Círculo de Fuego: la más pequeña estrella puede más que la terrible oscuridad. Nerium: lazos familiares /La verdad sobre la amenaza
Al amanecer Miyavi mando llamar a Hizaki… y a Kamijo -sólo ‘por si acaso’- y si podía acudir Aoi, -sería lo ideal-
Espero la llegada de los susodichos nobles, mas lo que recibió fue una solicitud de que él asistiera al castillo, ya que Aoi había sufrido un accidente el día anterior. Normalmente hubiera dudado de acudir, en esta ocasión no. En cuanto recibió el anunció tomó a Sakito y salieron rumbo al castillo.
Una vez ahí Hizaki los recibió con las formalidades necesarias en la biblioteca hexagonal del castillo, aunque claro su sorpresa no fue poca al reconocer a Sakito…
-yo… ¿te conozco?- En su mente se anidaron dudas acompasadas de recuerdos, la mezcla se parecía a su vestido negro con adornos en rojo vivo… algo así pasaba en su mente.
-que mala memoria primo… supongo que la suntuosidad lo hace más fácil… ¿no? Hizaki-
-¡primo!…- los ojos oscuros estaban al borde las lágrimas, apenas si pudo alzar su voz. Kamijo se deslizaba por una de las puertas encontrando al chico de caireles de espaldas a él, y observó con extrañeza al desconocido.
-y este ¿quién es Miyavi?- parándose al lado de Hizaki con una pose arrogante y fría.
-mi primo… Sa… Saki… lo lamento, no lo recuerdo ya…-
-no han pasado tantos años Hizaki… bueno, yo vine sólo a tratar de ayudar a un tal Uruha, así que supongo que sólo tratare contigo, esto es asunto de magia no de guerra… cuándo estés listo ven a verme en la taberna, no puedo esperar mucho, así que ven rápido-
-Sakito!… ya modera tu comportamiento… es tu primo, ¿hace cuánto que no se veían? Trátalo con más cariño…-
-yo no tuve cariño de nadie, salvo de mi madre, durante esos duros años en los que nos persiguieron… ¡NERIUM, fuimos acabados… destrozados por todos estos estúpidos nobles… arruinando nuestra vida, la reputación de nuestras madres… las marginaron! ¡¿Y es así cómo les pagas todo lo que sacrificaron por nosotros Hizaki?!… uniéndote de nuevo a ellos… me das lástima- no sólo había coraje en sus palabras, sino también dolor, frustración y desprecio.
-cuida tus palabras sobre Hizaki cuando esté yo presente- Hábilmente Kamijo había dado un par de pasos quedando entre el aludido y el demonio negro, con la mano en su espada y en posición de guardia.
-¡KAMIJO, NO!… déjalo- Sujeto los amplios hombros del militar, haciendo una leve presión para que este cambiara la pose, una vez lo hubo conseguido se para a su lado, con la cabeza baja -está bien sí él se siente así, no está injustificado; aunque no lo creas Sakito, yo te entiendo pero mi vida no se va a regir por ese pasado, yo tomo lo que tengo de todo el cúmulo de experiencias que ha sido mi existir y lo transformo… en lo que me sea más provechoso, no digo que esté aquí por conveniencia económica, NO!, estoy aquí por convicción personal… que es muy diferente, pero se puede interpretar en la misma forma-
-y a mí, simplemente de da igual, hemos llevado vidas separadas, como los ríos que nacen en un mismo punto y después han de separarse… ya nos hemos vuelto a ver las caras, como los cauces de los ríos…-
-*O.o de dónde sacan tanta poesía retorica que no entiendo nada?… además es como si no hablaran el mismo idioma que nosotros… hay algo en sus palabras que a veces suenan diferente…* Sakito!, te lo pido por favor, ya no sigas…-
-Miya, ¿quién diría que puedes ser tan lindo cuando te conviene?… está bien, nos retiramos caballeros-
-Pase, Rey Aoi- en la puerta principal de la biblioteca hacían acto de presencia Aoi y Kai, este último abría la puerta para darle paso a Aoi con una reverencia.
-O.o Kai… gracias, pero esto es demasiado, ya entra tú también- Ambos hombres entraban hacia la estancia. El pelinegro aún llevaba el luto por su padre, mientras el moreno mayor llevaba su vestido verde oscuro.
-es mi idea… o ¿aquí hay otro traidor?- Al girarse hacia la puerta, notó el aura diferente de Kai.
-no somos traidores Sakito. Kai, como nosotros, es descendiente de una bella dama, su madre también fue perseguida y muerta, por suerte él quedo al cuidado de su padre-
Sakito alzando un ceja, y remarcando la mueca con la boca para contestarle a su primo –unm, bonita reseña… no me importa, aunque supongo que él nos ayudará también…-
-lo lamento, pero no entiendo nada…- tanto Kai como Aoi se habían quedado desfasados del ritmo de la conversación, pero el más aturdido era el moreno mayor, ya que lo habían nombrado sin que él entendiese a que se referían.
-Kai, este es mi primo Sakito, al igual que nosotros ha sido entrenado como Nerium y ha venido a ayudar en la búsqueda de Uruha-
-EN SERIO?!- Aoi casi se abalanzaba sobre el mencionando primo de Hizaki, toda esperanza sobre Uruha le daba nuevos ánimos.
-sí tanto interés tienen, nos pondremos de acuerdo en la taberna, ya vine a presentarme y ya tuve suficiente de ustedes…- No dio más concesiones, tomó el brazo de Miyavi y se lo llevó, como hubiese hecho el menor con él por la mañana. Salieron del castillo y volvieron a la taberna.
Que decepción se llevaron varios de los presentes, Hisaki y Sakito eran tan diferentes, desde su origen mismo, su esencia: la luz y la oscuridad, no pueden separarse, pero tampoco pueden estar juntas del todo…
-*-
-no me la creo… nos hizo venir tras él como perritos tras un hueso tsk- de los tres que iban por el camino, antes secreto, hacia la taberna el que peor humor llevaba era el militar.
-Kamijo, ya cálmate u.uU-
-sí, o te van a crecer los colmillos… xD- (ß su humor mejora cuando hay noticias sobre Uruha)
-aah… u.u y hoy precisamente que tengo antojo de sangre de caballo ¬w¬- apareciendo misteriosamente tras Aoi, muy cerca de su cuello…
-O.O Hizaki!… contrólalo-
-u.uU…- el chico de caireles ya les llevaba varios metros de ventaja haciendo como que no iba en compañía de ellos.
Unos minutos después llegaban a la taberna de Miyavi, los tres vestían de forma discreta, lo cual no sirvió tras la poco silenciosa bienvenida de parte del dueño del local, gracias a que era temprano no hubo mucho alboroto por la falta de concurrencia.
-MIYAVI YA!… guarda silencio… -.-U… ¿dónde está el otro plumero?-
-o.O ¿cuál plumero?…-
-olvídenlo, ponerlos juntos, es peor que tener a Reita todo el día llorando por qué Kai no le ha hecho caso… u.u… yo sólo vine porque ese hombre dijo que nos iba a ayudar con… con Ururha-
-es cierto, quieren ver a Sakito, ahorita mismo lo traigo, está reparando el techo…-
-O.O… el… ¿el techo?- muy propio, como siempre, Hizaki se mostraba levemente sorprendido de que Sakito estuviese haciendo algo como eso…
-NOO! Ja, ja, ja, ja…- el militar gustoso se retorcía de la risa al imaginar la situación del hechicero, y hubiese seguido riendo si no fuera porque a unos cinco centímetros de su cabeza paso rozando una teja -O.O ¿qué… qué fue eso?-
-SAKITO!…- sonaron al unisonó la voces de Hizaki y Miyavi, uno molesto y el otro regañando . Tras la pared lateral del local aparecía el aludido, con su aura fría e inmutable.
-¿podemos hablar con usted ahora?- preguntó muy serio Aoi
-o.O… ah!… sí claro, los amigos de mi primo chispita-
Kamijo / Miyavi: ¡cállate cuervo desplumado! / ¡ya compórtate, pareces niño chiquito!
-¬¬… u.uU está bien… vamos adentro-
El dueño del lugar les busco una mesa bien alejada y bien oculta… según él (ya pueden esperarse que la realidad No es así) una vez que los cuatro hombres tomaron asiento Miyavi regreso a sus labores de atender su negocio.
-bien… según usted, Sakito… ¿qué podemos hacer para rescatar a Uruha?- Aoi rompió el hielo.
-en primera asegurarnos que está ahí…-
-lo está, sin él la barrera desaparecería, está ahí- el castaño apenas alzo su tono de voz para darle énfasis a sus palabras.
-o.O ¿porqué tan seguro chispita?-
-e.é quieres llamarlo por su nombre?- el único tenso hasta la punta de sus cabellos era Kamijo.
-u.u ya da igual, que me llame como quiera, pero que nos ayude… estoy seguro porque puedo sentir su presencia ahí dentro… y… y, bueno… yo-
-es para hoy… Hiza- volteando a ver a Kamijo con expresión de “¿así está mejor?”
-sospecho que Uruha es un nerium, su espíritu encerrado tras esa barrera se siente como la esencia de nuestra magia, él está relacionado con el agua y el viento, lo puedo sentir…-
-O.O ¿estás seguro Hizaki-san?- inquirió muy sorprendido el rey de Ascort
-no… no del todo, sólo son sospechas, pero sí es así encajaría perfecto en la forma en la que ha podido manejarse entre Ruki y la magia, la estrategia de la guerra, él no tuvo estudios sólo su instinto…-
-instinto de bella dama, es lo mismo que yo pensé, entonces él se encuentra ahí… pero su situación ha de ser precaria, iremos mañana mismo, cada día que pasa se volverá más difícil poderlo rescatar, necesitamos que algo ate con fuerza su alma a este mundo…-
-el amor…- la quinta voz era completamente desconocida para los cuatro de la mesa, de inmediato voltearon a ver a su interlocutor, un hombre de perfil delgado y cabellos castaños claros largos, casi hasta su cintura, sin nada sobre su torso salvo un chaleco de piel negro; él cual se había sentado en la mesa contigua a la de ellos, acompañado de otros 4 o 5 hombres, todos con la misma pinta de forajidos.
-¿perdón?…- inquirió Sakito tras ser interrumpido.
El hombre más bien les daba la espalda, dio un trago rápido a su vaso y se volteo para mostrarse y poder contestar de frente –sí, si quieren rescatar a alguien de una barrera mágica es casi como arrancárselo a las garras de la oscuridad- miro fijamente a los ojos de Sakito –usted me puede entender… y para poder hacerlo sólo hay un lazo que es capaz de atar el alma a este mundo, ese lazo de unión es el amor, no importa a que o a quien… lo que importa es que la persona tenga el deseo vívido de querer volver a este mundo…-
-CLARO QUE URUHA TIENE UN GRAN, GRAN AMOR POR EL CUAL DESEA VOVLER A ESTE MUNDO!- Aoi había reaccionado con furia, se levanto de la silla y golpeo con su puño la mesa, haciendo temblar un poco hasta el piso, nadie podía negar que él y Uruha se amaban, nadie… aunque hubiesen pasado cinco años sin poderlo rescatar.
-no te molestes muchacho, yo sólo señalo el centro del aro, ahora podéis ir a rescatar a su amigo-
-O.O… que entrometido- refuto el demonio negro con indignación en su voz -… mas ha de ser cierto- tanto le hombre como ellos volvieron a sus pláticas, dándose la espalda de nuevo –bien, pues cuento con ese gran amor, ¿eh? Aoi, para poder sacar a Uruha de ese lugar-
-dijiste que cada día sería más difícil, ¿por qué esperar hasta mañana?-
-necesitamos trazar bien el plan, y llevar buenos ánimos- curiosamente volteo a ver a Kamijo envuelto en una aura oscura y muy densa, con su mano lista para tomar la espada y los colmillos a un paso de salirle… aunque en realidad no tuviera.
-bueno, el problema es que no podemos atravesar la barrera por ningún medio… (Aoi:*si no nos crees pregúntale a Miyavi xD*) y a mí no se me ocurre como usar mi magia para poder entrar… no sé si tú… bueno, tus poderes u//u-
Kamijo cada vez veía peor a Sakito, no había visto a Hizaki tan ‘manso’ ante alguien, era como sí lo dominara o algo parecido, ya después le preguntaría a su amado.
-tengo una idea, iremos los tres nerium… sólo por prevención; Aoi, por supuesto y… tal vez necesitemos un perro guardián…- volteo a ver a Kamijo con una sonrisa socarrona en los labios, pero el militar ni atención le prestó, desde hace unos segundos su atención había sido captada por un hombre con un parche en el ojo derecho, que más bien le cubría media cara.
Con cautela Kamijo le dio una patada a Aoi, para que guiara su mirada hacia el hombre que él veía, los ojos del pelinegro se abrieron cuanto pudieron al reconocer el perfil de ese hombre.
-uuy primito, creo que no te es fiel…- por fin sentencio Sakito al ver a donde dirigían sus miradas los otros dos.
-Sakito, calla!- dijo Hizaki con un ligero tono de mando, sin llamar la atención de nadie, más de que del aludido.
-es… es Kiyoharu… su ojo… -
-es una farsa, ese hombre está completo- le aclaro el militar al rey.
-y ¿qué hace aquí?-
-no tengo ni la más mínima idea- le contesto Kamijo a Aoi -después de la pelea nadie volvió a ver a Ruki, pero supe que Kiyoharu regreso una semana después a dar órdenes a todos en el castillo de Gazz, para que se cumpliera lo acordado en el trato previo al duelo… después desapareció-
-vivo está, y es obvio que se oculta de las miradas curiosas…-
-y ¿a ti quién te invito Sakito? o.ó-
-mira perrito de guardia o te guardas tus ínfulas o te despedazo vivo aquí y ahora…- el demonio negro se había puesto de pie de un golpe, y con la palma de su mano hizo resonar la mesa, atravesándose sobre ella para ponerse tan cerca como podía del militar, intimidándolo con sus ojos.
-no creas que tu magia es invencible demonio, no sabes que rápida puede ser mi espada, así que deja de dar espect/…- un chorro de agua fría los baño a todos, era Miyavi, que sostenía el balde de madera con una mano y la otra la posaba en su cintura.
-OH SE COMPORTAN O LOS SACO A TODOS DEL LUGAR! o.ó… empezando por ti- señalando a Sakito con bastante furia en su mirada.
-o.o Miyavi-san… pero sí Aoi-sama y yo…- intento interpelar un empapado Hizaki.
-pues con la pena Hizaki, pero este es mi negocio, y mis clientes piden tranquilidad y seguridad… así que ya he dicho…- se dio media vuelta, y volvió a su puesto tras la barra.
Kamijo se iba a entretener cortando en pedacitos (mentalmente, claro) al demonio negro; cuando notó que Kiyoharu se daba a la fuga, tras haberlos reconocido gracias al escándalo, así que cambio de planes rápidamente y de un jalón se llevo al príncipe con él, para poder interceptar al ex-general de Gazz.
Al llegar a la salida de la taberna el hábil militar ya se había escabullido, pero Kamijo no era tonto, en unos segundos descubrió la dirección que tomó y guiando a Aoi lo alcanzaron a unos cuantos metros del lugar.
-ALTO AHÍ KIYOHARU!-
Fue lo primero que atino a hacer cuando estuvieron cerca. El pelicobrizo pudo haber seguido corriendo, pero algo le hizo detenerse *¿una… oportunidad?*, se dio media vuelta con las manos a la vista de los otros dos y con una sonrisa de medio lado les saludo.
-¿dónde… dónde está Ruki?- pregunto Aoi, que aún no recuperaba del todo el aliento.
-murió…-
-¡mentira!- apunto el otro militar.
-que su cuerpo deambule por este mundo no es indicativo de que Ruki está vivo *no mientras su alma y su corazón estén atados a ese lago y a ese mocoso*, él cumplió su parte al ser derrotado dejo todo en Gazz para que la guerra se detuviera, así que no entiendo para que lo buscan-
-Uruha…- fue la única y mortífera respuesta que el rey le diera al pelicobrizo.
-no entiendo…- aunque sabía perfectamente a que se refería, tenía que tomar sus precauciones, sobre todo por su pequeño monarca.
-él… u.u está encerrado en ese lago donde Ruki y yo peleamos hace cinco años, tal vez la magia de Ruki podría…-
-NO- fue fuerte, duro, directo, casi frío salvo que se sentía como una llamara al mismo tiempo -… es decir, Ruki ya no puede… su magia desapareció después de ese día… *y su sonrisa, y su calidez… u.u*-
-o.o ¿eh?… eso ¿eso es cierto?- inquirió el rubio.
-no puede ser…- la mirada del pelinegro caía al suelo, ensombrecido por la falta de esperanzas.
-lo lamento, pero así es… aunque, bueno… yo, tal vez, podría ayudarles…- su corazón latía tan fuerte que sentía que se saldría de su pecho, era la oportunidad que necesitaba para liberar a Ruki de la supuesta culpa que tenía por Uruha, si Ruki se entereba de esto lo podía tomar a mal, pero no lo quedaba otra opción. De inmediato el rey levanto su vista exorbitada hacia el hombre que le ofrecía de nuevo algo de esperanza.
-*-
-así… ah, unm… no Sak… O//O-
-así es mejor…u//u Hiza-
Pelinegro, rubio y pelicobrizo regresaban hacia la taberna, para que el último hiciera sus aportaciones, sólo que justo afuera del lugar, en un recoveco de la pared lateral Hizaki se encontraba entre los brazos de su oscuro primo, con sus rostros muy cercanos.
-HIZAKI!- el rubio avanzo convertido en furia, mientras los otros dos detuvieron el paso al encontrar el motivo de su enojo. En su lugar, Hizaki y Sakito dieron un pequeño sobresalto, mas el menor no se separo de su primo.
-Kamijo!… sólo le estoy dando calor u//u-
Sakito, Aoi y hasta Kiyoharu rieron por lo bajo, por la respuesta inocente del castaño de caireles, que bien pudo ser malinterpretada por cualquiera.
-tú!… sólo da dos pasos y aléjate de él- apunto el rubio casi con la espada desenfundada.
-SAKITO! ENGENDRO DESGRACIADO NO QUE ERAS INCAPAZ DE ACOSTARTE CON TU PRIMO o.ó… Hiza… que pena u.u Kamijo… puedes hacerles lo que quieras- después del grito del militar que se escucho hasta el interior del local, el dueño había salido a averiguar qué pasaba, encontrándose con la escena.
-con un carajo!, qué esto no es lo que parece!… en todo caso la culpa la tienes tú!- mirando con fastidio a Miyavi.
-¿qué? ¿Porqué yo?-
-por mojarme!-
-así es, por sus elementos mi primo no puede recuperar fácilmente su… su calor corporal u//u… y bueno, yo por el contrario… él necesitaba de mí y yo…-
-GRACIAS!, gracias… suficiente información mi amor, claro… sí es que todo eso es cierto ¬w¬- el de ojos claros aún tenía su mirada asesina sobre el demonio negro.
-lo es!- hasta ese momento se separo de su primo para correr al lado de su amado Kamijo, sólo hasta notar que Sakito se encontraba bien –ya, no hay nada porque enojarse- se le colgó del cuello y sin reparar en la gente que los podía ver se dedico a darle un buen beso, profundo y con mucho cariño, dejando traslucir la pasión que de seguro desataban en la intimidad.
-unm, unmgh…- carraspeo el pelicobrizo que llevaba prisa por no dar ni una pista a Ruki.
-ah, es cierto, lo lamento Kiyoharu, adentro podremos hablar- le indico Aoi.
-*-
Buscaron una mesa por su cuenta, ya que por la hora el lugar se encontraba mucho más lleno que antes, si Miyavi hubiese podido atenderlos le hubieran pedido un lugar con más privacidad, pero llevaban prisa. A la mesa se sentaron Aoi, Kamijo, y Kiyoharu.
-bien, sé que… para poder verlo con mayor seguridad es de noche- el militar se cuidaba de no mencionar a Ruki, y a la vez de no dar demasiada información –y su situación ha estado empeorando recientemente, no entiendo mucho de eso, pero deben apurarse sí quieren rescatarlo, hay un punto en la barrera… antes era un circulo casi perfecto, pero últimamente se ha modificado, en algunos puntos se ha vuelto estrecha, debe encontrar el punto que más se acerque al lago, ahí estarán más cerca de él-
-¿de dónde sacaste toda esta información?-
-no importa, es de fiar… con su permiso, me retiro…- al momento de pretender irse aparecían Miyavi, Hizaki y Sakito.
-es muy tarde, y los caminos por aquí se han vuelto muy peligrosos…-
-no te preocupes por mí tabernero, yo sabré cuidarme, y por lo peligroso reclámale al que se hace llamar Rey del único reino mayor…-
-¿de qué hablas Kiyoharu? ¿Tienes alguna queja de mí?… tú estuviste ese día, yo no mate a Ruki… él, bueno lo que le haya pasado, TODO se lo busco él sólo, así que no me vengas con reclamos!- los ánimos de Aoi eran alebrestados.
-perdón, no te confundas Aoi de Ascort, la única queja que tengo de ti es el incremento de bandas de ladronzuelos que se esconden en los territorios entre reino y reino, tu modelo de rectitud y justicia ah llevado a un montón de desarrapados a huir a los bosques donde se refugian y para sobrevivir asaltan y matan a cuanta gente se atreve a salir de los reinos-
-eso… ¿eso es cierto?- el aludido rey volteo a ver a su general.
-así es Aoi, hemos estado tratando de controlarlo, pero tú mismo ya fuiste victima de la situación… lo que no entendemos es porque no los hemos podido detener-
-no se ocultan en los bosques, tiene otro lugar, aún más profundo… un lugar a donde nadie va salvo que ya no tenga nada más que perder… se ocultan en la oscuridad…-
-o.O Sakito, ya te hizo daño beber tanto *u.uU otra vez su poesía rebuscada que no entiendo*-
-así que aquí hay alguien que sabe mucho…-
El hombre de cabellos castaños largos volvía hacer acto de presencia a mitad de la plática, volviendo a llamar la atención de los presentes en la mesa.
-bueno ya basta ¿quién te crees que eres para venir a meterte en nuestra conversación?- espeto el demonio negro.
-lamento entrometerme de esta forma, pero ustedes son los que manejan temas que de cierta forma me conciernen o me interesan…-
-y a ti ¿en qué te concierne o te interesa todo este pleito?-
-ustedes hablan de los grupos de rufianes que andan entre los bosques… pero no de los grupos que estamos dispuestos a detenerlos, ya que como este hombre ha dicho el último reino mayor no ha hecho mucho…-
-yo… lo lamen *FlashBack: ¡no, no te lamentes!*… que tonto soy u.u *Uruha… me haces tanta falta*-
-¿perdón?- pregunto el inmiscuido.
-disculpa, yo soy Aoi de Ascort, Rey del… bueno, eso ya lo sabes… últimamente no me di cuenta de lo que estaba haciendo… o dejando de hacer, de ahora en adelante procurare centrarme más en mis deberes- dando una pequeña reverencia se aparto del grupo, necesitaba pensar un poco en todo lo que estaba en sus manos, y que se les estaba saliendo de control.
En la mesa el resto de los hombres se quedaron un tanto pasmados por lo ocurrido. Kiyoharu aprovecho el momento para salir sin ser notado.
-ah… ya, ya es tarde, no hay mucho espacio, tampoco es muy cómodo pero pueden quedarse aquí… los que gusten, claro- intento regresar a todos a la realidad.
-esperen…- el demonio negro llamo por última ocasión la atención de los presentes –ya que el tema está sobre la mesa… yo, aún tengo una cosa que decir…-
-ay no…- Kamijo se llevo las manos a la cara pasándolas sobre su rostro para lograr desestresarse un poco.
-Saki… tú ¿tienes algo que ver con todo este asunto de los salteadores?- pregunto un desconcertado y consternado Miyavi.
-u.u lo siento mucho Miya… nunca fue mi intención, antes yo viajaba con un grupo de… amigos- casi escupió la palabra con desprecio –estos tipos se valían de mi magia para poder tener algunos trabajos a donde fuésemos, pero no podían obtener mucho, mientras yo trabaja para forjar una espada… me tarde mucho en conseguir lo necesario y…-
-y viniste aquí, recuerdo eso, buscabas a ese herrero!- a completo Miyavi.
-sí, unos meses después de irnos… me tendieron una trampa, tenían mi confianza ganada y yo caí fácilmente…-
-robaron la espada de oscuridad que tú fabricaste, ahora han entrado en contacto con la oscuridad…- intervino el castaño.
-o.o bueno… y ¿usted cómo sabe tanto?- por fin hablo Hizaki, que era el único analizando todas las piezas dispersas.
-Yosh, ya nos vamos, apresúrate- un hombre de sombrero negro y cabello hasta los hombros se asomo en la entrada, dirigiéndose al de cabellos largos.
-Sí, ya no tardo…- el de la puerta volvió a salir –mi nombre lo acaban de escuchar, y como ya había dicho mi grupo y yo nos dedicamos a detener a esos forajidos aliados con la oscuridad, amigo- dirigiéndose a Sakito –ya no son sólo sus amigos, de alguna forma la oscuridad se ha dispersado entre más grupos de bandidos… yo tuve que rescatar a alguien que quiero mucho de ellos, por eso también entiendo al joven rey, pero él debe entender su posición, que tengan suerte y tal vez nos volvamos a ver… somos como los ríos ¿no?- Sin dar más explicaciones o despedidas se levanto y salió del lugar.
Se formo un incomodo silencio entre los tres hombres que quedaban a la mesa. Que se vio roto unos segundos después.
-bravo… bravo!- el rubio alzo la voz, y batió sus palmas en el aire –brillante Sakito!… ahora tenemos grupos de salteadores aliados a la oscuridad… están desangrando a la región, pronto vendrán los extranjeros a apresarnos, destruirán todo-
-para tu información… ya están aquí, la oscuridad es algo de lo que no te puedes burlar tan fácilmente Kamijo, y te doy un consejo: cuídate mucho de ella, nunca sabes lo que puede ocultar-
El militar se levanto de golpe, aventando un poco la mesa para salir del lugar, que poco a poco se había ido vaciando, aunque salió por el coraje también llevaba en mente buscar a Aoi, y no lo encontró muy lejos, incluso Kiyoharu andaba aún por el lugar, al parecer el tiempo pasaba rápido y ya era muy tarde, en realidad estaba por completo oscuro.
Adentro Miyavi se forzó a dejar solos a los primos, diciendo que tenía que arreglar el lugar.
-Sakito…-
-estoy bien, a mí no me importa lo que Aoi o Kamijo piensen o los problemas que tengan, a mí lo que me incomoda es haber sido traicionado… otra vez, y que tengo que arreglar todo esto, así que no empieces de sentimental-
-u.u está bien, aunque tendrás que seguir un poco más con nosotros, espero no te incomode mucho-
-tampoco es para tanto…- le dio una leve sonrisa a Hizaki, como para tranquilizarlo -ah, me voy a descansar, mañana tenemos trabajo en esa barrera mágica-
Un rato más tarde Aoi, Kamijo y Kiyoharu regresaban a tomarle la palabra a Miyavi, para poder dormir en algún lugar dentro de la taberna.
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-Uruha ¿aún puedes oírme?… ¡Uruha!- Ruki espero en vano hasta cerca del amanecer, la visión fantasmal del menor se alejo hacia el lago, cada vez más, sin atender a sus llamados.
Se quedo dormido, acurrucado al lado del muro invisible, hasta que el frío de la madrugada lo hizo despertar. Tenía que regresar a su casa, esa noche no volvería a ver a Uruha.
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