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The True Murderous Intent por urumelii

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Notas del capitulo:

antes que nada ACLARACIONES

ok, primero se me fue un enoooooormeeee detalle XD 

en un capi pongo que Kai es yutaka uke y en el siguiente hablo de la fmailia Amano, ps me equivoque, si fue mi error u.u los dos se apellidan Amano, pero me deje llevar por el hecho de ue no uería que supieran que familia era y por eso lo puse asi, pero no, tora y kai son hermanos y los dos son Amano ok? yo mientras me paso a corregir el error XD 

otra aclaracion, el padre de Aoi necesito que lo recuerden!! en los primero capis se llama Eiji Shiroyama, y lo hice copletamente a proposito, estooy jugando mucho con los nombres pero lo hago consciente, mas adelante sabrán porue y no uiero preguntas o que crean que me equivoque XD 

ok creo que ya ._. 

nuevos personajes!!!! wiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

muahahaha disfrute demasiado escribiendo este capi n.n disfrutenlo!

Las mañanas ya se habían vuelto rutinarias en ese lugar, despertar, entrenar, desayunar, vagar, tal vez volver a entrenar, comer, volver a vagar, socializar, si se podía, cenar y dormir.  Ya habían caras conocidas y caras familiares, unos cuántos saludos de amistad y unos cuántos de respeto. A pesar de que ya había algunos peleadores descalificados del torneo, aun algunos permanecían por simple curiosidad. Sin mencionar a los que estaban únicamente como espectadores, gente que pagaba grandes cantidades de dinero para poder presenciar el torneo.

 

Kai se llevó un trozo de mango a la boca con un poco de recelo. Él, Aoi y Ruki estaban en ahora su mesa de siempre desayunando – no sabe tan mal – dijo una vez que hubo tragado el bocado.

 

-te lo dije, pero nunca me haces caso – apuntó Ruki con expresión aburrida.

 

-¿en que más no te hago caso? – preguntó el castaño oscuro con expresión ofendida.

 

Ruki sonrió de lado – te dije que ganarías la pelea – siguió comiendo.

 

-no me dijiste eso, me dijiste….

 

-ustedes dos comienzan a sonar como pareja casada – interrumpió Aoi mirándolos con cierta malicia. Ruki hizo el ademán de sacar su característica pistola pero decidió en el ultimo momento que no valía la pena hacer un escándalo, por sus jueguitos con el pelinegro – Kai – dijo mas serio, borrando la expresión de indignación del mencionado – tienes que enseñarme a hacer lo que tu haces – dijo completamente sincero.

 

Kai lo miró con asombro – no creo que mi técnica sea mejor que la tuya – contestó un poco incomodo.

 

-ciertamente es muy diferente, la verdad no podría decirte si es mejor o peor – agregó – sin embargo, pienso que combinada con mi técnica podría ser maravillosa – jugaba con su comida, como si estuviera hablando de cualquier otra cosa. Tal vez para que no le prestaran atención a su conversación.

 

Ruki abrió muchos los ojos -¿estás pensando en usarla con…? – no terminó la oración pues la expresión de Aoi lo hizo callar.

 

-no sería mala idea…

 

Kai negó con la cabeza – aun si accediera a enseñártela, no creo que pudieras aprenderla hasta el final del torneo y tampoco nada asegura que llegues hasta el final, claro que te la enseñaré pero debes entender que soy el ultimo de mi familia, no paso secretos así nada mas – se levantó – te la enseñaré después del torneo – sonrió como sólo él sabía hacerlo.

 

A Aoi no le gustó mucho la respuesta, pero también entendió a Kai, él haría lo mismo o incluso hubiera reaccionado mas receloso. Suspiró, por un momento creyó que se la enseñaría, si lograra combinar esa técnica con el uso de su espada….

 

-¿a dónde vas después de todo? – la pregunta de Ruki lo sacó de sus ensoñaciones.

-iré a dormitar un poco, la biblioteca es muy cómoda y nadie te molesta ahí – respondió Kai.

 

Aoi alzó una ceja - ¿aquí hay biblioteca? – se sorprendió de verdad.

 

El castaño oscuro lo miró feo - ¿ves a lo que me refiero? – estaba parado con la charola de platos vacíos frente a ellos.

 

Ruki se revolvió en su asiento – y ¿Por qué no vas a tu habitación? Digo debe ser mas cómoda –no pudo evitar el tono irónico en su voz.

 

-si, pero me siento como un flojo si me voy a mi cama – se alzó de hombros y sonrió.

 

El rubio iba a replicar, pero Aoi hizo un canturreo que sonó parecido a “tortolitos”. Kai giró los ojos y se alejó negando con la cabeza.

 

-¿y para cuando la boda? – se mofó el pelinegro una vez que Kai se perdió de vista. Su amigo le arrojó una fresa a falta de balas. Aoi no la esquivó debido a la carcajada que soltó al ver la cara de puchero del mercenario – ¡oye! Pude haber muerto si hubiera sido una bala – se quejó limpiándose lo que había quedado de la fruta de su playera.

 

Ruki hizo una mueca – no he oído de alguna muerte frutal, al menos que no haya sido causada por alguna alergia – arrugó la nariz.

 

El pelinegro alejó su charola - ¿sólo se están acostando y las preguntas son porque eres muy su amigo o hay algo más? – preguntó entre serio y verdaderamente curioso.

 

-no soy de la clase de persona que se relaciona muy fácil con las personas y menos forma vínculos con ellas – respondió con voz profunda – con Kai es fácil ¿no? – Aoi asintió – no creas que me volveré un sentimental ni nada por el estilo, pero me agrada estar con él, es delicioso en la cama – sonrió con orgullo – y ciertamente es un misterio que me atrae, no como contigo que eres un libro abierto – se burló – en fin, no voy a enamorarme ni ninguna de esas cursilerías patéticas, créeme ¿Qué? – se calló al mirar a Aoi, quien se había quedado en su mundo de repente.

 

-¿nunca te has enamorado? – preguntó recargado en su mejilla.

 

Ruki frunció el ceño, parecía no querer contestarle, sin embargo lo hizo  – una vez y te puedo asegurar que no lo vuelvo a hacer – dijo con sinceridad.

 

-yo antes creía que no te podías volver a enamorar – dijo mas para si mismo – ya sabes, que solo te puedes enamorar una vez y ya. Pero últimamente…

 

-Aoi ¿por qué carajo estamos tendiendo esta conversación? – Ruki en verdad parecía incomodo.

 

Haciendo caso omiso de la pregunta continuó – últimamente estoy sintiendo cosas por alguien, cosas que no creí volver a sentir – era la primera vez que hablaba al respecto, pero es que, aquel sentimiento que se estaba formando por Uruha lo estaba volviendo loco.

El rubio abrió los ojos - ¿Quién? – para él, Aoi sonaba como un completo desquiciado.

 

El pelinegro abrió la boca pero no alcanzó a contestar gracias a un escándalo que se formó detrás de ellos, logrando que todos en el comedor giraran su mirada hacia ese lugar.

 

Una chica, tétrica,  con un enorme vestido negro largo muy elaborado, un peinado y maquillaje bastante llamativo; sostenía un latigo el cual estaba enrollado alrededor del cuello de un hombre de cabello castaño y ojos azules, vestido muy elegantemente, considerablemente atractivo. El segundo había logrado poner su brazo para evitar que el latigo lo ahorcara, los dos estaban parados a mitad de comedor. El hombre sonreía pero la chica no mostraba ninguna emoción en el rostro.

 

-Vamos Mana, deja de ser tan obstinado, sabes que entré a este torneo por ti. No actúes como si no me conocieras – dijo el hombre. Aoi alzó una ceja, la chica del vestido, era chico….¿en serio?

 

No hubo respuesta.  Sin embargo el tal mana trató de reforzar el amarre del latigo.

 

-Gackt… - otro chico alto se acercó a ellos, lucía calmado pero serio, vestía como si estuviera en la playa, y gracias a la playera negra de tirantes que traía se notaban todos los tatuajes que tenía en el torso y espalda – Mana-sama ya te dijo que no quiere nada que ver contigo – lo dijo como advertencia – te recomiendo que dejes de hacer escenitas – chasqueó la lengua.

 

Mana soltó a Gackt y lo miró aun sin expresión en su cara, sin decir nada.

 

-venceré a quien tenga que vencer y me casaré contigo – le guiñó el ojo y salió del comedor sin mirar a nadie.

 

El chico con el enorme vestido se dejó caer sobre una de las sillas, suspirando o al menos eso fue lo que pensó Aoi, pues no emitió ningún sonido solo una expresión.

 

-eso hace el “amor” Aoi – le dijo Ruki detrás de él – hace que te comportes como un verdadero imbécil, ciertamente no se lo deseo a nadie, menos a ti amigo mio – le dio una palmada en la espalda.

 

-x-

 

Uruha estaba sentado sobre una de las mesas de la biblioteca con los pies arriba, recargado sobre una de sus manos y sosteniendo un libro con la otra. Leía entretenido, moviendo alegremente los pies mientras lo hacía.

 

-veo que ya te mueves mejor en el kimono – Reita se acercó a él quedando a su lado con una ceja alzada.

 

El castaño dejó a un lado el libro y recargó hacia atrás con las dos manos – es triste aceptarlo pero me estoy acostumbrando – torció la boca – y ¿a qué debo la visita del todopoderoso yo no leo ni un libro, Reita? – sonrió ligeramente.

 

Por su parte Reita se sentó junto a Uruha en la mesa y se alzó de hombros – estaba aburrido – contestó.

 

-vaya, eso sin duda me hace sentir feliz – dijo el castaño con notable sarcasmo.

 

Reita iba a añadir algo mas pero en ese momento Yutaka Amano pasó frente a él sin siquiera mirarlo, se dirigió de inmediato a uno de los sillones que habían hasta el fondo de la enorme habitación y se sentó sin ningún tipo de vergüenza. El rubio de la bandita siguió cada uno de sus movimientos – ahora regreso – le dijo a su protegido bajándose de la mesa.

 

Uruha alzó una ceja - ¿Quién es ese? – le preguntó antes de que pudiera irse.

 

-alguien que puede causarnos muchos problemas sino hago algo – contestó serio sin apartar la vista del castaño oscuro.

 

-¿si no haces algo? ¿es algún encargo de mi padre? – Parpadeó muchas veces temiendo lo peor – Rei…no puedes matar a nadie, te descalificaran y si lo hacen…- se mordió el labio.

 

Reita se volvió a mirar a Uruha – trato de mantener a tu padre vivo, ese es mi trabajo, no mataré a nadie, lo prometo – sonrió caminando hacia el recién llegado. “No mataré a nadie, aun”. El rubio se sentó junto a Yutaka, perdiéndose del campo visual de Uruha – hola – lo saludó como si nada – te vi pelear, tu técnica es asombrosa – dijo sinceramente.

 

Kai lo miró alzando una ceja – gracias – contestó con escepticismo – y ¿tu eres? – preguntó un poco molesto porque habían interrumpido su pequeña siesta.

 

-Reita – se presentó.

 

Supo de inmediato quien era por supuesto que había investigado acerca de todos los sirvientes, guardaespaldas y empleados de Yoshiki, obviamente con la esperanza de encontrar a su hermano. A quien no encontraba por su nombre, mas tarde se dio cuenta que nadie que trabajara para Yoshiki conservaba su nombre original, lo cual hacía la búsqueda mas difícil.

 

-mi técnica debió impresionarte demasiado si vienes a hablar conmigo, es decir, no sabía que Yoshiki dejara a sus lacayos hablar con los demás participantes – mencionó en un tono desafiante.

 

Reita se sorprendió por la audacia del chico frente a él – tu eres un caso especial – contestó respondiendo de cierta forma el desafio que encontró en la voz de Yutaka.

 

-¿ah si? No creo representar algún peligro para Yoshiki – sonrió de lado.

 

-no deberías subestimarte tanto, como dije tu técnica es asombrosa, digna de un Amano – fue su turno de sonreir. Kai se giró a verlo bruscamente – de una vez te digo, no causes problemas, no vas a encontrar a nadie aquí – advirtió.

 

Los ojos de Kai brillaron - ¿Por qué aseguras que estoy buscando a alguien? ¿Qué tal si sólo busco fama y reconocimiento? – preguntó tanteando el terreno.

 

Reita chasqueó la lengua al tiempo que se levantaba – es únicamente un comentario, te digo de una vez, si intentas buscarlo yo mismo será quien se encargue de que no llegues a una pelea mas en el torneo – le dijo de espaldas mientras se encaminaba.

 

-¿es una amenaza? – fuera de estar asustado Kai sonrió ampliamente.

 

El rubio se giró ligeramente a verlo y sonrió de lado – es un consejo – dijo y se fue.

 

Mas que estar enojado, asustado o intrigado, aquel gesto le pareció increíblemente sexy en el rubio. Sin embargo, se obligó a olvidar toda clase de pensamiento acerca del de la bandita. Ahora estaba seguro, Shinji estaba ahí.

 

-x-

 

Después de que Reita lo dejó solo, decidió salir de la biblioteca, no quería verse involucrado en ninguno de los asuntos de su padre, aunque tarde o temprano tenía ue acostumbrarse ¿no? Él era el heredero de toda esa inmensa fortuna y por supuesto de todo el imperio de la mafia que su padre poseía.

 

A decir verdad nunca había pensando en eso con anterioridad, todo acerca de esa vida le causaba repulsión, él solo quería una vida tranquila, lejos de su padre. Claro se había planteado mil escenarios posibles, en caso de que su padre muriera, pero era la primera vez que se planteaba aquella posibilidad, después de todo ¿Qué pasaría con él si Yoshiki moría?

 

Sus dudas lo llevaron a la oficina de su padre, era muy temprano para estar ahí, pero tampoco pensó que a su padre le molestara. Tocó tres veces antes de recibir alguna respuesta. Entró y encontró a su progenitor en su escritorio, hundido en un montón de papales, los cuales firmaba, leía, firmaba, algunos los tiraba y los demás los apilaba a su derecha.

 

-Uru – sonrió ampliamente al ver a su hijo, invitándolo a sentarse de una de las sillas del frente, cosa que el castaño hizo - ¿Qué te trae por aquí tan temprano? – no alzó la vista y siguió con los papeles.

 

Uruha se aclaró la garganta tratando de pensar la mejor forma de decir lo que tenía en mente – papá, ¿Confías en mi verdad? – preguntó un poco inseguro.

 

El mencionado alzó la vista – por supuesto que confío en ti, eres mi hijo – le contestó.

 

El castaño desvió la mirada hacia un lado – entonces, eso significa que confías en mi para ser tu sucesor ¿no? – preguntó aun con inseguridad.

 

-no entiendo de que me estás hablando Uruha – Yoshiki dejó por un momento los papeles y le prestó completa tención a su hijo.

 

El chico por su parte apretaba el kimono con fuerza, debido a los nervios – yo soy el heredero de todo esto ¿no es cierto? Cuando mueras yo seré el jefe – dijo rápidamente.

 

-por supuesto – contestó de inmediato, pero sin sonar realmente convincente.

 

Uruha entrecerró los ojos – entonces si algún día yo seré el jefe ¿Por qué no confías en mi para entrar al torneo? – quiso saber.

 

-ya hemos hablado de esto – giró los ojos.

 

-Papá, tarde o temprano descubrirán que soy hombre, por dios, si seré el jefe sabrán que tienes un hijo y no una hija ¿Qué se supone que deba hacer entonces? – cuestionó.

 

Yoshiki suspiró – deja de preocuparte por cosas que aun no pasan. Cuando llegue el momento se resolverán – trató de mantener la calma.

 

Pero el castaño no se sintió satisfecho con la respuesta – si descubren que soy hombre te descalificarán del torneo por no hacerme participar – dijo con cierta molestia – al final si descucbren que soy hombre…

 

-…para ese momento el torneo ya se habrá terminado – lo interrumpió – además te lo he dicho tus habilidades en batalla no son buenas Uruha, no quiero que algo te pase – le dijo calmadamente.

 

-como van a ser buenas si ni siquiera me dejas entrenar – le reclamó como niño chiquito.

 

Yoshiki volvió a los papeles – ya te dije que no puedes entrenar mientras dure el torneo, dijiste que estaba bien, no veo el problema – siguió firmando, mas calmado.

 

Uruha cruzó los brazos y se recargó bruscamente en el respaldo del la silla, ninguna de las respuestas de su padre tenía el menor sentido. No confiaba que fuera buen peleador pero le daría el mando de todo el imperio y el dinero. Lo disfrazaba de chica y después no le importaría que todos supieran que había engañado al torneo mas importante. Simplemente no era lógico.

 

Desvió la mirada aun con el berrinche en la cara, no dijeron nada por algunos minutos, en lo que el castaño trataba de reprimir su enojo. Repasó su mirada por la enorme oficina sin encontrarle nada nuevo, al menos hasta que sus ojos se posaron sobre una fotografía sobre el escritorio que no estaba ahí antes.

 

-Papá – volvió a llamar. Un pequeño gruñido fue lo que obtuvo como respuesta - ¿Quiénes son? – preguntó mirando la fotografía fijamente.

 

Eran un grupo de jóvenes, dentro de los cuales reconoció a su propio padre muchos años mas joven. Los demás no tenía ni idea de quienes eran, había dos mujeres una con el cabello negro largo, tan negro y profundo como el de Aoi. Sonreía mientras era abrazada por un chico de cabello de un rosa intenso y una expresión desafiante en el rostro. A lado de su padre había una chica rubia, claramente extranjera con mirada coqueta; estaba recargada en el hombro de un chic de cabello castaño que vestía elegantemente, su expresión y su manera de pararse eran sumamente sofisticadas, le recordaban a alguien pero no supo a quien. Había otros chicos, uno bajito de cabello castaño y expresión inocente, uno con lentes oscuros, a pesar de que estaban en un lugar techado; otro mas con el cabello rizado excesivamente largo y otro de cabello negro sin camisa de expresión muy seria.

 

Yoshiki sonrió con melancolía – ellos son los viejos amigos de tu padre – contestó nostálgicamente.

 

-¿en serio? – preguntó verdaderamente interesado – y ¿Dónde están? – parpadeó rápidamente.

 

Su padre suspiró – están todos muertos – contestó con pesar.

 

Uruha tragó saliva - ¿todos? – de pronto se sintió mal por el hombre frente a él, nunca había conocido amigos de su padre, fuera de aquellos con los ue hacía negocio, de los cuales dudaba realmente.

 

Yoshiki asintió – algunos murieron en el torneo – dijo irónicamente – otros poco después – tomó la fotografía para verla más de cerca - ¿sabes? Con ellos empezamos la moda de cambiarnos el nombre por un apodo, incluso dejando atrás el apellido. Estábamos en contra de todo eso de las técnicas familiares, queríamos cambiar eso, pero todos se quedaron el camino – suspiró – es por eso que tu técnica y la mía no son las mismas, quise dejar ese ideal vivo, aun si ellos ya no están – volvió a dejar la foto donde estaba – supongo que por el torneo me dio nostalgia y desempolvé la foto – sonrió con tristeza.

 

Uruha miró a su padre con atención, era la primera vez que lo veía de esa forma. Al parecer su padre había sido una persona muy distinta cuando era joven, se pregunto en qué punto se había vuelto la persona despreciable que era ahora.

 

-x-

 

Aoi se encontraba entrenando, tenía que distraerse, por alguna razón se sintió realmente afectado por las palabras que le había dicho Ruki ¿realmente estaría actuando como un imbécil? Él creía que no, es decir, Uruha sólo le gustaba, si, estaba comenzando a sentir cosas mas importantes por él, pero no por eso estaba distrayéndose de su verdadero objetivo, al contrario, lo había reforzado.

 

Practicó un giro con su espada quedando de frente hacia la puerta donde descubrió al dueño de sus pensamientos observándolo con una expresión sonrojada en el rostro.

 

-hola – lo saludó con hilo de voz.

 

Aoi sonrió – hola princesa, ¿quieres practicar un poco? – saludó.

 

Uruha entró y cerró la puerta tras él – no puedo, no tengo arma – se alzó de hombros avanzando hacia el pelinegro.

 

-te presto una espada – le dijo tendiéndole la que tenía en la mano.

Uruha lo miró con desprecio – ya te dije que esa cosa es mundana y corriente – escupió.

 

-y ya te dije que tu te quejas de todo – tomó su mano y le puso la espada - ¿alguna vez has usado una? – le preguntó con verdadero escepticismo.

 

El castaño asintió – hace mucho que no sostengo una – giró la muñeca tratando de darle una vuelta pero la espada cayó al suelo, provocando que frunciera el ceño – pesa muy poco – dijo al levantarla.

 

Aoi notó en ese milésima de segundo que el movimiento de muñeca había sido perfecto, pero efectivamente la espada era un arma muy ligera para el tipo de movimiento que el castaño había hecho. Se preguntó si de verdad el chico frente a él sabía pelear y no estaba alardeando y si, si sabía hacerlo qué clase de arma utilizaba.

 

-intenta esto – le dijo a Uruha haciendo un movimiento básico hacia delante. Uruha lo imitó perfectamente – bien – lo felicitó sonriendo, mientras el otro giraba los ojos fastidiado – ahora esto – hizo el mismo movimiento hacia delante pero le agregó un giro levantando la espada en al aire, dejándola caer en un golpe que nadie recibió.

 

Uruha volvió a hacer el primer movimiento sin ningún problema, pero al hacer el giro, el bendito kimono no lo dejó desplazarse de la forma adecuada, interrumpiendo el movimiento a la mitad – ash, esto es imposible – se quejó verdaderamente fastidiado.

 

El pelinegro se acercó – es culpa del kimono – se paró frente a Uruha sonriendo con suficiencia y en menos de dos segundo tomó la parte de abajo del kimono y lo rompió con brusquedad hasta que la tela quedó a la altura de sus muslos, rozando un poco esa area con las manos completamente a proposito – listo, ahora creo que te podrás mover mejor – se enderezó como si nada.

 

El castaño por su parte tenía la cara roja de vergüenza, ni siquiera había podido reaccionar ante la acción de Aoi, simplemente se quedó estatico sin recordar como hablar y peor fue al sentir ese delicado roce de la mano del pelinegro en su muslo interno.

 

-tienes unas hermosas piernas, deberías enseñarlas mas seguido – dijo Aoi divertido al ver la cara de Uruha.

 

Casi se desmaya – no digas esas cosas – dijo a duras penas – ahora ¿Qué voy a decir si me preguntan que le pasó al kimono? – se quejó.

 

-te inventarás algo – se alzó de hombros.

 

-eres imposible Shiroyama – entrecerró los ojos.

 

Lo tomó por la cintura – dirás irresistible – lo pegó a él – se supone que aquí es cuando me das un cachetada por el atrevimiento – le dijo.

 

Uruha bufó – creo que hoy nos podemos saltar todo el teatrito, ya pensaré en que decir por mi kimono – sonrió y rodeó el cuello de Aoi con los brazos.

 

-saltarnos todo el teatrito, me gusta como suena eso – asintió. Juntado su frente con la de Uruha.

 

-pero sólo hoy – afirmó cerrando los ojos y dejándose llevar por los labios de Aoi que se acercaban a los suyos.

Notas finales:

les gusto?

que les parecio el encuentro de rei y kai??? 

quieren que kai se quede con ruki??? XDDD 

reconocieron a los de la foto de yoshiki???? le daré un premio a quien los haya reconocido, o al menos a la mayoria!!

aoi y uruha adfdfasdfsdfsdfsdfsafsaf

lemon??

>.< 

siguiente actu fasta and beautiful ;D 

dejen rvw sii?? ;O;


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