Aunque el serio Kuchiki haya creído que había olvidado completamente al pelirrojo que inundaba el cuarto de gemidos y deliciosos gritos por las noches… la verdad es que su partida le había afectado de sobremanera.
Semanas después de que Renji marchó:
-¿Qué pasa Byakuya? En estos días te ves muy distraído ¿Problemas en casa?-Ukitake era de las pocas personas (si no es que la única) que podía leer el estado de ánimo en el que estaba, aunque pusiera la cara más fría que tuviera-
-En lo absoluto
-Ya veo…¿sabes? Hace unos días me encontré con Renji-kun aquél chico que vino a verte y lo invité a tomar té…
-¿Qué?-¿Cómo es que empezó a hablarle a Renji? ¿Desde hace cuanto que se vieron? Claramente lo decía para molestarme, es tan molesto Ukitake- Pues no podría importarme menos
-Me alegra oír eso. Así ese chico dejará de sufrir. Hay ocasiones en que puedes ser muy cruel Byakuya
-Abstente de meterte en lo que no te concierne, en especial si es sobre MI vida-el enojo del pelinegro iba creciendo -
-Ahh nunca aprendes…Renji comentó…
-¿Puedes dejar de mencionarlo? ¡No me interesa si está muerto o no; si se largo o no; si lo lastimé o…! ¡El no significa nada para mí! ¡Nunca lo fue ni lo será! ¿Satisfecho? ¿Te quedaron dudas?- Era la primera vez que Byakuya alzaba tanto la voz, pero esto no asustó en lo mínimo a Ukitake-
-Te recuerdo que debido a tu trato indiferente, Rukia sufrió tiempo atrás ¿lo recuerdas?, eres muy egoísta. Primero Kaien, luego Ichigo, al final Renji… ¿es que acaso no soportas ser el único amargado y por eso destruyes la vida de tu hermana y de ese chico? Lo bueno es que está en un lugar mejor…tanto Kaien como Renji ya no volverán…. En cuanto a Ichigo, ese niño sabe levantarse. Nunca se rinde.
Estas palabras afectaron a Byakuya…aun si no lo aparentaba.
“Tanto Kaien como Renji ya no volverán”
¿A qué se refería? ¿Abarai estaba…muerto? No. No era cierto. No lo iba a creer.
Kaien era antes de Ichigo y Renji la persona que Rukia más amaba, a la cual idolatraba y podía confiarle absolutamente todo, era más importante que Byakuya. Fue el soporte de la chica durante la muerte de Hisana. El moreno envidiaba un poco su estrecha relación…lástima que murió.
Se suicidó.
Bueno, realmente no importa demasiado, eso ya quedó en el pasado… ¿o no?
Recobrar de nuevo estas memorias, no lo hacían mejor o peor persona, pues inconscientemente cargó con el dolor que provocó a su hermana y sus amigos…durante seis años.
Después de todo
-pero después de todo-
se trata de la carne,
de los cuerpos desnudos,
lámpara de la muerte en el mundo.
Gloria degollada, sobreviviente
del tiempo sordomudo,
mezquina paga de los que mueren juntos.
A la miseria del placer, eternidad,
condenaste la búsqueda, al injusto
fracaso encadenaste sed,
clavaste el corazón a un muro.
Se trata de mi cuerpo al que bendigo,
contra el que lucho,
el que ha de darme todo
en un silencio robusto
y el que se muere y mata a menudo.
Soledad, márcame con tu pie desnudo,
Aprieta mi corazón como las uvas
y lléname la boca con su licor maduro.
Desde entonces Byakuya, re-escribía los poemas que le recordaran a Renji , de esta manera podía mitigar el dolor de querer buscarlo.
Cuando terminaba de escribir, los metía en un sobre, iba a la oficina de correos y se detenía en la entrada. Pensando.
“-¿Cómo puedo enviarle algo, si no se dónde está?”
Guardaba la carta en el bolsillo y regresaba a casa.
Para cuando volvía a sentarse en su escritorio, el sentimiento de agobio era más grande. Y reescribía una y otra vez el mismo poema, una vez que se hubo aprendido al derecho y al revés el verso, escogía otro y hacía lo mismo.
Lleno varias cajas con cartas que no fueron nunca enviadas.
No es nada de tu cuerpo,
ni tu piel, ni tus ojos,
ni ese lugar secreto que los dos conocemos,
fosa de nuestra muerte, final de nuestro entierro.
No es tu boca-tu boca
que es igual que tu sexo-,
Ni son tus muslos duros como el día,
ni tus rodillas de marfil al fuego,
ni tu olor ni tu pelo.
No es tu mirada-¿Qué es una mirada?-
triste luz descarriada, paz sin dueño,
ni el álbum de tu oído, ni tus voces,
ni las ojeras que te deja el sueño.
No es nada de tu cuerpo, ni una gota, ni un grano, ni un momento:
Es sólo este lugar donde estuviste,
estos mis brazos tercos.
“El escribir una y otra vez el mismo verso, no hará que vuelva, no quitará de un día para otro la frustración, no lo hará mío… A esto se le llama debilidad.”
Estoy desperdiciando mi tiempo, es hora de volver a trabajar, Rukia hará la cena para mí hoy.
El último poema que transcribió fue el siguiente:
Me doy cuenta de que me faltas
y de que te busco entre las gentes, en el ruido,
pero todo es inútil.
Cuando me quedo solo
me quedo más solo
solo por todas partes y por ti y por mí.
No hago sino esperar.
Esperar todo el día hasta que no llegas.
Hasta que me duermo
y no estás y no has llegado
y me quedo dormido
y terriblemente cansado
preguntando.
Amor, todos los días.
Aquí a mi lado, junto a mí, haces falta.
Puedes empezar a leer esto
y cuando llegues aquí empezar de nuevo.
Cierra estas palabras como un círculo,
como un aro, échalo a rodar, enciéndelo.
Estas cosas giran en torno a mí igual que moscas,
en mi garganta como moscas en un frasco.
Yo estoy arruinado.
Estoy arruinado de mis huesos,
todo es pesadumbre.
Me doy cuenta… que es la única poesía que conservo…
Que lleva tu nombre, tu esencia… que me recuerda a ti.
6 años más tarde, 31 de enero:
Realmente no quería celebrar mi cumpleaños, pero Rukia insistía tanto que no me pude negar.
-¡¡¡Bienvenido a casa Nii-sama!!!-traté de “sonreír”-subió las escaleras apresuradamente- Vuelto en un momento, voy a bajar tu regalo, ahora vuelvo.
-Gracias- Me preguntó que habrá comprado esta vez-
Dejé mi portafolio en la mesa, acomode mi abrigo y me cambié de ropa. Durante estas fechas siempre hacía mucho frío pero hoy, el clima estaba muy violento. Me dirigí a la cocina para tomar té, en lo que me servía, escuché el teléfono sonar.
-¡¡Yo contesto Nii-sama, no te preocupes!!
Sin darle importancia, me acomodé en el sillón para discutir los planes de ese día con mi pequeña hermana. Viendo que Rukia no bajaba, fui a buscarla en su cuarto.
-¿Por qué lloras? –estaba tirada en el piso, estremeciéndose, con la cara húmeda-
-Renji... sniff sniff el volvió sniff hace unas horas sniff y viene para acá- abrazaba el teléfono como si de una muñeca se tratase-
-¿Perdón?-esto es…¿una mala broma? NO puede ser que haya vuelto, Ukitake dijo que no volvería-
-sniff snif estoy tan feliz, dijo que tiene una sorpresa para mí. Nii-sama ¡¡¡Renji ha vuelto!!!-abrazando a su impactado hermano-
Feliz Cumpleaños…