La obscuridad de la noche y la luz de la luna se filtran por la ventana, reflejan las botellas de alcohol tumbadas en el suelo, el polvo blanco de los narcóticos esparcidos por la mesa y el cuerpo de un cantante quebrado por la tristeza. Sus ojeras están marcadas de color morado y sus ojos delineados de rojo, daban a resaltar su estado de depresión y de dolor. A duras penas se pone de pie, chocando con varios muebles pues la ingesta de varias sustancias lo tiene confundido y adormecido, sin embargo aun con la exagerada cantidad, no puede sanar su dolor.
Encima de la azoteael aire es tan frio y calmado
digo tu nombre en silencio
pero tú no deseas escucharlo ahora
los ojos de la ciudad
cuentan las lágrimas que caen
cada una es una promesa de todo
lo que nunca encontraste
Abre la puerta y se topa con el pasillo y las escaleras camina despacio sin premura, tropezándose con uno que otro escalón, hasta llegar a la azotea de aquel edificio donde la disquera le tenía encerrado, su jaula, la que tantos recuerdos dolorosos le traía, da un paso y sale, camina hasta el borde, sabe que el aire levanta su azulado cabello, que golpea en su rostro pero no lo siente, mira la ciudad sumida en medio de miles de luces, pero… al parecer ninguna lo ilumina a él. Perdido en sus propios pensamientos y en la propia divagación de las sustancias, sube tambaleándose a la barda que se haya como barandal.
Grito en la noche por ti no puedo hacer que sea verdad ¡no saltes! las luces no te guiaran ellas te engañan ¡no saltes! no dejes ir las memorias sobre nosotros El mundo da su opinión ¡Por favor no saltes!De un taxi desciende un pasajero de cabellera azulada mientras tira su cigarrillo, por azares del destino se estira, alzando la mirada, para toparse con aquel cuerpo a punto de tirarse al vacío, abre sus ojos por demás aterrado por la escena que esta por completarse, solo atina a decir:
-¡MILO! – para correr de inmediato, rumbo al edificio, tomando al ascensor, queriendo que en ese momento el tiempo se detuviera.
-1,2,3,4,5… ¿Cuantos pisos más? Mi corazón se acelera… no saltes milo, por favor, espérame… - El ascensor se detiene y aún quedan las escalera que conducen hacia ti, siento como mis pasos se adormecen y mis piernas se hacen pesadas, no veo el momento de poder detenerte. Por fin visualizo la puerta la abro de un golpe.
-¡Milo! – grito con desesperación y aun estas allí, perdido en tu dolor, adormecido por tus esperanzas perdidas.
Abres tus ojos pero no puedes recordar por que la nieve cae en silencio ya no puedes sentirla más en algún sitio allí arriba te perdiste en tu dolor sueñas con el final para comenzar otra vezEscuchando tu propio palpitar, giro ligeramente y estas allí, sin embargo no distingo tu terror, ni siquiera se con seguridad lo que estoy haciendo.
-ikki… - menciono a duras penas mientras una sonrisa trata de dibujarse en mi boca pero no lo consigue, me miras aterrado y caminas lentamente mientras extiendes tu mano
-ven aquí milo… no hagas una estupidez
-sabes… - dirijo mi mirada de nuevo a la ciudad, al vacío y percibo como tiemblas – hay tantas personas caminando en la ciudad…pero… ¿porque me siento tan solo? – Mi voz se rompe, mientras lagrimas escurren de mis mejillas – hay tantas luces en ella… en las personas… pero… yo estoy cubierto de obscuridad
-eso no es cierto… baja de allí
-me siento tan mal Ikki… lo único que quiero es dormir para siempre… la tristeza ha llegado a niveles que no puedo contrarrestar, quiero sentir como mi cuerpo se sume en un dolor infinito… para que así… no lo vuelva a sentir jamás – doy un paso más y estoy al borde…
-¡milo!! ¡Le darás esa satisfacción! ¡Le darás el placer de ver como tu vida se consume, de verte caer!
-lamento… no poder quererte como deseas, perdóname…
Grito en la noche por ti no puedo hacer que sea verdad no saltes las luces no te guiaran ellas te engañan no dejes ir las memorias sobre nosotros El mundo da su opinión Por favor no saltes no saltes
-¡Eso no me importa ahora! – siento como estalla tu corazón, como caen lágrimas de tus ojos y la amargura y dolor que desemboca - ¡Mientras pueda verte aun, mientras pueda escuchar tu voz, mientras pueda seguir llamándote! – los espasmos y la desesperación te están consumiendo.
-lo siento… - doy paso más, lo sé soy tan egoísta, mis pies ya quedan en el borde, con un solo soplido estaré desplomándome a tierra
-¿porque milo? – das un paso también, calculando mis movimientos.
-¿porque?... ¡por qué no puedo tener a quien quiero a mi lado! ¡Porque si caigo ahora… nada cambiara… el mundo seguirá igual!
-¿y qué hay de mí? – mencionas con la voz quebrada – ¿no importo? ¡No importa que te quiera sobre todas las cosas, que me preocupe por ti! ¡Es tan malo quererte! – lo último detiene mi próximo movimiento, me quedo quieto, mientras el aire vuela mi cabello.
-lo que sientes es…
- ¡es mil veces más grande que el mismo amor que le tienes a Minos!
Mis ojos se abren por demás, me he quedado helado, siento como te acercas hasta rozarme y subes de igual manera a la barda y con ojos melancólicos me miras.
-si tan vacía es tu vida y lo único que quieres es saltar y olvidarte de todo… – extiendes tu mano hacia mí por lo que te miro confuso – entonces salta conmigo, no te dejare solo ni un momento más – lagrimas escurren de tu rostro casi al par de las mías.
-¡ah! – exhalo sorprendido ante tus palabras y tomas mi mano esperando mi respuesta, por lo que mis ojos se posan tintineantes sobre ti
¡No saltes!
Y si todo esto no puede detenerte
¡Yo saltare por ti!