo más normal del mundo, a pesar de ser un chico como yo. Nos separamos por la falta de aire, pero sin tomar demasiada distancia entre nuestros rostros, podía sentir la respiración agitada de Ruki y miré con algo de lujuria sus carnosos labios entreabiertos, tomándolos de nuevo de forma efusiva, pero separándome a los segundos ya que la intensidad nos había dejado de nuevo sin aire.
- Uruha…yo…- murmuró el pequeño.- ¿Por qué me has besado? ¿Significo algo para ti?
- ¿Qué dices? ¡Como no ibas a significar nada para mí!- exclamé, irguiéndome de la incómoda posición que había dormido algo mis piernas.
- T-te quiero- susurró, mirando al suelo y pude ver el sonrojo que había adquirido cada parte de la cara del menor. Iba a responderle cuando él tapó mi boca con su mano y me dio un fuerte abrazo colgándose en mi cuello.- Deberíamos volver, el descanso a terminado.
- Pero Ruki si nos ven juntos…lo pagarán contigo- dije preocupado mientras que salíamos del cubículo.
- Te he dicho que no me importaba…- murmuró, tomándome vergonzosamente de la mano.- ¿Te importa a ti que te vea con un chico cogido de la mano?
- No me importa que me vean contigo- sonreí, dándole un beso en la cabeza haciendo que se sonrojase más.
Cuando llegamos a clase tomados de las manos todo el mundo centró la atención en nosotros, comenzando con los incasables chismes y murmullos, pero ahora que Ruki me apoyaba me daba igual. Aún así cuando nos sentamos en los pupitres separé nuestras manos, tampoco deseaba que Taka sufriese algún daño por mi culpa. Fue en ese momento pensando en los castigos que recibió el pequeño por mi causa cuando reparé en si a Kyo le habrían hecho lo mismo por juntarse a mí…por protegerme de Mao…
Miré por clase pero no me encontré con la oscura mirada del rubio, incluso Toshiya estaba solo mirando distraído por la ventana, algo apagado. Tenía ganas de acercarme y preguntarle por él, pero no lo consideraba lo más conveniente. Más sabiendo que él también hubiera participado en la violación sino llega a ser por su novio…
- ¿Te irás pronto a casa?- preguntó Ruki, quien llevaba algún tiempo hablando sobre un reportaje de una revista.
- Creo que no es conveniente estar aquí más tiempo de las clases…
- Tienes razón- dijo en un puchero.- Aunque yo quería que te quedaras conmigo…
La profesora de biología entró en el interior de la clase, mientras que todos inmediatamente se sentaban en sus pupitres y comenzaba una hora intensiva de problemas de genética, lo cual realmente me parecía algo divertido, como si fuese un puzzle donde debes mezclar y colocar las piezas para que todo concuerde.
La siguiente hora era arte, la cual daba separado de Ruki, lo cual ahora suponía estar totalmente solo. Tomé mis cosas y me encaminé mirando al suelo hasta el taller donde dábamos pintura, me coloqué en mi caballete para seguir con mi trabajo que consistía en un coche en llamas. Aoi quien estaba a mi derecha, miró por encima de mi hombro.
- No es que te culpe…pero no quiero que te metas en problemas…No quiero que te acerques a Kyo- soltó el moreno. Me volví hacia él, clavando mi mirada en sus ojos. La expresión de Aoi no era de enfado, ni celos, solamente de preocupación.
- ¿A qué te refieres?- murmuré, volviendo a mi paleta como él había hecho, disimulando que no mantenía una conversación conmigo.
- Sé que te quisieron violar y Kyo se metió a defenderte, lo cual no tendría que haber hecho…Directamente no debería hablar contigo, pero no sé porque te presta tanta atención…nunca ha sido así con ningún chico…
- No quiero meterle en problemas, pero no puedo mentir en que no le pedí ayuda con lo de Mao. Pero ¿qué querías?
- Yo solo te pido que te alejes, no quiero que tenga que pagar él por tus estupideces- respondió algo serio, pero luego sonrió.- Entiéndeme, no me caes mal y no tengo nada en tu contra, pero Kyo es mi mejor amigo…
- Lo siento…intentaré que no vuelva a pasar- hice una leve inclinación de cabeza, para concentrarme enteramente en mi pintura.
- ¿No te has rendido ya a estar aquí?- preguntó en un suspiro Aoi.
- Todo el mundo piensa que caeré…
- Es inevitable- se encogió de hombros.- Ya han empezado los problemas, quieren meterte…de ahí que te drogasen… ¿Por qué no dejarse llevar sin mayores problemas? Total, te encerrarán de una forma u otra. Un consejo: ahórrate el dolor de una pérdida y ríndete.
- ¿Rendirme?...Tal vez sea lo mejor…- mascullé.
La hora de arte había terminado y justo cuando iba a salir del taller, el profesor me llamó para que acudiese a su mesa. Caminé con pereza hasta plantarme enfrente y que el hombre se dignase a levantar la cabeza de su revista, para dirigirme una escueta frase.
- Yoshiki quiere verte en tu despacho- indicó.
- Sí.
La tan sola mención del director hizo que un escalofrío de miedo me recorriese la columna. A pesar del terror que tenía a ese hombre, a que me pudiese decir que terminaría con mi familia sino me entregaba o a que enviaría a Mao o a cualquier otro a alumno a por mí. Seguí el camino hasta la enorme y gruesa puerta de madera del despacho de Yoshiki-sama. Respiré hondo, cambiando mi expresión de miedo por una de seriedad que aparentaba la calma de la que carecía en estos instantes y golpeé la madera con mis nudillos. La tranquila voz de Yoshiki sonó desde dentro.
- Adelante.
Abrí con lentitud la puerta pasando al interior y encontrándome con que no era el único presente en ese despacho. Me dejó algo helado cuando vi a Yoshiki, de pie frente a un Kyo que se abrochaba la camisa del uniforme lo más rápido posible sin mirarme, quien clavó una burlona mirada sobre mí, acompañada de una sonrisita burlesca fue Yoshiki. Quien parecía contento en mi reacción al ver a Kyo allí… ¿Era eso a lo que se refería Aoi? Yoshiki-sama seguía con la mirada clavada en mí, mientras que llevaba una mano a la mejilla del rubio, haciendo que este pusiese una mueca de asco en los labios.
- Me alegra verte tan bien, Takashima- sonrió el director sin dejar de acariciar al rubio. Seguro que sí se alegraba de verme bien…- ¿Esos golpes? De verdad, espero que no haya sido nada grave- continuó con increíble falsedad.
- ¿Puedo irme?- preguntó Kyo, intentando salir de allí, sin duda. Se le veía que intentaba controlar el enfado…tal vez la vergüenza de que le hubiese visto así con Yoshiki… No podía saber muy bien que sucedía, pero algo me decía que nada bueno.
- No- gruñó abruptamente, volviendo a empujar en el asiento a Kyo quien había intentado levantarse.- Cariño, quiero que te quedes un poco más- dijo con una voz dulce, pero que escondía una amenaza hacia el rubio. Kyo tan solo afirmó con la cabeza y se quedó realmente quieto en la silla, dejándose manosear por los largos dedos del director. Al rato, Yoshiki se alejó de Kyo y se sentó en su asiento habitual, mirándome.- Takashima, tengo un problema que tal vez me puedas responder…
- ¿Cuál, Yoshiki-sama?- pregunté respetuosamente, todavía aún de pie.
- Estoy algo enfadado con dos alumnos de mi venerable institución y no sé bien como comportarme con ellos dos. Kyo me ha prometido que será un buen chico- le dedicó una cálida sonrisa al aludido, como si mirase a un buen perro.- Aunque me tendrá que compensar por su falta, él bien lo sabe. Pero el otro…- se volvió hacia mí.- no quiere ser un niño bueno y no creo que quiera verme enfadado. ¿Verdad, Tooru?- ¿Quién era ese?
- Sí, Yoshiki-sama- respondió Kyo.
- Bien, ahora me puedes aclarar Takashima- me dedicó una mirada furibunda.- ¿Qué haces hablando con un periodista sobre Yasherville?- inquirió con la voz menos suave. Mierda, me había pillado con Tatsuro…
- Y-yo…solo…- tartamudeé con miedo. Pude sentir los oscuros ojos de Kyo sobre mí por primera vez.
- ¿Qué te preguntaba?- interrogó el director.
- N-nada…solo era sobre…el asesinato que había cometido…
- ¿Ah, sí?- preguntó nuevamente con voz suave, como haciéndose el tonto
- Él estaba de acuerdo con que adolescentes como nosotros tenemos que estar encerrados en un lugar así para siempre- mentí.
- Tiene toda la razón, por qué sois despreciables ratas de lo peor ¿verdad?
- V-verdad- respondí como quería. Aunque lo que deseaba era golpearle esa cara de muñeco artificial que poseía, hasta verla totalmente destrozada.
- Kyo…¿me harías un favor?
- Claro- contestó el rubio, levantándose.
- ¿Le enseñas a Takashima que decir mentiras está mal?- sonrió macabramente. La cara del rubio cambió, me miró con algo de lástima- Pégale, Kyo.
- ¡Yo digo la verdad!- exclamé asustado. ¿De verdad me golpearía sin más?
- No mientas más delante de Yoshiki-sama- exclamó Kyo, vi en su rostro como decía las palabras de forma automática, no quería golpearme…pero lo haría.
Fue en ese momento cuando sentí el contundente puño del rubio en mi mejilla, fue tan fuerte el impacto que me caí al suelo, sintiendo el férreo gusto de la sangre en mi boca. En ese momento pensé que hasta este momento nunca había recibido una verdadera paliza. Me apoyé en las manos y le dediqué a Yoshiki una furiosa mirada, viendo como él sonreía felizmente. Kyo no me dio tiempo a más cuando sentí una patada en los pulmones que me dejó sin aire durante unos segundos, provocando que diese bocanadas en busca de oxígeno.
- ¿Me dirás qué te dijo? ¿Qué quería?
- ¡Te he dicho la verdad!- exclamé con la voz todavía mal por la pérdida de aire. Esta vez la patada fue en la boca, haciendo que las lágrimas y la sangre se escurrieran por mi rostro, no podía mirar a Kyo. No le odiaba, pero realmente me estaba haciendo demasiado daño sin compasión… Se veía que estaba acostumbrado a esto.
- Kyo es muy persuasivo, Takashima. ¿De verdad quieres probar lo que es el dolor o prefieres simplemente disculparte y decir la verdad?
Lo pensé, no tenía alternativa y verdaderamente no quería comprobar los “talentos” de Kyo, al fin y al cabo, el rubio había matado a su padre después de torturarle. No pude pensarlo por más tiempo, cuando solté un agonizante chillido ya que Kyo había pisado mi mano y la aplastaba sin piedad.
- ¡Quería saber…quería participar!- grité, mintiendo. Kyo me observó y por la expresión de sus ojos supe que sabía que mentía, pero al contrario de lo predecible quitó su pie de mi mano. La cual inmediatamente abracé con la otra, dolía horrores.
- ¿Dice la verdad?- preguntó interesado, Yoshiki.
- Sí- afirmó Kyo rotundamente.
- ¿Qué le dijiste tú?
- Y-yo…no sabía a que se refería…así que me ignoró. Le pedí que me ayudase, pero él solo quería…hablar contigo…- mentí, viendo como en el pálido rostro de Yoshiki se formaba una sonrisa.
- Bien- se levantó.- Me he cansado de juegos Takashima Kouyou- se colocó frente a mí, que seguía en el suelo.- ¿Te internaras en Yasherville o seguirás intentando plantarme cara inútilmente?