- Sesshoumaru?
- Eres tu?
- Ehh… Inuyasha… mi nombre es Inuyasha Oni…. Taisho *sonriendo*
- Vaya, es toda una sorpresa volvernos a ver Inuyasha
- Si, pensaba lo mismo
- Espera me levanto
Sesshoumaru se puso de pie para dejar que el peli-plata se sentase junto con la pequeña que traía en brazos; la niña estaba dormida pero igualmente podía detallar que tenía cierto parecido con Inuyasha.
- ¿Es tu hija?
- ¿Se nota tanto?
- Hhaha, sin dudas, no puedes negarla
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Naraku se encontraba desesperado, había ido hasta la casa de su hermano en busca de Inuyasha, pero cual fue su sorpresa al ver la habitación del peli-plata vacía, sin ropa, sin maletas… sin absolutamente nada. Palideció de inmediato… su esposo no podía marcharse… no sin antes haber hablado con el; agarro a Byakuya, quien se encontraba tras suyo y lo estrello contra la pared.
- Donde esta?
- Lo siento Naraku…
- Maldición… Byakuya… soy tu hermano… maldito desgraciado… dímelo *llorando*.
- Se fue Naraku… acéptalo
- Porque no lo retuviste?... esto es tu maldita culpa
- Primero que todo suéltame Naraku, y en segundo lugar, no tienes porque echarme la culpa de tus problemas… sabes perfectamente que esto es tu culpa y que tarde o temprano pasaría. Acaso creías que Inuyasha no se iría?... Crees que eres el dueño de todo el mundo y por eso puedes hacer lo que te plazca con ellos?. Pues estas muy equivocado estúpido hermano, porque la única persona que te amaba realmente, aun aguantando esta estúpida y ególatra personalidad tuya, la perdiste… tu mismo la dejaste marchar.
- Ayúdame Byakuya… ayúdame a recuperarlo… sin el y sin mi hija no soy nada.
- Lo siento Naraku, pero es tarde para arrepentimientos… el… el se fue de la ciudad. *mirándolo con tristeza*
Si se sentía devastado… ahora era un muerto en vida; su peli-plata… su amor y esposo se había marchado a otro lugar, a otra ciudad, y a otra vida donde el no aparecía. Se dejo caer al suelo, llorando como un niño sin consuelo… ahora era tarde… lo había perdido.
Renuncio a tu abandono,
En este mundo quedo solo sin tu amor...
Apunta pero no dispares. No, no no me desampares.
Lloro porque soy el culpable
Antes de iniciar el despegue, su hija había quedado profundamente dormida en sus brazos, la cubrió con una manta y la recostó contra su pecho, todo esto ante la atenta mirada ambarina.
- Necesitas que te ayude con algo Inuyasha?
- Eres muy amable Sesshoumaru, pero estoy bien *sonriéndole*
- Sabes, tu hija es hermosa
- Todos dicen que es igual a mí, casi una copia exacta. *sonriendo*
- Debe ser por eso que es tan bella *mirándolo fijamente*
- Gra…gracias *sonrojando*
Ninguno de los dos menciono palabra luego de eso, el peli-plata se sentía avergonzado ante la abrumadora y varonil presencia del albino. Las horas transcurrían en el ameno vuelo, sintió como su niña se removía para buscar una mejor posición, pero al mirar de reojo a Sesshoumaru, noto como este yacía dormido recostado en su hombro.
La misma canción y el verso, siempre me dices eso
Pero ya el daño está hecho.
- “ Con tan poco tiempo en conocerte y haces estragos en mi cuerpo… que clase de sujeto eres?” *mirando fijamente al albino*
Otra hora más transcurrió para que el vuelo cesara, en ese lapso de tiempo había detallado las facciones de su acompañante… tan masculino y atractivo a la vez; era simplemente embriagante perderse mirándolo. Cuando el avión aterrizo, despertó a su hija con sumo cuidado y luego al albino.
- Sesshoumaru…. Sesshoumaru… llegamos
- Ohh… Ya veo, discúlpame Inuyasha, ayer no pude dormir bien
- No te preocupes Sesshoumaru, mejor bajemos
- Si, te ayudo con esas maletas.
Iba a protestar pero el mayor tomo sus maletas para cargarlas, sin dudas, era un hombre demasiado caballeroso y eso… inconscientemente comenzaba a gustarle. Bajo del avión tomado de la mano de su hija mientras era seguido por su compañero infestado de maletas.
- Sesshoumaru, seguro que estas bien?... déjame te ayudo con algunas
- Estoy bien, solo deja descargo aquí las maletas… suena mi celular. *contestando* Kouga?... si… ya estoy en Kioto…tomare el taxi para el hotel… que?... como que no hiciste la reservación? Sabes como es de difícil encontrar hotel en esta fecha?... Ahh… olvídalo, buscare uno, espero no morir en mi búsqueda… jajajja… tonto… nos vemos hermano. *colgando la llamada*
Inuyasha había escuchado atento toda la platica, tal vez esta era la oportunidad para pagarle el favor a su nuevo amigo, así, saldarían cuentas y tal vez, su lazo crecería y se fortalecería.
- Sesshoumaru?
- Dime
- Bueno… escuche tu conversación y pues… sino tienes donde quedarte, porque no vienes a mi casa?
- A tu casa?... pero, no te incomodaría?
- Claro que no, además, es mi forma de pagarte el favor que me hiciste… aceptas?
- Sabes Inuyasha, eres una persona muy perseverante… aceptare encantado.
Ante la respuesta no puedo evitar sentirse feliz. Tomaron un taxi luego y se marcharon luego de guardar el equipaje en el maletero. Conversaban amenamente hasta que su celular vibro, mostrándole un mensaje de texto.
- Sesshoumaru, dame un momento
- No te preocupes Inu
Mensaje: Mi amor. Por favor perdóname. Te lo suplico
Se sorprendió al ver el mensaje, pero supo inmediatamente de quien se trataba… Pasaría un buen tiempo antes de que su esposo se rindiera…y eso le dolía… le dolía pensar que se había casado con un hombre ególatra, que tan solo pensaba en no ver afectado su orgullo.
Respuesta: Siempre me dices lo mismo. No puedo, me duele.
Mensaje: Te estoy hablando con sinceridad, por favor no me dejes.
Respuesta: Tú me rompes el corazón, todo el tiempo es igual
Mensaje: te amo, te amo. Por favor no te vayas.
Respuesta: Yo también te amo pero... pero no.
Apago su celular, tendría que cambiarlo para que Naraku no lo contactase más… si tan solo esa insistencia la hubiese mostrado en su matrimonio… podría ver las cosas desde otra perspectiva.
Su rostro se veía tan afligido, que Sesshoumaru lo noto de inmediato, preocupándose por su estado… descendieron del auto al llegar a la casa, acomodaron las pertenencias en cada una de las habitaciones; Izayoi después del arduo viaje había vuelto a quedarse dormida, dejando a los dos jóvenes sentados en la sala.
- Inuyasha?... sucede algo malo?
- No… yo… estoy bien
- Inuyasha, se que hace poco nos conocemos, pero si crees que yo puedo ayudarte en algo, no dudes en decírmelo *sujetándole el mentón*
- Sesshoumaru… yo… soy tan poca cosa *llorando*
- Shh… no digas eso Inuyasha, no llores *abrazándolo*
- Que me falto?... que no puede ofrecerle que lo busco en otros brazos?... le ofrecí mi amor… mi juventud… todo de mi durante seis años de matrimonio y lo único que recibo… fue una infidelidad frente a mis ojos.
- Tranquilízate Inuyasha, se que en este momento duele, pero mas le dolerá a el saber que dejo a una persona maravillosa como tu, solo por una estúpida aventura… porque esa persona, no estará con el en los malos momentos… porque al momento de verlo en problemas se ira y lo abandonara… tu no tienes porque sobrevalorarte; fue a el quien le falto compromiso y dedicación a su matrimonio… jamás pienses que eres poca cosa… Inuyasha
- Se… Sesshoumaru¡¡ *sorprendido*
- Estaré aquí para apoyarte, dispone de mí para lo que necesites.