Kyo
Era difícil concentrarse con Reita tocando la puerta como desesperado, además que Kai no parecía estar en sus cinco sentidos, pero para mi eso era lo menos importante, había mencionado el nombre de Mana y eso lo que importaba.
-Kai ¿estás bien? – le dije al ver que parecía a punto de vomitar. Giré los ojos, lo único que me faltaba, que se pusiera a llorar – oye ¿Qué tienes? – me acerqué a la orilla de la cama donde se había sentado y me senté a su lado.
Al chico ya le costaba trabajo respirar debido a las numerosas lagrimas que caían de sus ojos, y entre el escándalo de Suzuki y la fiesta me costaba trabajo captar lo que decía. Me levanté un momento y me acerqué a la puerta donde aun pegaban con ansias. Di un golpe tan fuerte que noté como Kai había saltado del susto – CARAJO SUZUKI, SI NO TE CALLAS VOY A SALIR A PARTIRTE LA CARA – el rubio soltó un par de maldiciones pero por fin se alejó. Solté un suspiro y me acerqué de nuevo al castaño oscuro – ahora sí, dime qué te pasa – no tenía ganas de hacerle al terapeuta y menos con un borracho pero necesitaba que se calmara.
Negó con la cabeza y lloró un poco mas – no creo que te importe – dijo en un sollozo.
-bueno, no es que sepa mucho de tu vida personal, pero se nota que no estás bien y creo que es por culpa del bruto de Suzuki – dije irónicamente. Kai sonrió ligeramente -¿lo ves? Te ves lindo cuando sonríes, deberías hacerlo siempre – estaba siendo sincero, creo que no había nadie que no opinara que Kai tenía una hermosa sonrisa.
El chico volvió a sonreír y se fue calmando poco a poco – bueno y a todo esto ¿Qué hacemos aquí? Dudo que me hayas traído por mis problemas amorosos – abrió mucho los ojos- ay no estás ebrio y pensaste que…no – se alejó – tengo suficiente con Aoi y no me malinterpretes, digo no es que no seas atractivo –se sonrojó – es decir, lo eres, bastante – miró hacia otro lado jugando incómodamente con sus manos –pero estoy enamorado de alguien mas y luego la relación fingida con Aoi y …..
Sonreí sin querer, era sumamente tierno escucharlo balbucear – Kai… -seguía diciendo incoherencias – Kai…..¡¡¡KAI!!! – se calló de repente y me miró un poco asustado – no estoy tratando de liarnos o algo por el estilo -arrugué la nariz – quería hablar contigo porque mencionaste algo de suma importancia allá abajo – dije seriamente. Parpadeó varias veces sin entender a lo que me refería. Tomé toda la paciencia que me quedaba y suspiré y apreté el puente de mi nariz – hablaste de Mana – esperé a ver su reacción, la cual fue de suma confusión pero al final terminó por aclararse la garganta - ¿Qué sabes de él? – le pregunté realmente interesado.
Se alzó de hombros – no mucho, tuve una conversación con Gackt – se veía sumamente incomodo y yo, bueno digamos que estaba tratando de procesar la información sin alterarme. Torció la boca – me dijo que nos quería para un trabajo antes de que Mana consiguiera un equipo que lo hiciera – explicó. Me sentí desvanecer en ese momento, suspiré y pasé mi mano por mi cabello despeinándolo un poco – Kyo, tu has hablado también con Gackt ¿cierto? – asentí - ¿sabes que trabajo es? – me rehusaba a mirarlo, así que sólo negué, no tenía ni idea pero no era la primera vez que escuchaba de aquello.
-entonces, según Gackt, Mana no tiene el equipo – Kai asintió mientras yo me paraba y caminaba hacia la pared mas cercana, sin saber muy bien que hacer.
-bueno al menos eso creía. Pero Kouyou se apareció hablando de él y la verdad no creo que sean buenas noticias – siguió hablando aunque yo le estaba dando la espalda.
Negué – efectivamente no lo son – concordé – el problema es que Kouyou no es el único que ha tenido encuentros con Mana – le dije con preocupación – es mas, fuera de lo que Gackt cree; Mana ya tiene un equipo – me giré para ver su reacción la cual no fue reconfortante.
El problema no era que los equipos se enfrentaran, el problema era en qué tipo de situación nos tendríamos que enfrentar.
-x-
-Kyo….Kyo… - escuché a lo lejos pero no hice caso – Kyo…¡¡¡TOORUUUUU!!! – el grito casi me mata de un infarto, me levanté tan rápido de la cama que casi me caigo al enredarme con las sabanas.
Takanori me miraba riendo con los brazos cruzados frente a mí, al parecer la escena le había parecido bastante entretenida - ¿qué quieres enano? es muy temprano y es domingo – me quejé sobándome la frente, el fuerte dolor de la resaca atacó mi cabeza.
Mi hermano frunció el ceño – tu eres mas enano, voy a salir – torció la boca.
Busqué mis pantalones entre toda la ropa tirada en el piso, arrugué la nariz al darme cuenta que no sólo era mi ropa la que había tirada ¿con quién me había metido está vez? Estaba tan ebrio que ni siquiera me acordaba de haber tenido sexo con alguien, aunque en realidad era bastante obvio – vas con Nao – no fue pregunta. Al final resolví poniéndome uno pantalones deportivos de color gris claro – ¿quieres que te lleve o qué? – mi hermanito negó con la cabeza, se veía un poco perturbado - ¿estás bien? – volvió a negar y yo suspiré – va a despertar – le di una palmada en el hombro.
-quiero que despierte, pero me da miedo lo que pase cuando lo haga – confesó.
Escuché el sonido de la regadera de mi baño, supuse que la persona con la que había pasado la noche se encontraba bañándose, hice caso omiso de aquello y me volví a girar hacia Takanori – te he dicho mil veces que hables con el desnarigado – lo vi girar los ojos – Taka, tú estás enamorado de alguien mas ¿Por qué tienes que prolongar la agonía de Suzuki? - le pregunté. Aunque no le tuviera nada de simpatía a Suzuki no me parecía muy correcto lo que mi hermano menor estaba haciendo.
-sí, lo mejor es que lo dejes. Aunque al parecer Reita también te superó – la voz de Kai chocó contra mis oídos. Taka tenía muy abiertos los ojos, mientras que el líder de Gazette nine estaba parado detrás de mí con una toalla alrededor de la cintura – sabes que no pierde el tiempo – lo dijo con total desprecio.
El pelirrojo entrecerró los ojos – no tengo porque escuchar esto. Regreso en un rato – me dijo y salió hecho una furia de mi habitación.
Me giré violentamente hacia Kai, quien recogía su ropa del piso con absoluta rapidez – el comentario te lo pudiste haber ahorrado – le dije con desdén.
Mientras Kai sonrió de lado irónicamente – lo superará, como tu dijiste, Ruki no siente nada por Reita, no tendría por qué afectarle – dijo poniéndose sus calcetas.
-pero a ti si – de pronto todo tenía sentido, Kai estaba perdido por la iguana.
-eso no te interesa – respondió sin mirarme.
Suspiré - ¿de verdad dormimos juntos? – me sentí un poco usado, nada peor para causarle celos a Suzuki que saber que Kai se había acostado conmigo.
El castaño oscuro negó con la cabeza – te quedaste dormido antes de que pudiéramos hacer algo – explicó levantándose – lo cual agradezco infinitamente, creo que los dos nos hubiéramos arrepentido – asentí – mira Kyo, yo mismo te estoy diciendo que no te metas en mis asuntos personales y por lo tanto yo tampoco debería meterme en los tuyos. Pero creo que deberías intentar olvidar a Toshiya, no es una persona de fiar – me miró fijamente, mientras a mi se me iban los colores de la cara – no dejaste de llamarme así durante el trayecto tu casa – se alzó de hombros. Se formó un silencio realmente incomodo entre los dos hasta que el sonido de un claxon interrumpió el momento – ese es mi taxi – caminó hacia afuera de mi habitación pero se giró a mirarme una última vez – sé lo que te estoy diciendo y no te preocupes, conozco la salida – no pude moverme hasta que escuché el sonido del taxi alejarse.
¿a cuántas personas les habré dicho Toshiya? Porque era una realidad que desde que Toshi me había rechazado me acostaba con la primera persona que se dejaba. Sentí un dolor en el pecho y algunas lágrimas se acumularon en mis ojos sin que salieran por completo. Tal vez Kai tenía razón, pero la verdad no me interesaba. Creo que estaba condenado a ser esas personas sin vida amorosa, de esos que se quedan solo mientras ven a las personas alrededor ser felices, menos yo.
El sonido del timbre me sacó de mi ensimismamiento, por un momento había olvidado que era el día libre de toda la servidumbre así que no había nadie en la casa que pudiera abrir la puerta mas que yo y si seguían tocando con tal insistencia era porque de verdad querían verme. Sacudí mi cabeza y me dirigí a abrir, el timbre me estaba volviendo loco.
-¡¡YA VOY CARAJO!! NO TIENEN QUE ESTAR TOCANDO COMO DESQUICIADOS – grité en cuanto entré al recibidor, ¿Quién dijo que tener casas grandes era de lo mejor? Abrí la puerta con enojo, el cual no cambió en lo absoluto al ver quien tocaba – ¿están idiotas? Si ya saben que no hay servidumbre hoy – frente a mi estaban Sakito, Hitsugi y Ni-ya. Los deje entrar dirigiéndome de inmediato a la cocina, me estaba muriendo de hambre.
-pensamos que estabas dormido – dijo Ni-ya – creo que no estábamos equivocados, tardaste años en abrir – se sentó en una de las sillas altas de la barra de la cocina, mientras yo sacaba comida del refrigerador -¿quieren algo? – para Hitsugi la pregunta llegó muy tarde puesto que ya estaba sirviéndose cereal, Sakito negó con la cabeza y fue cuando mi amigo “el bonito” llamó mi atención – oye Sakito ¿Qué te pasó en el cuello? – tenía puesta una bufanda de color verde pero aun asi por debajo se asomaba una especie de moretón a la cual no podía verle un fin – me acerqué a él pero el rubio oscuro puso de inmediato las manos en el cuello ocultándolo.
-nada – dijo con rapidez.
Me giré hacia Hitsugi quien sólo se alzó de hombros y continuó sirviéndose leche en el plato - ¿nada? ¿Ya viste como te dejó? ¿Por qué no nos dijiste que tu noviecito ese estaba en el país? – preguntó bastante molesto.
Sabía perfectamente lo que hacía mi amigo para sobrevivir, los dos amantes que tenía solo para poder comer, estudiar y tener un lugar donde vivir y sinceramente lo odiaba, puesto que por mas que le hemos ofrecido nuestra ayuda él se rehúsa a aceptarla, dice que está bien como está. El problema es ese tarado estadounidense que tiene por segundo amante, el imbécil que le regaló el Camaro; no lo ve muy seguido (afortunadamente) dado que el cabrón tiene gustos muy específicos en cuanto a lo que le gusta….
Sakito se removió un poco incomodo –ya, no es nada, no hagas un escándalo – me dijo tratando de no sonar alterado.
-¿nada? – repetí – un día te va a acabar matando ¿un camaro vale tanto? – me arrepentí de inmediato del cometario; mi amigo agachó la mirada un poco avergonzado. No quería hacerlo sentir así – mira, solo lo digo porque me preocupo – traté de corregirme y él asintió en respuesta.
Hitsugi hacía bastante ruido al estar masticando con seriedad el cereal, terminó por tragarlo y habló con esa monotonía que lo caracterizaba – tenemos un problema mayor de que preocuparnos – miró a Sakito con severidad y se dirigió a mi.
Lo único que pude hacer fue servirme un vaso de jugo de naranaja y girar los ojos con desesperación - ¿mas? ¿en serio? ¿Qué caímos en una especia de vórtice de problemas o qué clase de karma estamos pagando? – negué con la cabeza dándole un trago al jugo.
-es Die – dijo sin mostrar importancia.
Abrí mucho los ojos, no era muy amigo de Die pero al final era integrante de mi equipo, independientemente de la relación que pudiera tener con Toshiya - ¿Qué con él? – arrugué la nariz ante el sabor acido del jugo.
-dejó el equipo – contestó mi amigo.
-¿Qué? ¿Cómo? ¿por qué? ¿No se da cuenta que estamos en medio de una crisis aquí? – pregunté sin poder creerlo.
-dice que ya no quiere ser partícipe de las actividades ilegales y que mejor se zafa antes de que esto se ponga peor – continuó Hitsugi. Bueno era un poco obvio si lo pensaba, las cosas se iban a poner peor - y que esto ya dejó de ser algo para ayudar a Toshi, al contrario, se desvió mucho de aquello y bla, bla, bla – rodó los ojos – si me preguntas ese tipo es un cobarde – aunque su voz era monótona, de verdad parecía molesto.
Fue entonces cuando Ni~ya bufó, todos nos giramos hacia él como las viejas chismosas que somos – yo creo que ese tipo está más metido que cualquiera de nosotros – dijo un poco incomodo. Lo miré sin entender – bueno, piénselo, él nunca reclamó ni dijo nada de tener que correr las carreras para Gackt, sólo lo aceptó y ya. Fue el primero en enterarse de todo este lio con la mafia pero nunca dio señales de estar asustado o algo parecido. No ha tenido visitas, mensajes, ni llamadas raras, es como si no fuera parte del equipo ¿Qué tan extraño es eso? Siendo que él tiene una especie de relación muy cercana con Toshiya, el chico que nos metió en todo esto para empezar – le quitó un poco de cereal a su novio – incluso Ruka, fue el primero en hablar con Mana – torcí la boca ante la mención del chico que planeaba odas nuestras rutas aun si no éramos muy cercanos, siempre se mostró solidario con la causa – solo quiero decir que es demasiado extraño que él este como si nada mientras nosotros andamos – hizo una pausa – jodidos – finalizó.
-eso no significa que esté en la mafia ¿o sí? – pregunté incomodo – digo tal vez Mana tiene otras cosas en mente y Die no era parte de ellas – miré a Sakito en busca de apoyo, pero no lo encontré – hablaré con él – dije con pesar y temiendo lo peor.
Sakito suspiró sacando su celular, buscó por algunos segundos algo y me lo enseñó, tomé el celular incapaz de leer lo que decía desde la distancia en la que me encontraba, palidecí al ver la cantidad de mensajes que había de Mana, pero sólo el ultimo estaba desplegado completamente.
“Dile a Kyo que no se preocupe, le tengo un reemplazo para Die y en cuanto a nosotros no puedo esperar a conocerte”
Leí y releí y seguí sin poder creerlo, miré a mi amigo quien sólo me vio con una cierta confusión en los ojos - ¿desde cuando te manda esto? – le devolví el teléfono.
-desde hace dos días, me ha escrito que quiere conocerme – guardó el teléfono y torció la boca.
-no le has contestado ¿verdad? – sabía que no lo haría pero debía asegurarme. Sakito negó con la cabeza - ¿Cómo supo Mana de lo de Die? – de pronto me di cuenta que no era muy normal la cantidad de información que poseía.
-te digo que Die está ocultándonos cosas – volvió a Ni~ya.
-x-
Llegué a la carrera hecho un manojo de nervios y ni siquiera era mi turno de correr, me dolía el estomago y mi cabeza continuaba dándome pequeñas punzadas de vez en cuando. Los mensajes de Mana a Sakito continuaron durante todo el día, el ultimo había llegado veinte minutos antes de que llegáramos al lugar de la carrera.
-dijo que el corredor iba a estar aquí – dijo Sakito, quien iba a en el asiento de copiloto de mi Corvette. Yo seguía teniendo un mal presentimiento acerca de todo esto.
Estacioné el auto y los dos salimos, sentí de inmediato el viento helado chocar contra mi, hacía demasiado frío aquella noche. Cerré el auto y guardé las llaves, me giré hacia toda la gente que ya se encontraba ahí, tratando de localizar a mis compañeros o a personas conocidas.
Mi mirada chocó contra la de Kai, quien me guiñó el ojo, le dediqué una mueca y seguí buscando a alguien mas. Lamentablemente fue a Suzuki quien vi a continuación, parecía querer molerme a golpes, le enseñé mi dedo mas bonito y pasé de largo.
Caminé directamente hacia Ruka, quien me miraba con preocupación - ¿encontraste corredor? – me preguntó finalmente con una especia de gesto extraño.
Negué con pesar, metiendo las manos a los bolsillos de mi abrigo negro – no quiero sonar emocionado, pero Mana dijo que enviaría uno – mencione sin querer.
El mas alto me miró como si yo estuviera loco – y se supone que tenemos que confiar – dijo sarcásticamente regresando la mirada a su tablet.
Alcé los hombros deseando fervientemente tener un cigarro para poder calmarme – la verdad ya ni sé en que confió, ni en quien – dije con absoluta sinceridad.
Permanecimos así varios minutos, sin decir ninguna palabra. Lo que me agrada de Ruka es que a pesar de que no es de muchas palabras, no es difícil estar con él; al contrario de Hitsugi quien también es bastante callado pero de una forma pesada. Siempre te está observando cómo esperando algo de ti y cada que abre la boca temes que te vaya a decir de cosas; con Ruka no es así. Es cómodo hasta cierto punto.
Vi a Shiroyama pasar de pronto, quien sabe a donde se dirgía pero iba a toda velocidad, no le presté mucha atención hasta ue lo vi pasar de vuelta cinco minutos después y dos veces mas en un lapso de diez minutos. Finalmente se me acercó con cara de cansancio y desesperación.
-¿necesitas algo? – le pregunté de forma burlona al ver su expresión. No importa que, ese tipo nunca me va a caer bien.
-a tu mamá cabrón – respondió de inmediato.
-vete al carajo Shiroyama – me acerqué pero no demasiado pues Ruka me tomó por el abrigo.
Aoi bufó – escuché que Die se salió del equipo – asentí - ¿así nada mas? ¿Sin amenaza, matones, bombas? – volví a asentir - ¿Qué hizo para que le fuera tan fácil? – preguntó con una ceja alzada y poniendo las manos sobre su cintura.
-no tengo idea –lo vi sacar una cajetilla de su pantalón y ansié pedirle un cigarro por el bien de mi salud mental – pero no creo que sea tan sencillo como parece – me dio la razón con la mirada mientras encendía su cigarro. Extendí la mano para que compartiera, lo cual hizo sin ningún problema.
-mi hermano será tu nuevo corredor – dijo indiferentemente, lo cual casi provoca que me ahogue con el humo de la bocanada que acababa de dar – pareces nuevo – me arrebató el cigarro.
Tosí un poco - ¿Qué dijiste? – le pregunté sin poder creerlo, entre la afirmación y la tranquilidad que Aoi despedía, no sabía quién se estaba volviendo mas loco, él o yo - ¿Cómo sabes eso? – no me contestó, se limitó a suspirar – Shiroyama – advertí después de dos minutos de silencio.
-me acaba de decir – pronunció con cierta decepción, ofreciéndome de nuevo el cigarro.
Le di una bocanada, soltando el humo lentamente - ¿Cómo es que te avisa a ti y no a mi que soy el capitán del equipo? – le regresé el pedacito de vicio – y ¿Cómo es que estás tan tranquilo? – eso era lo verdaderamente insólito de todo el asunto.
Aoi sonrió – porque no competirá contra Tora – pronunció – seré yo quien le pongo el alto – se tronó los dedos mientras dejaba el cigarro reposar sobre sus labios.
Abrí mucho los ojos – ¿piensas correr contra él? ¿te volviste loco? – listo, ya, oficialmente todos habíamos perdido la cabeza.
Negó – al contrario, dejará de correr si es incapaz de ganarme ¿crees que no sé porque lo hace? Se está vengando de mi – arrugué la nariz al recordar el fatídico asunto entre Shiroyama y su hermano menor.
-no es tan fácil – la voz de Sakito hizo que desviáramos la mirada.
El pelinegro lo miró feo - ¿Por qué no va a ser fácil? – preguntó con escepticismo.
Ruka alzó la vista por fin – déjame adivinar, Uruha tiene que ganar – soltó como si fuera lo mas normal del mundo.
Mi amigo castaño asintió - ¿no es obvio? – Preguntó al mirar a Shiroyama – es la primera carrera que corre, Mana quiere probarlo como piloto ¿crees que si pierde le va a ir bien? Mas si fue lo suficientemente estúpido para aceptar el skyline – terminó sobándose el cuello que aun cubría con una bufanda.
-tienes que perder – le dije con seriedad – solo tu eres lo suficientemente hábil para perder y lograr que Uruha gane – no tenía ninguna duda de lo que estaba diciendo.
Aoi apretó los puños – un BMW contra un skyline modificado por el mejor mecánico que conozco – pronunció.
-un novato contra el mejor corredor de aquí – completé.
Media hora antes de la carrera.