CAPITULO II.- EL SEGUNDO TRIMESTRE
Una mañana después de su caminata Shun se sentó en el fresco pasto y se recostó en su árbol favorito del jardín, aunque se le dificultaba sentarse en el suelo (y lo peor era cuando se levantaba) pero le agradaba sobremanera sentir la fresca brisa, el aroma de las flores y la paz que sentía cuando se alejaba de todo y de todos por unos momentos, Ikky estaba en el jardín lo había estado esperando pero el menor no lo vio cuando se sentó y el Fénix se quedó totalmente inmóvil cuando el peliverde comenzó a hablarle a su pancita mientras la acariciaba con ternura.
- Ya quiero conocerte y tenerte entre mis brazos, ver si tienes mis ojos o los suyos, ver a quien te pareces mi pequeño, quiero conocerte, escuchar tus primeras palabras, presenciar tus primeros pasos, sentir tu suave piel, escuchar tu primera risa y tus primeras palabras, llevarte al parque y verte jugar con otros niños, no tienes una idea de lo amado que eres desde ya, serás bienvenido, tienes 4 tíos que te consentirán mucho, tu tío Hyoga te enseñará a nadar, a montar bicicleta, a caminar, tu tío Shiru te ayudará con tus clases, será muy paciente contigo, te ayudará a hablar correctamente, lo sé porque hasta ahora me corrige cosas a mi, tu tío Seiya jugará contigo a todo lo que tu quieras y nunca se cansará y tu tío Ikky que te cuidará y protegerá de todo y de todos, y estoy yo mi bebé que te amaré por sobre todas las cosas y no te olvides de tu papá que te adora, sabes, me dijo que no puede esperar a conocerte, el siente mucho el no poder estar con nosotros todo el tiempo pero hace lo que puede, si hubieras visto la cara que puso cuando sintió como te movías dentro de mi…, me hubiera gustado tener una cámara para tomarle una foto, estaba emocionadísimo, el nos ama mi bebé, nunca lo dudes y me asegura que pronto estaremos todos juntos
Shun suspiró y empezó a taratear una canción mientras acariciaba su vientre y no dijo nada mas por un largo tiempo, Ikky no lo podía creer, su hermanito se seguía viendo con el padre de su hijo, pero como??, entraba a la mansión en la noche y se escabullía al cuarto de Shun??, luego de un rato el joven intentaba levantarse pero se le dificultaba y se sorprendió cuando sintió que lo ayudaban
- Ikky, no te vi
- Que raro, yo venía caminando, te vi y cuando llego tu ya te vas, que mala cara has visto ototo?
- Ninguna, ya me iba, y no era por ti
- Ah bueno, como está mi sobrino hoy?
- Estamos bien, un poco cansados por la caminata, me quiero dar un baño
- Vamos, te acompaño hasta arriba
Esa noche Ikky esperó que todos durmieran y entró a la habitación de Shun que dormía profundamente, se sentó en la mecedora que estaba en el rincón, se acomodó y esperó… y esperó… y esperó, el amanecer llegó y del padre del niño ni el polvo, cansado y derrotado volvió a su cama
- Donde estabas? – preguntó el Cisne sin abrir los ojos
- Fui a ver si el padre del niño aparecía en el cuarto de Shun
- Cómo? – dijo Hyoga incorporándose un poco mientras el Fénix se desnudaba
- Ayer escuche cuando Shun le hablaba al bebé y le decía que su padre lo quería y que había puesto una cara de emoción cuando lo sintió moverse en su barriga
- Oh cielos¡¡, entonces ha estado aquí? – el Cisne estaba sorprendidísimo
- Aparentemente si, y yo fui a ver si lo encontraba pero no llegó nunca
- No lo entiendo, pero si es la habitación de junto, los tendríamos que haber escuchado aunque sea una vez verdad?
- Nada de esto tiene sentido patito, nada
- Ven amor
Ikky se acostó en la cama y se refugió en los brazos de su Cisne que lo recibieron gustosos y se durmió profundamente un rato después a consecuencia de la noche en vela que había pasado.
Shun se despertó en la mañana y se puso muy inquieto, que le habría pasado a su amor que no vino en toda la noche, era cierto que a veces no podía quedarse mucho rato pero siempre venía aunque sea solo por un beso y por las novedades del día, su semblante se ensombreció, tal vez pasó algo con su Señor, tal vez ya se descubrió todo, Dioses¡¡¡, que estaba pasando?, Shun intentó tranquilizarse y se levantó, fue al cuarto de baño y tomaba una ducha cuando la mampara de plástico se abrió, el joven dio un pequeño salto del susto pero al ver que era su amor el que lo miraba se lanzó a sus brazos con una sonrisa.
- Hay espacio para mi? – preguntó el mayor luego de besar dulcemente esos labios que lo enloquecían
- Claro que si, estaba preocupado, anoche no viniste – el joven hizo un puchero que hizo reír al mayor
- Si vine, pero no te pude despertar o entrar a tu cuarto la verdad porque tu hermano estuvo sentado en la mecedora toda la noche
- En serio?
- Si, hace un rato que se fue pero recién se durmió y pues como no puedo estar lejos de ti, vine
- Oh que dulce de tu parte amor… - Dijo Shun besándolo nuevamente, perdiéndose en esos labios que lograban maravillas en su piel
La pareja se besaba bajo el agua caliente y sus caricias recorrían sus cuerpos desnudos, el mayor volteó a Shun y besaba su espalda para luego enjabonarla y tallarla dándole un suave masaje derritiendo su tensión, aprovechando la posición lo abrazaba y acariciaba su abultado vientre y besaba su cuello, el joven sonreía y disfrutaba de todas estas sensaciones y se dejaba hacer sin protesta, el mayor lo volvió a voltear y buscó sus labios una vez mas, bajó por su cuello, su pecho, se arrodilló en la fría baldosa y tomó el erguido miembro del joven y lo llevó a su boca, Shun tuvo que apoyarse en la fría pared para no caerse, la experimentada lengua lo recorría entero y lo agasajaba mientras acariciaba sus piernas y su trasero, no tardó mucho el menor en alcanzar el clímax y se corrió en la boca de su amante que subió por su cuerpo devorándolo todo y sosteniéndolo con ternura hasta que llegó a sus labios y se unieron en un nuevo beso cargado de pasión, en ese momento escucharon como la puerta del cuarto de Shun se abría y alguien entraba, el joven puso su mano en la boca del mayor que solo sonreía hasta que escucharon decir
- Me vas a dejar sin agua caliente Shun, ya terminas? – era Seiya el que preguntaba
Shun cerró las llaves y gritó desde dentro – Ya terminé – Seiya salió de la habitación cerrando la puerta tras de si
- Claro que lo hiciste – dijo su amante sensualmente mordiendo su oreja
***
El tiempo pasaba inexorablemente y Shun estaba en su sexto mes de embarazo, no tenía mayores achaques ni molestias, solo decía que no dormía bien por su barriga y se despertaba varias veces en la noche, una de esas tardes estaba entretenido en un juego de video con Seiya y lo estaba destruyendo totalmente, el castaño era obvio que estaba más que distraído, no había duda.
- Qué te pasa eh? Estoy embarazado no enfermo, si me estás dejando ganar Seiya, te juro por lo Dioses que…
- No Shun es que…
- Qué?
En ese momento pasó Shiru hablando por teléfono y entró a la cocina, el castaño lo seguía con la mirada y el peliverde entendió el motivo de la distracción de su amigo
- Así que tu y Shiru… y yo que pensé que el único de los secretos en esta casa era yo – bromeó el peliverde
- No Shun – dijo el castaño sonrojándose y suspirando vencido – el ni me mira, pero yo… lo amo
- Ay Seiya, llorando en los rincones no vas a conseguir nada, tienes que lanzarte al agua a ver que pasa, mila lo peor que te puede decir es no, tienes que dejar de suspirar de lejos esperando que Shiru se de cuenta, se osado amigo, las cosas no pasan solas, tu tienes que hacer que pasen
- Eso hiciste tu?
Shun se sonrojó pero dijo con picardía – Si la verdad si
- Dioses, que hiciste? – el castaño estaba emocionado y la verdad interesado
- No voy a hablar del papá de mi bebé
- No te estoy pidiendo ni su nombre ni su dirección, solo quiero saber que hiciste, dale cuéntame
- Bueno, yo… lo había visto antes… lo conocía de antes… pero nos volvimos a ver hace…
- 6 meses – dijo el castaño señalando su vientre
- No, como 10 meses mas o menos, cielos ya va a ser un año, increíble, tu sabes como va la cosa, hubo un coqueteo, una que otra sonrisa y el no se decidía, yo sabía que le gustaba pero el no se animaba así que lo busqué una tarde, me decidí, lo acorralé y sin mayores rodeos lo besé – Shun suspiró – el me besó y en ese momento y mi destino quedó sellado, quedé hipnotizado en sus ojos, atado a sus besos, le entregué mi corazón, mi alma, todo de mi así como el me entregó todo de si
- Quién? – preguntó Shiru entrando en el salón
- El papá de mi bebé – Shun se encogió de hombros
- Aún lo vez? – preguntó Shiru
- No voy a hablar de él
- Porqué Shun? – preguntó Seiya
- Porque no puedo – dijo simplemente el joven
- Pero… - Seiya empezó a hablar pero Shun lo interrumpió
- Simplemente no puedo, por favor ya no me pregunten mas – dijo Shun un poco cansado de repetir lo mismo y se puso de pie pero cuando se incorporaba le vino un fuerte dolor y hubiera caído de no ser por Seiya y Shiru que lo sostuvieron y lo llevaron al sofá pero tenía una mueca de dolor en su rostro y respiraba superficialmente, Ikky llegaba a casa y se acercó asustado a su hermano que estaba pálido y respiraba con dificultad, Ikky tocó su frente y sintió sudor frío, no lo dudó mas y llamó a una ambulancia
En el hospital Shun fue ingresado por emergencia, los 4 muchachos estaban caminando en la sala de espera muy nerviosos, hasta que el Doctor salió y fue asediado por las preguntas de los desesperados chicos
- Tranquilos, tranquilos, Shun está bien y el bebé también
- Qué pasó doctor? – dijo Ikky en medio de la desesperación
- Bueno no fueron contracciones pero las caderas de Shun se están abriendo para alojar a la criatura que está creciendo a buen ritmo, nada de que preocuparse, aunque puede ser doloroso, por eso debe caminar y hacer yoga para facilitar el proceso, su peso está bien pero no debe subir mucho así que sin dulces por favor, ya todo pasó, le receté una medicación natural y unos parches para el dolor, hicieron bien al traerlo, está fuera de peligro pero me gustaría que se quede la noche para observación.
- Claro Doctor, yo me quedaré con el esta noche – Aseguró Ikky
- Podemos verlo? – pregunto Seiya
- Si, lo trasladamos a la habitación 301, por favor necesita descansar hoy, no lo atosiguen mucho
- Gracias doctor
Los cuatro muchachos entraron a la habitación de Shun, estaba casi sentado apoyado en varias almohadas, tenía algo en las manos que miraba embelezado
- Shun? – Ikky dijo bajito
- Nissan mira – Shun puso en sus manos la captura del ultrasonido que le acababan de hacer y emocionado continuó – pude oír su latido del corazón, mira esa es su cabeza, sus piernas y brazos
Ikky veía la foto con emoción y abrazó a su hermanito
- Es fantástico Shun, es perfecto – A Ikky casi se le va una lágrima
- Es un niño – sonrió feliz el peliverde
- En serio? – preguntó Shiru
- El médico me preguntó si quería saberlo y le dije que si y me lo dijo, es un niño, es la primera vez que se deja ver en el ultrasonido, oh nissan estoy tan feliz
- Si pequeño, yo también
Shun pasó la noche en el hospital con Ikky a su lado, al ver a su niño dormido junto a él le dio profunda ternura y pena, un bebé venía en camino y Shun era tan joven… el Fénix suspiraba con dolor, pero no importa, todos ellos ayudarían con la criatura, solamente le mortificaba el hecho de no saber quien era el padre y el peliverde se mostraba totalmente hermético al respecto, al día siguiente le dieron de alta con todas las recomendaciones que habían discutido el día anterior, esa noche Shun dormía en su cuarto cuando su amor se materializó allí, estaba un poco preocupado porque ayer no lo había podido ver, Ikky y su peliverde no estaban en casa, los rastreó hasta el hospital pero no se atrevió a entrar, si no los encontraba hoy si lo haría pero sus miedos se esfumaron al ver a su pequeño amor dormido tranquilamente.
Shun estaba acostado de lado con una pequeña almohada bajo su barriga, el mayor lo miró y su corazón latió con fuerza, amaba a ese joven peliverde, se llenó de amor pero de deseo también, observó y analizó los cambios que su joven amante había sufrido y le pareció que la madre naturaleza era sabia, Shun tenía una luminosidad en su piel sumamente bella y sensual, sus caderas se estaban ensanchando para alojar de mejor manera a su hijo lo que le daba a su trasero una forma total y absolutamente provocativa, su vientre se abultaba y daba la impresión como de frutas maduras listas para morder, todo en el peliverde le parecía que era como un imán y lo atraía, el mayor se desnudó y se metió en la cama abrasando a su niño bajo las sábanas, Shun despertó entre los poderosos brazos que conocía tan bien y volteó su hermoso rostro con una sonrisa y el mayor buscó sus labios, con la ayuda de este Shun se volteó para abrasar al hombre que amaba, mientras se besaban el mayor acariciaba su cabello y su espalda y Shun suspiraba entre besos
- Te sientes mejor? Qué dijo el médico?
- Que no es nada de preocupación, que es normal lo que me pasó, me mandó a caminar y Seiya se ofreció para hacer yoga conmigo
- Osea te mandó ejercicio
- Básicamente si, pero estoy bien, no te preocupes, y vas a tener un niño
- Niño??, Oh Shun, es magnífico, solo espero que sea sano y se parezca a ti, que tenga tus hermosos ojos y tu bella piel
- No, yo quiero que se parezca a ti
- Me hubiera gustado acompañarte
- Me hubiera gustado que estuvieras conmigo
- Esta situación me está matando pequeño, te amo y quiero estar contigo siempre
- Yo también, pero no hay nada que podamos hacer
Shun abrazó a su hombre mientras este le acariciaba la espalda y sintió que en su parte baja tenía una especie de parche
- Y esto?
- Ah, me duele la espalda y ese parche ayuda, Shiru me lo puso hoy, es de no se que cosa que es natural
- No te gustaría un masaje? – dijo el mayor mirándolo con ansias
- Me encantaría – dijo Shun con una sonrisa
Shun se acomodó de lado con la almohadita bajo su vientre mientras el mayor buscaba una crema o algo en el baño, volvió con una loción corporal de vainilla, con sus expertas manos el mayor masajeó todo el cuerpo del joven logrando que cualquier tensión que haya tenido desapareciera, trabajó sus pies, sus piernas, sus brazos, de manera especial su espalda y hombros, continuó por su pecho y acariciaba con suavidad en movimientos circulares su vientre que besaba con adoración, cuando terminó el masaje se acomodó junto a su niño y lo besaba en los labios, Shun dijo en un susurro
- Hazme el amor
- Qué dijo el médico?
- Que tengo que hacer ejercicio y hacer el amor es muy aeróbico
- No quiero lastimarte
- Me lastimarás si me dejas así, te necesito dentro, yo creo que es cuestión de las hormonas pero te veo y se me hace agua la boca
- No tiene nada que ver con el amor verdad?
- No seas así, yo te amo, pero te deseo mas que nunca, por favor, tómame
El mayor solo sonrió y lo volvió a besar acomodándolo de lado y el a su espalda, pero la posición era incómoda para Shun, el joven tumbó boca arriba a su amante y buscó la penetración sentándose sobre el miembro erguido del mayor pero le dolía la espalda y no aguantó mucho, el mayor entonces lo acomodó en 4 en la cama y lo volvió a penetrar mientras lo sostenía de las caderas y besaba su espalda, Shun se movía acompasadamente a las embestidas propinadas por su amor que lo llenaban de placer mientras este lo sostenía con una mano y lo masturbaba con la otra haciéndolo terminar dentro de la ola mas grande de placer que había sentido en su vida, talvez sería producto de las hormonas pero Shun estaba siempre caliente y solo su hombre calmaba su fuego exitosamente, Shun se durmió exhausto pero feliz en sus brazos.
Seiya había seguido el consejo de su peliverde amigo y aunque torpemente se le había declarado a Shiru, este se sorprendió primero pero luego feliz lo besó y ahora eran pareja, Shun cumplía las 35 semanas de gestación y según el estaba mas grande que un tanque pero el médico dijo que su peso era normal y el desarrollo del bebé también y ahora estaba tratando de decidirse por un nombre para su hijito pero ninguno le convencía todavía, las noches casi no podía dormir y caminaba siempre por su habitación, su espalda lo estaba matando literalmente, pero no importaba, faltaba poco, además en las noches el amor de su vida venía y todo lo demás desaparecía para el
Shun estaba parado junto al marco de la ventana, afuera llovía suavemente cuando sintió que el aire se perturbaba y se emocionó al ver a su hombre al pie de su cama, el mayor se acercó al joven, lo tomó en sus brazos y lo besó, acarició luego su pancita saludando a su hijo, pero de pronto se puso rígido, una mueca de dolor apareció en su rostro y cayó al suelo revolcándose de dolor, Shun no sabía que hacer, miró por el cuarto y vio con horror aparecer otra figura encapuchada, el peliverde ahogó un grito de sorpresa cuando el Dios de los muertos descubrió su rostro que tenía una expresión asesina