Todo el mundo tenemos una horma para nuestro zapato por arichan

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Se había cansado de gritar, no les iban hacer caso, JiYong tenía las visitas restringidas hasta que el psicólogo dijera otra cosa. Y ella no era una de las que dejarían entrar. Ni siquiera a su abogado, pero en esos momentos lo que le interesaba estaba justo delante de ella. El director del hospital andaba por toda la planta como buscando alguien. Pasó de largo cuando llegó a su altura. Pero aquello esa mujer no lo consentiría, no eso no lo haría. Ese director de pacotilla le escucharía, ella le pondría en su sitio ella era la madre de Yong, no podrían prohibirle a ella visitar a su hijo, cuando este más necesitaba a alguien que le apoyara. Pero ni siquiera sus reclamos fueron escuchados por el director que siguió su búsqueda cada vez más cerca de la habitación de JiYong. Al pasar por la puerta se escucho un grito de dos mujeres dentro de la habitación. La confusión la aprovecho la madre del paciente para correr a abrir la puerta. Demasiado tarde para detenerla, ya había ingresado en la habitación.

• ¿Qué ocurre aquí? - la señora Kwon vió como dos chicas vestidas de colegialas se encontraban demasiado cerca para su gusto de su hijo, aunque aquello podría aquellar muchas bocas que decían que era gay, pero no era momento de pensar en eso, tenía que hacer el papel de una madre sufrida que no le dejan ver a su hijo, e indignada de que otras personas le vean y ella no - ¿Quienes sois vosotras? ¿Se puede saber que hacen aquí dentro?

• ¿Eso? ¿No se supone que estabais en el instituto? - el padre de las chicas entró detrás de la mujer histérica, y se les quedó mirando mal. Las castigarían eso estaba más que claro.

• Papi...

• ¿Qué tal...

• ...va tu día?

• Parad con vuestro jueguecito. Se supone que deberíais de estar en el instituto no aquí molestando a los pacientes, además ¿qué a sido ese grito? Con eso solo molestáis a los pacientes. Y ahora os quiero a todos fuera de la habitación, incluyéndola a usted señora Kwon, que porque estén estas dos aquí no me he olvidado de usted – la voz grave y autoritaria del director resonó por toda la habitación, no dejó recoveco para las protestas, era muy tajante, ahora entendían como era el director, sabía dar las ordenes y vaya que si sabía. Sus queridas hijas bajaron la cabeza y despidiéndose con la mano de GD, prometieron volver a verle; mientras que la madre de este se le quedaba mirando y salio despacio de aquella habitación con su abogado detrás de ella, ambos estaban entre sorprendidos y asustados por la reacción del director. Daba miedo aquella cara. - lo siento señor Kwon, no volverá a suceder.

• No se preocupe, sus hijas no me molestaron, el psicólogo las dejó conmigo, no se enfade con ellas. Tan solo estaban distrayéndome de todo lo que ha ocurrido hoy.

• Ese no es el punto, han faltado al instituto y eso no se los voy a permitir. Si querían verle que hubieran venido por la tarde después de salir de clases.

• Estoy de acuerdo.

• Que descanse.

• Gracias.

Sin decir nada más el director se retiró de la habitación cerrando la puerta tras de él. Dejando a un sorprendido Kwon dentro de ella. Sus padres nunca le habían tratado así en realidad su padre nunca le prestó mucha atención, y su madre le daba lo mismo si iba a clases o no. Pero, por lo menos no se había dejado los estudios por esas nimiedades. Se sintió solo, y es que darse cuenta de que nunca fuiste más que un mueble o un objeto de decoración del cual presumir ante las amistades para tus padres, dolía. Ahora lo veía claro. Pero nadie le haría cambiar de opinión con respecto de la música.

Fuera de aquella habitación pasaron las horas lentamente. Al medio día los amigos de JiYong aparecieron por el pasillo, sentándose en la banca que había en medio del pasillo, ignorando a la única mujer que se encontraba ahí, paseándose de un lado para el otro, como si fuera un león enjaulado. No podían creer el cinismo de aquella mujer, era como si nada le importara, como si en realidad su hijo fuera una mera marioneta que tenía que hacer lo que ella quería y creer lo que ella le dijera. Solo esperaban que Kwon hubiera abierto los ojos. Habían hablado de ello durante el trayecto al hospital. Choi se había mantenido al margen de la conversación, pero sabían que pensaba igual al resto. No por nada llevaban casi 6 años juntos. Con solo mirarse sabían que era lo que estaba pensando el resto. Se habían puesto de acuerdo que no dejarían solo a GD, ni al cantante ni al hombre. E incluso le obligarían a seguir con el grupo, lo tenían decidido, ante la unanimidad Choi tan solo asintió con la cabeza, y JinKi se rió a carcajadas durante un rato.

Lee JinKi envidiaba la amistad que tenían aquellos chicos, en su grupo no existía tal unión, ni con tanta fuerza. Eran amigos antes que compañeros. Eso hacía que se llevaran muy bien y se comprendieran unos a otros. Que se controlaran y se apoyaran unos en los otros, sin tener que sacar los problemas fuera de casa. Aunque aquel problema se les había salido de las manos, pero no porque ellos quisieran. Si algo iba mal aplicaban la estrategia del silencio, y ninguno decía nada. Si intentaban pillarles preguntando por separado los periodistas no conseguían nada, todo era cuestión de confianza y saber que ocurría en cada momento. Los envidiaba, pero se sentía dichoso por poder compartir aquellos momentos con ellos, le habían hecho de la familia, aunque en realidad impuso desde el primer momento su presencia.

Siempre creyó que estaba enamorado de Kwon, pero el convivir con el resto del grupo, había identificado aquel sentimiento, admiración, devoción, respeto, aquel hombre era su ejemplo a seguir, todo lo que había conseguido, nunca desistió, desde pequeño persiguió su sueño, hasta que lo hizo realidad. Al principio se sintió eclipsado por su presencia, y le admiró. Después descubrió que no solo era la apariencia que le intentaban dar al personaje de GD, sino que aquel era el hombre, no había dos caras, será un artista de los pies a la cabeza, quería ser como él, quería que le viera, que le tratara como igual, pero siempre creyó que le trataba con superioridad. Cuan equivocado estaba, pero no valía arrepentirse, estaba feliz de haber elegido aquel camino. Feliz de haber seguido aquel día al manager de los chicos. Feliz por haber impuesto su presencia en la casa, feliz por que ahora comprendía sus sentimientos, feliz porque ahora había encontrado el verdadero amor gracias a ello. Y no lo dejaría por nada, ni por nadie.

Al rededor de las tres de la tarde el psicólogo hizo acto de presencia ante la puerta del rapero y líder de BigBang. Les hizo una señal para que no le siguieran, para que esperaran en el pasillo. Entró en la habitación que extrañamente se encontraba a oscuras. Buscó a tientas el interruptor para encender las luces. Cuando lo encontró lo sintió algo húmedo. Viró su mirada hacia la cama en cuanto se enchufaron las luces. Sus ojos se posaron en toda la sangre que habían en la habitación, las paredes, todo estaba lleno. Se acercó a la cama, donde se encontraba JiYong hecho un ovillo, temblaba, pero seguía vivo. Salió de la habitación llamando a las enfermeras, para que le ayudaran. Se le veía muy pálido, y su temperatura no era la de una persona viva.

• ¿Qué has hecho? - no obtuvo respuesta, aunque el herido intentara hablar, las palabras no salían de su boca, lo único que podría decir que estaba vivo eran las lágrimas que se escapaban de sus ojos. No sabía con exactitud que había ocurrido, pero al ver como las enfermeras habían levantado uno de los antebrazos de donde salía sangre y ver que las vendas estaban colocadas igual que esta mañana que no habían sido movidas ni un centímetro, y llenas de sangre sintió alivio, por un momento creyó que había intentado volver a suicidarse. Aunque dejarse desangrar era casi lo mismo – Todo va a estar bien – le cogió la cara con las manos para que lo mirara, tenía que ver que siguiera vivo, que estuviera con él.

• Lo … lo... si... sien... siento... - las palabras no salían de su garganta aquellas dos simples palabras salieron a trompicones de su boca.

• No es tu culpa. - vio como su amigo entraba en la habitación con varios materiales para volverle a coser, y inyectarle más sangre por vía. Las enfermeras se encargaban de conectarle a la vía dos bolsas de sangre, mientras que el médico se dedicaba a cerrar las heridas – ya esta, quedate conmigo. No hemos quedado esta mañana que hoy se acabaría esto, que lo aclararías todo. Vamos están todos esperando fuera. Ahora no te rindas.

Tras varios minutos de incertidumbre consiguieron cerrar todas las heridas que se le habían abierto. Volvieron a vendarle y mandaron a llamar a las de la limpieza. Mientras que cambiaban de habitación a JiYong.

• ¿Qué ha pasado? - Gusig se acercó a su amigo había dejado a un cansado JiYong sobre la cama ensangrentada, esperando a que le cambiaran de cama y habitación.

• Se le han soltado los puntos, creo que ha hecho algún movimiento brusco y se le han salido, a mi parecer no se había dado cuenta de que estaba sangrando, sabes que lo mantenemos sedado, y con tranquilizantes. Cerró la persiana y luego apagó la luz, como ya se encontraba débil por la perdida de sangre anterior, se tambaleó por la habitación, y por la sangre fresca de las paredes creo que no fue hace mucho. Haría uno diez minutos.

• ¿No crees que se haya intentado suicidar?

• No.

• Vale. Voy hablar con la histérica de afuera y con los amigos. Deseame suerte, la necesito. Que no duerma necesito que se acabe este circo hoy mismo.

• Vale. Sácalos del pasillo durante un cuarto de hora, para poner todo en orden y cambiar de cuarto, y ponerlo en un ambiente estéril.

• Si.

Cuando el psicólogo salió una, como había predicho él mismo, histérica señora Kwon se abalanzó a él exigiendo ver como se encontraba su hijo. No podía dejar pasar la oportunidad para verle antes que nadie. El psicólogo no le respondió tan solo la cogió del brazo y tiró de ella hacia la salida, mientras tanto ella comenzó a gritar como una energúmena que la soltara. Gusig hizo una señal a los cinco chicos para que le siguieran, sin mediar palabra los 6 hombres de aquella sala, fueron detrás del psicólogo y la mujer histérica. Cuando llegó a la cafetería dejó a la madre de Kwon de mala manera en una de las sillas en una mesa libre. Y se encaminó a la barra para pedir una tila, y café para el resto. Cuando volvió todos habían tomado asiento la mujer en el lado derecho de la mesa junto con su abogado, en el lado izquierdo los chicos. Cogió una silla libre de no sabía donde exactamente y se acercó colocándose en un extremo de la mesa. Cuando uno de los camareros vino cuando el pedido, cada uno cogió su café, y le dio a la señora la tila.

• ¿Qué ha pasado? - Choi fue el primero en hablar, tenía el corazón en un puño desde que había oído al psicólogo gritar para que fueran las enfermeras, quiso entrar en ese instante pero SeungRi no se lo permitió le agarro del brazo he hizo que volviera a tomar asiento en la banca junto a él. Sentía que se moría si no le decían que había ocurrido con el amor de su vida.

• Eso a ti no te importa desviado – la madre de Kwon explotó, no quería que estuvieran ahí, los quería lejos, y más si quería que sus planes surtieran efecto y así poder quedarse con todas las propiedades y dinero de su hijo pequeño – Tu eres el culpable de esto, desde siempre has estado detrás de él, incluso desde antes de la música, por eso nos mudamos, no quería que estuviera con gente como tu.

• Ese no es el punto – el psicólogo habló para poner paz en aquella conversación, veía como los chicos comenzaban a enfadarse por momentos, y no creía poder con los cinco a la vez. Parecían panteras a punto de saltar sobre su presa – la única que ha perjudicado a su hijo es usted. La única que ha propiciado esta tragedia es usted. Hoy se aclarara todo lo que ponía en la revista. JiYong tiene muchas preguntas. Ya sabe todo lo que a pasado durante estos dos meses. Asique espero que le escuchéis y aceptéis su decisión. Es una persona que se encuentra en todos sus sentidos. Aun después del intento de suicidio – hizo una pausa, parecían que los ánimos se habían calmado un poco, pero él lo sabía aquello solo era en apariencia – . Lo que ha ocurrido ahí adentro no ha sido nada más que un pequeño accidente. Esta mañana el médico había recomendado levantarse de la cama a Kwon y este lo había hecho, al parecer al volver a la cama, ha hecho fuerza de más con los brazos o los a forzado, y se le han saltado los puntos y abierto las heridas. A comenzado a sangrar. Pero no se había dado cuenta porque tenía la luz apagada y las persianas bajadas. A sido tan solo un susto. Aun a pesar de su debilidad vais a hablar con él. No quiero que lo alteren ni que griten. En estos momentos lo están cambiando de habitación y ayudándole a limpiarse.