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Fast and Beautiful por urumelii

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Notas del capitulo:

como dije, habra actualizacion d todo, XD festejando q ia iego el cargador, mañana será de delirium =) orgullo miedo y negacion lo dejare al ultimo, porq ia se acaba T_T  en fin, como les dije este fic apenas va empezando, esta destinado a ser un dramon y una revoltura de parejas impresionante, XDDD io y mis ideas locas emmmmm q otra cosa, volvi a abrir el twitter @sugarmeli ahi por si me kieren agregar =) emmmmmm creo q ia >.< 

Aoi

 

Yo sólo escuchaba, bla, bla, bla, en serio, sentía que en cualquier momento caería dormido sin remedio. Miraba el reloj y hasta ¡parecía ir hacía atrás! Odiaba la escuela, todo lo referente a ella me daba nauseas, ya me hubiera salido desde algún tiempo si no es porque le prometí a mi mamá terminar el instituto, después de eso…ADIOS, SAYONARA, AU REVOIR….no estoy hecho para los estudios.

 

Sonó por fin el timbre que terminaba con mi sufrimiento, junto con Reita fui el primero en guardar mis cosas y salir de ahí. Usualmente saldría a fumar, pero este año era diferente, así que decidí pasar primero por Kouyou a su salón. Muchas personas dicen que sobreprotejo a mi hermano y tal vez es cierto, pero no quiero que algo le pase, es demasiado inocente, demasiado propenso a que algo le pase.

 

-¿trajiste tu carro? – me preguntó Reita caminando a mi lado rumbo al edificio de primero.

 

-no- contesté con una mueca – mi papá descompuso el suyo y adivina el de quien se llevó – giré los ojos.

 

-¿quieres que los lleve? Después de todo también llevaré a Ruki – se ofreció.

 

Negué con la cabeza – me regreso con mi hermano y Kai, además no quiero interrumpirlos ni hacer mal tercio – nos recargamos en el barandal esperando que los dos mas chicos salieran, guardaban sus cosas.

 

Ruki salió primero tomando de la mano a la iguana, como le digo de cariño, mi hermano se tardó un poco mas causando un poco de desesperación de mi parte. Sonrió al instante en que salió, mi corazón se sintió tranquilo en ese instante. Quien sabe que clase de poder tenía Kouyou sobre mi, que con una sola sonrisa podía lograr que todo se me olvidara, lo bueno y lo malo.

 

Llegamos a la casa casi media hora después, entre risas y anécdotas embarazosas por parte de Kai, lo voy a matar un día de estos y Kouyou que parece fascinado al escuchar todas las cosas estúpidas que he hecho. Claro, fascinado no del modo que yo quisiera…

 

Vi mi carro estacionado en la calle, lo cual significaba que por alguna razón impresionante mi papá había salido antes del trabajo. La razón ya me la imaginaba, pero no quise hacer gran escándalo al respecto, suspiré cuando mi hermanito en vez de entrar a la casa se dirigió directo al patio, donde el auto de mi padre estaba elevado con un gato hidráulico.

 

Mi papá es dueño de un establecimiento de carros usados, aparte de ser un completo aficionado a los automóviles. Es ingeniero automotriz, profesión a la que Kouyou aspira; por obvias razones la afición de mi padre por estas maquinas también es mi afición y la de mi hermano menor. Sin embargo las proyectamos de manera distinta, mi hermano por ejemplo, es una especie de genio si de mecánica se trata, mi papá le ha enseñado de todo desde que tenía cinco años. A mi, por el contrario, me gusta mas la idea de estar detrás de un volante, la sensación que provoca manejar un carro a mas de 200 km/h no tiene comparación, ninguna. Y créanme lo sé muy bien, aunque mi familia me mataría si supiera que lo he hecho. Mi hermoso secreto.

 

-usas los frenos como abuela – escuché decir a mi hermano, quien ya se encontraba debajo del automóvil, probablemente arreglando lo que sea que mi padre le hubiera hecho.

 

Mi padre sonrió con las manos en la cintura – taxista, ese es el termino adecuado – corrigió mirándome y saludando con la cabeza. Está por de mas decir que mi padre prefiere la compañía de Kouyou que la mía, y no lo culpo, tiene mas cosas en común con él que conmigo.

 

-¡¡Kouyou Shiroyama, sal de ahí ahora mismo!! – escuché a mi madre decir. Si bien, mi padre adora a mi hermano, mi madre es otro asunto – vas a ensuciar todo el uniforme de grasa y como tu no lavas te importa un carajo – dijo bastante molesta.

 

-déjalo mujer – mi padre giró los ojos – solo esta revisando el auto, te recuerdo que esta descompuesto – mientras se gritaban no sé que cosas mas, Kouyou se levantó un poco avergonzado.

 

Me acerqué a él y me lo llevé jalándolo de la mano. Ver a mis padres pelear por cualquier cosa, es algo tan común que ya ni siquiera me afecta, al contrario de a mi hermano. Mis padres siempre se están gritando, cualquiera sea la razón, pero lo hacen, mas si se trata de cualquiera de nosotros dos. Si mi padre adora a Kouyou, mi madre esta de mi “lado” lo digo de esa forma porque yo no sé porque siempre nos quieren poner en contra.

 

Mi padre siempre alega que yo soy un delincuente (no muy alejado de la verdad) y mi madre siempre encuentra algo de Kouyou que le molesta. Ha sido así desde que tengo memoria, muy simple; al parecer mi querida progenitora deseaba con toda su alma tener una niña después de mi y dado que no fue así, se desquita con mi hermanito como si fuera su culpa.

 

-vamos Kou, tengo hambre – le dije entrando a la casa.

 

-odio que peleen, y mas cuando son estupideces – dijo con voz quebrada cuando entramos a la cocina – lo peor es que fue por mi culpa – cerró los ojos con fuerza.

 

-y ayer fue porque dije que no iría a la universidad – me acerqué acariciando su mejilla – esos dos siempre encuentran algo, no dejes que te afecte – abrió sus hermosos ojos y me sonrió asintiendo. Sonreí de vuelta y él me plantó un pequeño beso en los labios, un gesto que nos brindábamos desde que éramos pequeños.

 

Se recargó en mi hombro respirando en mi cuello – gracias Aoi-shi, si no fuera por ti ya me hubiera vuelto loco en esta casa – me dio otro beso en el cuello. Lo acerqué a mi rodeando su cintura, sus besos eran completamente inocentes a comparación de mis caricias en su cabello.

 

Tengo un hermoso secreto, algo de lo que me siento orgulloso. Sin embargo no es mi único secreto, mi otro y horrible secreto; no se siquiera si podría llamarlo así, tal vez debería decirle pecado. Y es que, lo amo, lo amo con toda el alma, quiero protegerlo, estar con él, abrazarlo, besarlo, hacerlo mío y no puedo, no debo. Es mi hermano menor, pero yo hace mucho tiempo que lo dejé de ver de esa forma.

 

Todo empezó hace tres años, yo tenía quince, Kouyou trece. Por supuesto yo tenia las hormonas mas que despiertas; tenia un montón de chicas y también chicos a mi alrededor, pero ninguno me atraía por completo. Hasta una tarde que a mi pequeño hermano se le ocurrió bajar a comer vistiendo solo shorts y camiseta.

 

Claro, no era la primera vez que lo veía vestido de esa forma, aun así hubo algo dentro de mi que se inquietó, no podía dejar de mirarlo. Por primera vez noté lo hermoso que era, lo finas que eran las facciones de su cara, la forma en que sus labios asimilaban a las de un pato cuando hacia puchero o estaba pensando en algo. Todo el día fui atormentado por esa visión, mi mente imaginaba mil formas en las que podría besarlo o tenerlo.

 

Luché contra esa sensación durante meses, hasta que por fin un día me di cuenta que no solo sentía una especie de atracción hacia él y tampoco era cariño de hermanos. Para mi desgracia me había enamorado de mi hermano menor. Todo lo referente a él me enloquecía, me encantaba, no podía dejar de pensar en él ni un solo momento; también fue en ese momento que me di cuenta lo desafortunado que era. Mi amor no solo era prohibido, era pecado, tener estos pensamientos revoloteando en mi mente son una maldición, una maldición que soy feliz llevando a cuestas si  puedo ver a Kouyou sonriendo.

 

Llevo mucho tiempo así, estoy totalmente resignado a que nunca podrá ser, pero no por eso ha disminuido, al contrario, con el paso del tiempo mi amor y mi deseo por él solo han ido en aumento. Por un lado me vuelve loco y por el otro ya estoy acostumbrado, sin embargo, hay veces en las que creo que el puede corresponderme, por las actitudes que toma conmigo. Dejarse besar por mi en los labios, dejar que lo acaricie delicadamente o dormir juntos de vez en cuando, tal vez solo se deba a que él es tan inocente que jamás podría ver mal en mis acciones.

 

Colé mi mano por debajo de su camisa del uniforme, acariciando su espalda baja; la respiración de mi hermanito se hacía un poco mas agitada, a mi, me estaba volviendo loco – tengo hambre – su afirmación mandó todo el momento a la basura, otra prueba mas de que Kouyou solo me ve como su hermano. Como debe de ser.

 

Me dirigí de inmediato a la estufa, donde reposaba la comida recién hecha, mientras Kouyou sacó los platos de la alacena. Conociendo a mis padres, se tardarían horas discutiendo y los dos teníamos bastante hambre, así que esperarlos no era una opción.

 

-¿por fin me vas contar como te fue hoy? – inicié la platica una vez que estuvimos sentados y comiendo.

 

Mi hermano tragó – ya te dije que bien, no fue nada extraordinario, ya sabes eso de los profesores y los alumnos presentándose como cincuenta veces en cada clase – contestó aburrido revolviendo un poco su comida con el tenedor – aunque…. – pareció recordar algo de repente – hubo un chico que e estuvo haciendo varias preguntas sobre ti, parecía emocionado de que fuera tu hermano – hizo una mueca.

No podía pensar de quien me hablaba - ¿Quién? – pregunté.

 

Kouyou alzó la vista para recordar – Tora, le dicen Tora, otro que tiene apodo, yo quiero uno – volvió a insistir, mientras a mí se caía el alma a los pies.

 

Sabía perfectamente quien era Tora, un chiquillo molesto que estaba empecinado en unirse a nuestro equipo en el momento en que tuviera edad suficiente para sacar la licencia de conducir. Jamás imaginé que podría ir en el mismo salón que mi hermano, ese niño podría echarme todo a perder.

 

Me perdí en mis pensamientos un momento hasta que mi madre entró a la casa azotando la puerta, pasó de largo y se fue de inmediato a encerrarse a su habitación. Suspiré mientras Kouyou se levantaba para ver a través de la ventana de la puerta de la entrada.

 

-ya se fue – dijo entristecido al ver a mi padre irse en MI carro a quien sabe donde.

 

Me acerqué a él y le rodee la cintura con el brazo – Kou, necesito que me prometas algo – él se giró a verme sin entender – no quiero que hables con Tora ¿de acuerdo? – le acaricié la mejilla.

 

-¿Por qué?

 

-solo hazlo, ese tipo no es de fiar – ok si, estaba exagerando pero tenia que hacerlo para que no le hablara, para que Tora no le dijera mi secreto, ya mañana me encargaría de hablar con él.

 

Kouyou asintió, confiaba en mi ciegamente – con una condición – dijo parpadeando coquetamente, al menos a mi parecer. Esperé a que me la dijera – ¿me besas así como me gusta? – pidió con una vocecita.

 

Como odiaba que hiciera eso, lo que me pedía por supuesto que estaba mas que feliz de concedérselo pero no dejaba de ser malo ¿Cómo lo iba a superar así? ¿Cómo explicarle que lo que hacemos esta mal? – Kou, si mi mamá nos ve ¿te acuerdas como se puso la otra vez? – mi hermano hizo un puchero al recordar.

 

-anda, es que me gusta como se siente – sus mejillas se volvieron rosas. Siento una inmensa culpa cada vez que me pide algo como eso, fui yo quien le robó su primer beso y al parecer no lo ha hecho con nadie mas, según él que porque me tiene ami.

 

Suspiré, tomé su barbilla y la levanté – sabes que no puedo decirte que no – lo besé primero solo junté mis labios con los suyos, pero casi al instante hice el beso mas profundo. Kouyou me correspondía con facilidad, recuerdo cuando no tenía idea de lo que hacia, ahora dos años después, sus besos eran casi expertos. Delineé su labio inferior con mi lengua para que me permitiera el acceso, lo cual hizo de inmediato. Me dejó recorrer toda su cavidad con la lengua, como amo su sabor. Inconscientemente lo acerqué a mi por le agarre de su cintura, estaba comenzando a despertar, pronto necesitaría mas de él, no sabía cuanto mas podría contenerme. Robarle su virginidad como lo hice con el beso……no podía. Era llegar muy lejos.

 

-x-

Mi padre no volvió hasta poco mas de las once de la noche, para ese momento yo ya me encontraba encerrado en mi habitación, haciendo tarea, solo era el primer día de clases y ya me habían dejado como mil trabajos, la verdad solo los hacia para matar el tiempo en la computadora. No había nadie conectado y Kouyou estaba mas que dormido en mi cama.

 

Me quedé como bobo observándolo un ratito, antes de ser interrumpido por el estruendo de mi celular en el escritorio, gracias al cielo, Kouyou tiene el sueño tan pesado que podría pasarle un tren encima y ni se entera.

 

-me asustaste ¿Qué quieres? – respondí al ver que era la iguana quien me llamaba.

 

-¿Cómo que quiero? ¿Dónde putas madres estas? – habló un poco enfadado

 

-¿de que hablas?

 

Gruñó – ¿Qué no escuchaste nada de lo que dijimos o que? La carrera es hoy – se notaba que luchaba por no enojarse y gritarme mas. Por mi parte, me tardé en captar ¿Cuándo habían dicho lo de la carrera?  - te quiero aquí en veinte minutos Aoi, mando la dirección a tu GPS – me dijo rápidamente.

 

-espera, esta bien pero…..

 

-Ruki trajo el M5, apúrate – pareció leer mi mente.

 

-¿dejaste que el enano manejara? – me enfadé de inmediato.

 

-es el carro de mi papá, agradece que dejo que tu lo manejes – me colgó al instante.

 

Salté en ese momento, tenía veinte minutos y estaba mas que seguro que la distancia no sería nada corta, me giré hacia mi hermano y le deposité un pequeño beso en la mejilla. Abrí mi ventana, ya perdí la cuenta de cuantas veces he hecho esto, salté hacia el árbol y de ahí hacia el patio de atrás. Quien iba a pensar que mis padres se pelearan me iba a ayudar, gracias a su enojo, mi papá dejó mi Lancer estacionado en la calle, lo que hacia mil veces mas fácil irme.

 

Al prenderlo de inmediato el GPS me indicó la dirección, encendí el carro suspirando. No me malinterpreten, amo mi carro, tiene uno de los mejores motores de Japón, y puede alcanzar velocidades impresionantes, si está modificado. El mío no lo está, por lo cual me veo resignado a manejar el BMW M5 del padre de Reita, no me estoy quejando, nadie se queja de 400 caballos de fuerza. Sin embargo yo sé que mi carro podría dar mas si tuviera el dinero para modificarlo, mas de una vez me he visto tentado a pedirle ayuda a Kouyou, pero implica tantas explicaciones, que mejor me limito.

 

No recuerdo cuantas luces rojas me pase, ni a cuantos carros hice frenar violentamente, no era la primera vez, sin embargo la policía a veces no te deja en paz. La buena noticia es que llegué en menos de lo que Reita me había dicho. Bajé rápidamente, buscando a mi amigo. Fue él quien me encontró primero.

 

-cabron, por poco pensé que no llegabas – me tomó por los hombros sacudiéndome.

-¿Cuándo dijeron que era hoy? – reclamé.

 

-en clase de historia – fue Shou quien contestó.

 

-estaba dormido en historia – alcé una ceja – un momento ¿Cómo que Ruki trajo el M5? Eso quiere decir que está aquí, entonces le dijiste y ….. – casi entré en pánico.

 

-cálmate, no le dirá nada al pequeño Kouyou, ya le dije que eres un paranoico. Además no vas a creer de quien es hermano – sonrió amargamente.

 

Shou negó con la cabeza, parecía que quería olvidar lo que acababa de descubrir.

 

-vaya, si el corredor estrella ya llegó – dijo una voz detrás de nosotros – ahora ya te sientes tan importante que ni siquiera llegas a ver las otras carreras. Ten cuidado Aoi, no te confíes demasiado, no eres tan buen piloto – hizo una mueca.

 

-Kyo, si tienes que venir a tratar de bajarme la moral es porque no confías mucho en Die como corredor ¿verdad? – le contesté tranquilamente.

 

-yo solo digo lo que veo – no parecía haberse inmutado ante el comentario – un día Shiroyama, te venceré a ti y a tu carrito prestado. Cuando seas lo suficientemente valiente para enfrentarte a mi en una recta -  se acercó para amenazarme.

 

-cuando quieras, pero deberías perderle primero el miedo a los circuitos – con eso Kyo se alejó. Suspiré aliviado – de verdad que no soporto a este tipo – caminamos hacia donde se encontraban los demás, todos parados frente al Viper de Reita y el M5.

 

Ruki se acercó – siento el comportamiento de Tooru, mi hermano es una buena persona, solo es un poco competitivo – dijo un poco avergonzado.

 

Alcé una ceja sin poder creerlo – ¿Kyo es tu hermano? – abrí la boca pero no dije nada mientras Ruki asentía.

 

-basta, luego haces drama – Kai se acercó con su tablet en la mano – escucha, Die está en la carrera como es obvio, hay otros dos tipos que no conocemos. El circuito tiene tres curvas para nada bonitas – señaló en la pantalla – con las primeras dos no tendrás problemas, son la tercera, la cuarta y la sexta, pues vienen inmediatamente después de una recta muy larga y son muy cerradas. Disminuye tu velocidad poco antes de terminar la recta y estarás bien – explicó – tienes que quedar mínimo en segundo lugar, para poder competir la próxima semana – asentí.

 

En menos de dos minutos ya estaba sentado dentro del M5, amaba los instantes previos a una carrera, ese flujo de adrenalina que te recorre de pies a cabeza, los nervios de emoción. En ese momento no piensas en nada mas que no sean tu y el carro, uno solo. El camino es lo que debes conquistar, lo demás no importa. El circuito era de lo mas sencillo, lo mas seguro es que las calles ya estaban cerradas, costaba mucho así que se tenia que hacer la carrera lo mas pronto posible.

 

Una tipa que no conozco se puso frente a nosotros, me giré hacia el Corolla amarillo a mi lado, Die me guiñó el ojo y yo le mandé un beso. Después de eso, no vi a los demás carros mas que por el retrovisor. No me gusta presumir, pero conducir un carro se me da de forma natural, lo hago desde que tengo doce, cuando me robaba el auto de mi padre sin que este tuviera una idea.

 

-Aoi – escuché la voz de Kai en mi audífono – Die se acerca por la izquierda, no aceleres, tratara de rebasarte en la primera curva a cien metros – y si fue como pasó, me paso antes de entrar a la curva, si no te quieres matar jamás rebases en curva, a menos que manejes como yo. Aceleré para alcanzarlo, era la primera curva y yo ya sentía que el carro iba a perder el control hacia la izquierda, giré el volante hacia la derecha, subiendo el freno de mano. Derrapé saliendo hacia la recta, el carro giró 180 grados frente al Corolla, bajé el freno y volví a acelerar viendo la cara de enfado de Die al tener que frenarse para no chocar contra mi - ¿quieres dejar de lucirte? – me regañó Kai – todavía te falta, no te confíes –advirtió.

 

-no me confío, pero nunca pierdo – quien sabe donde habían quedado los otros dos, Die venía justo detrás de mi, pero no lograba alcanzarme. A veces ganar tanto te aburre, algún día competiré contra alguien que de verdad me cueste trabajo.

 

En menos de diez minutos crucé la línea de meta sin mayor problema, Die solo milésimas de segundo después, ni siquiera tuve que usar nitro. Bajé del carro sonriendo, Kai de inmediato se me abalanzó besando mis labios suavemente. Se me olvida con frecuencia que se supone que somos novios.

 

-a ¿Quién le di pase? – pregunté acercándome a mis amigos. Así funciona esto, somos un equipo, Reita solo compite en rectas donde se tiene que acelerar muchísimo en una distancia muy corta, como los arrancones. Shou, es el experto en drifting, incluso si su mustang es muy pesado, lo maneja tan hermoso que parece arte, yo soy el de los circuitos, es de lo mas difícil porque requiere muchos tipos de habilidades y Nao, es el enfermo que se enfrenta a los policías, creo yo, que es lo mas peligroso de todo.

 

-a mi – dijo Shou.

 

-eso quiere decir…

 

-voy  contra el idiota de Sakito…

Notas finales:

q les parecio? las hazañas aqui descritas son salidas d mi mente, aunq jaja bueno ha pasado.....XDD.......gracias a todas las q han dejado review, espero q puedan dejar mas, promuevo el regalar galletas !!! XDD


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