Kyo
No quería escuchar por la puerta, en realidad, la vida privada de mi hermano no me interesa a menos que él me cuente; sin embargo esto va mas allá de mi. Son las dos de la mañana y Kouyou no deja de llorar, bueno de alguna forma lo entiendo, era obvio que iba a pasar. Yo al menos ya lo había notado. El chico llegó hace una hora hecho un mar de lagrimas gritando casi desesperado por ver a mi hermano.
Entenderán que no es cualquier cosa, me preocupa, después de todo es el mejor amigo de mi hermano, han sido amigos toda la vida, hasta yo lo veo con cariño, aun si Aoi es la persona que mas detesto en el mundo, incluso mas que a Reita. Así que ahora, sintiéndome completamente ridículo, estoy afuera de la habitación de Ruki escuchando todo el asunto.
Por lo que pude entender, Aoi tuvo el descaro de pasarse de listo con su hermanito y para colmo su mamá los descubrió. Eso fue lo que alcancé a entender hasta el momento, puesto que no es para nada cómodo escuchar detrás de la puerta.
-Kou, te dije que no te dejaras llevar – volvió a repetir mi hermano – Aoi ya logró su propósito y mira como estás tu…-.
-pero….yo sé que Yuu…me quiere….no lo viste discutir con mamá – volvió a sollozar – dijo que me amaba Taka, le gritó que me amaba – alzaba la voz y se desvanecía poco a poco – si ella no le hubiera hablado a mi papá, no hubiera pasado esto – suspiró.
-¿Aoi dijo que te amaba? – No hubo respuesta o tal vez respondió con un gesto – y ¿luego? – como se nota que Taka ama el chisme.
-mi mamá hizo un escándalo, se puso a llorar diciendo que Yuu era su niño y que estaba arruinando su vida con algo así – logró decir – me dio una cachetada y Yuu se enojó de mas, entonces llegó mi papá y se puso histérico, le dijo cosas horribles a mi hermano y mi mamá no ayudaba, lo defendía y me decía de cosas a mi – no era una sorpresa, todo el mundo estaba enterado de la clase de familia que son los Shiroyama, los típicos padres que deberían estar separados pero por alguna razón extraña se aferran a estar juntos a pesar de que no se soportan, llevándose a sus hijos de por medio – después, todo pasó muy rápido Taka, mi papá trató de pegarle a Yuu, pero él no se dejó casi se pelean a golpes, mi mamá terminó llorando mas fuerte y entonces papá le dijo que no lo quería volver a ver en su casa, que era mas que obvio que yo era la victima que él me había obligado y que ya no era su hijo – volvió a estallar en llanto.
Hubo un poco de movimiento en el que asumo que Taka abrazó a Kou – ¿se fue de la casa? – No escuché la respuesta – supongo que se fue con Reita – silencio, un suspiro – es que no sé que decirte, no tengo idea que se hace en estos casos, nunca me hubiera imaginado que reaccionaran así, pero es que tu también ¿Cómo se te ocurre hacer eso? ¡Es tu hermano! – dijo Taka casi gritando.
-¡pero lo amo Taka! ¿Qué quieres que haga? Ya sé que está mal, ya sé que no debería, ya sé que es pecado, que va en contra de todo lo normal, pero no puedo evitarlo, no quería que llegara a esto. Mis padres son unos locos, eso lo tengo en cuenta pero no tenían que reaccionar así y ahora no sé cuando veré a Yuu – pobrecito, sonaba desesperado.
-lo verás mañana en la escuela – trató de consolarlo Takanori.
-no – contestó en voz baja – me dejaron venir a tu casa hoy porque tiene que platicar que van a hacer con nosotros – explicó – pero me prohibieron ir a la escuela, tampoco sé si Yuu estará ahí o no. Van a venir por mi temprano para asegurarse que no lo vea y ahorita no es bueno hablar con mi hermano, lo conozco, ha de estar furioso – dijo al final.
Dejé de escuchar en ese momento, era demasiada información que procesar, además de que de verdad no era mi problema. Aunque si lo pienso de la manera fría esto afectará a Aoi en más de una forma, concretamente hablando de su forma de correr. Y tampoco es como que nos beneficie, estamos metidos en suficientes problemas como para agregar mas. Esto no va a acabar bien.
Con todo el pesar de mi alma saqué el celular, dispuesto a mandar un mensaje de texto que no me hacía muy feliz pero sabía que era necesario.
“Kouyou está en mi casa, espero que Aoi esté contigo antes de que esto sea ponga peor”
¿Cuándo me hice la mamá de los pollitos? En cualquier otro momento me hubiera importado poco. Incluso cuando vi que estaban peleando aquella vez en la fiesta, no sé porque alenté a los de mi equipo a ayudar a gazette nine ¿de cuando acá somos tan unidos? Se supone que nos odiamos. Mi celular vibró anunciando la respuesta.
“Aquí está, se va a quedar conmigo. Te aseguro que las cosas no se pondrán peor. Que lindo que te preocupes.”
Cerré el celular con fuerza, ese estupido no puede evitar el sarcasmo hasta en momentos como estos. Suspiré, estaba muy cansado, últimamente tengo tantas cosas en la cabeza que ni siquiera he tenido la oportunidad de dormir bien. Y es que para que mentir, si yo tengo la culpa de todo el lío que se ha armado, tampoco pude evitarlo. Haría cualquier cosa por Toshiya, aunque quisiera no haberme llevado a tantas personas de por medio. Ni tampoco haberlos metido en un asunto tan serio.
Ya no hay un maldito día que me sienta tranquilo, supongo que también lo merezco, tengo un historial delictivo impresionante, y lo digo en el sentido de la cantidad de cosas ilegales que he hecho, gracias al cielo mi apellido sirve para algo….
Caminé con paso cansino hacia mi recamara, pensando en la cantidad de carreras que quedaban aun por cumplir, pensando en la carrera del sábado, apenas es martes. Pensando en que un día me va a explotar la cabeza.
-x-
Desperté antes de que sonara el despertador, eso de dormir pocas horas se me da muy bien. Me levanté en el momento en que sonó la alarma, me gusta prepararle el desayuno a Takanori, no me cuesta nada.
Caminé hacia la habitación de mi hermano menor para verificar que aun estuvieran los dos, pero mi sorpresa fue mayor al ver a Taka ya despierto y sentado en su cama mirando el piso seriamente. No había rastro de su amigo castaño.
-Taka – le llamé en voz baja, levantó su vista y sonrió de lado - ¿Dónde está Kouyou? – pregunté dirigiendo mi vista al baño para ver sino estaba ahí.
Alzó los hombros – se fue hace como diez minutos – contestó con pesar.
Suspiré y me senté a su lado – tu ¿estás bien? – lo miré pero él no me regresó la mirada.
-si, bueno, estoy preocupado, pero tampoco dejo de pensar que es lo menos que debió pasar – sonrió, era obvio que sabía que estuve escuchado detrás de la puerta – lo apoyo, y también estoy consciente que sus padres están mal de la cabeza. Pero no puedo estar de acuerdo en lo que hizo con Aoi ¡no es normal, son hermanos! – hizo cara de asco.
-uno no escoge de quien se enamora Taka, sean hermanos o no. lo que es triste es que no hay manera de que acabe bien – dije a sabiendas de lo que decía. Tampoco me emocionaba mucho la idea de que fueran hermanos, pero de nuevo, quien soy yo para juzgar - ¿te llevo o pasan por ti? – terminé el tema despeinando su cabello.
-Dudo que Reita vaya hoy a la escuela – contestó con amargura, mientras yo cerraba la puerta para hacer el desayuno.
-x-
Dejé a Taka en la puerta de la escuela, lo vi entrar y de inmediato aceleré la Escalade; no llevaba ni dos cuadras cuando mi celular comenzó a sonar. No me molesté en mirar el número, puesto que iba a manejando, así que contesté sin ningún cuidado.
-vaya, que bueno que te gusta madrugar – no reconocí la voz, incluso hasta pensé que se habían equivocado – aunque pensándolo bien, aun estas en edad para ir a la escuela Kyo-kun – no tenía ni la mas minima idea de quien era, pero sea quien fuera no era nada bueno.
-¿Quién es? – dije serio, no estaba asustado, solo no quería mas problemas.
-tan rápido y me olvidas - chasqueó la lengua – soy tu jefe – dijo con sorna.
Alcé la ceja – yo no tengo jefe – aunque ya sabía de quien se trataba.
-me gusta tu actitud, espero que tengas la misma actitud en la carrera del sábado – al parecer quiso sonar preocupado o algo así.
Me aclaré la garganta – mi actitud en las carreras es un poco distinta pero para nada desalentadora. Claro sería mas fácil ganar carreras si no estuvieran tratando de matarnos – exageré, lo sé, pero quería entender que era lo que en realidad estaba pasando ¿Por qué todo el mundo estaba tan interesado en las carreras ilegales de pronto?
-¿matarlos? – sonaba de verdad sorprendido.
-si, ya hemos tenido dos encuentros con lo hombres de un tal Mana – expliqué.
Hubo casi un minuto de silencio – deja que yo me encargue de eso, ustedes ocúpense por ganar que para eso les estoy pagando – dijo con voz seria.
-tu no me estás pagando nada cabrón – una cosa es que tuviera que correr para él y otra cosa es que le tuviera algún tipo de respeto.
Soltó una carcajada – creo que deberías de hablar con tu amigo Toshiya al respecto, puesto que él ha estado recibiendo un porcentaje de las ganancias en las carreras, me dijo que ustedes estaban al tanto del asunto, cuidado, creo que tienen una pequeña fuga de información – dijo con malicia.
-Gackt….- alcancé a decir antes de que me colgara.
-dime – sonó dispuesto a escucharme.
-no me estás mintiendo ¿cierto? Porque si descubro que lo haces olvídate de nosotros – advertí.
El otro volvió a reír – no tengo porque hacerlo, ustedes me están haciendo ganar mucho dinero, los retendría como fuera – sonó a amenaza, pero no hice ningun otro comentario.
Colgué mientras veía fijamente hacia el frente, la luz roja no permitía avanzar, aunque claro, yo ya no estaba pensando en otra cosa que no fuera Toshi….
-x-
Tuve que esperar hasta el receso para poder hablar con Toshiya, pues no vamos en las mismas clases. Me acerqué no muy seguro de que decir o hacer, no quería que se enojara conmigo, pero es que tampoco está bien que aceptemos dinero de esos tipos.
-Toshi – lo llamé. Estaba sentado hablando con Die, al mirarme sonrió, Dios como amo su sonrisa - ¿podemos hablar? En privado – miré a Die con cara de pocos amigos, que si bien es de mi mismo equipo y mi amigo, no puedo evitar sentirme celoso de la amistad que tiene con mi pelirrojo.
-¿Qué pasa? – dijo con inocencia en cuanto nos quedamos él y yo, caminando por los pasillos de la escuela.
-hablé con Gackt hoy – no me atreví a mirarlo, pero gracias a mi visión periférica logré ver como se mordía el labio inferior – me dijo algo muy interesante, dijo que nos pagaba una especie de comisión por cada carrera ganada y que tu eras quien la recibía – lo miré, tenía la cabeza baja. No quería que sonara a reclamo, ni que lo tomara a mal, pero es que de verdad que no sabía como decirlo – Toshi, no podemos aceptar dinero de ellos, solo nos compromete mas, les damos mas armas para hacer lo que quieran. Nos pueden matar ¿sabes? - juro que traté de sonar calmado.
Se detuvo de golpe haciendo que me adelantara unos pasos antes de reaccionar, me giré a verlo – necesito el dinero Kyo – fue lo único que dijo apretando los puños.
-ya sé, pero aceptarlo de esos tipos…..
-¡¡¡¡¡NO, NO LO SABES!!!!! – gritó. Nadie lo escuchaba pues nunca había nadie en los pasillos durante los recesos - no tienes ni la mas minima idea de lo que es necesitar algo – me miró fijamente, sus ojos llorosos partieron mi corazón – tu lo tienes todo, no sabes lo que es no tener a veces ni para comer. No sabes lo que es ver a tu padre llorar de la desesperación porque el dinero no le alcanza, tampoco tienes una idea de lo que es tener una madre enferma y no tener suficiente para comprar sus medicinas. No creas que lo sabes, porque tu te estás pudriendo en dinero, nunca has tenido que recurrir a medidas desesperadas por conseguir algo que ni siquiera es para ti, que en ningún momento es egoísta. Si, me estoy quedando ese dinero, pero no es para comprarme todas aquellas cosas lujosas que ustedes tienen – pude captar el desprecio en su voz, cada palabra que pronunciaba era como una aguja que se encajaba en mi pecho – no me podría interesar menos quien tiene el mejor celular o el mejor carro, como ustedes se la viven haciendo. Tengo mas cosas en la cabeza que las frivolidades a las que están acostumbrados – una sola lágrima rodó por su mejilla.
Me quedé callado, por un lado tenía razón, no tenía ni la mas minima idea de lo que era padecer de esas cosas, además no tenia idea de que Toshiya se sintiera de esa forma – ¿Por qué no me dijiste nada? – hablé con calma.
-¿para que? ¿Para que me dieras dinero? – Espetó – no gracias, prefiero conseguirlo así que convertirme en Sakito – escupió con odio.
Abrí mucho los ojos - ¿de que hablas? – creía saber a donde iba a parar esta conversación y no estaba listo para escucharla.
Tomó aire – sé lo que siente por mi Kyo, no se necesita ser un físico nuclear para darse cuenta de que estás enamorado de mi, sé que crees que puedes arreglarme la vida, pero no puedes. No puedo corresponderte y aceptar tu dinero solo me haría una especie de prostituta y me rehúso. Me sentiría comprometido a corresponderte y la verdad es que no siento nada por ti – lo dijo tan frío, nadie en toda mi vida me había herido tanto el orgullo como en ese momento.
-no quieres aceptar dinero de mi, pero no te molesta que todo el equipo e incluso Gazette Nine esté arriesgando su vida por ti ¿verdad? – estaba enojado, muy enojado, en ese momento no tenía lugar para sentirme triste o destrozado, eso sería después. Ahorita tenía que sentirme un poco mejor y si eso implicaba romperle la cara a Toshiya, lo iba a hacer.
Toshiya sonrió de lado – dime ¿Quién te lo pidió? Porque yo no recuerdo en ningún momento haberte dicho que pagaras la deuda de mi padre, tampoco que aceptaras ese estupido trato con Gackt, tu fuiste quien tomó todas esas decisiones y te llevaste a los dos equipos de por medio. Perdón, porque después de todo es por el supuesto amor que me tienes que cometiste semejante idiotez, pero es cierto, yo jamás te pedí nada. Es mas, si te enteraste de la situación fue por Die, no por mi – tragué saliva, me quedé completamente sin habla en ese momento, tenía razón, toda la razón – mira Kyo, me agradas, te lo juro, pero no te amo, no me atraes ni nada. Agradezco todo lo que has hecho por mi, en serio. También entiendo si me dices que quieres el dinero de las carreras, solo quiero que entiendas porque lo hago – suspiró.
Sentí mi estomago revolverse, las lagrimas arremolinarse en mis ojos y un fuerte nudo en la garganta que en ese momento me impedía hablar. Llevaba dos años enamorado como un estupido de Toshiya, haciendo todo por él, desde pasar por él a su casa, llevarlo a las carreras hasta meterme en el lío en el que ahora estoy, por él. Jamás le dije lo que sentía porque si soy muy valiente para algunas cosas, eso de los sentimientos y yo no nos llevamos con facilidad. Sin embargo sabía que el sabía, pensaba que esperaba a que me decidiera, que aquellas sonrisas fueran para mi, los besos en la mejilla y los abrazos que tantas veces me dedicó; creí que eran porque sentía lo mismo. Al final nada de eso era para mi, era para todos a lo que aprecia, yo solo soy un amigo mas.
Soy el chico que lo tiene todo, cualquier cosa que yo quiera lo obtengo. Celulares, ropa, carros, accesorios, viajes, lo que sea, incluso popularidad, mujeres y hombres ¿Por qué ahora parece tan vacío, tan innecesario? Tal vez porque siempre que quiero a alguien, termina por alejarse de mi, mis padres y ahora Toshiya, porque no importa cuanto dinero tenga en mi cuenta, nadie nunca me ha abrazado y me ha dicho un “te quiero” al oido, ni siquiera mis padres. Ahora, la única persona a la que me atreví a querer, resulta que solo me hice ilusiones a lo estupido, soy un idiota. Un idiota sin remedio.
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Si vives mi vida no tienes tiempo de deprimirte, además de que odio ese estado lastimero en lo que luego anda la gente con tal de que le pregunten como está. Así que, te guardas todo lo que sientes y sigues con tu vida como si nada. Todavía no se cumple una semana de todo lo que pasó pero yo ya estoy bien, no tengo tiempo para distraerme, tengo una carrera que ganar.
-¿estás bien? – la voz de Takanori me despertó de mis ensoñaciones. Acabábamos de llegar al lugar de la carrera, aun estábamos en mi Corvette sin haber saludado a nadie.
Parpadeé varias veces antes de regresar al mundo – si – sonreí – es solo que ya quiero correr y esta vez pienso ganar – me troné los dedos.
-tu sabes que no puedo tomar partido en esto, pero la verdad si me gustaría que ganaras, últimamente te ves un poco decaído – me sonrió. Quien sabe que haría yo sin mi hermano.
-Taka, tal vez esta noche no regrese a casa ¿podrías pedirle a Reita que te lleve? – le pregunté sin mirarlo, necesitaba descargarme, tomar alcohol y tal vez acostarme con alguien.
Taka asintió entendiendo mi situación – le diré a Nao – dijo alegremente, lo cual llamó mi atención pero no dije nada.
Salimos del Corvette y caminamos directamente al Viper de Reita, quien estaba recargado en el cofre del carro fumando con Aoi. Taka corrió de inmediato a su encuentro mientras yo buscaba con la mirada a los demás integrantes de mi equipo. Ruka, hablaba con Sakito, Hitsugi y Ni- Ya, los saludé con la mirada y me acerqué a Reita.
-tengo que hablar contigo – ya había hablado con mi equipo acerca del dinero que se estaba quedando Toshiya, pero no creía que fuera a ser tan fácil con Gazette Nine. Reita asintió – hablé con Gackt, el tipo para el que corremos – aclaré al ver su cara de duda, su silencio me indicó que continuara – al parecer nos ha estado pagando por cada carrera que hemos corrido y por supuesto, ganado – le expliqué.
-ok, por supuesto no hemos aceptado el dinero ¿verdad? – parecía a punto de estallar en un ataque de furia.
Para mi lamentación negué con la cabeza – me enteré hoy, al parecer el dinero si se ha estado recibiendo y por alguien que no es de ninguno de nuestros equipos – le dije serio, antes de que se pusiera de reina a gritar – te aviso para que no haya sorpresas y por supuesto para decirte que hablaré con Gackt y dejar en claro que no tenemos ninguna responsabilidad con ese dinero – ya lo había pensado bien, no podía seguir arriesgando a todos por culpa de uno. Si Toshiya necesitaba ayuda yo se la brindaría pero no valiéndome de la mafia, él tendría que tragarse su orgullo o atenerse a las consecuencias.
Reita asintió – tu sabes lo que haces, solo no provoques mas problemas, porque creo que ya tenemos mas de los que podemos soportar – se pasó la mano por el cabello y miró a Aoi con preocupación.
Suspiré – de cuando acá nos llevamos tan bien – negué con la cabeza con ironía sonriendo de lado.
-no creas que me caes bien….
-no creas que algún día te soportaré – le respondí alejándome hacia mi equipo.
En menos de quince minutos ya estaba en el corvette, escuchando el sonido del motor revolucionar antes de acelerar. El drag es un estilo de carrera que dura muy poco, generalmente son solo cien metros. Debes saber en que momento pisar el acelerador, pues si no lo haces como se debe, corres el riesgo de quedar barrido, como las caricaturas cuando se quedan en un solo lugar al correr. También es importante saber cambiar las velocidades en el momento adecuado, dado que es una distancia muy corta y los autos tienen una revolución muy alta, puedes perder el control del carro de una manera extraordinariamente rápida.
Vi a la típica mujercita ponerse en medio del Viper de Reita y mi Corvette, odio a esas tipas pero son necesarias. Me miró con sensualidad y yo le guiñé un ojo, tal vez no escarpia mal llevármela esta noche a un hotel, me lo merecía. Sin embargo, para lograrlo tenía que ganar. Me giré hacia Reita, le enseñé la lengua de una manera obscena y en menos de tres segundos metí la velocidad y pisé el acelerador.
Cuando estoy corriendo un auto me olvido de todo lo demás, incluyendo a mis rivales. El auto y yo somos uno por un lapso menor a un minuto, es un lapso tan increíblemente pequeño que el choque de adrenalina es mas fuerte que en cualquier otra modalidad.
Bajé del carro temblando debido a la emoción, sin ni siquiera sentir a la tipa que ya tenía colgada de mi cuello. Me giré y vi la cara de puchero de Reita, ¿gané? Giré mi vista hacia a todos lados, la gente festejaba alrededor mío pero yo no escuchaba nada, la victoria mas vacía que había tenido jamás, pues no me sentía para nada feliz. Sin embargo, era muy bueno fingiendo que estaba extasiado. Sonreí, abrazando a la tipa por la cintura.
Mi celular vibró, saqué y lo abrí. El alma me cayó a los pies.
“Te quiero para mi, Mana”