CAPITULO III.- EL PAPA DEL BEBE
Shun no sabía que hacer, miró por el cuarto y vio con horror aparecer otra figura encapuchada, el peliverde ahogó un grito de sorpresa cuando el Dios de los muertos descubrió su rostro que tenía una expresión asesina
- No por favor – suplicaba el joven
- SILENCIO – dijo el Dios del averno con su potente voz que estaba llena de coraje
Shun no se podía mover y vio impotente como Hades con sus poderes elevó casi hasta el techo al padre de su hijo y lo hacía retorcerse del dolor, era como si corrientes eléctricas atravesaran su cuerpo de manera muy dolorosa
- Te crees tan hábil para intentar engañarme? – Dijo el Dios en un susurro amenazador
- Mi… Señor… no…
- Creíste que te podías burlar de mi?
- No… por… favor…
- Tenías que cuidarlo, protegerlo, no hacerlo tu amante
- Mi… Señor… yo…
- Pagarás por esto Radamantys
Con un movimiento de su mano hizo aparecer un portal y el Dios de los muertos arrojó a su primer juez por él sin miramientos
- No por favor… te lo ruego… - Shun suplicaba
- Donde está? DONDE ESTA? – Hades estaba muy pero muy molesto, casi fúrico
- Qué cosa? – el joven estaba muerto de miedo
Sin mas el Dios empezó a revolver el cuarto del joven y este no hizo nada por detenerlo hasta que seguramente encontró lo que buscaba porque se volvió a verlo y tenía en sus manos una pequeña pirámide de cristal y se la enseñó al joven que solamente lo miró francamente asustado
- Sabes lo que es esto? – Hades se acercó al joven que instintivamente dio un paso hacia atrás
- No – Shun temblaba
Sin decir nada Hades lanzó la pirámide a la pared la que al estrellarse se hizo añicos y un leve rayo de luz escapó de ella
- Ten piedad, ten piedad por favor – Shun intentó acercarse pero Hades se alejó y no permitió que el joven lo tocara
- Tiene que pagar su ofensa – dijo el Dos con voz inexpresiva
Shun cayó de rodillas al suelo y suplicaba y suplicaba mientras lloraba pero el Dios del averno solo lo miró con desprecio y le dijo - Tendrás noticias mías – y con esto desapareció
Shun gritó e intentó tocarlo pero el Dios ya se había ido, Ikky despertó bruscamente al oír el grito desesperado de su hermano, entró a la habitación y lo vio de rodillas en el suelo suplicándole el viento: - No… por favor… ten piedad… por favor… por favor… no…
Ikky fue de inmediato junto a el pero el menor lloraba desesperado y se cubría el rostro con las manos, el Fénix intentaba que el joven se incorpore pero el menor no se podía mover, mas bien dicho no tenía la voluntad de moverse, con la ayuda de Hyoga lo pudieron llevar a la cama, Shun estaba en estado de shock, no reaccionaba, no hablaba, nada, solo a ratos sin explicación alguna rompía a llorar otra vez con tal desesperación que todos estaban sumamente preocupados que hubiera perdido la razón, logró dormirse casi al amanecer en los brazos de Ikky, mas o menos unas dos horas después despertó y al verlos a todos allí y su cuarto revuelto abrazó a su hermano y lloró con fuerza otra vez, por largo rato no hubo manera de tranquilizarlo hasta que Ikky lo sacudió y le dijo que le haría daño al bebé, ahí como que recién reaccionó el peliverde e intentaba respirar profundamente para calmarse, dejó de llorar e Ikky intentó hablar con él.
- Ototo que pasó?
- Ikky… Ikky, todo se vino abajo, todo se destruyó
- De que estás hablando?
- Hades…
- Qué tiene que ver el contigo? Dioses Shun, acaso el…
- No nissan, el no es el papá de mi bebé
- Entonces que pasa ototo, habla claro de una vez
- Lo va a matar, o peor…
- A quien?? Explícate Shun
- Radamantys, Radamantys es en papá de mi bebé
- Que??? Radamantys???
- No lo puedo creer – dijo Hyoga dejándose caer en la mecedora
- Cómo pasó? – preguntó Seiya desde la puerta
- Ikky… yo… me enamoré
- Cuándo lo volviste a ver?
- Un día yo estaba en la escuela y lo vi parado en medio del patio, yo me sorprendí pero el no hacía nada, solo me miraba, entonces me acerqué y el me llevó a un rincón apartado y me dijo que nadie mas podía verlo o sentir su presencia, que el Señor Hades lo había enviado a protegerme
- Protegerte? De que? – preguntó Ikky asustado
- No lo sé, el no lo sabía tampoco, solamente me dijo que esas eran sus ordenes, siempre se aparecía camino a la escuela apenas yo saliera de la casa, nos acompañaba todo el camino, lo veía en el patio y nos acompañaba camino a casa de vuelta y siempre estaba aquí dentro, luego de un par de semanas empezamos a conversar y pues congeniamos muy bien
- Pero porqué Hades te mandó un guardián – Preguntó Shiru y el peliverde solo se encogió de hombros
- Bueno y que pasó – Preguntó Hyoga
- Yo sabía que le gustaba pero el no se atrevía a decirme nada así que yo lo busqué y lo besé entregándole mi corazón, al poco tiempo me entregué a el y bueno pues…, pero ahora no importa, ya nada importa
- Cómo?
- Hades lo descubrió todo, estaba muy molesto y sorprendido y yo tengo miedo Ikky, tengo miedo
- Que le vaya a hacer algo a Radamantys?
- Si, o peor
- A mi me sorprende que no se haya dado cuenta antes – dijo Shiru – digo si envió a su juez a protegerte era lógico que de vez en cuando te observara no?
- Es que Radamantys me dio un cristal que hacía interferencia con todo
- Por eso nunca lo vimos ni lo escuchamos cuando estaba aquí contigo? – preguntó Ikky
- Ajá, pero Hades nos descubrió, no se como pero lo hizo
- Bueno es un Dios – dijo Seiya
- Y ahora se llevó a Radamantys y no se que es lo que va a hacer con él, yo lo amo Ikky, yo lo amo
Shun rompió a llorar otra vez y un perplejo Ikky lo abrazaba pero no lo podía creer, Radamantys, Radamantys???, cielos, de qué lo quería proteger Hades y por qué??, el Fénix no daba pie con bola. Algunos días pasaron y no tuvieron noticias del Inframundo, Shun estaba desesperado y quería bajar el mismo a hablar con Hades pero Ikky no lo permitió, en su avanzado estado no era prudente, esperarían a que naciera el bebé y lo hablarían con Atena, tal vez ella pudiera ayudarlos
Aproximadamente dos semanas después de que Hades se llevara a Radamantys el Dios del averno se apareció nuevamente en la habitación de Shun, esta vez el menor estaba dormido, Hades se acercó y retiró un mechón de cabello de su frente, notó su abultado vientre, el bebé nacería dentro de muy poco, puso su mano suavemente para sentirlo y el bebé se movió despertando a Shun que casi le da un infarto al ver tan cerca al Dios de los muertos que al darse cuenta que el joven había despertado retiró su mano de su vientre y se sentó en la cama, Shun intentó incorporarse pero Hades puso una mano en su hombro impidiéndoselo
- Te dije que tendrías noticia mías – dijo el Dios en un susurro
- Ten piedad te lo ruego – Shun sentía como lágrimas se formaban en sus ojos acercó su mano a la mano de Hades y la sintió helada, el Dios retiró su mano, se levantó y empezó a caminar por el cuarto
- He hablado mucho con Radamantys y ahora he venido a hablar contigo antes de tomar mi decisión final, dime tu lo amas?
- Si, yo lo amo, con todo mi corazón, lo amo
- Qué eres capaz de hacer por amor?
- Qué??
- Que serias capaz de hacer por el hombre que amas?
- Haré lo que tu quieras que haga, haré lo que sea pero por favor no me separes de él o de nuestro hijo
- Estarías dispuesto a renunciar a tu familia? A tu amigos? A la luz del sol? Para siempre?
- Si eso significa que estaremos juntos con nuestro hijo, Si, estoy dispuesto
- Estás dispuesto a renunciar a tu rango de caballero y al servicio de Atena y pasar a mi servicio como un espectro mas
- Si estoy dispuesto
- Toma en cuenta que serás considerado como el enemigo para todos los que amas, para tu hermano, tus amigos y que dado el caso de un nuevo enfrentamiento deberás combatir contra ellos y matarlos o morir
- Si, lo se
Hades sonrió y lo miró con pena
- Sabes por qué envié a mi mas poderoso juez a cuidarte?
- No, nunca me lo dijo
- No lo sabía, lo mandé a cuidarte porque yo te quería para mi, el hijo que esperas debería haber sido mío
- En verdad?
- Si, calculé mal al enviar a Radamantys, yo sabía la tentación que representas, el no lo pudo evitar y se enamoró de ti, yo no conté con que tu te enamorarías de él, debí venir yo mismo y raptarte aunque sea
- Lo siento, yo… no lo sabía
- Ahora ya es tarde no te parece?, ya no importa, tu amas a mi primer juez y estarías dispuesto a todo por él, sabes es gracioso, el está dispuesto a todo por ti, te ama por sobre su vida, pensé que te gustaría saberlo
- Y ahora que va a pasar? Qué vas a hacer con nosotros?
- Lo pensaré, ahora prepárate, el bebé ya viene en camino
Sin mas el Dios de los infiernos desapareció del cuarto del joven dejándolo muy inquieto, Shun intentó moverse pero un dolor muy fuerte le atravesó hasta el alma y lo dejó sin aire, cuando pasó un poco llamó de un grito a Ikky, era hora de ir al hospital
La cesárea de Shun salió bien, el y el bebé estaban en perfecto estado, por lo que tres días después fueron enviados a casa. Shun era muy joven y su recuperación fue rápida, se sentía muy bien físicamente, pero su alma se encogía cada vez que pensaba en su rubio que seguramente estaría padeciendo quien sabe que castigo de mano de Hades, solo su pequeño bebé le daba algo de alegría.
Mas o menos una semana después de que fuera enviado a casa el bebé dormía en su cunita y Shun aprovechó para bajar a tomar algo caliente, en la cocina estaban Shiru y Seiya muy acaramelados y felices, sonrieron al ver al muchacho que caminaba lentamente
- Y el angelito? – preguntó Seiya
- Duerme – Shun mostró el monitor del bebé en su mano
- Quieres algo? – preguntó Shiru
- Un té, tengo frío – dijo el peliverde acercándose a la estufa
- Yo te lo sirvo, siéntate – dijo Shiru, el peliverde se sentó en la mesita
Los chicos hablaban tranquilamente cuando escucharon que el bebé había despertado y se quejaba pero no lloraba aún, el orgulloso padre tomó el intercomunicador y sonrió, se levantaba lentamente para ir a ver a su angelito pero escuchó que alguien le shusheaba al bebé (shh shh) y el pequeñito se calmaba, Shun palideció, no había nadie mas en casa intentó correr pero no podía, Seiya y Shiru se le adelantaron y llegaron antes a la habitación del angustiado padre pero no pasaron del umbral de la puerta, Shun llegó todo agitado y sin miramientos los empujó, entró y su corazón latió con fuerza, ahí estaba el hombre que amaba sosteniendo en brazos a su bebé que estaba ahora despierto y apretaba con su manito el dedo de la blanca mano, el rubio juez alzó la mirada y vio la cara de sorpresa de su niño y sonrió, Shiru y Seiya se retiraron discretamente.
- Se parece a ti – dijo el rubio
- No, se parece a ti, tiene tus ojos y tu nariz – dijo el joven acercándose y depositando un suave beso en esos carnosos labios que tanta falta le hicieron estas últimas semanas, el mayor lo estrechó con su brazo libre, se separaron cuando el bebé se inquietó otra vez y se quejaba haciendo pucheros
- Creo que también tiene tu carácter – bromeó el joven
- Esperemos que no amor – bromeó Radamantys
- Qué pasó? Cuéntame – el peliverde no salía de su asombro
- Bueno desde hoy estoy cumpliendo el castigo de Hades – sonrió el rubio
- Como? Cual fue tu castigo?
- Bueno ahora soy un simple mortal enviado a la tierra, ya no soy espectro, ni juez, ni nada, ya no sirvo a Hades, me echó del Inframundo, y ahora soy humano, totalmente humano, libre y sin ataduras, bueno solo me quiero atar a ti la verdad
- Oh Rada – al joven se le llenaron los ojos de lágrimas y lo volvió a besar
- No se que le dijiste a Hades pero el bajó a los calabozos hoy en la mañana y me llevó al palacio de justicia, decidió mi castigo y lo ejecutó inmediatamente, antes de enviarme me dijo que te cuidara mucho a ti y a mi hijo
- Oliver, su nombre es Oliver
- Oliver… yo soy tu papá – dijo el rubio sonriéndole dulcemente a su bebé – es hermoso Shun, ustedes dos son lo mas importante que tengo en la vida, tu eres lo mejor que me ha pasado, me has hecho tan feliz pequeño, tan feliz, te amo
- Y yo a ti
La pareja se abrazó sosteniendo a su bebé que empezaba a reclamar un biberón, Shun lo tomó para alimentarlo, Radamantys los observaba emocionado, ahora era libre y podría formar una familia con el hombre que amaba y que le había dado un hijo, Hades era por sobre todo un Dios justo y le dio generosamente la oportunidad de ser feliz, siempre le estaría eternamente agradecido ahora que sabía que el Dios había estado interesado en su niño pero dejando pasar la furia inicial pensó en la felicidad del peliverde por sobre la suya propia.
Ikky llegó a casa con Hyoga y casi se cae de la impresión al oír las noticias, subió al segundo piso, la puerta del dormitorio de Shun estaba entre abierta, la abrió un poco más y vio a Shun profundamente dormido en los brazos del ex primer juez del Inframundo que dormía también con expresión serena, el Fénix se acercó a la cuna del bebé, lo tomó en brazos y se lo llevó del cuarto
- Para qué lo traes? – preguntó Hyoga cuando Ikky acostó al bebé en su cama, el pequeñito estaba despierto
- Creo que Shun merece un poco de paz y unos momentos a solas con su pareja después de todo lo que les ha pasado, además así podemos consentir un ratito a este angelito
- Sabes pollito, a veces me sorprendes, esa es una de las razones por las que te amo
El bebé estaba inquieto así que Ikky lo cargó y lo paseaba por la habitación, Hyoga solo lo miraba divertido con una sonrisa en su rostro, a Ikky se le derretía el corazón cuando tenía en brazos a este pequeñito, Shun tenía razón, el bebé no era castigo, era una bendición.
Shun despertó por primera vez en los brazos del hombre que amaba y sonrió feliz, se levantó a ver a su bebé pero no lo encontró, la puerta de su dormitorio se abrió, Shun respiró aliviado al ver que Hyoga tenía en brazos a su pequeño angelito
- Ikky pensó que sería buena idea dejarlos dormir, pero la cena está lista, bajan?
- Si ahora bajamos – dijo Shun tomando al bebé en sus brazos
El peliverde se acercó a su amor y lo besó suavemente en sus labios despertándolo, Rada al verlo sonrió
- La cena está lista, vamos?
- Genial, no he comido nada en todo el día, déjame llevarlo
El rubio tomó al bebé en sus brazos y juntos bajaron al comedor, Shun estaba muy feliz, ahora su familia estaba completa e iban juntos a cenar.