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Príncipe Vs. Pato por H2NJ Dess Hayashi Nao

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Notas del capitulo:

Hola, pues cómo pueden ver regrese con este fic, u.u ya lo había dado por muerto... pero alguien vino y me dio ánimos para seguirlo, y aquí estoy! n.n!!... Ahora sí, lo importante: Poco a poco se ira explicando lo que le pasó con Uruha, y todavía saldrá un asuntito ke los chikos tendrán ke resolver n.n!!...

P.D.: la tercer parte está comuesta por 4 fragmentos... hasta ahorita, >.

Algunas aclaraciones:este es el comeinzo de la Tercer Parte: Intensidad, el primer fragmento lo llame Inconsciencia y en básico son 3 POV: Hizaki (Nerium), Miyavi (y su diario) y Ruki (lo que vivió justo dsps d la batalla)

Aqui una imagen de los j-rockers que he mencionado en el fic, y sí, artisticamente y laboralmente son propiedad de sus disqueras y sus fandoms n.n!!.

HayashiNao!PríncipeVsPatoFanFicYaoi

Enjoy~!:

-Inconsciencia. 3 momentos previos a un golpe.-

 

-*Nerium*-

 

*yo también puedo sentirlo, sigue ahí atrapado… eso es porque él no es una persona cualquiera…*

 

No es ningún secreto, en el pasado de estas tierras existe todo tipo de sucesos, muchos han tratado de quedarse ocultos, pero aún así esos secretos han tocado la luz. Aunque no hay un registro claro, si hay pruebas de la existencia de un selecto grupo de mujeres de la corte que se han relacionado con los sucesos fatales de varios reinos, entremezcladas con los mitos y leyendas de cientos de años, Nerium es un nombre en código para la corte, de forma popular son conocidas como las bellas damas. Todas mujeres, dentro de su círculo no se admitían a los varones, buscaban tener descendencia femenina para perpetuar su estirpe entre la nobleza.

 

Su principal función se relacionaba con el espionaje dentro de los círculos de nobles y militares de las diversas cortes, también sabían pelear, incluso podían usar magia. Maestras en mil artimañas diferentes eran reverenciadas en secreto, en vida pocas eran reconocidas como parte del selecto grupo, a menos que su valía pudiese sustentarlas aún con su identidad descubierta.

 

Tengo varias dudas con respecto de su origen, y por ende del de su magia. He encontrado indicios de que la tradición proviene de las tierras del sur, después del mar, pero también hay indicios de que todo fue gestado en los núcleos de nuestras propias cortes antiguas. Y la magia, no sé si la aprendieron, si venía en su sangre, o si era una combinación de ambas situaciones.

 

Lo que tengo claro es que fueron de gran ayuda para las intrigas entre reinos, fueron vilmente usadas para poder desatar guerras, matar personas de forma discreta, realizar sobornos, entre muchas otras actividades que ellas tomaban como fieles encomiendas divinas, propias de los reyes que ellas seguían, en muchas ocasiones cegadas por amor.

 

Pero en cuanto comenzaron a tener poder propio, o en cuanto fueron un estorbo comenzaron a desaparecer, es otro suceso que no tengo claro. Los nacimientos de mujeres fueron decayendo, a tal grado que algunas tomaron la situación en sus manos y comenzaron a entrenar a sus hijos varones como si fuesen damas de la corte. Este ultimo hecho hizo que terminaran de satanizarlas, fueron perseguidas, hasta el exterminio… pero no todo acabo para nuestras madres.

 

Tengo vagos recuerdos de mi madre, y mis tías; por ende de mis dos primos. No éramos nobles por ningún motivo, mi madre y sus hermanas hacían las veces de parteras, pero íbamos de un lado a otro. En mi mente el mundo no cavia si no como un caos de niños naciendo y las mujeres que me educaban, es decir mi madre y mis tías, haciéndose cada vez más frágiles y enfermizas. Recuerdo a un chico de cabellos azabaches y piel muy blanca, un poco mayor que yo, era mi primo… no tengo más que ligeros recuerdos de su posible nombre Sakiko, Sakiho, Sakito… simplemente no estoy seguro.

 

A ambos nos enseñaron lo básico de ser Nerium, ser discretos, ser audaces, pelear en batalla con espada, con daga, cuerpo a cuerpo… poco a poco fue despertando nuestra magia, además de que aprendíamos conjuros y pócimas básicas. Ya que era un poco mayor que yo, mi primo ya podía controlar su elemento, mientras que yo aún no había podido usarlo.

 

Cada uno hereda un par de elementos que puede dominar con su magia, esto no es como la magia de Ruki, aunque puede parecérsele. Mi primo había nacido dominando la oscuridad y el frío, yo estaba vinculado con el fuego y el movimiento; aunque él era reticente a usar sus poderes, recuerdo que solía decir ‘la gente le teme a la oscuridad porque suele ocultar a lo desconocido… y lo desconocido no siempre es bueno, puede ser incluso muy malo…’ de alguna forma él presentía que en su poder había algo de atemorizante.

 

Un tiempo después vino un nuevo primo, hijo de mi otra tía, era una mujer hermosa, la más joven de las tres hermanas, aún así falleció al dar a luz a su pequeño hijo. Yo había visto nacer a muchos bebés pero este fue especial, no porque fuese de mi familia en sí, si no por como venimos al mundo, al nacer una delgada aura brillante nos rodea.

 

Quede impactado al verlo así, además de que mi tía había muerto al instante; mi otro primo se asusto tanto que grito: ¡MONSTRUO!, y quiso tomarlo para arrojarlo, pero yo se lo impedí, debajo del aura brillante había un bebé perfectamente normal.

 

Él lo sostenía con su magia, prolongaciones de sombras que salían de las proyectadas por los objetos, por instinto mi magia salió torpemente a flote, contrarrestando con la luz de ligereas chispas de fuego las sombras de mi primo, el bebé quedo a salvo.

 

El tiempo pasó y tanto mi madre como mi tía cada vez enfermaban más. Un día, con mi segundo primo ya siendo casi un niño, ambas mujeres se vieron obligadas a dejarlo al cuidado de otra que prometió cuidar de él.

 

Después no falto mucho para que mi tía falleciera, y mi primo se separara de nosotros, finalmente un día mi madre murió, yo apenas era un adolescente; use todo lo que me había enseñado para sobrevivir estando sólo. Fingí ser mujer, viviendo a las orillas de algún reino, realizaba el mismo trabajo que mi madre, y también comencé a vender algunos brebajes curativos, con eso logre sostenerme bastante bien por varios años más.

 

Hasta que un día mientras compraba algunas manzanas apareció un flamante militar de traje azul y cabellos rubios. Se acerco al puesto, y tomo una manzana para olerla y morderla, con su hilera de perfectos dientes blancos. La vieja comerciante iba a protestar por su mercancía malgastada, pero él extendió su brazo y le dejo una moneda de oro, eso era mucho por una sola manzana; aún así no había quitado sus ojos de mí, me ponía nervioso y quise salir de ahí tan rápido como fuera posible.

 

-está manzana me la llevo como un recuerdo de usted, bella dama…-

 

No conteste, era una ‘dama’ como él lo había dicho, y no entendía que tenía yo que ver con la manzana.

 

-eso es porque, su roja piel es como su vestido, además su textura firme… es como su cuerpo- en ese momento no caí desmayado por su sonrisa y su mirada lasciva hacia mi cuello, sólo porque por dentro sabía que yo no era la ‘bella dama’ el que él creía –y este perfumado y penetrante aroma, es como su propio aroma, la mordida que le di… es el deseo arrebatador que tengo de be…-

 

Me voltee indignado, una ‘dama’ por muy pobre que fuese no podía seguir escuchando esos halagos tan intensos. Aún así Kamijo captó mi atención y mi corazón muy rápidamente, aunque lo intente disuadir al decirle que yo era un hombre como él, su insistencia no disminuyo, sino hasta llevarme al castillo con él, a donde pude extender mis conocimientos por mucho más, incluso creo que me estoy reencontrando con mi pasado, y mi destino: Nerium.

 

-*El diario de Miyavi*-

 

-Primer intento-

 

…sí es un muro, entonces sólo no podemos pasar a través de él… y ¿Qué tal por debajo?, cavemos un túnel y una vez adentro lo buscamos…

 

Eso se me hizo tan fácil… era lógico!, un plan infalible… al menos, eso creí.

 

Ante la falta de apoyo a mis ideas prácticas y lógicas, yo mismo lleve palas y picos para hacer el túnel, cómo lo estaba haciendo sólo me tarde casi todo el día, los otros iban y venían sin ayudar mucho o nada. Por fin hice el pozo para tener una profundidad ‘de seguridad’ por sí el tal muro ese estaba algo anclado en la tierra. Ya estaba cansado, sucio y sudoroso, pero tenía que seguir, no podía defraudarlo, además Aoi, Kamijo y Kai ya estaban esperando afuera del pozo para sacarme a la fuerza en cuanto asomara la cabeza hacia afuera.

 

Junte fuerzas y seguí el trabajo, ya comenzaba el verdadero túnel, la pared esa estaba cerca, sentí en cuanto comencé a trabajar debajo de ella… estaba tan cerca!, unos golpes más a la tierra y hubiese pasado el muro por debajo, pero este comenzó a extenderse hacia abajo, hizo temblar la tierra, un brillo azul comenzó a descender dándolo continuación a lo que estaba sobre mi cabeza, bajaba tan rápido, moviendo todo mi débil y pequeño túnel que tuve que salir corriendo, deje todo lo que estuviese ahí dentro, mientras no fuera parte de mi hermoso cuerpecito no me importó!.

 

Y tal y como lo suponía, apenas me vieron asomar la cabeza los otros tres se dispusieron a sacarme, pero no hizo falta, salí tan apresurado que mientras ellos se agachaban yo ya estaba a sus espaldas, salí arrastrándome, gateando, pataleando, me había llevado el susto de mi vida, sentía que el ‘techo’ de tierra y piedras sobre mi cabecita se veía sobre ella :S. Tras ellos apenas llegaba el primo de Aoi, que puso cara de ¿qué paso aquí? Al verme todo alterado.

 

Les explique lo que paso, y aunque nadie había creído en mi idea, de todas formas se mostraron decepcionados.

 

Ahora tengo que pensar en otra solución… se me ocurre algo, de hecho lo pensé en cuanto salí del túnel, pero ahorita ya tengo sueño, no había trabajado tanto en TODA mi vida T-T lo que hace el amor Yu.u… y Sakito que no aparece por ningún lado! ¬¬.

 

-Segundo Intento-

 

…Bien, por abajo no… y ¿por arriba?… por alguna extraña razón todos pusieron caras extrañas ante mi nueva idea, pero no me importó …usaré tantas escaleras cómo me sea necesario, están de acuerdo que es imposible que ‘esto’ se extienda hasta el infinito más allá del cielo, las nubes y el viento pasan libremente! Algún fin tiene que tener y yo llegaré a él! o.ó…

 

Conseguí la escalera más alta que me pudiesen fabricar, y otras más, puse la primera… busqué algún lugar donde el terreno tuviera alguna elevación natural que me ayudara a acortar la distancia hacía mi objetivo, subí pero no conseguí sentir borde alguno que indicase el fin del muro. Al bajar, un amigo que me ayudo con las escaleras me hizo pensar en la posibilidad de que el muro estuviese más alto por la elevación de la tierra, entonces lo que necesitaba era una depresión, para encontrar el punto más bajo de la supuesta muralla… Volví a buscar el lugar más adecuado, subí y de nuevo no encontré nada… Hora del plan dos.

 

Mi amigo era quién me había fabricado la escalera, un excelente carpintero, comenzó a modificar la escalera con ayuda de las otras que habíamos llevado. Acabamos y volví a subir… NADA! Esa cosa del infierno parecía crecer conmigo y mis escaleras.

 

Subí hasta el último escalón, a riesgo de las advertencias de mi amigo carpintero: que la estructura hecha de añadiduras y remaches colapsara, puse un pie… y trono un poco, puse el otro y como pude hundí mis manos y uñas sobre la mentada pared esa, pero ni con toda mi estatura y mi brazo extendido al máximo conseguí sentir nada del fin de la tal muralla esa… lo que sí comenzó a escuchar fueron los crujidos de la madera y los clavos, un ligero temblor en la estructura… malditos temblores! ¬¬ ¿yo qué les hice que ahora me persiguen?… bueno, comencé a bajar rápido, rápido… la estructura colapsaba como me lo hubiese advertido mi amigo, yo estaba unos 100 metros sobre el suelo más cercano… seguía bajando a trompicones, mi amigo corría sin sentido alguno, y en ese momento sucedió! La escalera se inclino hacia atrás… conmigo en ella!

 

Pensé que mis días habían acabado… mis ojos se elevaron al cielo, mi amigo daba gritos… no escuchaba bien, hasta que distinguí algunas cosas ‘árbol’ ‘agarra’… cosas así, no entendí muy bien, sólo comencé a ver ramas desparpajadas… y salte como pude hacia el árbol… ¬¬ que hacía el sonso de mi amigo que no me hablaba claro del árbol tras mío! ¬¬ bueno, cómo sea u.u la he vuelto a librar…

 

Y aún seguiré buscando nuevas soluciones, ya que ni mis mejores investigaciones dan luz del paradero de ese brujo del demonio, que sólo vino a causarme problemas!…

 

-Tercer intento-

 

…Gracias a mi preciosa, bien relacionada y muy promovida taberna llegan a mí cosas simplemente ma-ra-vi-llo-sas… como la dinamita. Un polvo con el cuál hacen bombas… o sea, destruye todas las cosas, lo han traído del extranjero ¿de dónde exactamente? No me importa!, lo que importa es que me ha dado una nueva idea para quitar ese estorboso muro!… volví a ver caras raras, pero con un ánimo más fastidiado que la vez anterior; salvo esta vez conseguí un poco de apoyo por parte de Aoi; creo que él, como yo, ya se ha desesperado.

 

Al día siguiente conseguí las mentadas municiones para realizar mi plan, y me instruyeron para poderlas usar… no estoy muy seguro, porqué los extranjeros hablan chistoso… Kamijo dice que él  que no habla bien soy yo ¬¬ lo que pasa es que no puede con mis palabras mezcladas de nuestro idioma y otras extranjeras, mucho para un cabeza fría del vampiro.

 

Fuimos a donde estaba mi túnel, me fue extraño volver a verlo tan de cerca, pero ya estaba ahí… me tuve que volver a meter, lo encontré medio tapiado por rocas y tierra, muchas eran de las que yo ya había sacado y la naturaleza las llevo por diversas formas al interior, otras del pequeño derrumbe que afuera apenas si era visible.

 

Respire profundo, y me serene, puse tres municiones, acomode las mechas, y volví a salir. Una vez que estuvimos a una distancia prudente activamos una, no paso mucho al instante la segunda y de una vez la tercera… el ruido fue estruendoso, a pesar de la supuesta ‘prudente distancia’ sobre nosotros cayeron pequeñas rocas, tierra, astillas de todo tamaño… y mi túnel era ahora un enorme boquete… que no daba a ningún lado, porque la estúpida barrera simplemente no se detiene: ¡si voy arriba, ella va! ¡si voy abajo también me sigue!… me he rendido, hice todo lo que pude, no pienso maquinar alguna otra estupidez… al que sí pienso sacarle las tripas en cuanto lo vea es a ese mago de quinta de Sakito, él es el culpable de todo este embrollo…

 

-*El demonio de Fuego apaciguado*-

 

Habíamos caminado casi todo el día,  yo seguía a Kiyoharu y no tenía ni la más mínima idea de a donde me llevaba, sólo le pedí que no regresáramos a Gazz, prefería que me consideraran muerto y todo esto acabaría.

 

No deseaba quejarme por el cansancio, Kiyoharu podía seguir por mucho más tiempo que yo gracias a su entrenamiento, pero a mí me estaba costando seguirle el paso, me tropezaba y comenzaba a sentirme más débil, mi cuerpo había estado como anestesiado en la superficie, pero en mis músculos y huesos sentía el cansancio y dolor, también padecía de sed y hambre… Kiyoharu seguía estoico delante de mí.

 

El atardecer se encontraba avanzado, comenzaba a soplar el viento, no lo sentí mucho gracias al frondoso bosque, aun así la oscuridad me hacía tener más deseos de ponerme a descansar. Me tropecé con la raíz de un árbol enorme, caí recargado sobre su gran tronco, y me detuve al fin por un instante, cerré los ojos y en frente de mí volví a ver esa última visión que me quedara de Uruha… me entristecí mucho, por fin había comprendido mis verdaderos sentimientos… muy tarde, mi conciencia no me dejaba en paz, Kiyoharu había dicho que él simplemente había desaparecido… ¿cómo era eso posible?

 

Por precaución tomó mi espada, además tuvo que arriesgarse para poder recuperarla. Volví abrir los ojos al escuchar un crujido… ya sabía lo que se avecinaba: ladrones. En mi estado no lo dude ni un segundo, grite el nombre de Kiyoharu, grite tan fuerte con mi cuerpo me permitió.

 

Y él vino a rescatarme, como siempre… no lo había notado pero en toda mi vida había pasado por situaciones en las que él era mi respaldo, siempre estaba seguro de contar con él. Mas no lo había notado, simplemente relegaba su imagen a la de ‘alguien a mi servicio’… y ¿yo? Su rey, su monarca, a quien él debía obediencia… qué razón tenía Uruha con respecto de mí, y yo tan equivocado.

 

Por fin notó mi estado, y a pesar de que se había batido a muerte con tres hombres me cargo como lo había hecho aquella noche en la que supe a través de sus caricias lo que sentía por mí. Yo caí en algo parecido a un sueño, teniendo ligera conciencia de lo que pasaba en la realidad.

 

Escuche ruido de agua, pero no me estaba mojando. El viento y la noche trajeron un potente frío. Me sumí en su abrazo, en su pecho con tal de no enfriarme por completo, descubrí la tormenta en cuanto salimos del bosque; aunque mi piel se sentía adormecida, y el cansancio había desaparecido relativamente, dejándome algo atontado comencé a sentir la lluvia torrencial, y las ráfagas de viento. Kiyoharu llego a una casa vieja, subió la escalerita hacia la puerta, me bajo ya cubiertos de la lluvia.

 

-aquí podremos pasar la noche, no es lo que usted/-

 

-es perfecta, gracias Kiyoharu-

 

Aún así, mis ojos se clavaron en el bosque que había quedo tras de nosotros, y el camino que nos trajo hasta aquí.

 

-si pudieras irías a buscarle en este preciso momento, ¿no es así?-

 

Las frías palabras me afectaron mucho más que sí hubiese recibido de golpe toda la fuerza de la tormenta. Kiyoharu solía mantener su educada forma de hablarme, ahora además de frío sentí algo *celos* en su voz, voltee a verlo, él ya había abierto la puerta, y me esperaba adentro. En ese momento la furia en mi interior estallo, no contra él sino contra mí mismo. Y comencé a gritar.

 

- ¡NO KIYOHARU, YO NO LO AMABA, YO!… yo creía amarlo, pero ERA UNA OBSESIÓN ENFERMIZA Y NO LO SUPE VER!… después, cuando descubrí tu amor, quise odiarlo, PERO TAMPOCO PUDE HACERLO, ahora sé que lo quise de alguna forma QUE NO ERA AMOR, y ME SIENTO TRISTE POR TODO lo que hice…-

 

No estoy seguro de si hubo lágrimas. Dentro de mis gritos, aún tuve que alzar más la voz para superar algún trueno o simplemente para darle la importancia que quería darle a ciertas palabras. Aproveche ese arrebato de fuerzas para entrar corriendo y arrojarme a sus brazos, quería que supiera cómo habían cambiado mis sentimientos.

 

Aunque en cierta forma era cierto, yo me sentía culpable, y eso me hacía querer ir a buscar a Uruha… no podía aceptar que él hubiese dejado de existir. Un día Kiyoharu salió por la tarde, se iba a un reino medio a ayudar con algunos soldados nuevos que necesitaban entrenamiento, llegaría al lugar la mañana del día siguiente y se quedaría por más de dos semanas, probablemente tres; era la primera vez que tardaría tanto, se ánimo gracias que yo ya podía volver a usar la espada, aunque mi magia estaba completamente ausente.

 

Al despedirnos le pedí que se cuidara de los malhechores que andaban entre reino y reino, sobre todo por nuestro bosque, ya que era tenebroso y podían ocultarse fácilmente en él. Una vez que emprendió el viaje, yo deje pasar un tiempo, y en ese mismo atardecer salí en busca de Uruha… en cierta forma se puede decir que lo encontré, pero fue tan entristecedor saber su condición, sólo acabe sintiéndome peor al saber que destino le había causado a quien dije ‘sólo querer proteger’.

 

Con el tiempo fue inevitable decirle a Kiyoharu que lo había visto, que Uruha aún se encontraba en este mundo… no de la forma más adecuada, de hecho había pasado tanto tiempo que su ‘vida’ *sí es que a esto se le puede llamar así* corría peligro. Me pasó noches enteras buscando una solución, consolando a mi patito, o llorando porque la desesperación es más grande que mi aplomo y mi fe. Kiyoharu no lo acepta, ni lo ve con buenos ojos… tiene miedo, y yo también, pero de perder la última oportunidad de enmendar mis errores.

 

-*-

 

¿Dragones importados?. Consecuencias y una nueva amenaza.

 

-Aoi… ya hace más de cinco años que no sabemos nada de él, deja de torturarte…-

 

Hacía frío esa mañana de febrero, incluso se sentía una ligera briza, caminaban sobre algunas rocas enlamadas, y apenas sí comenzaba a salir el sol…

 

-NO! KAMIJO, NO!… simplemente me niego a creer que haya muerto o desaparecido así!, él está aquí en algún lugar de este lago… lo puedo sentir, además u.u ya no tengo a nadie en este mundo, mi padre a muerto, así que no desistiré de buscarlo!-

 

Se encontraban a unos cien metros del epicentro de aquella batalla, en la que Uruha al parecer simplemente había desaparecido, tampoco habían quedado rastros de Ruki, lo único que parecía igual era el lugar en sí mismo.

 

-es como si el tiempo se hubiese detenido ahí dentro…-

 

-¿dentro?…- el pelinegro voltea a ver al más alto para después posar su mirada en el interior de ese lugar.

 

-sí, o sino describe de otra forma este muro invisible- el militar no despegaba su mirada del lago, sintiéndose un tanto entristecido.

 

-estúpida barrera de magia!- el príncipe soltaba un golpe al aire, salvo que su puño encontraba apoyo sólido.

 

-vamos, regresemos al castillo-

 

-no quiero…-

 

-AOI DE ASCORT! Ya no eres un niño caprichoso, ahora eres todo un Rey, y tanto reinos menores como medios han depositado su confianza en ti!-

 

-y ¿de qué me sirve cumplir los sueños de los otros?- clavaba sus ojos llorosos en los del militar, buscando alguna respuesta -sí el mío está tan roto y desquebrajado que destruye mi corazón!… ¡No Kamijo, no me confundas, no insultes mis sentimientos así!, esto no es un capricho, es mi vida! ¡YO AMABA A ESE HOMBRE, A URUHA, POR SOBRE TODAS LAS COSAS!… yo… sólo desee crear un mundo mejor… para ver su sonrisa!…- el príncipe era un manojo de sentimientos desparpajados, amor, odio, dolor, coraje, tristeza… todo se mezclaba en su rostro, en su voz… en su corazón.

 

-ah… lo, lo siento mucho Rey Aoi- esa fuerza que siempre lo había caracterizado ahora había tocado el corazón del militar. Kamijo daba una reverencia para poderse retirar.

 

-… no, perdóname tú a mí, sólo es que no puedo manejar todos estos sentimientos, u.u regresare al castillo un poco más tarde-

 

-sí!, con su permiso, me retiro- se despedía del Rey de Ascort con sus formalidades, pero desde su corazón sólo podía ver al hombre destrozado que se quedaba parado frente aquella muralla invisible.

 

-*-

 

-¡he vuelto!, hace frío afuera Kiyo… ¿Kiyoharu?-

 

Una gruesa capa algo sucia lo cubría de pies a cabeza; acabó de cerrar la destartalada puerta de madera y se dio media vuelta buscando con insistencia al otrora militar de cabellos cobrizos, sus ojos no encontraron a nadie en la entrada de la casa.

 

Avanzo hacia el interior con cautela, al parecer tampoco había nadie en la sala o el comedor, el único ruido era el proveniente de la chimenea encendida. Subía un par de escalones cuando la puerta tras suyo se intentaba abrir, salvo que él la había atrancado por dentro. Rápidamente se aposto al lado de la puerta para quitar la tranca, y tener por sorpresa al intruso…

 

La puerta se abrió, una ráfaga de viento frío se coló y dio paso a unas botas negras, unos segundos más y Ruki le hubiese dado un certero golpe en la cabeza al propio Kiyoharu, el rubio se quedo con las manos alzadas y entre estas la tranca firmemente sujetada; sólo la dejo caer con alivio, para arrojarse a los brazos del pelicobrizo.

 

-ah… Kiyo, pensé que era alguien que me había seguido- sus ojos casi lloraban, su voz era delgada.

 

-no Ruki, ya los mate a todos, los lobos vendrán por ellos en un rato más, mi pequeño rey, siempre tan descuidado-

 

El menor voltea a ver las manos de Kiyoharu, en efecto, de la diestra pende una espada cubierta de sangre, al verlo bien, sus ropas y hasta su rostro tienen  algunas manchas carmesí.

 

-¡¿estás herido? pasa rápido, te curare enseguida!- lo hace entrar y cierra la puerta.

 

-no, no estoy herido, eran perros cualquiera, creo que no me vieron ni la cara, ven, mejor compartamos un poco de calor- sujeta la cintura del rubio y lo eleva un poco para poder besarlo, al tiempo deja caer su espada y le descubre la cabeza, tirando al suelo la capa.

 

En un instante más las piernas del menor se sujetan de su cintura y sus brazos de su cuello, sin dejar el beso, donde sus lenguas se acarician mutuamente. Kiyoharu lo lleva hacia las escaleras.

 

-*estas helado* ¿hoy también lo viste? *Arruinando tu salud así por él*- habían suspendido su beso, el menor acomodaba sus rostro entre el hombro y el cuello del ex-militar, para intentar ocultar algo de su tristeza.

 

-u.u sí, aunque cada vez es más difícil encontrarlo-

 

-¿no has podido eliminar esa barrera mágica?… *ese amor enfermizo…*-

 

-no, mi magia no ha vuelto… pero la barrera se va modificando sola, al parecer ellos también han dejado de intentarlo-

 

-ya no te atormentes, ven y duerme un poco-

 

-no, quiero que me hagas el amor-

 

-lo haré sólo con verte dormir… debes descansar-

 

-no!, Kiyoharu, tú ¿en verdad aún crees que le amo verdad?- se apoyaba en los hombros del mayor para verlo a la cara, mientras subían por las escaleras.

 

-no lo sé, tú mismo lo dijiste…*FlashBack: “NO KIYOHARU! YO NO LO AMABA!…” esa noche tus lágrimas rodaban y apenas sí tenias fuerzas, hacía mucho frío por la tormenta pero mi corazón ardía por todos esos sentimientos… “YO!… yo creía amarlo, pero era una obsesión enfermiza y no lo supe ver!… cuando descubrí tu amor, quería odiarlo, pero no pude hacerlo …” desde esa noche estamos aquí y yo ya no sé qué pensar o sentir… mi pequeño rey* que ‘eso’ no era amor…-

 

-y no lo era, sólo que tengo culpa y tristeza, además tú te has ganado mi corazón desde… u//u desde aquella noche que me hicieras tuyo…-

 

Una ligera sonrisa se dibuja en el rostro del mayor, al ver el rubor en el pálido rostro, aunque la belleza no lo ha abandonado del todo, han tenido que vivir alejados del mundo provocando una desmejora en el aspecto del monarca. Se habían escondido en alguna parte de un bosque donde encontraron una casa abandonada, casi en ruinas.

 

Kiyoharu vendía sus servicios como armero o para entrenar algunos soldados en los reinos menores, siempre ocultando su verdadera identidad, cubriendo parte de su rostro, alegando que había perdido el ojo derecho en batalla. Ya no eran nobles, sólo tenían lo necesario en su casita derruida, dónde Ruki lo esperaba haciéndose cargo de mantenerla… en pie, lo cual ya era difícil, más cuando el menor no tenía idea de cómo hacerlo, aunque ya hubiese aprendido algo en este largo tiempo.

 

Ya habían llegado a la habitación, Ruki se revolvía en la cama buscando atraer al pelicobrizo, mas no lo consiguió, se tuvo que resignar con dormir, lo que no había hecho en toda la noche, entre los brazos protectores del ex-militar, mientras aún caía algo de nieve en las afueras.

 

-*-

 

-¿lo encontraste?-

 

-sí, vendrá más tarde- con cansancio y resignación el militar se iba a sentar en una gran silla de madera con adornos de bronce y piedras incrustadas, forrada en una exquisita tela verde opaco.

 

-no se resigna…- el chico de caireles con un gran vestido rojo y adornos en dorado dejaba el libro que estuviese hojeando en el estante de la gran biblioteca, para voltear a ver a Kamijo, quien se estaba aflojando el cuello del pesado traje militar.

 

-¿tú lo harías?- por una puerta lateral entraba Reita.

 

-supongo que no, joven Reita- Hizaki hacia una reverencia para saludar al príncipe.

 

-pero ahora será peor, la muerte de su padre le ha afectado mucho- apuntaba el militar.

 

-u.u pobre de mi primo ¿qué hizo para merecer todo esto?-

 

-los destinos tristes hacen corazones fuertes, joven Reita-

 

-y ¡¿de qué sirve toda la fuerza sí no la puede usar para tener a su lado a la única persona que le importa?! ó.ó, Hizaki-san la poesía que dices es muy bella pero poco útil!-

 

-Rei… cálmate, Hizaki-san sólo quiere ayudar…- una cuarta voz intervenía en la conversación, era el tono más melodioso para Reita, su amado kai, luciendo un vestido de terciopelo azul.

 

-u.u… lo… lo siento Hizaki-san-

 

-no se preocupe joven Reita, algún día entenderá que yo no sólo hablo de poesía…-

 

-bueno, mientras son peras o son manzanas, alguien tiene que hacer algo por el rey, no sólo podemos lamentarnos por su situación, hay que pensar en la estabilidad del reino-

 

-por eso no te preocupes Kamijo, entre tú, Hisaki y yo lo resolveremos-

 

-Kai- con un tono de puchero –mi amor… ¿porqué no me mencionaste a mí?- señalándose a sí mismo.

 

-ah… eso, Rei-chan, luego te lo explico n.nU *en la cama todo es más sencillo de explicar*-

 

-*-

 

Aoi había decidido regresar a su castillo, ya era cerca del medio día, y por más que había contemplado el lago desde la barrera no había podido ver nada. Iba sobre su caballo cuando una sombra que surco el cielo lo distrajo, alzó la vista por un instante al notar la velocidad de la ‘sombra’; apenas tiempo suficiente para caer en una emboscada.

 

Una mano tosca sujeto su mano en la que sostenía las riendas del caballo, el animal relinchó y alzo sus patas delanteras en señal de alarma, era demasiado tarde. Un grupo de al menos siete hombres rodeaban al, ahora, rey.

 

-un joven noble, su alteza- con burla en su tono de voz el tipo hacia una reverencia mientras Aoi intentaba calmar a su caballo, además de pensar en cómo salir de esta situación.

 

-lamento que tengan un mal día, pero han tomado a un noble que no lleva ni una moneda- y era cierto, para ir a ver a Uruha no necesitaba dinero, incluso estaba completamente indefenso.

 

-escucharon chicos?… un noble sin dinero, es un mal chiste ¿no?- los otros irrumpieron en risotadas desparpajadas y grotescas –mira niño, los nobles siempre tienen algo… de menos me llevare tus finas ropas, y este hermoso caballo… es un buen precio ¿no crees?-

 

El pelinegro comenzaba a ponerse realmente nervioso, intento conservar la calma y pensar en algo, lo poco que tenía a su favor era su caballo y que el único malhechor realmente cerca era el que sostenía su caballo.

 

-no, no creo que sea un precio justo- había recuperado algo de su tranquilidad, ese tono frío le llamo la atención al tipo, quien volteo sólo para encontrarse con una patada de parte del pelinegro, aún así no soltó la mano que llevaba las riendas, con la otra mano libre alcanzo a jalar al tipo sólo para asestarle un buen puñetazo que lo desestabilizara, ahora sí las riendas de su caballo estaba sueltas. Apenas había conseguido volver la vista hacia el resto de los hombres cuando estos ya estaban a unos pasos de atacarle, corrían frénicos en contra suya, dio un grito al caballo y este echó a galope, aunque algunos se atravesaron con sus armas logro esquivarlos y salir huyendo.

 

Les llevaba unos treinta metros de ventaja cuando a menos de diez metros suyos algo hizo temblar la tierra, volteo y vio algo de fuego y una gran columna de humo *¿bombas?…* no le dio tiempo de responderse, otra callo a unos cinco metros de su costado derecho *¿de dónde demonios las están lanzado? No los veo!*. El caballo corría casi desbocado por los sustos de las explosiones, habían tomado una curva, no había camino alguno que seguir, sólo buscaba que lo perdiesen de vista para poder llegar a Ascort.

 

Terminó aminorando la velocidad por temor a que su caballo desfalleciera, había entrado en una zona densa de bosque, avanzaba con cautela y lentamente, estaba oscuro a pesar de ser por completo de día. Por fin detuvo el andar de su caballo, se bajo a la sombra de un enorme árbol, no escuchaba nada, a pesar de la escasa luz pudo sentir que por un momento todo se torno aún más penumbroso, salió de la sombra del árbol y alzo su vista al cielo, esa sombra voladora acaba de surcar el cielo de nuevo, no pudo ver que era en realidad, pero supuso que estaba relacionado con el atraco que acababa de sufrir. Dejo pasar un poco más de tiempo, y volvió a montar, avanzo por el bosque denso hasta encontrar un punto conocido, ya casi llegaba a Ascort, también ya casi comenzaba a atardecer.

 

-*-

 

Un hombre ataviado con un provocativo traje negro, de plumas en los hombros y en su cabello irrumpió en la taberna. Se caía por la ebriedad, avanzó tambaleante a medio local cuando los ojos de Miyavi se abrieron al máximo que pudo, el hombre sostenía una botella de licor, y al ver al tabernero de peinado raro la alzó, intentando dar a entender que buscaba más alcohol. Dio un par de pasos más, Miyavi ya había saltado la barra y caminaba iracundo hacia él, que más bien se encontraba inconsciente de lo que pasará a su alrededor, incluso de los gritos que profería el tabernero.

 

-SAKITO, DESGRACIADO BRUJO DE QUINTA, ¡¿CÓMO TE ATREVES A REGRESAR DESPUÉS DE TANTO TIEMPO?!-

 

Al joven de cabellos extravagantes se le iba la fuerza en  sacudir violentamente al otro de cabellos oscuros, y como no obtenía respuesta alguna a su bravata de gritos lo tomó por el cuello y lo llevo arrastras al interior del lugar, donde todos se habían quedado callados y estupefactos viendo la escenita.

 

-¡maldito demonio negro ¿dónde carajos te habías metido? O.ó!-

 

Tras subir unas pequeñas escaleras entraron en una habitación oscura, Miyavi aventó por donde pudo a, un aparentemente borracho, Sakito; y buscó sobre una pequeña mesa una vela y algo para poder encenderla, apenas consiguió alumbrar la habitación cuando comenzó a escuchar las pequeñas risitas del pelinegro.

 

-¿DE QUÉ TE RIES? o.ó-

 

-ja, ja, ja… no, de nada… sólo que eres un fácil Miyavi, tu habitación no ha cambiado en nada desde que me fui…-

 

-O//Ó CALLATE!… O.Ó qué yo no te traje aquí por eso- El más joven tomó actitud digna, cruzándose de brazos y tomando una pose de quién está realmente enojado, además de que su expresión lo indicaba muy claramente.

 

-a… ¿no? entonces ¿qué hago aquí?- estirándose con pereza sobre la cama del aludido, mostrando toda la extensión de su cuerpo y sin soltar la botella, sus piernas blancas que asomaban entre sus botas altas y sus pantalones cortos, el contraste entre la ropa negra y su piel blanca *O¬O y su pecho firme, ese abdomen bien trabajado y… e.é NO!, no me va a seducir tan fácil o.ó* además de esa exótica y endemoniada belleza que poseía en su rostro, no por nada le llamaban ‘demonio negro’.

 

-o//o ah… pues… o.ó responder mis preguntas!, necesito que ayuda con cierto problemita que me causaste…-

 

-¡O.O no, es imposible que estés embarazado, te lo juro!…- al mago la borrachera se le quito, ya de por sí había fingido bastante bien, sólo para evitar los reclamos del tabernero… lo cual no consiguió.

 

-ah o.O… YO NO HABLO DE ESO, además… ¡¿no crees que para tener un hijo, este ya hubiese nacido?¡… u.u cómo sea, yo habló de los pilares que hiciste hace cinco años para contener la magia del Rey Ruki en el duelo que tendría con Aoi-san y… Uruha- con el último nombre hizo una pausa, y desvió su mirada al piso.

 

Tras escuchar las verdaderas razones del menor puso la botella en algún mueblecito cercano, la habitación no era muy grande, aún así la vela no daba mucha luz, se acomodo en la cama para tomar una actitud más seria.

 

-¿qué pasó en esa ocasión, fallaron los cristales?-

 

-pues eso lo que no sé!-

 

-ya no grites, pareces mujer histérica…-

 

-o.ó y ¿crees que me importa tú opinión o la de tus amigos?-

 

-yo no tengo amigos, y sabes bien que, aunque nos duela, yo nunca me quedo en un solo lugar-

 

-u.ú que sí lo sabré, y sí no tienes amigos ¿qué fue de los otros magos que estaban contigo?- Al tener que resignarse a acallar su mal humor con el mayor, se recargo en la mesita donde se encontraba la vela, además de algunos papeles regados, y otros cuantos ordenados.

 

-¿magos?… esa bola de artesanos baratos, el único que usaba magia ahí era yo, bueno me vas a explicar que paso con los pilares y tus amigos o ¿no?-

 

-o.o si, bueno durante la pelea, uno de ellos concentro toda su alma para que uno de los pilares protegiera a otro de ellos, después Ruki enloqueció o algo parecido y aunque ya estaba débil… Uruha…-

 

-él uso todo de sí para activar los pilares ¿no?-

 

-si… nadie lo volvió a ver, pero eso no es todo…-

 

-la barrera se hizo permanente en dónde la activaron…-

 

-¿cómo lo sabes?-

 

-es mi magia, bueno… no precisamente esa, bien o tu amigo murió por amor o es un hechicero nato que ahora se encuentra en una situación muy peligrosa…-

 

-o.o ¿cómo?-

 

-sí, por lo que hizo uso mucha energía, sí consumió toda su energía como humano, él está muerto…-

 

-QUÉ!… no, Hizaki-san dijo que sentía la presencia de Uru ahí dentro, Aoi, incluso yo… todos podemos sentir que Uruha está ahí… en algún lugar de ese lago-

 

-o.o ¿Hizaki?… cara de princesita en desgracia, figura menudita cómo de mujer, amante del carmesí y el té a morir?…-

 

-o.o lo… ¿conoces?-

 

-si es quien yo creo, sí-

 

-O.O… ¬w¬ pues ya tiene novio, es un militar muy guapo *en realidad no, pero bueno* y muy peligroso *eso tampoco es muy cierto, porque lo de vampiro es sólo una burla que le hacen…*, así que vete olvidando de Hiza…-

 

-¡qué!… no estoy loco para acostarme con mi primo… así que relájate, soy sólo tuyo Miya nwn- Se para de la cama y camina sensual hacia Miyavi, apoyando sus manos sobre la mesa encerrando al menor.

 

-¬w¬ sí, cómo no… *ahora resulta que este y Hiza son primos, sí cómo no* durante todos estos años pregunte por ti a cada persona que entrara a la taberna, ¿sabes cuantos pasaron tanto por tu cama como por mi taberna?… desgraciado, por mí te mandaba al infierno, pero necesito que me ayudes a rescatar a Uruha…-

 

-ah! sí… tu ‘amigo’…- desistió de sus intento de seducción, dándose media vuelta y de regreso a la cama.

 

-si no fuera porque el amor entre él y Aoi es verdadero, te daría toda la razón de tu tonito de voz, pero es una lástima, Uruha no es para mí u.u…-

 

-ni tú para mí…-

 

-cómo si te importara-

 

-sí me importas!… por eso, voy ayudar al blandito de Hiza-chan y al tal Aoi para que recuperen a Uruha… claro, sí es que él aún sigue ahí-

 

-QUE SÍ! ÉL TIENE QUE ESTAR EN ESE LAGO-

 

-está bien, está bien…-

 

Siguieron la conversación casi hasta el amanecer, quedándose dormidos sobre la cama, aunque el menor intentaba rechazar a Sakito, terminó aceptando su abrazo. Habían pasado tantas noches que no se sentía realmente cálido, protegido y amado… aunque aún tenía medio por el destino de Uruha.

 

-*-

Notas finales:

Bien, de aquí faltan 2 fragmentos -lo cual no garantiza 2 caps- más y probablmente con eso el final del fic, que en serio, hasta yo ya quiero que se acabe xDu...

Muchas gracias a quien vino y dejó su apoyo, en rvws  y demás.

Aquí dejó las aclaraciones ;D:Nerium y 'bellas damas', es un referente a flores venenosas, la primera es Nerium Oleander, conocido popularmente con laurel, rosa laurel o adelfa; Nerium en su etimología hace referencia a las Nereidas, las hijas del dios del mar Nerón, ke es el suegro de Poseidón, aja... dsd entonces existía el nepotismo, Poseidón 'sustituyo' en cierta forma a Nerón. Según vi las Nereidas, aunke fueron komo 50, no hicieron la gran cosa... en fin. Y 'las bellas damas' es por parte de la belladona, que se lo sacaron del italaiano 'bella donna', ke sig 'bella dama'... ya sé, me mate de original!, bueno u.u sorry x eso, pero me gusto la idea de las flores venenosas, en special la primera ya que hasta puede pasar x flor d ornato 1313... anm, y creo que ya n.n!! y de Miyavi, kería dar algo d komedia .-. spero ke funcione. En la parte de ''¿dragones importados?'' todo se desarrolla en unas 24 hrs o algo menos, oke?. Ahora sí: Nos leemos en el sig cap n.n!! Sayoo~!


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