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Príncipe Vs. Pato por H2NJ Dess Hayashi Nao

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Notas del capitulo:

Hooola n.n!! ya stá aqui la continuación, como ven no me tarde taanto como dije XD, pero ya saben ke lo ke alimenta al autor son los reviews T-T y me no me gusta pedirlos, me gustaria más ke los dejaran x voluntad propia, en fin, ahora tengo pocas clases pero muchos examenes finales, así ke sale lo mismo: tengo ke studiar, y eso me quita tiempo para scribir .-.

Ya por fin hay algo del lemon prometido, la única duda ke me queda cuando hago sto es ¿no es muy rápido para ke ya se hayan acostado? o.O opinen x fis!!... anm, y bueno creo que ahora no hay aclaraciones, así que!!: enjoy~!

Ascenso al cielo y caída libre -vidas entrelazadas-

-*- Primer fragmento. Ascenso al cielo-*-

        Aoi va sobre su caballo a todo galope por entre el bosque, poco a poco va disminuyendo la velocidad, después de mucho andar comienza  a escuchar el rumor de un río, sigue avanzando hasta encontrar el lago que forma el río, al acercarse baja del caballo, a unos pasos de la orilla distingue que no es el único en ese lugar, a medio lago hay alguien nadando, Aoi es visto y este da un salto pues al parecer es una dama la que nada, se da media vuelta de inmediato al ver que la chica nada hacia él.

-LO, LO SIENTO MUCHO… YO, MI INTENSIÓN NO ERA VERTE… DAME UN MOMENTO PARA RETIRARME…-

Su rostro se encontraba totalmente encendido por la vergüenza, escucha el cuerpo saliendo del agua y por instinto voltea furtivamente, sólo para darse cuenta de que a su lado no hay ninguna mujer, sino el chico más bello que él hubiese visto, se queda embobado con la visión de su frágil cuerpo, su piel blanca y al fijarse un poco más en los detalles descubre pequeñas cicatrices, luego otras más grandes, sin saber porqué se enfada, contra quién le haya hecho algo tan terrible a ese hermoso chico, mientras sus pensamientos volaban el joven se había terminado de vestir y se acercaba a él. Al regresar de sus ideas Aoi descubre que el hermoso joven va hacia él, y que su cuerpo siente algunos cosquilleos que indican que algo anda mal con sus reacciones, así que se vuelve a girar bruscamente tratando de ocultar su rostro ruborizado y su entrepierna algo despierta.

-no se preocupe, ya me vestí… ya puede acercar su caballo, sí me lo permite lo haré yo mismo-

Aoi está sin palabras ese joven es hermoso en todo sentido; ya estaba tan distraído con él, que todo se le había olvidado, su pasado, el motivo por el cual estaba ahí, y ni que decir del pobre caballo sediento, hasta su propia sed se le había olvidado, pero la dulce voz lo regreso a la realidad por completo.

-está bien, lo traeré yo… o ¿eres mozo de cuadra?-

-no exactamente, pero siempre me encargue de todos los animales en… bueno, lo puedo hacer-

En realidad Uruha ya llevaba el caballo hacia el lago.

-Su caballo es hermoso, no había visto un animal tan bien cuidado ni tan bello desde… hace algún tiempo- aún le ponía triste el recordar a Ruki, aunque hace varios meses que vagaba por los bosques.

Aoi mejor se sentó en una piedra para poder estirar las piernas y seguir contemplado la escena, mientras su mente se volvía a nublar viendo a Uruha.

*se ve triste… pero es una hermosa tristeza, algo digno de verse*

Después de unos segundos de silencio la tranquilidad se vio interrumpida por un estrepito de caballos a galope y gritos lejanos, ambos se sobresaltaron, sintieron cernirse sobre sus corazones una gran angustia y miedo, después se voltearon a ver, ¿cómo era posible que cuando todo era tan pacifico y hermoso el destino viniera a estropearlo todo?

-¡Chico, sube al caballo rápido, nos vamos de aquí…!-

-muchas gracias, pero yo los enfrentare, vienen por mí… no es necesario que usted, amable señor, se meta en problemas por un vasallo como yo-

-no seas tonto, vienen por mí, y te digo que nos vamos, aún si vinieran por ti yo escojo protegerte… ¿cuál fue tu delito?-

-ninguno, pero sí dices que huiremos hagámoslo rápido, que se acercan-

Como rayo se subieron ambos al caballo, Aoi lo dirigía mientras Uruha se aferraba a su espalda. Los rayos de sol indicaban cerca del medio día cuando encontraron un claro en el bosque, donde se detuvieron a descansar.

-¿quieres comer algo?-

-no traigo comida, amable señor-

-Aoi…-

-¿qué?-

-mi nombre es Aoi, podrías llamarme así por favor-

-pero señor, es tan notorio que usted es un noble, tal vez incluso un príncipe… yo sólo soy un ciervo, un vasallo, ¡no puedo llamarlo por su nombre así como así!-

-te lo ordeno, es una orden de tu príncipe, tienes que llamarme por mi nombre: Aoi, ahora, ¿cuál es el tuyo?-

Uruha dejaba salir un suspiro con cierta resignación -ya que lo pone así… me llaman Uruha-

-bien, Uruha, y sí no cometiste ningún delito ¿porqué tendrían que perseguirte?- Mientras el pelinegro lucía apacible al rubio comenzaban a crispársele los nervios.

-ah!... pues, es algo difícil de explicar- consiguiendo un tono triste en su voz, por los recuerdos que esa respuesta le traía, pero debía ser fuerte y seguir su camino, así que saco fuerzas de donde no las tenía y puso una carita más alegre, aparte de hacer el bobo -y sí lo dejamos para otro día, con más tiempo, ¿no?-

*Que bonita sonrisa… aunque tiene boquita de pato… se le ve tan ¿besable?!* La cordura del pelinegro comenzaba a peligrar, divagando sobre el físico, que a él se le antojaba ensoñador, del rubio, aún así hizo un esfuerzo por recuperar su serenidad -soy buena persona, no menso, así que habla… y toma, ya calenté la comida, así que come-  

De igual forma la presencia de Aoi comenzaba a introducirse profundamente en los pensamientos del menor, aunque no de la mejor forma ya que le seguía pareciendo un príncipe mandón… aunque buena persona, como él mismo se había descrito -bueno, pues en primer lugar porque huí del lugar donde ‘’vivía’’, y después porque hay alguien que me busca…-

- aaah…- el príncipe intentaba darle importancia a los argumentos de Uruha, mas no lo consiguió -bueno, me quede igual, ¿puedes explicarlo mejor?-

-supongo que sí- con un semblante triste y un suspiro de resignación el rubio abrió su corazón a ese príncipe que apenas sí había conocido unos momentos atrás, claro que en él había algo que le inspiraba esa confianza, algo que lo motivaba a ponerse cerca de él en esa forma -yo vivía con personas que no eran mi familia, la verdad es que ya ni recuerdo quienes fueron mi verdadera familia, y la gente con la que vivía… bueno, estoy seguro que hay peores personas en el mundo, pero ellos tampoco son lo mejor que a uno le puede pasar…-

-¿son los que te dejaron esas cicatrices?…- para cuando reacciono era muy tarde, Aoi estaba acostumbrado a ser muy directo, sobre todo por ser un príncipe.

-… ¿las viste?-

-lo, lo siento… yo-

-no, no te preocupes… así fue, ellos me dejaron todas esas cicatrices, pero esas no son las peores…-

-¡¿QUÉ?!… ¿hay peores?-

-sí alguna vez te han herido en el alma, tal vez me puedas entender-

-ya entiendo… y entonces huyes de ellos-

-sí, pero no son los únicos… bueno, ahora yo quiero saber, ¿porqué un príncipe debe de huir?-

-me quieren casar con alguien a quien ni siquiera conozco, no hay nada que me obligue realmente a hacerlo, así que no lo haré, y como en el castillo no aceptaron mi negativa, me fui-

-así ¿o más concreto?- La declaración de Aoi había tomado por sorpresa a Uruha -¿y tu reino? ¿Que se lo lleven las termitas? Dices que nada te obliga realmente a casarte, pero sí tú no sucedes al rey, ¿qué será de tu reino?-

-pues ¡no necesito casarme para subir al trono! Desde hace tres años he creado un mejor reino, he cambiado la injusticia y el hambre por justicia, paz y estabilidad en cinco de los diez potentados de mi reino!, y NO he necesitado de una esposa para eso… además ¿quién dijo que yo quiero una esposa? Puedo querer otras cosas *por ejemplo, a ti*-

-pero es la tradición, todos los reinos exigen que su rey suba al trono con una reina a su lado, exceptuando algunos casos especiales *Ruki, por ejemplo, ascendió al trono por la infortunada muerte de sus padres u.u lo extraño, debe sentirse sólo de nuevo, y me ha de odiar, no lo culpo*-

-tradición, no obligación… no voy a casarme con alguien que no amo, las princesas fueron muy lindas y atentas conmigo, pero ninguna tuvo ‘algo’ que me hiciera quererla diferente, no puedo llevar a dos reinos, y a un jovencita, a un mundo de guerra, sin nada de amor que nos motive a todos, simplemente va en contra de todo lo que siempre he creído-

-*es… un idealista, a pesar de todo cree en las cosas buenas de esta vida* bueno, bueno… yo sólo decía Aoi, pero entiende, para mí no es fácil creerte, al igual que la mayoría sólo sé de la riqueza de los reyes y sus injusticias *valla! Que sí lo sabré u.u Ruki debería ser… como… tú, me siento raro de verle, de tenerte cerca… príncipe Aoi* no del lado bueno de su corazón- Aunque en su rostro pintaba una amable sonrisa, en su interior se encontraba realmente entristecido.

Aoi se encontraba idiotizado mirándole, aprendiéndose cada una de sus facciones, de sus gestos, realmente comenzaba a verlo con ojos de enamoramiento *¡vaya es mono hasta en el modo de hablar! creo que lo amo…*

-¿vas a terminar de comer eso… o ¿yo me puedo encargar de ello?- Señalaba el trozo de comida en la mano del príncipe que le veía embobado.

-¿ah?… ¿comer?- voltea a ver su comida con una expresión desconcertada…- ah! Esto… en realidad, puedes comerlo- de alguna forma darle la razón o complacerlo, lo hacía feliz.

-¡sí!- De inmediato Uruha soltó una risita y muy alegre se comió todo lo que pudo.

*tenía hambre… ahora qué lo pienso ¿cómo va sobrevivir sin comida? y ¿A dónde pasará la noche?… yo podría…* las divagaciones del pelinegro comenzaban a hacerse peligrosas para Uruha y tentadoras para Aoi *tengo que dejar de pensar en él… ¡y en hacerle cosas!* -bueno, y sí no llevas comida contigo… ¿cómo carajos vas a sobrevivir?-

-yo sé buscar mi propio alimento, este lugar es realmente maravilloso, sí me lo permite…s Aoi *es realmente duro tener que tratarlo de ‘’tú’’, cuando sólo puedo verlo como un príncipe, yo no valgo tanto como para que me deje hacerlo…* buscaré el postre!- Esa amabilidad seguía torturándolo, haciendo que sonriera, pero al mismo tiempo le dolía.

-aja *sí caes lastimado tendré un nuevo pretexto para seguir a tu lado, pero que no sea nada serio*

Uruha se levanto, sacudió la parte trasera de sus pantalones, y se puso en marcha. Al cabo de 20 minutos regresaba con muchas frutitas rojas.

-mira, estos frutos son muy ricos, toma unos-

-y ¿estás seguro que se pueden comer?- El pelinegro miraba curioso las frutillas atrapadas en la camisa de Uruha, indeciso de tomar alguna.

-obviamente… mira- toma un par de frutitas, acercándose al príncipe y estira su mano con una de las frutas hasta que roza sus labios con ella, con la otra mano acerca la otra fruta a su propia boca, le da un mordisco, e ínsita a Aoi para que haga lo mismo, este toma su postura firme y ladea un poco la boca para dar la mordida…

*en un movimiento rápido el príncipe apresa la mano de Uruha, lo jala con fuerza y con su otro brazo rodea su cintura, provocando un ligero sonrojo en las mejillas pálidas del menor.

-eres demasiado provocativo con esa inocencia… ¿puedo besarte Uruha?-

-no… no necesitas mi permiso, sí lo deseas me tomaras…eres un príncipe- la voz del rubio salía tambaleante de sus labios, aún así miraba con ensoñación al chico más alto que aún lo sujetaba entre sus brazos.

-en realidad sólo lo haré sí tú lo deseas…- con ambas manos el rubio sujeta el rostro del mayor, dándole un cálido beso, el pelinegro responde tomándolo con más fuerza en el abrazo…*

-¿quieres más?- apenas ruborizado, con cierto nerviosismo Uruha interrumpió los pensamientos de Aoi que parecía casi estar soñando con los ojos abiertos, actitud que el rubio estaba seguro hace unos instantes tenía él mismo.

-ah… sí, por favor *¡¿qué carajos estaba imaginando?!... él siempre se mantendrá lejos de mí y no pienso forzarlo… ¡terminaría huyendo de mí!*- con un ligero parpadeo y apenas escuchando la voz de Uruha el príncipe volvía a la realidad.

-en verdad que eres muy lindo para ser un niño consentido en un gran palacio *tengo mucha imaginación… sí me hubieses besado, sería muy feliz, ¡pero claro, eso nunca pasará!* -

-debemos irnos de aquí, al anochecer no será seguro ¿tienes alguna idea de a dónde ir?-

-¿en realidad?… no- pese a lo adverso de la situación el haber encontrado a Aoi lo estaba poniendo de buen humor -sólo sé que iré en la dirección opuesta de mi pasado y de quienes me persiguen, así que cualquier lugar estará bien- realmente lo hacía sentir tranquilo, aunque no fuera lo más lógico.

-ok, iremos…- ya que ninguno tenía idea de a dónde ir el moreno tenía que tomar alguno clase de decisión -que el caballo decida-

-¿sabes algo?... olvida lo de suceder al rey, el pueblo estará mejor sólo- termino la frase casi riéndose, estaban en una mala situación pero estaba bien riendo de nada con aquel joven príncipe.

-estas buscando que te abandone y te deje sólo- Respondió el indignado príncipe.

-tal y como estaba al inicio, no hay problema, amable señ- ni siquiera sus mismas palabras le quitaban esa alegre sensación al menor. Por su parte el moreno deseaba acercarse más y más a ese joven, por eso iba a empezar por que se olvidara de que era un príncipe, no quería que lo viera así, quería que viera a la persona que era.

-¡AOI, por enésima vez ME LLAMO AOI, DIME AOI!-

-anm… segunda-

El moreno no entendió el comentario y lo dio a entender con una mueca, aún así parecía que poco a poco se iban haciendo “amigos” o lo más cercano a eso.

-qué en realidad sólo es la segunda vez que me lo dices… Aoi-

-Uruha…*con un carajo, me está idiotizando con esa sonrisa, su voz, esos gestos, la dulzura de su persona… es, perfecto. Odio a quien lo persigue, detesto a quien le hizo daño… pero ahora me tiene a mí… ¿y yo... algún día lo tendré?... ¡qué carajos pienso, regresa a la realidad!* el menor lo miraba intrigado pues se había quedado callado de improviso, parecía estar pensando algo importante, así que mejor espero para hablarle.

-dígame, amable señor- *creo que se está enfermando, a veces su rostro está rojo… y tiembla ligeramente… no me puedo ir justo ahora y dejarlo sólo después de su amable compañía, después de cabalgar en su espalda y sentir que lo quiero sin saber porqué, ni si quiera sé quién es, ni mucho menos tengo esperanzas con él, pero aún así me puedo quedar a su lado…*

-sube al caballo nos vamos- la semblante de Aoi se veía entristecido.

Terminaron escondidos en una gruta, como pudo Aoi se hizo de leña y demás cosas para una fogata, la oscuridad se hizo pronto, y gracias al fuego no sentían tanto frío, aún así el joven príncipe se deshizo de algunas de sus ropas pues Uruha no tenía nada abrigador sobre su fina figura, se acerco para cubrirlo con su capa, pero al mismo tiempo lo abrazo.

-estas completamente frio, te abrazare para que entres en calor- al percibir su temperatura realmente se preocupo, y aprovecho la situación sin mala intención. Aún así era cómodo abrazar ese delgado cuerpo.

-gra… gracias pero así está bien, estoy acostumbrado, no te preocupes- tanta cercanía ponía nervioso al menor al mismo tiempo que hubiese querido corresponder el abrazo con más fuerza de ser posible, mas con pesar sabía su lugar en ese momento.

-ven, acércate al fuego- La negativa del príncipe fue con un susurro que casi parecía acariciar al menor.

Y lo jalo con cariño más cerca de la fogata, lo abrazo más y volteo a verse en esos ojos brillantes, lo que vio en ellos lo hizo querer besar a Uruha, y no lo pensó mucho, apenas se vio reflejado en ese par de ojos y lentamente cerro los suyos para acomodar su rostro e irse acercando lentamente al de Uruha.

Este no se percataba bien de las intenciones de Aoi, hasta que sintió el primer roce entre sus labios, se asusto, pero el príncipe era tan delicado y su tacto tan precioso, que fácilmente cedió. El contacto aumento poco a poco, hasta hacer que sus lenguas se entrecruzaran, y después hasta hacerles perder el aliento. Para ese momento Uruha correspondía a Aoi en todo, en miradas, en el abrazo, en el tacto… apenas recuperaron el aliento Aoi comenzó a ‘husmear’ por el cuello de Uruha con su nariz y luego con la lengua, pasando a mordisquear un lóbulo, y terminar de nuevo en su boca con otro beso. Esta vez Uruha comenzó a sentir que las manos del príncipe se movían con más agilidad, y ya no estaban sobre sus ropas, sino en franco contacto con su piel, estaban algo frías comparadas con su cuerpo que ya estaba bastante tibio, así que le fue difícil controlar esos suspiritos que ya venía soltando desde hace un rato.

-aaah… Aoi… unm- la voz de Uruha salía con profundos suspiros y su rostro se encontraba ruborizado, aún así miraba al príncipe con ensoñación y su cuerpo reaccionaba placida pero temerosamente a cada caricia.

-¿pasa algo?- le susurro con un todo grave en un susurro.

-es que yo… antes de esto, yo no hab- el príncipe adivino el temor en aquellas frases inconclusas, y aunque no lo pareciera se encontraba en una situación muy similar, con la diferencia de que estaba completamente convencido de querer abrazar a Uruha hasta que ambos fueran uno.

-la verdad es que yo tampoco había hecho esto con alguien más… eres la primer persona que me inspira hacer algo así, sólo estoy siguiendo mis deseos, lo lamento- por un momento Aoi supuso que sólo había estado pensando en sí mismo, sin tomar en cuenta a Uruha, pero el menor lo pensó diferente.

-o sea que te arrepientes de que…- *supongo que ahora cree que soy un “fácil”*

-¡no! eso no… pero creo que fui egoísta, no estaba pensado en ti… sólo en mí- su contacto no había disminuido ni un poco, sólo la voz de Aoi se notaba un poco triste.

-pero yo estoy igual que tú… sólo cedí a lo que quería hacer… a lo que quiero que me hagas…- El menor se encontraba tan confundido con todas aquellas sensaciones y sentimientos, el aferrarse a ese joven sin realmente conocerlo y al mismo tiempo el miedo o el temor de lo que iba a pasar entre ellos, sus deseos se volvían confusos, aún así prefería tener a Aoi aunque fuese sólo una noche a dejarlo ir sin haberlo intentado.

- ¿en serio?... eso me hace muy feliz, entonces… ¿podemos seguir?- no había prisa en sus palabras, al contrario eran tiernas, mientras rozaba las ruborizadas mejillas del menor con su nariz.

-aun que en realidad no sé qué vamos hacer…-

-sólo déjate llevar, sigamos como íbamos…-

Lentamente y con mucho cuidado se van recostando, Aoi se va colocando sobre Uruha, mientras siguen los besos ligeros unos, más apasionados los otros, lo único que alumbra y da calor es la tímida fogata hecha por Aoi, como pueden se van deshaciendo de sus ropas, pero las dejan cerca para “cubrirse con ellas” y más que la fogata es el tacto entre sus pieles lo que los mantiene tibios, Aoi recorre con paciencia todo lo que puede del cuerpo de Uruha, esa tersa piel blanca, que se matizaba con los colores del fuego, y de su propio rubor, tras sacarle todo lo que llevaba encima comienza un jugueteo de besos por su cuello, su torso, y sus manos recorre sus muslos y pronto llega a la zona más sensible y ya bastante despierta de su amante, cuando ve la erección de Uruha se detiene a contemplarla, no está muy seguro de lo que debe hacer, así que comienza a acariciar cada vez más cerca, mientras la atenta mirada de Uruha lo ve todo. Cuando por fin Aoi tiene idea de lo que sus instintos le dicen sin previo aviso mete el pene de Uruha en su boca, este dan un salto de sorpresa ante la acción del pelinegro.

-Aoi… unnnmmm…aaaah! Si, sigue… eso está…bien, aaah!… muy bien-

El príncipe ya tenía el miembro en la boca, y comenzaba a mover su lengua para después comenzar a sacarlo y meterlo, jugaba también con los dientes y algunos roces ligeros e intencionales, los gemidos de Uruha y sus palabras lo excitaban e incitaban cada vez más. Hasta que el rubio comenzó a expulsar su semen, no supo bien porque pero el príncipe no se separó del miembro hasta que dejo de expulsar semen.

-¿te gustó?-

-aja- contesto Uruha de forma tímida y cansada

-bueno, no creas que eso fue todo, aún falta-

-lo supuse, ahora déjame a mí…-

-no, no va a ser así-

Aoi se le encimo a Uruha para poder besarlo, el menor se dejo y al abrir la boca y poner su lengua contra la de Aoi se dio cuenta que aún tenía el sabor de su semen, esa combinación de fluidos y la ya experta lengua de Aoi lo volvían loco, su cuerpo volvía a reaccionar. Sin que se diera cuenta el mayor había sujetado sus muslos y los abrió para acomodarse entre ellos, con el movimiento sus erecciones se rozaron, hubo un profundo gemido por parte del menor, Aoi siguió con los roces, su miembro comenzaba a sentirse húmedo así que pensó que ya era hora de continuar, buscó la entrada de Uruha y comenzó hacer presión con su abultado miembro, y comenzó a introducir la punta, pero Uruha se levanto con fuerza por el dolor, esperaron un poco y comenzó de nuevo, lentamente se metió, y por fin el menor pudo acostumbrarse, ya comenzaba a sentir placer.

-Aoi… ya puedes seguir, te amo… y tú sabes que eres el primero, y el único que me hará esto, no dejaré que nadie más me toque, estás en mi corazón, y mi cuerpo también es tuyo, tómalo…-

-Uruha…- El príncipe no contesto con palabras se dirigió directamente a los curiosos labios del menor, y los devoró, mientras ya estaba comenzando un ligero movimiento, todo fue subiendo de tono: la velocidad, la fuerza, los gemidos y su excitación.

Cuando Aoi no resistió más dio una gran estocada contra la estrecha entrada de Uruha, aún más estrecha por los espasmos de la excitación de su orgasmo, y finalmente dejo que su semilla lo llenará, cuando Uruha sintió la tibieza en su interior comprendió que ahora sí, él y Aoi eran uno, ya se habían entregado uno al otro, todo se les olvido, sólo se abrazaron, y quedaron tendidos entre sus ropas, al lado de la fogata, hasta el amanecer.

Esa noche llovió tan fuerte que por suerte ningún animalito del bosque fue perturbado por los ruidos de estos dos  (a favor de la ecología… y la salud mental animal, por favor).

Al día siguiente despertaron muy felices, todo era perfecto, sólo tenían que encontrar un lugar para estar juntos por siempre. Al menos eso creía el moreno, mas Uruha sabía que nada era así de simple.

-iras conmigo a mi reino, y serás mi esposo, así sucederé a mi padre y todo será perfecto -

-no seas tonto ¿crees que te van a dejar hacer todo eso? Yo no puedo ser tu esposo!, te tienes que casar con una mujer, una princesa y entonces, sólo entonces, sucederás al rey- los ánimos de ambos decaían y se ofuscaban una y otra vez.

-Yo soy el príncipe, tendrán que aceptar lo que yo diga, y yo digo que sólo te quiero a ti a mi lado, sólo tú y yo por siempre- mientras decía esto tomaba entre sus brazos al menor.

-y yo estoy igual, pero entiéndelo, el amor no basta-

-a caso ¿no crees que nuestros sentimientos sean lo suficiente como para vencer todo?

-Aoi, te conocí ayer, apenas te vi te entregue mi corazón, y apenas anoche fui tuyo, no debería haber dudas entre nosotros, pero tampoco puedo creer en los finales felices cuando toda mi vida ha sido horrible y triste-

-para eso me tienes a mí, sí no lo aceptan nos iremos, y estaremos juntos, yo no quiero un reino si no te tengo a ti a mi lado, prefiero vivir por siempre en nuestra cuevita-

Uruha acomoda su cabeza sobre el pecho de Aoi, y lo abraza con fuerza.

-supongo que por eso te amo… mi príncipe, sólo mío- *sí tan sólo no tuviera que decidir entre nuestra felicidad y el pasado que me persigue*

-entonces decidido, iremos a mi reino, y sí nos aceptan seremos felices ahí, si no sólo nos vamos-

Iban de regreso, pasaron de nuevo por el lago donde se conocieron, mientras Aoi paseaba por las orillas, Uruha contemplaba los reflejos del agua, fue interrumpido por unos pesados pasos tras de sí.

-así que ya no estás sólo… ¿qué tiene él que no tenga yo?-

Al rubio la voz se le fue, y por un instante creyó que iba a desmayarse, pero una suave mano tomo la suya y lo hizo ponerse de pie.

-sabía que volvería a verte, tu belleza, interna y externa, son imposibles de olvidar… lástima, aquel ya te robó la inocencia… lo puedo ver en tus ojos, lo leo en tu piel… ¿porqué te le tenías que entregar?, ¿porqué?!-

Jalo con brusquedad al menor y lo tomó en un abrazo que Uruha rechazaba.

-¡SUELTAME!… yo no te quiero, te agradezco mucho tu ayuda, tu compasión pero no siento nada más por ti… déjame ir, déjame ser feliz!- Uruha se retorcía por salirse del abrazo, pero no conseguía mucho, casi llego al borde del llanto. Mientras Aoi regresaba apresurado al escuchar la voz de su amado.

-¡QUE LO SUELTES, NO LO ESCUHASTE!-

-príncipe Aoi de Ascort… que hace un noble de su nivel defendiendo a este pobre vasallo-

-vasallo o no este hombre es mi amante, y en poco tiempo será mi esposo, así que Ruki de Gazz déjalo ir!-

-se… ¿se conocen?- Uruha les miraba completamente desconcertado, no tenía idea de que con tantas batallas Ruki se diera tiempo de conocer a otros nobles de la región ni en qué momento se había comprometido con Aoi *¡esperen un segundo! ¿dijo ‘’esposo’’?… ¿Cuándo paso eso que yo no me enteré... bueno, luego lo tendré que arreglar *

-para ser sinceros… su reino y el mío son rivales, Ascort y Gazz siempre han estado en conflicto, pero no esperaba que tú, Uruha, fueses a ser el motivo más importante para poder invadir Ascort…-

Aoi de un golpe soltó a Uruha del abrazo de Ruki, y lo llevo a sus brazos.

-¿declaras la guerra Ruki de Gazz contra el Reino y potentados de Ascort?-

-por el amor del joven más bello que mi ojos han visto, ¡Uruha serás mío!, apenas conquiste Ascort, te haré mi esposo… yo ya soy rey, en cambio Aoi es un simple príncipe, aún bajo el mando de su padre… es más, no dudo que al saber de mi búsqueda por ti lo hayan enviado para entrar en conflicto conmigo al conquistarte… y por lo que veo no le costó trabajo-

Un sonoro golpe dio contra la mejilla del rey, era Uruha defendiéndose.

-¿qué clase de amor me tienes que eres capaz de insultarme así?- el rubio menor lo veía con un gran coraje –sí me entregue fue por un sentimiento real… así que puedes irte a tu reino, que yo no necesito nada de ti-

-ya lo escuchaste, y si se te ocurre enfrentarte a Ascort debes de estar preparado, porqué iré personalmente a defender el amor de Uruha, ya puedes irte-

-¡Miserables, esto no se quedará así… AMBOS, Y SU REINO Y TODO A SU ALREDEDOR SERÁ DESTRUIDO!-

El rey se alejó furioso por su orgullo herido. Uruha se refugiaba en el abrazo del príncipe.

-lamento causarte estos problemas- su sentir era sincero y se podía ver en su expresión algo pálida -lo mejor será que me aleje de ti- Lástima que Aoi no estuviera para esas escenas, intuía que la relación de ese par era algo serio y bastante personal, algo que le incomodaba sobremanera.

-mejor dime ¿qué tienes tú que ver con ese energúmeno? -

A Uruha se le había olvidado por completo que Aoi no sabía de su relación con Ruki, así que se queda callado, sin saber que decir.

-no vas a responder ¿porqué te trata con tanta familiaridad? ¿es él de quién realmente huyes?…/-

-está bien, está bien!… hace unos 2 años conocí por accidente a Ruki, y de ser un esclavo pase a ser su ‘conciencia’, algo como un consejero, intente hacerlo un mejor rey, pero no pude hacer mucho… después los intereses políticos de los demás nobles se pusieron en mi contra, haciendo que me quisieran matar, Ruki no lo iba a permitir, él dice que me ama, pero yo no le correspondo, entonces decidí huir de Gazz- todos esos recuerdos lo ponían triste y no podía evitar demostrarlo en su semblante -lamento haber ocultado todo eso, pero yo quería huir de esa vida, yo…-

-¡tú!… eres un tonto, te abrí mi corazón, y ahora vienes a decirme que durante dos años fuiste ‘amigo’ de mi enemigo, ¿sabías que por sus acciones en contra de reinos menores y su constante amenaza sobre mi reino es por lo que me quieren casar?, necesitamos unirnos a otros reinos para poder atacarlo y que deje de atacar a otros reinos indefensos!… y tú dices qué por dos años intentaste cambiarlo, pues realmente hiciste poco…- el príncipe estaba furioso, pero no por la falta de confianza que Uruha le había tenido, sino porque se moría de los celos que le tenía a Ruki, sí antes deseaba matarlo, ahora era su único objetivo importante, claro, después de casarse con Uruha.

-¡tonto!, sí lo soy, por creer que eras diferente de él, pero ¿sabes algo? POR MÍ se pueden matar uno al otro!, Ruki no se detendrá, va por tu cabeza… ¿crees que eso me hace gracia?… PUES NO, ya sabía yo que nada podía ser tan perfecto, pero fue lo más maravilloso de mi vida… mientras duró, claro- Uruha se sentía realmente mal, no sabía cómo había acabado en medio de un problema tan grande, siendo que él sólo deseaba una vida tranquila… ya casi extrañaba la taberna o su vida de esclavo.

-y yo te amo, ¿no lo entiendes? No importa que tenga que pasar, no te iras de mi lado… al que odio es a Ruki ¡a su forma idiota de gobernar!… me lástima que… que él estuvo más tiempo contigo, que él te conoce mejor que yo… -

-ya fui tuyo, ¿qué más puedes pedirme?- el menor comenzaba a sentir agotado de esa discusión en la que no podía entenderse, porque no se conocían realmente y aún así seguían gritándose que se amaban… tal vez en el fondo era cierto que había nacido ese sentimiento de la nada entre ellos.

-¡que seas mío por siempre!-

-y ¿cuándo pensabas pedirlo?- A Uruha no se le había olvidado el imprudente comentario de Aoi con respecto a la situación de ambos, y cómo ya se lo había propuesto no lo iba a dejar así cómo así.

-¿eh?-

-claramente le dijiste a Ruki que yo voy a ser tu esposo, sólo que no me enteré de cuando te di el ‘sí’…-

-no pensé…-

-¡exactamente, ese es tu problema! no piensas, sólo actúas- al rubio le recordaba la época en que intento “educar” a Ruki, como si todos los nobles estuviesen cortados con el mismo molde -¿cómo crees que me siento al pensar el riesgo que corres en una guerra?-

-tienes razón… lo lam-

-¡no, deja de lamentarte y disculparte! empieza a actuar, regresa a Ascort y hazte cargo de tu reino que por mí cuenta ya sabré que hago… en verdad, eres lo mejor de mi vida y te amo mucho, pero esto no puede ser- Si hubiese podido habría acabado su alegato con la misma fuerza y determinación con la que lo comenzó, pero simplemente el forzarse a aceptar que relacionarse con Aoi era imposible más allá de una casualidad que duro una noche le dolía, dejándolo sin fuerzas.

El moreno lo entendía, lo sabía y le costaba el mismo trabajo que a Uruha llevar a la práctica todo lo que le había pedido, empezando por tener que separarse del rubio -prométeme que no regresaras con esas horribles personas ni tampoco estarás con Ruki-

-eso es obvio, tontito… sí no puedo estar contigo, prefiero la eterna soledad-

Aoi lo abraza, mientras Uruha descansa su cabeza en su pecho, perdiendo su triste mirada en algún punto en el horizonte, el príncipe lo observa curioso.

-a… no quiero que te ofendas o algo así pero… no pude evitar ver… notar que tu boquita- el moreno no quería mostrarse como un depravado ni tampoco ofender a su querido plebeyo, pero le era inevitable fijarse en los detalles de su anatomía, en especial esa boca que tanto le gustaba besar –los labios, si que tu boca pues que parece-

Al rubio se le escapo un suspiro de resignación, sabía a dónde iba Aoi -“parece de pato”, ya te habías tardado-

-¡sí! pero no es para que…- el mayor no estaba seguro de si lo estaba ofendiendo o no.

-para que me ofenda ni me enoje, y no me enoja pero me recuerda mi días tristes, siempre me hacían burla ¡me humillaron tantas veces! haciéndome creer que era un defecto en mí- al final su voz se había teñido de un gran coraje y frustración al recordar aquellos momentos, por lo cual el moreno le volvió a sujetar con fuerza para decir con una voz seductora lo que él pensaba del asunto.

-¿en serio?… pero sí tu boca, así como es, es tan…- no encontraba rápido una palabra que lo resumiera… -¡se me antoja!-

-se… ¿se te antoja?-

-sí, besarla, morderla… ¿me la puedo comer?- Aoi había dejado la vergüenza y el recato en algún otro lado, iba a buscar retener a su amado con toda su fuerza y artimañas posibles.

-¡NO!… pervertido- las pálidas mejillas de Uruha se habían ruborizado con semejantes comentarios, lo que tanto le habían aquejado como un defecto en su vida pasada ahora el objetivo más deseado de la única persona que le había robado el corazón, si bien lo hacía feliz no dejaba de incomodarle del todo.

-bueno, pero no eres el único que le ha pasado eso- ya con los ánimos más tranquilos Aoi recuerda que él ha sufrido de algo similar con sus primos -mis primos siempre me han dicho ‘caballo’-

-¿caballo?- si bien al inicio la comparación sorprendió a Uruha término por entenderla muy bien -pues, no se equivocan tanto… eres un caballo salvaje: brusco, torpe, atrabancado…- ya no sabía si lo decía por la “linda velada” o por burla, aún así se estaña divirtiendo.

-¡ya, ya, ya, gracias!…- por su lado el moreno si se sintió algo incomodo con tan brillante descripción de su persona, pero tenía que reconocerlo: era una verdad a todas luces -sí, por todo eso me dice así, pero al que más quiero con el que siempre he compartido todo, parece iguana-

-¡no, pobre ja, ja, ja! una iguana es primo de un caballo- Aoi casi sentía que se reflejaba en esa sonrisa, era la primera vez que escuchaba por tanto tiempo ese melodioso sonido y era genial saber que él lo provoco.

-eso mismo digo yo, es raro y bueno, como es una linda persona, ya me acostumbre a todo eso, ya no me molesta… tanto-

-unm, es la persona más allegada a ti, y es una ‘linda persona’, lo has de ‘’querer’’ mucho…- sin saberlo Uruha tenía celos, tantos que se notaban en su expresión.

-eh, no te pongas celoso, mi patito- Haciendo feliz a Aoi.

-no estoy celoso, ¡quítateme de encima, fuera!…- claro que no los iba a admitir de buenas a primera -¡y no me digas así!- el menor se pone en una actitud digna tratando de que Aoi no lo abrace más, pero sólo van estrechando el abrazo, hasta rendirse a un beso suave y profundo, sin mucha velocidad, sólo un ritmo acompasado.

~*~

 

Notas finales:

ok, ps que les parecio??... .-. x cierto, ya saben ke si veo ke la idea no jala ya no lo voy a seguir, (suena a bil chantaje, y tal vez lo es XDu pero!!! T^T es dificil kerer seguir escribiendo cuando la idea no gusta, no creen??)

ah, bueno ps siguiendo con lo que sí importa de la historia, ahora tengo anuncios:: ya viene la aprición de Gackt y Kamijo, una mención a Hizaki, y la reaparición de Hyde... y puede que se vea algo de Reita x Kai y poquitito de Gakuhai n.n!!.... anm, Qué más?? ah sí!!, otra ayuda para un personaje: esta vez es mujer, de preferencia que universalmente caiga mal, va a ser la hermanita de Gackt, pero va a ser medio ''hiperactivamente-odiosa'' (?) ni sé de dónde me saco esas ideas jajaja... ahorita la tengo como OC, pero si me dan nombres d singers japos no kedaria mal, mientras tanto! Hayasshi Nao! se dspide n.n!! sayitoo~!!!

{EDITADO}


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