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UNA EXTRAÑA EN NUESTRAS VIDAS por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, les traigo el nuevo capítulo y como lo ofrecido es deuda Shaka entra a la historia

Capítulo 7.- Un regalo inesperado


 


Las semanas siguientes fueron muy tristes para el peliverde, antes se sentía asfixiado y presionado ahora de pronto se halló solo pero lejos de encontrar paz el joven se encontraba sumido en la tristeza y el dolor, su corazón estaba partido en dos, había intentado comunicarse con June sin éxito, su antiguo maestro Albeore le había dicho que ella no quería hablar con el y que por favor respete sus deseos, el extrañaba a su mejor amiga, cierto fue su novia pero básicamente era su mejor amiga y le hacía una falta horrorosa, extrañaba también a Hyoga aunque a el no lo había intentado llamar, Shun estaba consiente que le dijo que no podía estar con el pero no le había pedido que se fuera, el se fue por convicción propia, tal vez volvería pasado un tiempo, de cualquier manera el peliverde se concentró en el colegio, estaban a medio año y su rutina era mas bien tranquila, Shun decidió usar este tiempo para analizar verdaderamente su vida, fue al ático y desempacó algunas de sus cosas, Ikky y Seiya lo ayudaban en lo que podían, le intentaban dar ánimos para que dejara de pensar en todo y se distraiga un poco.


 


Una noche los tres chicos habían ido al cine, últimamente no se podía contar para nada con el caballero Dragón que siempre andaba desaparecido, al llegar al cine se encontraron con la muy desagradable noticia que los boletos estaban agotados y sin mas se regresaron a la casa, Shun no tenía ánimos de nada y a regañadientes Ikky accedió y volvieron solamente comprando la cena, cual sería su sorpresa que al entrar en el salón encontraron a unos semidesnudos Shiru y Shura que se besaban con abandono y pasión recostados en la alfombra de la sala, a Seiya se le cayeron las llaves y la pareja que hasta ese momento estaba ajena a todo lo que les rodeaba de un salto se separó


- Cielos, no iban a ir al cine? – dijo Shiru bastante incómodo mientras trataba de cubrirse un poco


- Cancelaron la función… Shura? – dijo Ikky entre sorprendido y divertido


- Así que tu eres el amante secreto de Shiru, wow… me parece perfecto que sea alguien conocido, trajimos la cena, quieren un té? – dijo Shun tranquilamente sonriéndoles a los dos chicos que no se recuperaban de la vergüenza pasada y se vestían con prisas


- No gracias, es mejor que me vaya – dijo algo incómodo el Caballero Dorado de Capricornio


- Oh no te vayas por nosotros, es un gusto tenerte en casa – dijo Seiya con una sonrisa


- Que vergüenza que nos hayan encontrado así – dijo Shiru bastante apenado


- No te preocupes, nos vemos en la cocina para el te? – insistió Shun


- Claro, muchas gracias Shun – dijo Shura con una tímida sonrisa


Los tres chicos fueron a la cocina, y entre risas sirvieron la comida y prepararon el te, tenían todo listo cuando la pareja recién descubierta entró en la cocina y estaban hablando de todo un poco ya mas en confianza, Shiru agradecía el gesto a sus amigos y se sentía un poco mas tranquilo porque Shura se mostraba un poco mas cómodo


- Y cómo están las cosas por el Santuario Shura? – preguntó Ikky


- Bien, sabes sin mayores contratiempos, Aioros me pidió que los saludara si los veía, Shaka también


- Oh gracias y cómo está mi maestro? – preguntó Shun


- Algo ocupado, está ayudando en la reconstrucción de la Isla de Andrómeda, tu maestro es muy convincente, hizo que Milo, Aldebarán, Saga y Mu ayudaran también, Albeore estaba muy contento


- Cielos, la Isla de Andrómeda…


Shun el resto de la noche pensó en June, en como estaría la rubia, no pudo evitar sentirse culpable, ella a la final no hizo nada mal, el simplemente no la pudo amar como a ella le hubiera gustado, bueno… ya estaban cerca del fin de año y estas vacaciones regresarían al Santuario para entrenamientos, ahí seguramente vería a Hyoga, pero June…, también quería verla, aunque en este tiempo se había dado cuenta que quería mucho a la chica pero como su mejor amiga, como pareja no creía que funcionaría, pero de cualquier manera quería verla, para disculparse, explicarle, algo…, algo tenía que hacer, no la quería perder, necesitaba recuperar a su mejor amiga y confidente


 


Estaban solamente a dos semanas del fin del año escolar cuando una noche sonó el teléfono, Ikky contestó y algo preocupado le pasó el aparato a Shun sin dar mayores explicaciones


- Aló? – dijo el joven peliverde algo extrañado


- Shun, que bueno que te encuentro en casa – una voz familiar le hablaba con tono preocupado


- Maestro Albeore, que gusto oírlo – dijo algo sorprendido el peliverde


- Si, también me da gusto, pero hay cosas mas importantes que discutir, ven Shun, necesito que vengas inmediatamente a la Isla de Andrómeda, es June…


- Qué le pasa?


- Tu ven y apresúrate, el tiempo es esencial – y sin mas el Maestro de Shun colgó el teléfono dejando a Shun totalmente desubicado, el peliverde se quedó parado sin saber que hacer y solo se volteó para ver a Ikky que le devolvía la mirada un tanto preocupado


- Qué pasó ototo?


- No se, mi maestro Albeore solo dijo que tengo que ir de urgencia a la Isla de Andrómeda que algo le pasa a June


- Qué le pasa a June? – preguntó Seiya entrando al salón


- No lo sé, pero será mejor ir a averiguar


Shun marcaba a la aerolínea para ordenar un pasaje pero Ikky le dijo


- Ordena dos, yo voy contigo


- No, ordena tres, yo también voy


 


A la mañana siguiente los tres chicos estaban embarcados rumbo a la Isla de Andrómeda para descifrar las enigmáticas palabras del maestro de Shun, cuando llegaron Albeore en persona los recibió ordenó al taxi dirigirse directamente al hospital


- Qué pasó con June maestro, dígame por favor – suplicó una vez mas el peliverde que al ver a donde se dirigían en verdad se preocupó


- June tuvo complicaciones, bueno la verdad ha tenido un embarazo bastante accidentado, se le adelantó el parto, la criatura nació ayer en la noche pero ella está muy grave – dijo el maestro Albeore sumamente apesadumbrado


- Qué???? – Shun palideció de repente al escuchar la noticia


- Lo siento Shun, ella nos pidió que no te dijéramos nada, pero ya no podemos seguir respetando sus deseos, ella se nos va y no hay nada que podamos hacer, los médicos han dicho que no hay nada mas que puedan hacer por ella


- Pero June es tan joven y fuerte…


- Si, pero a veces estas cosas pasan, la criatura venía mal ubicada los médicos esperaron mucho tiempo y cuando decidieron operarla era muy tarde, ha perdido mucha sangre y está muy lastimada, espero que lleguemos a tiempo para que puedas verla y despedirte de ella


 


Cuando llegaron al hospital Reda y Spika estaban allí afuera del cuarto de June y se veían tristes, Albeore entró a la habitación con Shun que se sorprendió de ver a la joven tan pálida y frágil pero estaba despierta, el peliverde se arrodilló junto a su cama y besó su mano


- Shun… viniste – dijo la joven con un hilo de voz pero sonrió feliz al ver al peliverde a su lado


- June, claro que vine, vine por ti, no sabía que estabas en el hospital – Shun estaba haciendo todo lo posible para que su voz no se quebrara, quería llorar pero ahora no era el momento, tenía que ser fuerte… por ella


- Oh, me haces tan feliz, yo sabía que… volverías… por mi – la chica hablaba con algo de dificultad


- Claro que si, yo te amo June, fui un imbécil al no darme cuenta antes, perdóname por favor


- No hay nada… que perdonar…, yo también… te amo…, viste… a nuestro bebé?


- No, todavía no, quería verte primero a ti


- Es hermosa…, el médico… me la trajo… hace un rato


- Es una niña?


- Si, aún no se… como llamarla


- No te preocupes, tenemos tiempo, ya pensaremos en un nombre para ella cuando tú te recuperes y salgas de aquí


- Estoy cansada…, pero no quiero… dormir…, estoy feliz… de verte


- Descansa tranquila mi amor, yo velaré tu sueño y cuando despiertes yo estaré a tu lado – el peliverde besó suavemente sus labios


- Te amo… Shun – susurró la chica


- Y yo a ti – Shun acarició su rostro y June cerró sus ojos lentamente


La joven se durmió casi inmediatamente pero por mas esfuerzos que hicieron los médicos la chica no pasó la noche, en la madrugada murió sin que nadie pudiera hacer nada para evitarlo, Shun estuvo toda la noche en la habitación y sostuvo su mano hasta que su monitor cardíaco sonó cuando su débil corazón se detuvo, los médicos declararon su muerte a las 02:45 de la mañana, Shun salió de la habitación y se refugió en los brazos de Ikky que estaba afuera y lloró junto con su ototo, el maestro Albeore que tampoco se fue abrazó a su antiguo alumno intentando darle consuelo pero fue Seiya el que vino y sin decir nada tomó de la mano a Shun y lo jaló por los pasillos hasta que estuvieron frente al departamento de Neonatología y se pararon al frente del cristal y podían ver a todos los bebés que habían nacido en el hospital


- Mírala, es hermosa, ahí está, mírala


Shun alzó su vista y la fijó en una pequeña bebé que estaba dormida en ese momento, era blanca como la nieve y aunque no tenía mucho cabello se podía ver que era rubia como su madre y no lo pudo evitar, lloró con más fuerza, Ikky lo abrazó y besó sus cabellos


- Es tu hija Shun, es tu hija – susurró el poderoso Fénix abrazando a su ototo con fuerza


- Cielos…, es tan pequeñita – dijo el peliverde poniendo sus manos en el cristal


- Has pensado en que vas a hacer Shun? – preguntó en tono sumamente serio su maestro Albeore


- Bueno…, ella vendrá conmigo, es mi hija y no tiene a nadie mas en el mundo, yo velaré por ella, soy su padre.


- Me alegra oírte hablar así, es lo que June hubiera querido – dijo Albeore consiente de la juventud de su discípulo pero contento de verlo tomar responsabilidad de sus actos


- Así es – contestó simplemente Shun


- Has pensado en algún nombre?


- Sora – susurró Shun


- Sora? – preguntó Seiya


- Si, significa cielo


 


En la mañana hicieron todos los arreglos para enterrar a June, la bebé como era prematura aún no podía salir del hospital, Shun estuvo parado tras el cristal día y noche por una semana, de rato en rato lo dejaban entrar, lo hacían poner una bata de hospital para que pudiera cargar a la bebé, las enfermeras se enternecían de ver al joven padre que no se despegaba de la cunita de su hija, cuando al fin pudo salir del hospital Ikky y Seiya habían comprado un montón de cosas que ellos pensaban que el peliverde pudiera necesitar para la bebé y regresaron a Japón apenas pudieron hacerlo, Ikky habló con el director del Colegio de las circunstancias del viaje y los maestros accedieron a tomarles los exámenes atrasados para no dejarlos a los exámenes de suspensión, habría que hacer varios cambios en sus vidas ahora que tenían un bebé que cuidar.


 


Atena como tenía previsto llamó a sus caballeros para que se reúnan en el Santuario para los entrenamientos, Shun había hablado con Saori para contarle el nuevo cambio de eventos, la joven Diosa se mostró sorprendida pero complacida por la actitud de Shun, y le dijo que no había problema que trajera a la bebé al Santuario, ya vería ella la manera de ayudarlo para que pudiera cumplir con sus entrenamientos y así lo hicieron, apenas llegaron a Grecia, Saori se mostró encantada de poder ayudar a cuidar a la recién nacida, Shun estaba adquiriendo práctica al igual que Seiya e Ikky, los tres estaban encantados con ella, como aún era pequeñita no daba mucha guerra salvo en las noches cuando no dormía, Shun le había puesto su cunita en su habitación para poder estar pendiente de ella si se despertaba, con la ayuda del personal de la mansión todos aprendieron a hacer los biberones y a cambiar sus pañales.


 


En el santuario Shun se instalaría en la casa de Virgo y al llegar se sorprendió mucho al ver que su maestro Shaka había puesto una cunita en la habitación de su aprendiz, habían colchitas, una tina pequeña, una mesita y otras cosas, Shun tenía a la bebé en brazos cuando entró a su habitación seguido del rubio guardián de la casa de Virgo


- Cielos maestro Shaka de donde salió todo esto?


- Mu me ayudó a traerlo del pueblo, mi sobrina tiene que estar cómoda no crees?


- Gracias maestro, no se como pagarle – Shun estaba muy agradecido con su rubio maestro, el joven peliverde estaba un poco preocupado por la reacción de Shaka pero al verlo tan fresco con la situación respiró aliviado


- Oh, un bebé es siempre una bendición, déjame verla


Shun pasó a la bebé que dormía a los brazos del rubio que sonrió al verla


- Se parece mucho a su mamá, es muy hermosa


- Si se parece mucho a June, aunque Ikky dice que ha sacado mis ojos pero es muy pronto para estar seguros


- En las noches la cuidaremos nosotros y en el día mientras estemos en los entrenamientos Saori consiguió  a una muchacha del pueblo para que la cuide, así estaremos tranquilos, no te preocupes la bebé se quedará aquí, la muchacha es la que vendrá


- Siento ocasionar tantas molestias


- No son molestias Shun, es el curso natural de la vida que te ha bendecido con una hija, debes honrar a June cuidándola y amándola


- Así es, me inscribí ya en la Universidad, voy a estudiar leyes a distancia, ya convencí a Seiya que cuide a mi angelito los sábados cuando tenga que ir a la Universidad


- Oh, me parece muy bien, tu hermano y Seiya serán un muy buen apoyo para ustedes


- Si, claro que si


- Bueno acomódate y baja, voy a preparar la cena


- Gracias maestro


 


La llegada de Shun con su hijita conmocionó en Santuario, todos los caballeros fueron a verla y le llevaban regalos y cosas, Shun estaba sorprendido por la solidaridad de sus amigos en estos momentos y agradecía todas sus demostraciones de afecto, entrada la noche llegaron los caballeros de Acuario que eran los únicos que faltaban, el peliverde al ver entrar a Hyoga al templo de virgo sintió como su corazón latía con fuerza, Camus y Hyoga entraron y saludaron amablemente, Camus tomó a la bebita en sus brazos y sonreía, Hyoga no hizo mayores comentarios solo observaba a Shun, el peliverde sabía que el rubio quería hablar con el pero a solas por eso cuando Camus se despidió para irse Shun encargó la bebé a Shaka y salió tras Hyoga, lo alcanzó en las escalinatas, Camus siguió su camino dejándolos solos


- Lo siento mucho Shun, lo de June – dijo algo incómodo el caballero del Cisne


- Gracias…


- Cómo te enteraste de lo que estaba pasando, ella te llamó?


- No, fue el maestro Albeore el que me llamó, llegué a tiempo para verla por última vez


- Debió ser muy duro para ti


- Si, lo es, pero ahora tengo a Sora, créeme me tiene ocupado


- Shun… yo… quería verte, te he extrañado todo este tiempo, yo se que es muy mal momento pero, solo quería decirte que aún te amo, yo se que tienes cosas mas importantes en tu vida a las que dedicar tu atención pero, yo solo quería que lo supieras


- Hyoga…


Shun abrazó al rubio que buscó sus labios y se besaron suavemente bajo la luz de la luna


- Yo iba a venir al Santuario obedeciendo el llamado de nuestra Diosa pero en verdad quería verte Hyoga, tu también me has hecho mucha falta


- Te amo Shun, eso no ha cambiado


- Yo también te amo Hyoga, siempre te amé, siempre fuiste tu, el que estuviera enojado cotigo no significaba que te hubiera dejado de amar


- Me hiciste dudar


- Te lo merecías por no decírmelo


- Tienes razón


- Vas a volver a Japón luego de los entrenamientos?


- Si tú me lo pides, lo haré


- Vuelve a Japón Hyoga


- Tus deseos son órdenes


La pareja se besó un ratito más en la calma de la noche y cuando Shun entró al templo de Virgo lo hizo con una maravillosa sonrisa


- Al parecer arreglaste todo con Hyoga eh? – preguntó Shaka que aún estaba en la sala y paseaba a la bebé que estaba algo molestosa


- Si maestro, la verdad yo tenía miedo de que Hyoga ya no quisiera nada conmigo ahora que Sora está en nuestras vidas, Hyoga tiene un carácter un poco extraño y no sabía como iba a reaccionar con este cambio de eventos


- Oh, no te preocupes, si te ama de verdad amará a tu hijita como si fuera suya


 


Los entrenamientos en el Santuario transcurrieron tranquilamente, Atena estaba convencida de que ahora estaban viviendo una era de paz, habían pasado ya cinco años desde la última batalla y todo parecía indicar que todo continuaría de la misma manera, todos los caballeros dorados estaban encantados con la pequeña Sora y la nueva situación de Shun los hizo pensar en sus propias vidas por lo que hablaron con el Patriarca Shion que a su vez habló con Saori acerca de los futuros de los caballeros en general, la Diosa estuvo de acuerdo con dejarlos salir del Santuario para que pudieran tener vidas normales siempre y cuando no descuiden sus obligaciones, entrenamientos y acudan a los llamados que ella pueda realizar en el futuro, todos los caballeros estuvieron de acuerdo y al final de verano todos tenían pensado lo que querían hacer de sus vidas, algunos caballeros se mudarían a Japón, otros se quedarían en Grecia, pero la idea era que no se fraccionen mucho para no perderse la pista y así lo hicieron.


 


Estos tres meses que habían pasado en el Santuario Hyoga y Shun se establecieron otra vez como pareja ante la mirada de todos, Ikky no estaba de acuerdo necesariamente pero hizo caso a lo que Seiya decía, Shun amaba al rubio caballero y lo hacía feliz, eso era lo importante, aunque la relación cuando la retomaron estaba bastante resquebrajada, Shun ponía todo de su parte para lograr que todo volviera a ser como antes del accidente entre ellos por lo que la rutina del peliverde era bastante ocupada, madrugaba para sus entrenamientos y en la tarde cuando finalizaban Hyoga llegaba al templo de Virgo y pasaban juntos, cenaban con Shaka y el rubio caballero del Cisne salía del templo para entrar a la habitación de Shun por la ventana un rato mas tarde y pasar la noche con el, como la bebé era tan pequeñita dormía profundamente y no se despertaba mientras ellos hacían el amor pero si tenía sus horas fijas en las que se despertaba y Shun la sacaba de la habitación para alimentarla o asearla y la paseaba por la sala para dejar dormir a Hyoga, a veces Shaka los escuchaba y salía de su habitación para ayudar a Shun a calmar a la bebé, en esos tres meses se llevaron mas de un susto que resultó ser nada mas que un cólico de gases y cosas por el estilo, Shun tenía una facilidad única para entrar en pánico a la menor queja de su angelito, esto a Shaka le parecía divertido, el rubio caballero de la casa de virgo le tomó mucho cariño a la pequeñita por eso cuando llegó el momento de la despedida Shaka estaba muy triste de ver partir al peliverde y a la pequeña Sora que el tiempo confirmó lo que Ikky decía y tenía los ojos verdes como su padre aunque era muy parecida a June y tenía los cabellos claros, Shaka decidió mudarse a Tokio al igual que Aioria, Aioros, Saga, Kanon, Mu y Shura, el rubio caballero guardián de la casa de virgo había pensado volver a la India pero luego de mucho pensarlo decidió que ya que no tenía familia, sus amigos era lo único que tenía ahora y no estaba dispuesto a perder el contacto con ellos y mudándose a Tokio se mantendría cerca de la pequeña Sora a la que quería mucho.


 


Notas finales:

Espero que les haya gustado y me comenten

Nos vemos en la continuación


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