Había revisado el correo esa mañana y había visto que tenía un mensaje de la presidenta de su club de fans, que le decía que tenían que quedar para hablar, y que le presentaría a alguien. Eso le daba miedo, bueno en realidad aquella chica siempre le dio miedo, pero no podía hacer otra cosa si era su fan, y encima la presidente de su club de fans. No podía hacer nada en contra, y lo peor era que Ji le había obligado a concertar una cita con ella. Le daría el gusto a su ahora novio, recibiría a su presidenta de fans. El problema sería donde, no sabía donde llevarla. Pero otra vez su querido Yongie salió en su ayuda, ese chico siempre tenía la respuesta a todos sus problemas. Había quedado con ella en el hospital en una de las habitaciones vacías del ala donde mantenían a GD. Así podría estar cerca de él por si le sucedía algo. Todavía tenía miedo de que le fuera a pasar algo, como que se le volvieran a soltar los puntos, o algo por el estilo. Aunque las heridas de Ji estuvieran cerrándose a pasos acelerados no podía dejar de sentir ese miedo irracional a que algo malo le pasara. A que volviera a darle un brote de depresión y quisiera volver a suicidarse. Eso no había pasado hasta el momento pero el psicólogo dijo que había posibilidades aunque casi remotas.
Habían quedado por la tarde, no podía retrasarlo más, él no quería separarse de su amado. Pero tenía que ser así, las fans son lo primero, ellas les daban de comer, sin ellas ni él, ni los chicos serían nada. Tan solo esperaba que no intentara violarlo como la última vez.
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Después de ese trabajito tenía que visitar a la mujer esa que quería matar a los dos tipos esos, al médico y al psicólogo. Odiaba que la engañaran, por eso preferiría saber exactamente con quien trabajaba, por si tenía que arreglar después cuentas con ellos directamente. Solo para cubrirse las espaldas. Odiaba cuando había demasiada gente alrededor de su objetivo como en ese momento. ¿Cómo podía tanta gente congregarse en un mismo lugar? No lo entendía, pero lo primor dial era no perder a su objetivo, y asesinarlo en el momento oportuno.
Se sentía observada, eso era malo. Tendría que irse pronto de aquel país. Pero tendría que acabar primero el trabajo, mejor no pensar mucho en eso.
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Otro día más yendo a comprar la dichosa revista, pero por alguna razón aquel día se había levantado con la sensación de que algo importante sucedería, y aquello le mantenía nerviosa. Inexys andaba por la acera en dirección contraria a la del instituto, tenía que arreglarse, por fin Sully la llevaría con ella a ver a Tabi. Y por esa razón habían decidido saltarse el instituto para poder arreglarse y estar guapas para su ídolo.
Pero tras caminar varias calles en dirección a la parada de bus, que la llevaría hasta el centro comercial donde había quedado con su amiga, su atención fue robada por una chica extranjera delante de ella que iba como si persiguiera a alguien. En ese momento se veía en la decisión de elegir, ir de compras para ponerse guapa para ver a TOP, con su mejor amiga, o ver que era lo que hacía aquella mujer sospechosa. Para su desgracia sus pies le llevaron detrás de aquella chica. En esos momentos se odiaba así misma, ¿por qué tendría que llamarle tanto la atención las cosas misteriosas, y las personas extranjeras? Ahora estaba segura de que Sully la mataría por llegar tarde a su cita. Habían quedado en el centro comercial que había en el centro de la ciudad de Seul, para comprar la ropa y los complementos que llevarían para ver al gran TOP. Pero no, se encontraba persiguiendo, sin remedio, a aquella mujer ¿que saca un pistola y disparaba a un hombre en plena calle repleta de gente? Bueno eso último no, porque tan solo eran ellos tres, pero ¿cuándo se había vaciado la calle?
Entró en pánico aquello no era posible, y chilló ante lo visto, sin poder moverse del sitio mientras que la mujer extranjera se acercaba a ella en medio de la acera. Tan solo desea no haber despertado aquella mañana. Aunque pensándolo bien lo más seguro es que todavía estuviera en su cama, dormidita y todo lo que acababa de presenciar, no era más que un sueño, una mala pesadilla. Se encontraba tan metida en sus pensamientos que no se dio cuenta de que la mujer se acercaba a ella, hasta que le quito la dichosa revista de las manos, y se puso a leerla.
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¡Eh! Comprarte una - se calló de golpe cuando se dio cuenta de a quien le estaba diciendo aquello, a una asesina sin escrúpulos.
Sin darse cuenta se encontraba corriendo detrás de aquella asesina, más bien siendo arrastrada hasta algún lugar lejano, donde creía que la asesinaría. Al cabo de una media hora de estar corriendo, y haber quedado muy cansada y sudada de tanto correr, preguntándose si aquella mujer no sería extraterrestre porque no se cansó, ni sudó, ni siquiera jadeaba, llegaron a un almacén abandonado.
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Por favor no me mates. No le diré a nadie que has sido tu. - la mujer se le quedó mirando como si delante de ella hubiera aparecido un bicho raro.
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Nadie me pagará por asesinarte, sería una perdida de tiempo y de balas - abrió la puerta pequeña del almacén, entrando primero ella, dejando la puerta abierta para que su invitada entrara en él. Pero al parecer no tenía esa intención su invitada, por que tubo que salir ella y cogerla del polerón que llevaba y arrastrarla hasta el interior del mismo - No te voy a matar ni nada por el estilo, tan solo quiero que me digas una cosa. ¿Donde está internado Kwon Ji Yong?
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En estos momentos le daba igual que fuera su mejor amiga, en cuanto apareciera le iba a matar, encima que le hacía el favor de que le presentaría a Tabi, la dejaba plantada durante hora y media, la iba asesinar. Por lo menos no le había dicho que fuera a su casa a recogerla, si no se veía sin ropa que ponerse para esa tarde. Tenía que estar muy guapa para que Seung Hyun la viera y le dijera lo guapa que estaba, la verdad que si que estaba de acuerdo con que estuviera con GD, pero si lo dejaba por ella, no se quejaría. Peor lo importante es que él fuera feliz, y hablando de felicidad. Por la puerta principal vió como entraba su queridísima amiga del alma. Se acercaba a ella con una enorme sonrisa de oreja a oreja. La mataba, de eso estaba segura, de esa noche no pasaba. No vería el amanecer de un nuevo día.
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Me has tenido esperando más de hora y media, y menos mal que me he puesto a comprar la ropa que llevaremos, que por cierto de momento me debes 150 euros, y que sepas que ésta te la guardo, NADIE, escuchame bien NADIE me deja plantada hora y media como idiota en el centro comercial.
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¿Has dicho 150 euros? - Inexys cargaba una expresión de horror en su rostro, ella no tenía tanto dinero, conseguir 60 euros para comprar ropa para ella era un milagro.
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¿Tan solo has escuchado eso?
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Pues claro, ¿cómo quieres que te escuche si lo primero que me sueltas es que te debo 150 pavos? Desgraciada que yo no soy rica como tu. Haber ya me dirás tu de donde saco 150 euros para pagarte. - se sentía indignada, no era justo que su mejor amiga le hiciera eso. Ni siquiera le había dejado excusarse. Ni decir lo que le quería decir.
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Eso no lo sé, pero no pensabas ir con ropa de calle, no para ver a Seung Hyun tienes que estar más que presentable. Tienes que estar divina. Ser una VIP cuesta mucho, y tienes que ir siempre a la última... - su querida amiga no paró de largar todo el rato de la ropa de que no podía ir siempre como una pordiosera. En realidad no sabía cómo aquella chica rica y mimada podía ser su mejor amiga.
Tanto duro la pedorrata que le soltó que hasta se olvidó de contarle su encuentro con la estranjera. Anduvieron por todo el centro comercial comprando mil y una cosas, y aumentando la suma de dinero que le debía Inexys a Sully.
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A su parecer Ji Yong estaba totalmente recuperado, y es que aquellos gritos tan solo los podía pegar él. Y sobre todo sobre todo si eran de ropa, no sabía con quien se estaría peleando, pero le daba mucha lástima el pobre que tuviera que soportar aquellos gritos tan agudos. Sin llamar a la puerta entró encontrándose con la estampa de un Tempo rojo de ira, mirando fúricamente a un Ji colérico mientras le decía que se cambiara que dentro de una hora iría la presidenta de su club de fans para verle. Y aquella no era la manera de presentarse ante ellas. A lo que Choi le respondió, que él las había visto con la bata del hospital.
Y la discusión seguía por esos términos cuando cerró la puerta, sintiéndose feliz por ver a su amigo completamente recuperado peleando con su novio por cosas sin sentido. Aquello debía decírselo a los chicos, seguro que SeungRi se ponía muy celoso, aunque el maknae se había tomado bien lo de que se habían hecho novios. Y a Dong y Lee seguro que también les alegraría saberlo. Comenzó a reírse en el ascensor como un poseso, sin importarle que le vieran o le reconocieran, y le tomaran como loco. No sabían cuando aquel chico había terminado formando parte de la familia de BigBang, pero así era. Pero por lo que veía en la cafetería no sería el único, pero por desgracia para esa persona nueva Lee Seung Hyun le iban más las chicas que los chicos. Solo esperaba que no le rompiera el corazón a él también.
Se acercó a la mesa sentándose sin ser invitado, le encantaba estar de entrometido, pero eso, tan solo con las personas que tenía confianza y que en realidad le conocían.