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Coffee Break por Seiketo Nayset

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Notas del capitulo:

Punto de Vista: Takeru Ishida (Takaishi)

Bueno, este es el último capítulo de Coffee Break. Doy por terminada mi historia, pero dejaré algo escrito en las notas finales para cuando terminen de leerlo.

 

- ¡Zakary! ¡Llegarás tarde a la escuela! - Grité desde la cocina, esperando que llegara a comer algo. O a tragar. O a llevarse algo para ir comiendo por el camino. O lo que fuera a hacer, pero debía alimentarse.

 

- Aún tengo tiempo – Lo veo adormilado y con el uniforme desacomodado - ¿Me llevarás a la escuela? - Se sentó y mordió una tostada que tenía preparada para Daisuke.

 

- No te comas lo de Daisuke, acá tienes el tuyo – Le extiendo sus tostadas recién preparadas. Es un chico muy distraído cuando está con la modorra – Iremos con Dai a dejarte, me acompañará al control médico de Ren – Me siento en otra silla para acompañarle a desayunar.

 

Zakary también se ha vuelto adicto a los café que preparo. Aunque al de él le reduzco la cafeína y le agrego leche, además de nuestros dulces que son el ingrediente secreto. Sonrío al verlo comer en silencio y con calma.

 

Me parece mentira que desde la muerte de su madre, hace 3 meses, cambiara tanto. Estuvimos 3 meses acompañándole prácticamente día a día en el hospital. Luego, en la clínica, dado que los fondos que recolectaron fueron bastantes y suficientes para mantenerla en un lugar mejor y más cómodo. Sin darnos cuenta, nos encariñamos bastante con los dos pequeños. Daisuke se lleva muy bien con Zakary: Descubrieron que a ambos les apasiona el soccer, así que practican cada fin de semana su deporte. Yo, en cambio, parezco una verdadera madre preocupado del pequeño Ren.

 

Cuando falleció la señora Mikumi, ella misma había hablado con mi hermano para que nos entregara la custodia de los chicos. Y también habló con Zakary para que nos aceptara como su nueva familia. Al cabo de una semana, ambos fuimos llamados 'Papá' por él, lo cual nos hace cada vez quererlos más.

 

Y sentir que por fin tenemos lo que tanto Daisuke como yo queríamos.

 

- Takeru, Ren está llorando – Daisuke me saca de mis pensamientos y logro escuchar el llanto de mi pequeño bebé. Salgo de la cocina y voy a buscarlo a su habitación.

 

Gracias a Daisuke, nuestra casa fue ampliada en menos de un mes, agregándole una habitación para Zakary y otra para Ren, dándoles el espacio suficiente a ambos para tener su privacidad.

 

Logro calmar el llanto de Ren y lo visto para salir. Ya tengo todo listo cuando Zak aparece en la habitación y carga a su hermano. Yo tomo el bolso donde guardo todo lo necesario para un bebé de 6 meses.

 

- Papi – Zak me llama. De nuevo me pierdo en mis pensamientos – Papá nos espera en el auto, vamos – Se marchó con su hermano y yo le sigo detrás. Por suerte, yo ya estaba listo hace una hora.

 

Zak nos diferencia por Papi y Papá. Supongo que me gané el diminutivo por ser el más cariñoso, aunque no lo demuestro mucho. Me cuesta hacerlo, pero de a poco trato de cambiar eso. No siempre fui tan serio ni introvertido, aunque Daisuke siempre supo pasar por sobre esa faceta mía.

 

Subo de copiloto y Zakary acomoda en la silla para bebé a su hermano. Por suerte, Ren siempre ha sido un bebé muy calmado. No exige andar en brazos siempre, ni que le entretengan para no llorar. A veces pienso que tiene algún problema de autismo prematuro. Creo que le preguntaré a Joe cuando revise a mi bebé.

 

Zakary se mantiene el silencio durante todo el viaje, mirando por la ventana, con un audífono de su equipo portátil en la oreja izquierda. Le gustan las canciones de Yama y mi hermano le regala las canciones con el sonido de estudio, apenas termina de grabarlas. Supongo que debe ponerle feliz tener tal beneficio.

 

- Ya llegamos – Anunció Daisuke, deteniendo el automóvil cerca de la entrada principal a la escuela – Te acompaño a la entrada, Zak – Veo que se saca su cinturón de seguridad y se baja del automóvil. Como a mí no me gusta dejar solo a Ren, me bajo del vehículo para cambiarme a la parte trasera. Así, aprovecho de despedirme de Zaky.

 

- Cuídate mucho, Zak – Le digo y me agacho para darle un abrazo.

 

- Tú también, papi – Me dice, dándome un beso en la mejilla – En casa me cuentas cómo te fue con Ren – Me sonríe, como rara vez lo hace, y se marcha con Daisuke. Los veo marcharse y el movimiento de caderas de Daisuke me hace pensar más de alguna 'inmoralidad' que me quita el aliento.

 

Entro de nuevo al automóvil y me siento a un lado de Ren. Está jugando con una sonaja y la agita con fuerza. Yo tomo un peluche que hay por ahí y lo entretengo un rato. Daisuke llegó y da marcha a nuestro trayecto.

 

- Keru – Me habla. Yo me acomodo para ponerle atención – La maestra de Zakary quiere hablar con nosotros en la tarde. Dice que es importante – veo que apreta sus manos al volante.

 

- ¿Qué te adelantó? - Pregunto, ya que normalmente te gusta llegar con información a cualquier reunión que tienes.

 

- Es sobre... Nosotros – Suspira con fuerza – Zak está sufriendo acoso escolar de sus compañeros, por sus nuevos padres – Su rabia contenida es demasiada, lo noto por la presión que ejerce sobre el volante, sin despejar su mirada del camino – Quiere que cambiemos a Zak de instituto -

 

Terminas de hablar y yo mantengo silencio. Me entristece mucho que suceda eso, y más que Zakary sufra por nuestra culpa. Nuestra condición de padres del mismo sexo es altamente repulsiva en este país, aún cuando Tai y mi hermano llevan meses luchando contra eso, educando a las nuevas generaciones. Es algo que llevará años de trabajo y esfuerzo inquebrantables.

 

- ¿Qué opina Zaky? - Él es el mayor afectado. Se que Daisuke lo cambiaría esta misma mañana de escuela a la más costosa de la ciudad. Hikari es la directora de esa escuela y jamás permitiría que algo así sucediera. Tiene una capacidad para ser parvularia, profesora, consejera y relacionadora pública que me sorprende mucho.

 

- Según su profesora, él actúa indeferente. Dice que cuando le preguntaron, respondió “Yo amo a mis padres y lo que digan sobre ellos, es por envidia de sus propias familias” - Citó textual, esas son palabras de Zak, lo conozco - “Soy feliz con ellos. Cuidan de mí y de mi hermano. Lo que mis amigos y compañeros digan, no me importa – Completó, muy serio. Ya estábamos cerca de la clínica donde nos encontraríamos con Joe.

 

- Si Zakary está bien ahí y no nos lo había dicho es porque puede controlarlo – Tengo que velar por él, ver lo bueno y lo malo de todo. Pero no es normal que un niño de casi nueve años opine de esa manera, tan madura – Confiemos en él, Dai – Trato de calmar a Daisuke, sé que tienes coraje y ganas de golpear a esos niños que molestan a tu hijo – Si lo lastiman, yo mismo hablaré con Hikari para cambiarlo a su escuela – Sé que estoy decidiendo sin hablarlo con Zak, pero es mi tarea como padre.

 

- Si lo lastiman, me aseguraré de hacer muy miserables las vidas de esos niños, de sus familias y sus vecinos si los apoyan – Tu nivel de sobreprotección llega por las nubes. Y considerando que eres el asistente y mejor amigo de un magnate financiero, no me extrañaría que cumplieras lo que dices.

 

Llegamos a la consulta de Joe, una habitación de la clínica. Ren se comporta muy bien, valiente y sin llanto.

 

- Es un niño muy fuerte y sano. Se parece mucho a ustedes en ese sentido – Sonríe – Puedes vestirlo, Take-kun. Ya terminé su revisión – Se aleja con dirección a su escritrio, donde Daisuke espera en una silla para que termine la revisión médica – El bebé no presenta ningún problema. Simplemente es muy calmado y hasta maduro para su edad – Así que Joe también lo sospechó y por eso pidió hace algunos días que le hiciéramos exámenes varios a nuestro pequeño.

 

- Joe... - Mi querido novio parece que le preguntaré sobre Zak. Siempre ha sido un buen consejero – Tenemos un problema, con Zak – Le dices.

 

Y comentas todo lo que sucedió en la escuela, lo que te dijieron y lo que piensa nuestro Zaky. Joe nos escucha durante algunos minutos, sólo asintiendo, hasta que nos da su opinión.

 

- Normalmente, los padres siempre buscan lo mejor para sus hijos. Pero muchas veces olvidan y los dejan de lado por darles una mejor calidad de vida. Ustedes, gracias a Kami, no tienen a necesidad de olvidarlos. Ambos les dedican una buena cantidad de tiempo y cariño a Zak y Ren – Su punto de vista es bastante objetivo. Es cierto, con la cuenta bancaria de Daisuke y mis ingresos como autor de ya dos libros, no tenemos necesidad de trabajar muchas horas - ¿Han pensado que Zak quiere seguir sus pasos? ¿O quiere hacer lo que hacen sus tíos? - Se refiere a Taichi y a mi hermano. Ambos son sus tíos favoritos, y para ellos, Zak y Ren son sus soles – Si no les ha dicho, es porque aún tiene bajo control la situación. Déjenlo, y cuando vean que necesita de su ayuda, acérquense y aconséjenlo. Si van a decidir algo por él, asegúrense de que lo entienda – Finalizó, acomodando sus gafas. Su nivel de sinceridad es muy alto. Es casi su sello distintivo, como la amistad de Yama con todos sus amigos.

 

Nos despedimos de Joe luego de agredecerles su consejo. Ren tomaba su siesta de media mañana en mis brazos.

 

- Iremos a la reunión con la profesora, Dai – Yo empecé la conversación, motivado por las palabras de Joe, mientras llegábamos al estacionamiento de la clínica – Dejaremos que Zak nos cuente sus planes y lo que piensa. Se lo debemos -

 

- Espero confíe en nosotros para hacerlo, Take – No parece convencido, pero su trabajo es ser desconfiado y planificar todo en la empresa de Taichi. Es lógico su punto de vista.

 

Vamos con rumbo a casa. Daisuke pidió permiso para ausentarse durante media mañana y ya pronto se acabará ese tiempo. Suerte que Tai es muy comprensivo cuando se trata de Ren o de Zak, y más si se lo pido yo.

 

- Ya llegamos – Anunció mi Dai, bajándose del automóvil una vez apagó el motor, para ayudarme a bajar junto con un durmiente Ren. Abrió la puerta de la casa para yo poder dejar al bebé en su cama mientras él terminaba de bajar el bolso y algunos juguetes de Ren del vehículo – No me esperes para almorzar, tenemos reunión en el edifico principal. ¿Algún mensaje para Yama? - Desde que mi hermano se convirtió en el guardián de las inversiones, siempre va a esas aburridas y largas reuniones.

 

- Dile que nos visite más seguido o no le diré hermano nunca más – Sonrío, sabiendo que Yama se infartará cuando lo escuche. Y luego le volverá el alma al cuerpo cuando Daisuke le diga que sonreí al decirle. Y me querrá matar cuando reaccione.

 

- Te amo, cuídate – Me dio un beso en los labios, sabor chocolate manjar como los café que le gustan.

 

Cerró al puerta principal y la casa quedó en silencio. La mañana transcurre rápida, sin darme cuenta. El aseo de la casa y la comida de Ren pasaron como una verdadera rutina que disfruto. Aunque sea poco el tiempo que llevo con él como integrante de esta familia, lo siento como mi verdadero hijo.

 

Definitivamente, no me gusta almorzar solo. Menos mal Ren disfruta de su comida a mi lado, así que puedo olvidarme de ese detalle al cual le tengo un severo trauma.

 

El teléfono de la casa suena y me dispongo a contestar. Por suerte, hay uno en la cocina, que me queda cerca.

 

- Residencia Motomiya Ishida, habla Takeru – La costumbre de contestar formalmente me la apegó Daisuke.

 

- ¡Como me dejes de llamar hermano te devuelvo el apellido Takaishi! - Yama, siempre tan elocuente - ¿Ya almorzaste? -

 

- Si quisiera el apellido de mamá, ya lo hubiese cambiado, Yama – Suspiro, siguiéndole la broma – Estoy comiendo con Ren – Le cuento.

 

- ¿En serio? Que bueno, tengo hambre, así que ábreme la puerta y dame comida – Mis intuiciones de que debo hacer más comida nunca fallan.

 

- Era más sencillo tocar el timbre. Ya voy – Y cuelgo, con una sonrisa.

 

Me acerco a la puerta y abro. Efectivamente, mi hermano ya estaba afuera esperándome, sonriente y carismático como siempre. Lo invito a pasar y me abraza en señal de saludo.

 

- Ve a lavarte las manos, te serviré. Tenemos patatas con salsa y carne mechada – Le informo.

 

- Lo que cocinas siempre está sabroso, hermanito – Me acaricia el cabello, revolviéndomelo. Soy tan quisquilloso como él en cuanto a nuestro cabello, pero somos los únicos a los que dejamos tocar el pelo del otro, a excepción de nuestros novios.

 

Sirvo un plato para él y lo espero en la mesa, junto con Ren que está sobre su silla para bebés. Yama llega y se sienta, escucho su “Gracias por la comida” y devora lo que preparé. Creo que no desayunó este día.

 

- No te quiero echar de la casa, Yama – Comienzo a hablar – Pero, ¿Qué haces acá? -

 

- Daisuke se quedó con Taichi en la oficina – Me comenta una vez traga lo que tenía en la boca – Y como Ren no habla, supongo que mi compañía no es desagradable – Bebe un poco del zumo que le serví y sonríe, con sus radiantes dientes.

 

- No me engañas, Yama – arqueo una ceja - ¿Qué te dijo Dai? - Vuelvo a comer un trozo de mi carne, antes de que se enfriara mi almuerzo.

 

- Terminemos de comer y luego hablamos de eso – Siguió comiendo y la comida transcurrió en un relativo silencio, roto por la vocecita de Ren que balbuceaba algunas palabras.

 

Cuando terminamos, retiro los trastos sucios y los pongo sobre el fregadero. Tengo intenciones de escuchar a mi hermano primero, antes de lavarlos. Yama parece tener más información de la que aparenta, siempre es así.

 

Nos sentamos en los sofá de la casa, yo con Ren en brazos, para ayudarle a dormir. Su siesta de media tarde, debo admitir.

 

- ¿Zaky no les ha comentado nada, cierto? - La conversación la inició él, así que respondo con una negativa de izquierda a derecha con mi cabeza – Bueno, no es que desconfíe de ustedes, pero habló conmigo de lo que pasaba. Los problemas que tiene en la escuela son porque ustedes son poco discretos con su relación y sus amigos y compañeros creen que él seguirá los pasos de ustedes, o que intentará lo mismo con ellos. Tienen miedo, y los padres de los niños no los conocen a Daisuke y a tí, hermanito – Su explicación tiene lógica, pero carece de algo importante.

 

- Te entiendo, Yama. Pero no les hemos dado motivo a los padres para que hablen así de nosotros – Expongo mi punto, esperando que Yama me entienda.

 

- Oh, claro... El autor de dos novelas de contenido homoerótico me dice que no les has dado motivos para hacerlo – Su cara de obviedad me hace sentir estúpido. Olvido ese pequeño detalle de mi trabajo – Y Daisuke aparece junto a Taichi y a mí en prácticamente todas las conferencias de prensa, entrevistas y escritos de T Enterprise – Segundo golpe positivo, Yama. Vas ganando – Pero Zak quiere demostrarles a todos que ustedes no son malas personas. Mañana habrá un festival en la escuela de padres e hijos - ¿Cómo sabes eso? Yama, estoy empezando a detestar tu complicidad con mi hijo. Y también mi falta de preocupación por las actividades de la escuela de éste – No me mires así, Take. Lo sé porque me pidió ir con la banda. Y le pidió a Taichi si podía conseguir que algunos jugadores de soccer del país fueran – Eso es novedoso – Obviamente, Taichi consiguió llevar a todo el seleccionado nacional para mañana. Exageró, lo sé, pero es imposible negarnos a Zaky – Sus ojos brillaron y me asustaron, lo admito.

 

Me levanto del sofá para ir a dejar a Ren a su cama. Está profundamente dormido y me duelen los brazos de tanto sostenerlo. No tengo la misma rutina de ejercicios de Daisuke. Vuelvo al salón donde Yama me espera y me vuelvo a sentar en el sofá.

 

- Yama – Lo llamo - ¿Para qué me cuentas todo esto? -

 

- Porque eres el padre de Zak y de Ren -

 

- ¿Seguro? - Alzo mi vista para observarlo. Parece dudar de su respuesta – Tú pareces mejor padre que ellos. Estás más preocupado de lo que les pasa, incluso entiendes mejor a Zak de lo que yo o Daisuke podemos hacer – Cierro mis ojos, quiero evitar que se de cuenta de que se agolpan las lágrimas.

 

- Take, Zaky te adora. Si me lo pidió fue para que no te preocuparas... - Lo interrumpo en sus palabras, no quiero escucharlo más.

 

- ¿O porque tú eres su ídolo musical y Tai su ídolo del soccer? - Siento que mi voz es grave, profunda y ronca – Esta no es mi casa, es de Daisuke, así que no puedo echarte. Ni tengo el valor para pedirte que te vayas – Me levanto con tranquilidad del sofá y tomo un abrigo del perchero que hay cerca, junto con uno de mis sombreros anchos – Cuida de Ren – Me marcho, sin dejarle oportunidad para que me siga.

 

Vago por las calles un rato. Quiero despejar un poco mi mente. Siento que he sido un mal padre, una mala figura a seguir para Zak y un mero 'baby-sitter' de Ren. Toda esa imagen de familia que tengo de los cuatro no es más que una ilusión difusa que reemplaza mi rostro con el de Yama y el de Daisuke con el de Taichi.

 

Llego, sin darme cuenta, a un pequeño parque de juegos, con poca gente. Algunos niños juegan y yo busco un árbol que de un poco de sombra. El clima es extraño, hay sol, pero hace frío.

 

Zakary, desde la muerte de su madre, ha sido muy reservado. Al principio lo atribuí a su falta de confianza en nosotros y a su pérdida, pero luego fue dándose más como un niño alegre y conversador. Eso fue hasta que su voz se fue opacando y cada vez parecía más y más pensativo, hace poco menos de un mes.

 

Daisuke y yo nos preocupamos, pensando en que extrañaría a su madre. Aún así, nunca le preguntamos. Siempre le dimos el espacio suficiente para que pudiera pensar y le demostramos la disponibilidad que teníamos para escucharlo y darle los consejos que quisiera.

 

Recuerdo muchos momentos de risas y felicidad que pasamos juntos. Las primeras palabras incomprensibles de Ren, el primer partido de soccer de Zak al que asistimos con Daisuke. Las prácticas con Dai y mis horas de estudio con él en Lengua y Literatura, las asignaturas que más le costaban. Daisuke, con matemáticas y sociales.

 

Un ligero escalofrío pasaba con mi espalda, cuando todo eso se quebró como un cristal que cae sobre el suelo en mi mente. Y lloro, escondiedo mi cabeza en mis rodillas, abrazando mis piernas.

 

No tengo idea de cuanto tiempo ha pasado, pero ya anocheció. Nadie se percató de mis lágrimas, y en silencio agradezco eso. Tengo las piernas y los brazos entumecidos por no cambiar de posición en horas. Parece que me quedé dormido en esa posición. Me duelen los ojos. Libero a mis piernas de su encierro y estiro mis brazos para poder entrar en calor. Me pongo de pie y camino hacia el columpio del parque, a poca distancia de donde estaba. Ya no hay niños, ni padres, ni persona alguna. Me siento y me balanceo ligeramente, sintiendo el aire frío en mis mejillas, acrecentado por las lágrimas secas que tengo en mi cara.

 

- ¡Por fin te encuentro! -

 

Su voz me saca del trance que mantenía en algún punto de miz zapatos. Zakary estaba agitado, parecía haber corrido por horas alguna especie de maratón, y se acercaba a mí. Me abrazó con mucha fuerza y lo sentí sollozar.

 

- ¿Por qué lloras, Zaky? - No puedo evitar preocuparme. Lo tomo por la cintura y lo siento en mis piernas, para secarle las lágrimas – Anda, no llores – Trato de calmarlo, porque está muy agitado.

 

- Cuando no llegaste con papá a la reunión con mi maestra, me preocupé – Su voz, cargada de inocencia, era triste y nasal – Y cuando llegamos a casa y tío Yama nos dijo que te habías marchado después del almuerzo, salí a buscarte – Me miró con sus profundas orbes violetas, enrojecidas por su llanto. Sorbió su nariz.

 

Saqué un pañuelo del bolsillo de mi chaqueta y se lo regalé para que se limpiara la nariz.

 

- ¿Te preocupaste por mí? ¿Por qué? Yama estaba cuidando de Ren. Él puede hacerlo mejor que yo – Le acaricié el cabello. Siempre me ha gustado su color.

 

- Papá tuvo que quedarse con Ren. Con tío Yama no paró de llorar toda la tarde. O eso nos dijo – Se puso de pie y me extendió una mano – Vamos a casa – No puedo tomar su mano. Quiero hacerlo, pero mi cuerpo no reacciona.

 

- Zak... - Se lo que quiere, pero no me siento capaz de levantarme - ¿Te gusta estar con Yama? ¿O con Tai? - Le pregunto, tratando de que no descubra las intenciones tras mis preguntas.

 

- Claro, mis tíos son muy buenos conmigos – Siento un puñal clavarse en mi espalda, en mi corazón, en mi abdomen. En todo mi cuerpo - ¿Por qué? - Ladeó su cabeza ligeramente, sin comprender.

 

- Por nada – Me pongo de pie, y tomo su pequeña mano sobre la mía. Caminamos un rato, y él me guiaba por donde teníamos que ir. Yo no supe como llegué a ese parque, así que confié en Zak.

 

Por el camino pienso en la opción de dejar a Zak con mi hermano. Ren es pequeño, podría acostumbrarlo un poco con él, así no lloraría tanto cuando no esté yo cerca. Al principio le costará adaptarse, pero creo que serán mejores padres que yo. Zak y Ren estarán mejor con ellos.

 

- Papi, no llores – No me di cuenta cuando volví a llorar - ¿Es mi culpa? - Se detuvo, y me obligó a imitarlo – No quería ocultarte lo de la escuela, de verdad – Se disculpa y no puedo evitar sentirme una bestia por eso.

 

- Zaky, no es tu culpa – Me arodillo frente a él, para quedar a su altura – Yo no he sido un buen padre, por eso no me he dado cuenta de lo que pasaba – Seco mis lágrimas y trato de quitarle ese pensamiento de su cabeza - ¿No te gustaría estar con Yama? Él se preocupa más que yo de ustedes – Le digo, y me muerdo el labio por eso, temiendo su respuesta.

 

- ¡No! - Su exclamación firme y decidida me sorprende - ¡Lo siento, de verdad! ¡No quiero irme con nadie, no te volveré a ocultar nada, papi! - Me abrazó con fuerza y escondió su cabeza en mi hombro. Casi me hace caer, pero logré mantener el equilibrio – Perdí a mi mamá, mi verdadero papá nos abandonó... No quiero perderte a ti ni a papá – Su voz en mi oído me conmueve. Y el contenido de sus palabras, mucho más – Yo te quiero mucho, papi. Y Ren también te quiere mucho. Por favor, no nos dejes – Vuelve a sollozar y lo abrazo.

 

- No los dejaré, Zaky. Nunca – Le acaricio su cabello en la nuca y le sobo su espalda. Con algo de fuerza, lo levanto y lo cargo en mi pecho, pasando mis manos por sus rodillas.

 

Por suerte la casa ya está cerca. La diviso a una cuadra aproximadamente, cuando Yamato se acerca corriendo, en compañía de Taichi. Les hago una seña para que no griten. Zak se durmió abrazado a mi cuello. Los dos sonríen y me ayudan a entrar a la casa.

 

Dejo a mi pequeño en su cama y lo visto con su pijama. Le beso su frente y me susurra un “Te quiero, papi” y se voltea hacia la muralla. Una sonrisa escapa de mis labios y cierro la puerta de su habitación.

 

Me saco el abrigo y mi sombrero que los vuelvo a dejar en el perchero. Daisuke intentaba hacer dormir a Ren, pero éste parecía regañar. Estiro mis brazos para que me lo entregue. En menos de dos minutos, mi bebé duerme profundamente.

 

- Estuve más de una hora tratando de hacerlo dormir, Take – Me cometa Daisuke, visiblemente cansado.

 

Me encojo de hombros y llevo a Ren a su cama. Lo acuesto y repito la acción del beso en la frente y susurro un “buenas noches”, apenas audible. Vuelvo a ir al salón, donde Daisuke, Yama y Tai me esperaban.

 

Daisuke parecía enfadado. Lo sé, por su cara. Se aleja y lo veo acercarse al mueble principal, específicamente al cajón donde guarda los papeles importantes. Sacó un pesado escrito, y lo reconozco. Es la escritura de la casa.

 

- Nunca – Me dice, entregándome el escrito – Vuelvas a decir que esta no es tu casa – Termina su frase, sentándose, cruzado de brazos, sobre el sofá unipersonal del conjunto – Si quieres sacar a patadas a tu hermano de nuestra casa, hazlo – Me miró muy seriamente – Claro, si él se deja que lo patees – Sonrió, aligerando un poco su rostro.

 

Me sorprende al ver que, en la primera hoja, estaba escrito mi nombre junto al de él, como propietarios legales de la casa. Yama se acerca a mí y me abofetea, mientras leía las hojas frente a mí.

 

- Mikumi-san confió en tí y en Daisuke para que cuides a sus hijos – Me señaló con su dedo índice – Zakary te confió a tí y a Daisuke el amor que le tenía a su familia, y te entregó a Ren con todo su corazón. No vuelvas a dudar de ellos, Takeru Ishida – Rara vez se dirige a mí con nuestro apellido. Y con mi nombre completo también – Ahora, si quieres golpearme, hazlo – Bajó su acusador dedo.

 

Lo abofetié.

 

- Por no cuidar de Ren – Y lo volví a abofetear – Y por no decirme lo de Zak. Y agradece que no te abofeteo de nuevo, por abofetearme en mi casa – Y lo beso en ambas mejillas, donde los golpié – Gracias, Yama – Le sonrío.

 

- ¡Yo lo puedo abofetear por tí, Take! - Se ofrece Taichi, tratando de cambiar el ambiente del lugar, levantando se brazo derecho.

 

- Lo haces y te juro que dormirás en el balcón durante una semana, Taichi – Le amenazó mi hermano – Y le diré a todos que no te acojan en sus casas y que no te abran la puerta de ninguno de tus departamentos -

 

Taichi chilló de miedo, temiendo la furia de mi hermano. Puede ser muy cruel cuando se lo propone.

 

- Dormiré con Zak entonces – Lloriqueó Tai, bastante infantil.

 

- Entre todos nos cuidamos. No creas que dejaré que Yama te haga eso, Tai – Sonrío, y nos reimos.

 

Nos cuidaremos mutuamente, por el cariño que nos tenemos, por el amor que nos profesamos y provocamos. Porque somos una familia, y eso hay que conocerlo, declararlo, decidirlo, protegerlo y cuidarlo, como algo sagrado.

 

Notas finales:

Dato Curioso: Si se dan cuenta del último párrafo, en cursiva, están escritos los nombres de todos los capítulos de forma literaria. Le dan un mejor realce, a mi parecer, de toda la historia.

¡Muy bien! Lo anuncié al inicio y lo repito: Este es el final de Coffee Break. No obstante, estoy escribiendo un epílogo. Tengo tres posibles para esto:

 

  • Uno, que no me ha gustado, respecto a un "11 años después" cargado de dolor.
  • Otro posible epílogo, que estoy escribiendo y me gusta más, también con 11 años después de este capítulo.
  • La tercera opción que se me vino a la mente, es un "Noche de Alcohol". No tendrá mucho que ver con la historia, salvo los personajes y sus historias, pero sería una especie de Mix de Parejas con un ligero toque humorístico y picarezco.

 

Me inclinaré más por el segundo, que ya está casi terminado. En éste, incluiré a Takuya y los personajes de Digimon Frontier, que los olvidé por completo (Jeje, risas)

Nos leemos en otra historia, y en el epílogo que vendrá.

Atte.

Seiketo Nayset


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