Me encontraba limpiando mi ático, estaba lleno de cosas, desde ropa gastada hasta viejas fotos, pero una llamo por completo mi atención.
Mi imagen se encontraba en ella junto contigo, Roderich. Ha pasado tiempo desde que rompimos, me dolió ver esos ojos violetas mirándome, mientras decías que era mejor terminar.
Me rompiste el corazón, quise rogarte pero mi orgullo alemán me lo impidió, tu solo te marchaste, me dejaste abatido, sin ganas de nada.
Mi amigo Kiku, me decía que debía conocer gente nueva, mi hermano Gilbert intento emparejarme con uno de sus amigos, creo que se llama; Antonio, pero no quise ni siquiera conocerlo, sentía que nadie podía hacerme olvidarte, fuiste alguien que ame con todo mi corazón.
Cuando creía que iba a quedarme solo por el resto de mis días, fue cuando el apareció en mi vida, fue una mera casualidad, lo más extraño de todo es que somos totalmente diferentes, al contrario de ti, que teníamos cosas en común, como el gusto por el arte y la música clásica.
Feliciano, ese es su nombre, llego a mi vida, al principio era todo caos. Pensé que era un tonto que no tenía nada mejor que hacer que molestarme.
Lo que más me cautivo de él, fueron sus grandes ojos color miel, su sonrisa, su dulce voz, todo en el emana ternura.
Con el paso del tiempo le empecé a tomar cariño, hasta que un día me di cuenta que no podía estar sin él.
Flashback
Recuerdo que nos encontrábamos en un parque, sentados en una banca comiendo un gelato, hasta que decidí tomar valor e invitar a Feliciano a salir.
- Oye Feliciano, ¿Te puedo preguntar algo?-. Le cuestione.
- Si Ludwig, dime-. Me respondió con su típica sonrisa.
- Me preguntaba, si ¿Quisieras ir a cenar?-. Le pregunte con miedo a una negativa.
- Por supuesto, vayamos a Italianni’s, su pasta es muy buena-. Me dijo.
Feliciano tomo mi mano derecha y nos dirigimos hacia el restaurante, veía al italiano muy feliz, al llegar a nuestro destino tomo mi rostro y me dio un casto beso en los labios, en ese momento me di cuenta de que había encontrado al amor de mi vida.
- Te amo, Ludwig-. Se me declaro y volvió a besarme con la misma ternura y amor, yo lo tome de la cintura y con ello profundizamos el beso.
Aquel beso siempre lo tendré en mi memoria, al separarnos, lo abrace y empecé a acariciar su cabello con amor y le dije:
- Feli, yo también te amo-. Se lo había dicho y me encontraba totalmente feliz.
Fin del Flashback.
Al recordar aquel bello momento, volví a enfocar mi vista en la foto donde salimos tu y yo, y simplemente la rompí pero no en un acto de despecho y maldad, sino en uno de compresión, en donde debo dejar al pasado en donde corresponde; atrás.
En serio te deseo lo mejor Roderich, que tengas una vida llena de felicidad, una como yo la tengo ahora.
Feliciano es mi presente y futuro, por ello no tengo nada más que pueda decir.