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HAGAMOS CIERTA LA MENTIRA por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, en este capítulo Shiru regresa y lo revuelve todo, espero que les guste

CAPITULO 2.- EL DRAGÓN VUELVE


 


Una noche llegaban a casa Seiya y Hyoga, venían de la Universidad, cuando entraron a la casa encontraron a Shun en el salón, los estaba esperando pero tenía una expresión de preocupación única en su rostro.


 


- Hola amor, qué cara… Pasó algo? – dijo Hyoga abrazando al joven


- Hola patito – dijo Shun dándole un suave beso al rubio – llegó una carta


- Quién murió? – preguntó Seiya


- Pues… ay Seiya, es de Shiru – dijo Shun muy incómodo


- Y que dice? – preguntó el castaño fingiendo indiferencia, era raro que Shun comentara algo del Dragón, Seiya sabía que su peliverde amigo era el que mas hablaba con él pero prudentemente nunca le había comentado nada de sus conversaciones


- Que viene de visita con Shunrei, que no nos ha visto en casi un año y nos extraña


- Cuando viene? – preguntó Hyoga


- La próxima semana, el llega el Domingo y Shunrei el jueves que viene


- Y cuanto tiempo se queda? – volvió a preguntar el rubio


- No lo se, no dice – Shun miraba a Seiya con real preocupación, Seiya se había puesto pálido e intentaba disimular pero no podía, el castaño era transparente como un cristal


- Bien, bien, genial, no pongas esa cara Shun a mi no me importa, yo estoy bien, en serio, qué hay para cenar? – dijo Seiya dirigiéndose a la cocina


 


Pero nadie creyó la tranquilidad del Pegazo de esa noche que realmente por dentro  estaba que se moría, no había podido olvidar al Dragón, ni hablar de enamorarse de nuevo, ni siquiera se había dado una buena revolcada como decía Ikky que le hacía falta para sacar a Shiru de su sistema, y ahora su adorado tormento volvería y el era un desastre en dos pies, era como si después de un accidente todavía andaba con muletas, estaba vivo pero no estaba bien y Shiru lo vería, con un vistazo se daría cuenta, Rayos¡¡¡


 


Seiya se deprimió, dejó de comer y se la pasaba encerrado en su habitación de lo nervioso y preocupado que estaba, no quería ver a nadie ni salir, se quería morir otra vez aunque había prometido no volverlo a intentar, era Jueves en la noche, solamente faltaban tres días para que su adorado tormento llegara a ventilar su perfecta vida en su nariz.


 


Shun estaba en su cuarto sumamente preocupado por su castaño amigo y aunque el Cisne intentaba por todos los medios distraerlo no conseguía que su peliverde lo tomara en cuenta


 


- Shun, amor, concéntrate, estoy haciendo mi mejor esfuerzo y tu ni me miras – dijo Hyoga que estaba besando su cuello mientras estaban recostados en la cama pero Shun ni se movía


- Ah?, oh lo siento corazón pero estoy preocupado por Seiya


- El estará bien, ven acá – dijo Hyoga mientras el se recostaba en su espalda sentando a su niño en sus caderas atrayéndolo para besarlo, pero Shun no lo hizo, se quedó sentado sobre el Cisne pero estaba quieto y no se inclinó a besarlo


- Shun, vamos, aquí estoy – dijo el rubio empezando a impacientarse


- Lo siento – dijo el peliverde sentándose junto al Cisne que suspiró derrotado – es que me da pena, el pobre Seiya se está muriendo porque Shiru vuelve y no podemos hacer nada para ayudarlo, le he estado pensando todo el día y no se me ocurre nada


- Pero sentándote ahí no vas a conseguir nada – dijo Hyoga acariciando las caderas de Shun y subiendo su mano por su pecho, el Cisne se arrodilló en la cama y besaba los labios del peliverde intentando recostarlo y desabotonar su camisa


- No Hyoga, la verdad no estoy de ánimos


- Oh cielos¡ - dijo el Cisne acostándose a su lado tomando su mano y besándola – me gusta que seas tan dulce y leal con Seiya quien lo necesita, pero yo te necesito también, no me has dejado tocarte toda la semana, estoy que reviento Shun, ten pena de mi quieres?


Shun rió y besó a su novio que intentó incorporarse para profundizar el beso pero el peliverde puso una mano en su pecho recostándolo otra vez y separándolo


- No creo que a Seiya le vaya a gustar escucharnos hacer el amor cuando el está tan triste, qué clase de amigo eres?


- Uno muy caliente porque su novio no lo atiende – a Hyoga le faltó poco para hacer un puchero


- Contigo no hay como – dijo el peliverde con una sonrisa divertida


- Vamos, te compro un helado mañana


- Me estás intentando comprar? Y solo con un helado?, Haz caído muy bajo patito – dijo Shun con una sonrisa


- Está bien, un helado, una pizza, una hamburguesa, una caja de chocolates, la dulcería entera – con cada ofrecimiento Hyoga besaba a Shun en los labios y el solo reía, pero correspondía a sus besos y ya no se podía negar.


 


Se desnudaron con prisas e intentaron no hacer ruido mientras hacían el amor, pero Hyoga tubo que taparle la boca a su ruidoso peliverde un par de veces para que no solo Seiya no se de cuenta de lo que estaban haciendo sino para que no despierte al vecindario, cuando todo había acabado y los amantes estaban relajados en las sábanas y abrazados, Shun recostado de lado le estaba dando la espalda a Hyoga que besaba su blanco cuello pero se detuvo y dijo “Jay”


 


- Jay? – dijo Shun volteándose para ver a Hyoga que parecía tener la mirada perdida y sonreía con malicia


- Si, Jay, oh Shun… – dijo Hyoga mientras se levantaba y se ponía sus boxers


- De qué estas hablando rubito? – dijo Shun con franca curiosidad


- Tu dijiste que hubiera sido genial que Seiya estuviera de novio con alguien para que Shiru viera que estaba bien finalmente verdad?


- Si pero que tiene que… Ohhhh - dijo Shun comprendiendo lo que su novio decía


- Pero hoy es Jueves, cómo crees que vamos a convencer a Seiya que salga con Jay y aparenten felicidad absoluta para el Domingo


- Ese es el punto amor, ellos no van a salir, no realmente, solo van a pretender hacerlo


- No Hyoga, tu crees que Jay quiera?


- Le podemos pagar o convencer o algo


- No sé Hyoga, no sé lo que diga Seiya


- El aceptará, créeme hará lo que sea para salir bien librado de la visita de su ex, que dices?, se lo decimos?, podemos llamar a Jay mañana o verlo en la facultad, además Shiru lo conoce y sabe que estuvo interesado en Seiya antes, vamos conejito el plan es perfecto


Shun miraba a su novio mientras caminaba por el cuarto buscando su libreta de direcciones en donde tenía el número del mentado Jay y finalmente dijo:


- Tiene su mérito, ahora solo debemos convencer a Seiya y a Jay


 


La mañana siguiente se levantaron temprano y fueron a la universidad, luego de sus clases se encontraron con Seiya en el Campus para almorzar, Ikky también llegó inesperadamente y allí los chicos contaron su idea, a Seiya le pareció un poco complicado en especial ahora que el y Jay eran muy buenos amigos, el no se sentiría cómodo y estaba indeciso, dijo que tenía que pensarlo, si se decidía el mismo llamaría a Jay, tenían dos días más antes que Shiru llegara, eso les daba un poco de tiempo.


 


Esa tarde Seiya llegó temprano a casa, sus clases acabaron antes de lo pensado y no tenía ganas de nada, era Viernes en la tarde Shun y Hyoga iban a salir en la noche, Ikky lo había llamado para salir también pero no tenía ganas, fue a su habitación, tomó un baño, se puso su pijama, eran las 4 de la tarde pero no importaba, buscó en su armario una caja que había jurado que quemaría algún día, bueno hoy era ese día, bajó al salón y encendió la chimenea, fue a la cocina y trajo una botella de tequila y se acomodó frente a esa chimenea que había sido testiga de tantas cosas, pues ahora no sería la excepción, abrió la caja que contenía varias fotos y cartas, recuerdos de su relación con Shiru, y empezó a mirar las fotos con detenimiento antes de lanzarlas a las llamas, leyó otra vez las cartas y lloraba recordando los besos, caricias y momentos compartidos con ese idiota que se fue, tomó un par de tragos directamente de la botella del tequila que tenía y lloraba, Ikky entró a la casa y vio al castaño con la mirada perdida frente a la chimenea y sin miramientos se arrodilló junto a él y lo sacudió con fuerza, Seiya casi pierde el equilibrio y molesto le reclamó:


 


- Qué rayos te pasa?


- Seiya, lo siento, te vi y pensé… Shun el…


- El te contó como me encontró esa vez verdad? No te preocupes, prometí no volver a hacerlo recuerdas? – Seiya aún esta molesto por la sacudida pero la tristeza lo embargó nuevamente


- Lo siento, que estás tomando? – preguntó Ikky en un susurro


- Tequila – dijo simplemente el castaño


- Bueno sírveme un trago entonces


Seiya solo lo miró


- Si vas a beber, yo lo haré contigo


 


Tomaron un par de tragos más  y Seiya rompió en llanto otra vez, Ikky sentado a su lado le dio infinita ternura, pena y rabia ver a su amigo en ese estado, se sentó muy junto a el y lo abrazó, Seiya se dejó abrazar y lloró en el pecho del Fénix mientras este le acariciaba el cabello, Shun era el que regularmente hacía esto, Ikky nunca lo había hecho, Seiya lloró hasta que se quedó dormido, Ikky lo acomodó en el sillón y lo tapó con una manta, llevó la botella a la cocina y vio la cantidad de papeles que estaban regados por toda la sala y las fotos a medio quemar en la chimenea, avivó el fuego y recogió un poco, Seiya había dejado todo tirado.


 


El Fénix con santa paciencia fue juntando todo, vio las fotos que se habían salvado de la hoguera de la ahora rota pareja que en ese entonces sonreía y se abrazaba, cartas de amor que había escrito Seiya y Shiru seguramente se las había devuelto al castaño pensó Ikky, pero había una carta escrita por el Dragón fechada hace casi un año, era la única escrita por el y en ella se despedía del Pegazo de una manera muy cruel, le decía que no lo amaba, que nunca lo amó, que si estuvo con el fue para pasar el rato, que era muy bueno en la cama pero que eso era todo, que el quería tener una familia, hijos y un futuro, que su relación si se la podía llamar así era una atrocidad y el no iba a vivir su vida como Hyoga y Shun que estaban expuestos a muchas cosas, que el no soportaría las burlas y juicios de la gente, Ikky dobló la carta y la puso de vuelta en la caja que cerró y llevó al cuarto de Seiya, a lo que bajaba otra vez al salón el Fénix pensaba que en verdad no conocía para nada a su amigo Dragón, el siempre creyó que Shiru era el más lógico, calmado, juicioso y racional de los cinco y salirle al pobre Seiya con esta pila de babosadas, no podía entender como el castaño pudiera amarlo todavía, Seiya despertó dando un salto, estaba un poco desorientado pero al ver a Ikky en el sofá se tranquilizó.


 


- Quieres ver una película? – dijo el peliazul


- Está bien – dijo Seiya con desgano, era temprano todavía, mas o menos las 08 de la noche pero no tenía hambre así que ni se movió y solo se volvió a acomodar en el sillón haciéndole espacio a Ikky que prendió el televisor y puso la primera película que encontró y se sentó junto a Seiya que al poco rato volvió a llorar, Ikky lo volvió a abrazar y le dijo en voz baja acariciando su cabello


- Shiru no es el único hombre al que vas a amar, saldrás adelante, ya verás


- Voy a estar perfecto para el Domingo? – dijo el castaño entre sollozos


- No, pero si dejas de auto destruirte sobrevivirás la visita de la lagartija rastrera esa y talvez con el tiempo logres continuar con tu vida


Después de un rato en el que ninguno de los dos veía la película, Seiya se volvió a dormir en los brazos de Ikky que como estaba tapado con la manta y sostenía el cálido cuerpo del Pegazo se durmió también.


 


Era viernes en la noche, Shun y Hyoga volvían a casa y no era tan tarde, mas o menos las 11 de la noche, Hyoga estaba cansado y quería acostarse y traía a Shun que estaba haciendo pucheros, el había querido ir a un concierto tributo a su grupo favorito en un pequeño bar del centro pero Hyoga se había negado hasta la muerte y solo lo llevó a cenar y a dar una vuelta.


 


- Bonito no te estreses, solo estoy cansado, mañana haremos lo que tu quieras


- Lo prometes? Lo que yo quiera? – dijo Shun con malicia


- Me voy a arrepentir verdad? – suspiró Hyoga derrotado


- Ahora te atienes a las consecuencias rubito, porque mañana yo quiero ir a la feria, subirme a todos los juegos, comer algodón de azúcar y el resto de vainas que ahí venden y que ganes un pato de peluche para mi – dijo Shun con una sonrisa que a su novio le parecía de revancha


- Ay Shun, abusas de mi, lo sabes verdad? – dijo el rubio con una sonrisa besando suavemente esos carnosos labios de su peliverde


- Si, pero es por tu bien… Dios mío, Shiru – Shun soltó a Hyoga de un salto, luego de la sorpresa inicial sonrió a su amigo al que no veía en tanto tiempo


Shiru estaba parado en lo alto de las escaleras de la entrada de la casa y los miraba con una sonrisa divertida


- Hola chicos, ha pasado mucho tiempo, los extrañe – dijo el pelilargo amablemente


Shun y Hyoga lo abrazaron como saludo y Shun preguntó


- Hace rato que esperas?


- No, justo iba a tocar el timbre y los escuché


- Oh bueno, pero pasa debes estar cansado del viaje y Shunrei? – Shun sacó sus llaves y abría la puerta


- Ella viene en unos días, se quedó arreglando unas cosas


- Nos dará gusto verla – dijo Hyoga con una sonrisa


Shun abrió la puerta y entraron


- Los he extrañado mucho, me han hecho falta – dijo Shiru poniendo sus maletas en el suelo dentro de la casa


 


Hyoga notó la chimenea prendida y tomó del brazo a Shun llevando un dedo a sus labios indicando que hagan silencio, Shun lo miró confundido y Hyoga simplemente señaló el sillón del salón en donde Ikky y Seiya estaban profundamente dormidos, abrazados y tapados con una manta bajo la tenue luz de las llamas, Shiru al verlos sintió que se le fue el color del rostro de la sorpresa, Shun solo los miró y sonrió con malicia, el rubio señaló la cocina y los tres muchachos se dirigieron allá sin hacer ruido


 


- No iban a salir esos dos? – preguntó el rubio a su novio mientras abría el refrigerador


- Ikky dijo que saldrían, talvez Seiya no quiso? Aunque deberíamos robar su idea, eso de ver televisión frente a la chimenea me parece muy romántico


- En verdad se ven dulces juntos, no lo crees amor? – dijo Hyoga guiñando un ojo al peliverde que sonrió cómplice


- Es una faceta de mi nissan que no le conocía, té Shiru?


- Ah…?, Si, gracias Shun, y hace cuanto salen Seiya e Ikky? – preguntó el pelilargo aún sin salir totalmente de su sorpresa


- Un par de meses tal vez – dijo Hyoga como quien no quiere la cosa


- Me alegro por ellos – dijo Shiru pero Shun pudo notar algo de tristeza en su voz


 


Los tres chicos charlaron un poco mas de cómo estuvo el viaje, el clima de China, el clima de Tokio y otras cosas sin importancia mientras tomaban su te, al cabo de mas o menos 15 minutos salieron otra vez al hall para subir al segundo piso y vieron que el Fénix estaba despierto y de pie, se estiraba perezosamente mientras Seiya seguía dormido en el sillón, se sacudió un poco y con cuidado de no despertarlo tomó a Seiya en sus brazos y lo cargó, el castaño se movió un poco pero no se despertó mientras Ikky se dirigía a las escaleras y vio a los tres chicos parados en el Hall.


 


- Hola, no los vi – dijo Ikky notando a Shiru que estaba ahí y lo veía con una expresión extraña en su rostro, era dolor? – Shiru, no llegabas el domingo? – Ikky no pudo disimular su disgusto al verlo


- Hola Ikky, pude adelantar mi viaje unos días – Shiru se sorprendió del tono del Fénix, tan diferente al de sus otros dos amigos.


- Que bien – dijo simplemente Ikky dando la vuelta y empezando a subir las escaleras con Seiya en sus brazos, los otros chicos también subieron tras el Fénix que entró a la habitación de Seiya


- Shun podrías destender la cama? – dijo Ikky


- No deberías cambiarlo primero? – contestó el peliverde en un susurro


- No, trae su pijama puesta


Shun se adelantó e hizo lo que su nissan le pidió, Ikky acomodó con cuidado a Seiya en la cama y lo tapó, hizo señas a todos para que salieran del cuarto y el también salió cerrando la puerta tras de si


- Sabes Shiru tu habitación no está arreglada, yo creo que los sirvientes lo iban a hacer mañana, pero puedes dormir en la mía si quieres


- Gracias Ikky, pero donde vas a dormir tu?


- Yo no vivo aquí Shiru, tengo un departamento en el centro, pero pensándolo bien ya es tarde y no tengo ganas de irme, está empezando a llover, pero no te preocupes cuando duermo aquí lo hago con Seiya, solo voy a la cocina a comer algo, nos quedamos dormidos antes de cenar


- Deberías traerle algo a Seiya por si despierta – dijo Hyoga son una sonrisa


- Tienes razón – Ikky bajó las escaleras y se perdió en la oscuridad de la casa


- Bueno nosotros también deberíamos irnos, estoy cansado la verdad – dijo Hyoga frotando sus ojos y tomando a Shun de la mano


- Si, hasta mañana Shiru que duermas bien – dijo Shun mientras el rubio lo jalaba y lo metía a su habitación


 


Shiru se quedó parado solo en el pasillo, dejó sus maletas en la habitación de Ikky que como le había advertido el peliazul estaba casi vacía pero estaba limpia y arreglada, el Dragón se dirigió a su antigua habitación, encendió la luz y ese cuarto estaba tal como lo había dejado, un poco empolvado nada mas, se sentó en la cama y acarició el cobertor, esta habitación le traía tantos recuerdos de sus días felices con Seiya, pero ahora el Pegazo estaba con Ikky???, de entre todas las personas posibles su castaño estaba con Ikky??, no lo entendía y eso lo molestaba, en especial al notar el trato displicente que el Fénix tubo con el, talvez Seiya le contó de su relación??, por eso lo sostenía tan posesivamente, lo acostó y lo tapó sin dejar que nadie lo viera y los echó del cuarto.


 


El Dragón caminaba por el cuarto y un sentimiento de rabia e impotencia lo iba consumiendo, el ver a su Seiya dormido en los brazos de Ikky y como este lo cargaba a su habitación casi se le revienta el hígado de la impresión, pero no lo había visto muy bien, tenía el rostro escondido en el pecho del Fénix mientras lo cargaba y el Dragón ardía en deseos de verlo otra vez, así que mandó la prudencia al diablo y se escabulló dentro del cuarto de Seiya y prendió la lámpara de la esquina opuesta del cuarto lo que le daba a la habitación una tenue luz, Seiya se movió pero no se despertó, el joven tenía el sueño pesado (además del tequila que tomó y de todo lo que lloró), Shiru se acercó y le retiró un mechón de cabello de su frente y sonrió al verlo dormido, no supo cuanto tiempo se quedó como tonto mirándolo dormir hasta que sintió unos pasos afuera en el corredor y recordó que Ikky estaba por volver, el Dragón entró en pánico y no pudo hacer nada mejor que meterse en el armario.


 


Ikky entró a la habitación, tenía en sus manos un jugo de cartón y unas tostadas, vio la luz prendida y la puerta del armario un poco abierta, y pensó que Shiru debía estar adentro del cuarto o que ya había salido, pero estaba seguro de que había estado allí, dejó la cena de Seiya en la mesa de noche y regresó y cerró la puerta, si Shiru estaba en el armario como el lo suponía esperaba que le gustara el show que iba a poner.


 


Ikky se sacó los zapatos, la camiseta y el pantalón que estaba puesto quedando en boxer nada mas, destendió la cama pero no se acostó, Seiya estaba acostado de lado, Ikky lo volteó haciendo que quede recostado sobre su espalda, desabotonó la camisa de su pijama y se la quitó, luego le quitó los pantalones dejándolo en boxer también, Seiya se movió y hablaba entre sueños, Ikky lo acariciaba y sonreía mientras lo desnudaba pero el castaño no se despertó, el peliazul sacó la manta que lo cubría dejando solo las sábanas y se metió en la cama abrazándolo posesivamente, Seiya se volteó y abrazó a Ikky que besó sus cabellos y acariciaba su espalda, al poco tiempo cerró los ojos y aparentemente dormían, pero el Fénix sintió claramente que algún tiempo después, tal vez una media hora alguien salía del armario y de la habitación tratando de no hacer ruido.


 


Notas finales:

Gracias por leer y por sus comentarios, nos vemos pronto


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