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Body & Art por Kuroi Koneko

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Notas del capitulo:

Hola, bueno, aunque no fueron muchos los reviews espero que realmente les agrade que lo suba, se agradece a quienes se tomaron la molestia de decirme que les habia gustado ^^.

 

 

 

-          Pit, con un demonio,  ¡deja de quejarte! –

 

-          Ahh, me duele Zaiko… -jadeaba- no la metas tan rápido

 

-          Si lo hago despacio te dolerá más…

 

-          Se amable, enorme bestia… -pedía con una voz afectada

 

-          Ya, terminé –dijo Zaiko sacando la aguja de la oreja de Pit y colocando una arracada en el cuarto piercing en el lóbulo del rubio- deberías estar acostumbrado

 

-          Eres muy rudo… la próxima vez le pediré al jefecito que me lo haga –dijo el menor abrazándose al brazo de Fury que se reía por lo bajo del teatro que hacia el rubio

 

-          Tsk, ingrato –se quejaba Zaiko quitándose los guantes y arrojándolos al cesto de basura, antes de ir y sacar una lata de soda del pequeño refrigerador.

 

-          En serio Fury, no se por qué no le pones un bozal –dijo Pit con un gesto tierno, sin soltarlo.

 

-          No tendrías con quien pelear –le respondió el ojiverde dándole unas palmaditas en la cabeza, a lo que Zaiko solo puso los ojos en blanco.

 

-          Mucha razón, por eso eres mi jefe favorito –dijo el rubio yendo a quitarle la soda a Zaiko, y comenzar una nueva discusión, para variar.

 

-          Parece que los escojo… -murmuró Fury a Grecia, que se encontraba echada a sus pies, mirándole atentamente, ganándose una caricia de su amo.

 

Ya habían pasado algunas semanas desde que Fury se había encontrado con aquel hombre de ojos de acero y a pesar de que iba por comida todos los días a la misma hora no lo había vuelto a ver, lo cual le decepcionaba un poco, para que negárselo a sí mismo, quería volverlo a ver. Suspiró en voz alta con cara nostálgica, lo cual detuvo la discusión de los otros dos que se tironeaban la lata de soda.

-          ¿El jefe suspirando? –se preguntó Pit jalando un banco y sentándose a su lado, colocando los codos en el mostrador y la barbilla recargada en sus manos, mirando con sus ojos azules a Fury- ¿Qué pasa?-

 

-          No es Nada Pit, solo recordaba cosas –respondió

 

-          ¿Por fin tienes novia? –preguntó Zaiko de pie tras él

 

-          Mejor deberías buscarte tu una… -dijo Fury con cansancio

 

-          Sabes que yo solo tengo una mujer en mi vida y así será por un buen tiempo –respondió con tranquilidad

 

-          ¿Tú eres de una mujer? Creí que ninguna te soportaría ni dos días –se burló el rubio ganándose un tirón de las rastas.

 

-          Que sabes tu… niño –

 

-          De nuevo con eso! – respondió y como no, una nueva discusión. Fury  solo seguía perdido en sus pensamientos, pasando por alto las cotidianas discusiones de sus empleados, sabiendo que todo terminaría con Zaiko echando humo y Pit riéndose, como siempre.

 

 

A la hora de cerrar se despidió de ambos, Zaiko se despidió con casco en mano para subir a su motocicleta y Pit echó a correr calle abajo rumbo a la parada de autobús. Fury terminó de cerrar y se puso su chamarra con capucha, caminando con Grecia a su lado subiendo la avenida, podría tomar el autobús pero no tenía ganas de llegar a su apartamento aun, tenía ganas de caminar. Algunas calles más arriba miró una cafetería con buen aspecto y se le antojó entrar, claro, agradeciendo a un mesero que le permitiera entrar a su mascota, prometiendo que se sentaría en el fondo y que al menor contratiempo podrían sacarla, solo se le hacía cruel dejarla afuera en el frio.

Su humor no era el mejor, y buscaba la mesa más apartada en una esquina, aunque parecía ocupada, disponiéndose a buscar otra cuando su mascota comenzó a mover la cola, señalando al ocupante con la cabeza. Fury no pudo creer su suerte al mirar al mismo hombre de ojos grises sentado en ella, sin embargo no tenía el mismo aspecto, el cabello castaño que recordaba pulcramente peinado hacia atrás tenia algunos mechones despeinados que caían sobre su frente con gracia, el saco estaba a un lado y no llevaba corbata, incluso con ese aire descuidado se miraba mejor que antes.

-          Qué pequeño es el mundo –no pudo evitar murmurar, ante lo que el hombre alzó la vista, parecía abatido y sin embargo, sonrió.

 

-          Vaya, el chico de las hamburguesas –dijo, como no, siendo cruelmente sincero.

 

-          Bueno, creo que es menos despectivo que “el pandillero”, “el vándalo” o “el chico de los tatuajes” –dijo tomándolo con humor, señalando el asiento como pidiendo permiso para sentarse.

 

-          Adelante –dijo el hombre, mientras Fury se sentaba y ordenaba un café negro- bueno, no sé cómo debería referirme a ti realmente –

 

-          Pues, todo mundo me dice Fury, podrías hacer lo mismo –sugirió extendiendo su mano al mayor- ¿Y tu?-

 

-          Alejandro –dijo estrechando su mano-  ¿Fury? No es tu nombre, ¿cierto? –

 

-          Claro que no, pero en mi profesión los nombres son un mito –dijo riéndose suavemente, feliz de haberse encontrado con ese hombre.

 

-          ¿A qué te dedicas?-

 

-          Llevo un negocio de modificación corporal

 

-          Vaya, bueno no me extraña realmente, pero llevar tu propio negocio es todo un merito- le halagó Alejandro, sorprendido, haciendo a Fury erguirse de orgullo

 

-          Gracias, me he esforzado por ello –dijo con una sonrisa- ¿Puedo preguntar a que te dedicas?-

 

-          Ya lo hiciste –dijo riendo con elegancia arraigada y natural- trabajo en mercadotecnia y publicidad, ya sabes, “publimax” –

 

-          Te miras como todo un hombre de negocios

 

-          Supongo, es algo necesario – dijo Alejandro encogiéndose de hombros, pero en su mirada había aun algo del abatimiento que le había parecido a Fury.

 

-          Espero no sea entrometerme,  pero ¿Pasa algo?- preguntó Fury con tranquilidad, aunque en el fondo estaba preocupado.

 

-          Pues… -el mayor se resistió pero finalmente sacó una hoja con el nombre un perfume de mujer – es la siguiente campaña… buscan un embase  para el perfume –dijo pasándole la hoja a Fury, que la miró analizándola con cuidado

 

-          ¿Be free?- leyó en voz alta- bueno, no entiendo cual es el problema –

 

-          Es una gran oportunidad- dijo con un suspiro recargándose en el asiento,  mientras Fury bebía de su café- en mi trabajo es una especie de competencia y es un contrato importante, sería algo muy significativo en mi curriculum ganar este contrato  - y ante la mirada interrogante del ojiverde continuo- y no tengo ninguna idea -

 

-          Ah –respondió al final, deseando ayudarlo- pues si tu quieres… puedo ayudarte, paso gran parte de mi tiempo diseñando  -ofreció procurando que se viera como una propuesta casual-

 

-          ¿Crees poder ayudarme?

 

-          Si me das los detalles podría –dijo quitándose la chamarra y mostrándole uno de sus brazos,  donde se miraban unos dragones que hacían con la pose la silueta de una mujer-

 

-          ¿Tú lo diseñaste?  -preguntó Alejandro tomándole del brazo para pasar la yema por la tinta, haciendo a Fury estremecerse

 

-          Si, es mejor que un curriculum

 

-          Es muy bueno –dijo impresionado- pues la verdad me interesaría , Entonces  ¿Me ayudarías?–admitió

 

-          No creo que haya problema –dijo casualmente, aunque interiormente gritaba que si-

 

-          Bien,  dame tu numero, te llamaré para ponernos de acuerdo –dijo Alejandro sacando un celular del último modelo, mientras el sacaba uno muy común, sin nunca haberle dado importancia a traer uno mejor, intercambiando números, además de pagar y salir del local.

 

-          ¿Caminaras? –preguntó Alejandro al ver a Fury con intenciones de seguir su sendero, con Grecia fielmente a su lado

 

-          Si, es tarde para que pase el transporte –dijo encogiéndose de hombros.

 

-          Te llevo, es lo menos que puedo hacer por tu amable ofrecimiento –dijo el ojigris  girando unas llaves en sus dedos, indicándole que lo siguiera para acercarse a un auto de buen año, al que Fury subió, abriéndole la puerta de atrás a Grecia, que se acomodó con cuidado.

 

-          Gracias, eres un buen tipo –le dijo Fury mientras el mayor subía regalándole una sonrisa. Conducía por la avenida, bajo las indicaciones de Fury , terminando en una zona de estatus medio, con grandes edificios de varios pisos de departamentos de aspecto humilde

 

-          ¿Aquí? –preguntó Alejandro sorprendiéndose de la zona, aunque no parecía estar tan mal tampoco

 

-          Así es, muchas gracias por traerme –le agradeció bajando y abriéndole la puerta a Grecia, que bajó saltando, lloriqueando por dejar a Alejandro- definitivamente le agradas-

 

-          Eso parece –dijo con una sonrisa- Adiós Fury –se despidió siguiendo su camino.

 

-          No sé si tengo muy buena o mala suerte –le dijo a su mascota, abriendo la puerta para subir a su departamento.

 



-          ¿Podrías repetirme a que se debe todo esto? –

 

-          Mira Pit, Zaiko me pidió el día por una causa de fuerza mayor y yo tengo un compromiso, solo te digo que te quedaras a cargo el día de hoy en nuestra ausencia, ¿Crees poder con ello? –repitió Fury una vez más con calma al rubio.

 

-          En serio jefecito, siento que el rojito y tu conspiran en mi contra- se quejó con un puchero infantil, sacándole una sonrisa a Fury

 

-          Si es así, entonces míralo como un reto, si lo superas con éxito dejaré de decirte niño – le ofreció y la expresión del menor reflejó que había usado las palabras mágicas.

 

-          Vaya con confianza Jefe, yo cuidare del negocio –dijo repentinamente serio, sentándose en el banco tras el mostrador.

 

-          Bien, Grecia te acompañará, niña, evita que haga algo estúpido –dijo acariciando a su mascota, que ladró acatando la orden ante la inconformidad del rubio, al que dejó solo en la tienda mientras el salía con una mochila rumbo a la calle.

 

Caminó rumbo  a la pequeña cafetería en la que había acordado verse con Alejandro, pensando en que tener un nombre para esa persona en la que no había dejado de pensar era algo raro, lo sentía más posible y menos descabellado de lo que realmente era, no es que Fury fuera un chico soñador, era alguien realista que comprendía la situación y no caía en los estándares de chica enamorada que tenia la mayoría de la gente sobre los gays, bueno, no es que en primer lugar se considerara gay, le gustaba Alejandro pero solo él, no iba a asechar hombres o algo por el estilo.

Llegó al lugar donde en la misma mesa apartada del día anterior le esperaba ese hombre, sin saco y sin corbata, solo con la camisa simple y el pantalón del traje, esta vez con el cabello pulcramente peinado como cuando lo había conocido, saludó con un gesto simple de la mano, sentándose  frente a él.

-          Buenos Días Fury –saludó el ojigris

 

-          Hola, disculpa la tardanza, dejaba indicaciones por mi ausencia

 

-          Espero no te haya metido en problemas por venir a ayudarme

 

-          Para nada, soy el jefe, es lo bueno, además, confío en mis chicos –dijo con una sonrisa leve

 

-          Eso es muy importante –dijo el mayor sonriendo también, mirando pendientemente a Fury un momento.

 

-          Bueno ¿Comenzamos? –sacó de la mochila un cuaderno de dibujo y una cajita de cigarros que tenia dentro unos carboncillos de diferentes grosores

 

-          Vaya, si que vienes preparado

 

-          Claro, ¿quieras decirme los pormenores del producto? Es importante

 

-          Claro –dijo el ojigris sacando una hoja- es un perfume fresco dirigido a las chicas jóvenes, de precio medio y con un contenido de unos 200ml –le explicó

 

-          ¿Tenias ya algo en mente?

 

-          Pues, como es juvenil solo en un envase redondo, quizás de un color luminoso como un aqua o algo así –dijo el mayor recargándose en sus manos

 

-          Bien –Fury tomó un carboncillo y comenzó haciendo un envase redondo, con un tipo de atomizador simple- bien… bueno, yo creo que por que se llama “Be free” debería haber un ave o una mariposa involucrada-

 

-          Me gusta lo de la mariposa, pero no se… también debería haber algo del bosque en eso –Alejandro tomó unos lentes de montura rectangular y se los puso para ver el cuaderno de Fury.

 

-          Bueno, podemos hacer unas como ramas –dijo haciendo unas líneas para formar ramas que daban vueltas del atomizador y rodeaban el envase – podemos poner las mariposas ahí –dijo dibujando unas mariposas como si estuvieran posadas en las ramas, escribiendo “aqua” en el envase- el color de las ramas y mariposas deberían ser de tu elección –dijo comenzando a retocar todo, borrando las líneas innecesarias y sombreando

 

-          Vaya! Si que eres un artista Fury –le halagó Alejandro acercándose a mirar el dibujo excelso del tatuador- es un diseño precioso –

 

-          No es para tanto –se azoró el pelinegro, aunque al alzar la vista vio demasiado cerca al mayor y se puso algo inquieto, mirando cada detalle de su rostro disimuladamente, ese hombre verdaderamente era muy atractivo.

 

-          ¿Pasa algo? –retirándose un poco

 

-          No, nada, ¿Qué mas debería poner?...

 

Continuaron trabajando casi toda la mañana, mientras las tazas de café se llenaban una y otra vez y ellos cada vez estaban más enfrascados en terminar el diseño, Fury tenía la yema de sus dedos coloreada de negro por sostener sus carboncillos y Alejandro tenía muchas ideas anotadas y tachadas en unas hojas, hasta que finalmente unas ultimas sombras y la firma de Fury fue lo que concluyó el trabajo, arrancando la hoja del cuaderno de dibujo y entregándosela al mayor

-          Es excelente Fury! –dijo el mayor emocionado al ver el trabajo final, guardando todo en su portafolio – debo llegar a terminar la campaña rápidamente, seguro ganará –

 

-          Espero que así sea –dijo contento de haber podido ayudar

 

-          Debo pagarte de alguna manera, te llamaré en cuanto todo se entregue

 

-          Claro –dijo Fury tomando sus cosas y echándolas de nuevo a la mochila- si me disculpas, debo regresar al trabajo –

 

-          Bien,  cuídate –dijo  el mayor saliendo también, con algo de prisa al parecer.

 

Fury siguió el camino a su trabajo pensando en que seguramente no lo llamaría, después de todo ya había hecho lo que necesitaba y no creía que un hombre de negocios quisiera ser visto con un hombre como él, con la peor fama que podía pensar y un tipo de trabajo que muchos desmeritaban, se revolvió el cabello esperando no pensar demasiado en eso, el lo había hecho porque quería ayudar y lo demás ya no sería su culpa. Un leve sonrojo apareció en sus mejillas al saber que nadie lo miraría al recordar la expresión de suma concentración en ese atractivo rostro, creía estarse volviendo loco.

-          Fury, dime que realmente no lo dejaste solo ayer todo el día –decía Zaiko frotándose las sienes con impaciencia

 

-          Mira rojito, no queme el lugar y todo salió bien, el jefe deberá cumplir su promesa –Pit lo observaba con los brazos cruzados, indignado por la reacción de Zaiko

 

-          Tiene razón Zaiko, lo hizo bien, por eso le regalaré una noche de pasión –dijo con toda la seriedad del mundo, mirando con sus penetrantes ojos verdes a Zaiko.

 

-          … -Zaiko no supo que decir, abriendo y cerrando la boca al ver a su jefe tan decidido, bajando la cabeza.

 

-          Creo que no lo aceptó bien, jefe –dijo Pit terminando por reír ante la reacción, aunque Fury se adelantó y lo rodeó por la cintura, besando el tatuaje en su cuello- F-fury! –Pit se puso rojo hasta donde alcanzaba la vista, quitándose algo nervioso.

 

-          Que fácil caen ambos –se burló Fury riéndose de ambos, ante la molestia y vergüenza de los otros, rara vez se veía al dueño riendo de manera tan abierta, era algo que en cierto modo valía la pena, cuando no era tan burlesco como en ese momento.

 

-          Zaiko! ¿Tu porque no viniste ayer? –preguntó Pit queriendo desviar el tema, aunque con lo blanco de su piel el sonrojo no se desvanecía tan fácil.

 

-          Cosas… -dijo Zaiko con simpleza, caminando rumbo a su estación de trabajo

 

-          Anda, cuéntame! –dijo Pit siguiéndolo

 

-          Help me believe it’s not the real me… –sonó el tomo del celular de Fury, que miró la pantalla con el nombre “Alejandro”, apurado contesto- ¿Diga? ¿Eh? Si claro, conozco ese lugar, es una muy buena elección, si, nos vemos allá, no, no es nada- dijo colgando el teléfono, apretándolo un poco pues acababa de citarlo en un bar en la noche, interiormente daba saltos de alegría aunque su expresión no lo denotaba tanto.

 

-          Zaiko! Basta! –dijo Pit defendiéndose de una corriente de agua que expulsaba la manguera que usaban para limpiar la piel.

 

-          Compórtense niños! –los riñó el pelinegro

 

-          Lo prometiste Fury!

 

-          Entonces compórtate Pit!!

 

Al cerrar la tienda se dirigió al lugar señalado, un bar de variedades en las afueras, de estatus medio, sabia decisión pues no lo dejaban entrar en los bares con estatus, supuso estaba bien. Presentó su identificación y entró al lugar, algo receloso pensando que quizás siquiera lo encontraría ahí, pero en una mesa del fondo se encontraba sentado ya,  con una bebida enfrente, se dirigió ahí sonriendo livianamente y sentándose frente a él.

-          Me da gusto que vinieras Fury, quería agradecerte tu ayuda, ¡Pide lo que quieras! –dijo Alejandro que parecía muy contento.

 

-          Claro –alzo la mano y pidió una cerveza, mientras escuchaba en el fondo una música agradable- ¿Cómo fue todo?-

 

-          Lo aceptaron! Y si la campaña tiene éxito ¡Me ascenderán! –dijo alzando un poco la voz, con una expresión alegre en su rostro que cambia un poco sus facciones y lo hacía ver a un mejor.

 

-          Me da mucho gusto –le felicitó sonriendo, dispuesto a hacerlo sonreír mas seguido.

 

-          Por eso debíamos celebrar, espero el lugar no te moleste

 

-          No, para nada, he venido un par de veces

 

-          Bueno, yo pensaba que quizás prefirieras algo más movido como un antro, digo, después de todo te ves joven

 

-          Lo estoy, pero no creo que los antros que frecuento sean de tu agrado –dijo riendo un poco

 

-          Puede ser ¿Cuántos años tienes Fury? Si se puede saber

 

-          Claro, tengo 25 años

 

-          Vaya! En cierta manera lo imagine –dijo mientras ordenaba una jarra de cerveza, al darse cuenta que los dos habían ordenado lo mismo- yo tengo 31, supongo que soy el viejo

 

-          Para nada, es una buena edad –dijo Fury algo más suelto por el alcohol, mientras llegaba un grupo de tocaba algo más movido.

 

-          Eres muy amable, uno se imagina que la gente de tu tipo es muy arisca

 

-          ¿Siempre tienes que ser tan sincero? –preguntó Fury riendo un poco

 

-          Lo siento… a muchos les molesta eso

 

-          No importa, me agrada, aunque al principio me sorprendió un poco, lo admitiré

 

-          Pero sigues hablándome, quizás eres más tolerante de lo que aparentas

 

-          Lo soy, deberías conocer a mis chicos de la tienda, te aseguro que se necesita paciencia –dijo riendo un poco, mientras pedía otra jarra.

 

-          ¿Son molestos? –pregunto Alejandro recargándose en una mano observándolo

 

-          Un poco, pero eso es porque son muy diferentes, aunque ambos son muy buenos en su trabajo y la clientela los estima, yo también los estimo

 

-          Entonces eres buen jefe, que envidia

 

-          Eres muy amable, no es para tanto –dijo sirviéndose varias veces más en el tarro- ¿Qué dices tu de ti? Solo he hablado yo

 

-          Pues no es tan interesante tratándose de mí, trabajo en la parte creativa de Publimax, tengo 3 años en esa empresa, no hay equipo de trabajo, todo es muy individual y competitivo

 

-          Suena incomodo

 

-          Lo es, pero si me ascienden tendré gente a mi cargo y mejorará, todo es muy transitorio en una empresa

 

-          Me imagino –riendo un poco

 

-          Pero tu pareces un chico interesante, nunca creí venir con alguien como tu  a este lugar

 

-          Créeme que yo tampoco –“aunque me hubiera gustado” complementó en su mente, mirando como el otro también parecía más relajado- pero te sienta bien, te veo menos tenso

 

-          Eso es porque eres agradable, tenía mucho sin una conversación desinteresada –le halagó- deberíamos repetirlo y en ese momento espero no traer traje –dijo mientras las luces bajaban y ellos seguían bebiendo, las mejillas de Alejandro se pusieron rojas y Fury comenzó a hablar con él sueltamente, contándole de sus chicos, la tienda, incluso de Grecia, y escuchando la vida solitaria de su interlocutor, después, todo se tornó espeso y neblinoso.

 

Sintió la inconfundible sensación del sol pegando se lleno a sus ojos cerrados, de nuevo había olvidado cerrar la cortina, estiró la mano rumbo a jalar el cordón de esta pero no la encontró, entonces abrió los ojos perezosamente llevándose la mano a la cabeza por el dolor que tenia, resaca de nuevo, que novedad, pero lo que vio no fueron las paredes de ladrillo de su cuarto, si no unas paredes de tono azul pálido y muebles sobrios aluminados, ¿Dónde estaba? Se sorprendió un poco y trató de moverse pero le dolió la espalda, haciendo la mano hacia atrás y golpeando con algo, se giró con un quejido y su boca se abrió sorprendido y asustado: Era el rostro sereno de Alejandro al dormir. Se levantó casi de un salto, doliéndose y mirándose desnudo, girándose en la cama y mirando algo de sangre en las sabanas… ¡No podía ser!  ¿¡Se había acostado con él!?

Recogió su ropa y se vistió a toda prisa, colocándose las botas sin siquiera amarrarlas, atándolas como pudo y buscando la puerta, aunque al encontrarla y abrirla hizo ruido y Alejandro despertó

-          Ay, mi cabeza… -dijo este revolviéndose el cabello despeinado, que caía grácilmente entorno a su rostro, algo que no te dejaba adivinar que lo tenía tan largo al siempre estar peinado. Miró a Fury y su expresión, girándose luego a mirarse a sí mismo y entender la situación- Fury! – dijo con cierta alarma, pero el ojiverde solo echó a correr, sin siquiera pensar, encontrando la salida automáticamente, como si recordara como había entrado en el fondo de su memoria, quizás se viera como una chica al huir pero no le importó, siguió  corriendo hasta salir de lo que parecía el departamento de Alejandro, sin reparar en que le dolía se deslizó por la salida de emergencia y por las escaleras de incendios, bajando cuatro pisos y corriendo por una calle aledaña, no sabía lo que hacía, ni donde se encontraba, solo sabía que no quería enfrentar a Alejandro.

Finalmente se detuvo en un callejón, apretándose la cabeza y tratando de recordar, ¿Como había pasado eso? No era lo que quería… y no sabía cómo reaccionar, solo sabía que debía tratar de entender en donde se encontraba.

 

 

Notas finales:

Nekoreto de la semana:

Si 5 personas me dicen el nombre y el grupo de la cancion que es el tono en el celular de Fury, subo un capitulo especial de que paso en la borrachera (Con Lemmoncito incluido ^w^)

 

Vamos es facil, reviews por favor! aunque no se sepan la cancion ^^


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