CAPITULO 8.- EL HAZMERREÍR DEL SANTUARIO
Los días siguientes trató por todos los medios acercarse a él, pero claro el pequeño sin saber nada de lo que había ocurrido le había dicho a Aioros que por favor no quería que el Santo Dorado de Géminis se le acerque y su maestro había cumplido con gusto, así que no le quedó otra opción, Aioria…
El caballero dorado de Leo ingresaba al templo de Sagitario con un paquete en sus manos, Aioros no estaba y pudo hablar tranquilamente con Seiya, encontró al menor en un estado de tristeza tal que le ocasionó ternura, le intentó hacer conversación pero el menor mostraba un mutismo alarmante, así que solamente dejó el paquete en sus manos y se fue. Seiya fue a su cuarto y abrió el paquete encontrando un hermoso cuaderno con pastas de cuero y una carta.
Seiya:
Yo sé que no puedes entender todo lo que pasó, soy un imbecil y no supe reconocer el verdadero amor cuando lo tuve en frente y es más he tenido éxito en lastimar profundamente a la ÚNICA persona que he amado en toda mi vida, por favor te envío mi diario, es una cronología de todas mis conquistas y acciones, no mas secretos contigo, quiero que me conozcas realmente, te amo Seiya, tu amor me ha hecho ver las cosas de diferente manera.
Por favor dame otra oportunidad
Saga.
Seiya tomó el diario en sus manos y lo abrió, leyó toda la noche, este diario en verdad incluía todas sus conquistas, siendo las últimas Shun y el mismo, aunque podía ver el cambio de tono en su escritura, la mano de Aioros en todo, pudo ver el alma realmente del caballero dorado de Géminis.
Saga esperó hasta la madrugada en las afueras del templo de Sagitario, vio como casi al amanecer se apagaba la luz del cuarto de Seiya, esperó un rato más pero no vio salir a su niño, cuando ya despuntó el día se dirigió a su templo, apenas salió al camino vio salir del templo de Sagitario por la puerta principal a un completamente iracundo Aioria, el león estaba que echaba humo.
-- SAGA¡¡
-- Aioria
El León se acercó y lo tomó del brazo con violencia haciéndolo girar para enfrentarlo
-- Qué te pasa Aioria?
-- Qué te pasa a ti golpeando a mi hermano?
Aioros estaba en la puerta del templo con un ojo morado y poniendo su mejor cara de inocente, Saga se enfureció totalmente
-- No sabes en lo que te metes, esto no es asunto tuyo
-- Si es asunto mío
-- No sabes de lo que estás hablando
-- Ah si?
-- Si
-- Aioros me dijo que te culeaste a Shun? Es verdad? Habla alimaña es verdad?
-- Aioria no fue así como…
Pero Saga no pudo acabar de explicar, un certero golpe en el rostro le hizo caer, en ese momento Seiya salía también del templo y miró la pelea que casi en las escaleras se estaba dando, Aioros también veía la pelea cruzado de brazos con una sonrisa de satisfacción.
Aioria lo golpeaba sin piedad tomando en cuenta que Saga no llevaba su armadura y estuvo despierto toda la noche no estaba a su 100%, Seiya se acercó a la carrera a tratar de detenerlos, Aioria estaba en tal estado de furia que no se dio cuenta de que era Seiya el que intentaba interrumpir la pelea y le lanzó su relámpago de voltaje directamente al intruso, las ropas de Seiya se mancharon de sangre pero no era la suya, Saga estaba caído a sus pies, cubierto de heridas y respiraba con dificultad.
-- Sei… ya… Seiya…
-- Aquí estoy Saga - Seiya lo miraba con dolor arrodillándose a su lado, estaba tan herido
-- Te… amo… Seiya…
-- Yo también te amo Saga, también te amo
Saga tuvo que ser hospitalizado de emergencia y cayó en coma, Seiya estaba en el hospital todo lo que su tiempo libre permitía pero los doctores no daban muchas esperanzas.
Algunas semanas después Aioros se preparaba para la ceremonia de sucesión en donde sería nombrado el nuevo Patriarca, el consejo de los caballeros dorados había decidido, en base a las acciones de Saga que se le conocían, desconocerlo como caballero dorado y echarlo del santuario, Aioros estaba muy complacido, ahora la única persona que sabía la verdad de todo ya no estaría para molestarlo, y ni siquiera podría intentar volver para defenderse o contar su historia, ahora el arquero estaría a cargo.
Aioros salió de su cuarto y encontró a Seiya esperándolo.
-- Porqué no estás en el salón pequeño?
-- Maestro yo solo quería decirle en privado el privilegio que ha sido poder entrenar con Usted, lo mucho que he aprendido y que pues bueno yo comparto su felicidad, yo quería darle esto.
Seiya sacó un brazalete que claramente había sido hecha con sus manos que tenía un colgante, era la pequeña figura de un arquero
-- Dioses Seiya, es muy hermoso, tu la hiciste para mí?
-- Lo siento, me hubiera gustado regalarle algo mejor pero espero que no le moleste, yo mismo lo tallé.
-- Muchas gracias pequeño, ahora ve al templo principal, yo enseguida subiré.
Seiya subió las escaleras y se perdió de vista, Aioros miró el brazalete que Seiya le había puesto en su mano y lo arrancó sin miramientos, cielos el chico era un idiota. Se encaminó al templo principal para hacer su gran entrada, se abrieron las puertas y encontró a su Diosa, todos los caballeros dorados, de plata y de bronce que parecían absortos leyendo un fajo de hojas que cada uno sostenía, entre la multitud Shun se abrió paso y puso en sus manos con una sonrisa torcida el mismo atado de hojas que todos sostenían, lo abrió y reconoció la apretada caligrafía, con sorpresa ojeó y palideció, era una copia del diario de Saga, Aioros pasaba las hojas con avidez y encontró todo, TODO lo que juntos habían hecho hasta la última carta dirigida a Seiya…
Aioros levantó los ojos y vio como todos en el salón le dirigían frías miradas, Saori se puso de pie y con voz clara llena de dolor dijo
-- Aioros caballero dorado de Sagitario tienes algo que decir en tu defensa?
Aioros no pudo responder, estaba en shock, la Diosa continuó
-- A partir de este día te queda prohibida la entrada en este santuario, dejas tu rango de caballero, tienes dos horas para marcharte y no te atrevas a volver
La diosa hizo un movimiento con su báculo y la armadura dorada de Sagitario abandonó su cuerpo
***
Seiya llegaba al hospital y se encontró con la noticia que Saga estaba despierto, se acercó a él y tomó su mano, Saga estaba conectado a varios instrumentos y tenía puesta una mascarilla de oxígeno, intentó sacársela pero Seiya se lo impidió.
-- Yo creo que has dicho lo suficiente por algún tiempo, vengo a decirte que Saori, el Patriarca todos los caballeros dorados, de plata y de bronce han tenido una lectura entretenida esta mañana
Saga lo miró con sorpresa
-- Aioros ha dejado el santuario y hablé con Shion, tu puedes volver cuando te recuperes pero estarás bajo prueba por algún tiempo
Saga apretó su mano
-- Yo también te amo – dijo Seiya con una sonrisa