Esa noche era demasiado calurosa, tanto que Yui despertó bastante sediento pero no se atrevía a abrir el refrigerador e busca de algo para beber.
-¿te desperté? Lo siento. –Dijo Shu quien leía
-no… solo me dio algo de sed.
-Hay jugo en el refrigerador, sírvete con confianza.
-Arigato.
El rubio abrió la botella y se sirvió en un vaso; le ofreció a su compañero quien aceptó gustoso.
-Hace calor hoy.
-Así es… Shu-sensei usted ya está acostumbrado al calor…
-¿nani?
-no!... no quise decir eso! Digo… como usted estuvo dando clases en un país caluroso.
-Ah! Si me tocó clases en pleno verano en Grecia, así que este calor no es tanto. Pero veo que a ti si te afecta.
-Sinceramente odio el calor.
-En mi caso es lo contrario, no me gusta el frio
-…¿qué lees Shu-sensei? –Dijo el rubio acercándose curioso.
-Nada en especial ; verás es un diario de vida que se dice perteneció a un famoso escultor.
-ya veo; bueno, volveré a la cama.
-Que descanses.
-Igual usted Shu-sensei.
-…Yui-sensei ¿puedo preguntarle algo?
-Claro.
-Cuando usted tenía su local en Paris; ¿no recuerda nada importante o especial de allá?
-… muchas cosas… tuve lindos recuerdos de Paris.
-Ya veo.
-¿por?
-No… nada… disculpa.
-Yui-sensei.
-¿Si?
-¿Mañana harás algo?
-…Tengo una clase a las nueve, luego a la una debo servir el almuerzo… creo que después nada más.
-Me gustaría que me acompañase; la verdad quiero conocer esta ciudad.
-Claro, como eh de negarme.
-Gracias.
En el otro cuarto el calor estaba encerrado y sofocante por la temperatura que ambos cuerpos pegados entre sí emitían.
-Kuro… ah! Es idea mía o hace calor? Ah!
-No es idea tuya…
-Demo… parece que con Kuropon a mi lado, el calor aumenta.
-¿Nani? ¿Quieres que me separe de ti acaso?
-nop… digo que hace calor; pero no importa si Kurosama está a mi lado o sobre mí.
-Idiota. –Tendió a sonreír.
-Kuro… beso.
-No tienes porque pedirlo.
Durante la mañana Kurogane fue el corcel de Fay a quien llevaba a la sala para que diese sus clases y luego él se iba a dar las propias; al terminar iba por el rubio y lo dejaba en su cuarto.
-Hayaku! Kurotan-sensei! Que tengo clases!
-Calla! Dios! ¿En qué pensé cuando me comprometí a traerte a tus clases?
-Kuropon, no te enojes… si yo te quiero.
-Tsk! ¿es la 202 no?
-Hai! … mira es Shu-sensei, ¡Shu-sensei!
El nuevo maestro divisa a sus colegas y le saluda.
-Buenos días Fay-sensei, Kurogane-sensei
-Shu-sensei, lamento lo de anoche, supongo que Yui no le molesto.
-Para nada Yui sensei fue de gran compañía; veo que su rodilla aun está mal.
-Hai! Tengo para varios días, por eso es que Kurotan-sensei me lleva a mis salones.
-tsk!. –regaña el moreno. –Tengo clases también. ¿no pueden hablar sentados?
-Gome ne Kurochan ya entremos, Shu-sensei, fue un gusto.
-Igualmente Fay-sensei y Kurogane-sensei.
En el casino.
-Yui-sensei; dejaré el pollo en el horno! Tengo que ir a clases.
-Hai! Suerte kimihiro-kun!
-Arigato.
Por la puerta entra Syaoron quien tenía bloque libre y suele ir a ayudar al maestro de cocina.
-Okaeri Syaoron-kun
-Yui-sensei.
-¿Dormiste bien?
-Hai!
-¿Qué es eso?
-Es mi croquera; el maestro de artes nos dejó tarea, dibujar los lugares donde nos gusta estar y para mi es el gimnasio y el casino.
-El gimnasio estaba ocupado ¿no?
-Hai!
-… Ahora que recuerdo; en Paris había un chico que estudiaba arte y que siempre iba a jugar al restaurant donde yo trabajaba… no recuerdo su nombre ni su rostro peo… por algún motivo me gustaba que fuese a mi local.
-de seguro iba todos los días.
-… Todos los viernes pero luego me trasladé a Italia y otros sitios; cuando volví a Paris, el ya no iba.
-Yui-sensei , debió estar triste.
-Un poco… si tan solo recordase su nombre o su rostro
-Estoy seguro que algún día se encontrarán YUi-sensei.
-Hai!
Llegó la tarde.
Luego de visitar varios lugares Shu decidió invitar a Yui a beber algo de jugo.
-En serio Yui-sensei no se cómo agradecerte
-No se preocupe Shu-sensei
-Ya se! ¿A dónde quieres ir ahora?
-Etto… no suelo salir mucho tampoco ; gome
-Ya veo… pero debe haber algo que le guste.
-… a parte de cocinar… me gusta mucho tocar el piano.
-¿Te gustan los helados?
-Hai! Pero no tanto como a nii-san.
-…Apostaría a que es el de piña.
-¿Co…Como lo supo Shu-sensei?
-Digamos que instinto.
Mientras que en el instituto, el moreno mas que agotado se tendió a dormir en una colchoneta; hoy realmente fue agotador y ya no quería mas guerra; pero debía ir por Fay a la sala para llevarle a los dormitorios -<<yo y mi bocota, tsk!>>
Ya de regreso al instituto Shu quería decirle a Yui algo; pero cada vez que se animaba, algo le hacía arrepentirse.
-Shu-sensei.
-¿Si?
-Etto… noto que hay algo que quieres decirme, demo…
-No es nada Yui-sensei… en serio.
-Hai!
Ya era hora de despedirse y cada cual irse a sus respectivos dormitorios cuando ve a lo lejos a Fay y kurogane que también venían llegando.
-Yui!
-Nii-san!
-¿Qué tal el paseo con Shu-chan?
-¿Nani? –Dijo el ojirojo.
-Ajajaja Fay-sensei es muy animoso. –Dijo Shu.
-¿Nii-san no deberías estar en cama?
-Sep. Pero Kuropon se quedó dormido y olvidó ir por mi ates. :3
-Tsk! Ya, ya ,¡ya me disculpé! –Respondió el moreno –estoy cansado también!
-Nee, Shu-chan. ¿Te importaría dormir en mi cama hoy? Es que le haré un masaje a Kuro-tan.
-¿nani? –Dijo el moreno.
-Sip, llevas trasladándome todo el día y de seguro haz de tener muchos nudos en la espalda ¿ne?
-Por mí no hay problema Fay-sensei; guste usar mi cama como desee.
-Arigato. Shu-chan.
Esa noche fue muy fría. Fay durmió abrazado a Kurogane después de que le hiciese un buen masaje para que el de ojos rojos pudiese descansar bien . En el otro dormitorio Yui tenía frio, mientras el maestro de arte se decidió a abrir la estufa.
-Bien, ahora diremos adiós a este frio.
-Arigato Shu-sensei.
-No es nada. Ahora tratemos de dormir; ya que mañana hay que levantarse temprano.
Inesperadamente la estufa se apagó; Shu fue a revisarla y no quedaba gas. Su rubio compañero sonrió y le dijo que no importaba. El nuevo maestro se sintió mal por no ser de ayuda.
El frio era insoportable; claro que lo soportaba más que el apestoso calor; pero cuando caían estas heladas solía dormir con su gemelo que en ese momento no estaba. -<<nii-san>> -pensó mientras tiritaba de frio. En eso sintió una calidez sobre él; Shu había puesto sus frazadas en él para que aguantase mejor el frio.
-Shu-sensei
-Creo que lo necesitas más que yo.
-Demo… tú debes estar sintiendo mas frio aun; además dijiste que odiabas el frio
-no es nada, déjalo así y duerme Yui-sensei.
Sabia que lo que iba a hacer podía mal interpretarse ; pero tampoco dejaría a su compañero pasar frio por su culpa.
-no… no lo malinterprete… demo… podemos compartir la cama y frazadas.
-¿Eh? Pero no quiero incomodar.
-No es nada, cuando hace frio suelo dormir con nii-san.
Para Shu esto era un arma de doble filo; si seguía tan cerca se tentaría a actuar; pero si conseguía soportarlo podría olvidarse del frio por lo que se fue a acostar al lado del maestro de cocina.
Cada cual a un lado; Yui al rincón y Shu bien a la orilla; las tapas eran cortas.
-Shu-sensei…
-¿si?
-… nada.
Aun seguía invadiendo el frio; Yui no paraba de temblar; el frio era mucho -<<voy a matar a nii-san>> -quería dormir con su hermano abrazado. -<<Shu-sensei también debe tener frio; él es el invitado en mi cuarto y sin embargo quien se preocupó de que el otro no pasase frio fue él>> De repente el frio se fue y sintió una calidez a su alrededor. Era tan agradable que terminó durmiendo a gusto el resto de la noche.
Despertó en la mañana muy bien, sin frio. -<<que agradable>> -abrió los ojos y vio que Shu le tenía abrazado -<<¡¿nani?!>>. –se dijo a si mismo mientras estaba tan rojo como un tomate.
Quiso levantarse sin despertarlo pero algo le dejó cautivado; el rostro de su compañero lucía tranquilo; notó que poseía unas pestañas muy largas y lindas.
Sin querer se quedó contemplando su rostro y para cuando se percató estaba ojo nuevamente como un tomate.