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Todo el mundo tenemos una horma para nuestro zapato por arichan

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Notas del capitulo:

Espero que os guste jejejje ^^ :)

Le parecía extraño, primero aquel sonido entre llanto y palabras. Luego las palabras que soltó Tabi cuando lo encontró junto a la chimenea. No tenía nada en claro. Luego aquellas voces, no las entendía pero sabía que eran voces, a veces parecían melancólicas y alegres, otras desgarradoramente tristes. Estas últimas le hacían llorar sin motivo alguno, porque no sabía que era lo que decían. Eso le frustraba mucho.

 

Luego dejó de oírlas, a cambio de las voces, en aquel mundo creado para él solo apareció su madre. Con sus normas sobre la moralidad y la importancia de tener nietos. Aquello ya no le gusto. Entre las voces y su madre en medio de todo, ya no estaba muy seguro de donde se encontraba, si en el cielo, o en el infierno.

 

¿Lo habían mandado al cielo, por todo aquello que tubo que soportar, por ser alguien fuerte, alguien recto, que puso la otra mejilla cuando le golpeaban? ¿O por el contrario por sus pensamientos impuros y sus errores le habían mandado al infierno? No sabía que pensar, se encontraba en un dilema, que hacer, aquel ya no era su lugar, claro que estaba a gusto. Pero sabía que aquel no era su lugar. Entendía perfectamente todas las indirectas que le mandaba su “novio”.

 

Pero no podía hacer nada, no sabía como llegar aquel lugar donde se supone que pertenecía, donde debería estar. Por último, aquello era extraño, sentía como si manos tocasen su cuerpo, como si alguien le acariciara la cara. Pero aquello era imposible, todas esas veces que lo sintió estaba solo. No tenía a nadie con él, eran momentos para estar consigo mismo. Momentos que vivo jamás podía permitirse. Pero incluso en aquel momento las sentía, aquella vez eran las piernas, como si las movieran. Y los brazos también.

 

Aunque las que más le afectaran eran las caricias que sentía, nunca en sitios indecorosos, todas eran en la cara o pecho. Incluso más de una vez había sentido el aliento de alguien junto al suyo, pero jamás vio algo más que prado, o playa, nada había en aquel lugar aparte de él. Y era entonces cuando echaba de menos a su grupo, a los vivos, a los inútiles que tenía por compañeros de grupo. Ni siquiera sabían como hablar en público sin tartamudear. Nunca supieron defenderse, ¿cómo les estaría yendo?

 

Todavía se preguntaba como eran capaces de ponerse delante de todas aquellas jovencitas y cantar. Y acto seguido cuando les pedían autógrafos o fotos con ellos, se ponían nerviosos. Nunca lo entendería. Pero los echaba de menos. A lo mejor tan solo a lo mejor fue una estupidez el suicidarse. Pero no tenía marcha atrás aquella era una decisión sin retorno. Solo esperaba que no les pasara nada malo.

 

 

 

Pareciera que ese jovencito siempre se las apañaba para encontrarlos. No se lo podía creer, ¿qué hacía ahí? Dong lo miraba de arriba abajo, hacía tres días que estaban clausurados ahí. Y aquel niñato iba todos los días. Y lo peor es que no sabían como los había encontrado. Y aquello era peligroso. Si él podía encontrarlos tan fácilmente, los periodistas también, porque podían seguirle. Pero JinKi no lo entendía. No entendía que los ponía en peligro a todos. Se suponía que estaban en Japón. Y que JiYong había sido llevado a la unidad de cuidados intensivos sin posibilidades de visitas.

 

El lunes en el que ellos se enteraron de la verdad, justo a las 10 de la mañana estalló la bomba. Los reporteros habían ido a ver el cuerpo de Kwon, y todo se retransmitiría en directo. Pero cual fue su sorpresa cuando entraron aquella habitación y la encontraron vacía. Su madre, la señora Kwon había montado un escándalo gritando por todo el hospital. Mientras las cámaras de televisión grababan. El director del hospital tubo que ir a atender aquella señora histérica de la planta de internos. No la soportaban, en realidad el no sabía nada de lo que había pasado. Pero algo tenía claro, aquello era un hospital donde muchas personas famosas acudían, y era considerado el mejor no solo por tener los mejores médicos; si no también por preservar la intimidad de los pacientes. Y que estuvieran las cámaras en aquel lugar no le agradaba demasiado. En realidad los quería a todos fuera. Incluida a la histérica madre de Kwon.

 

Sus hijas eran superfans de ese joven, y estaban muy deprimidas por su intento de suicidio, tanto que no paraban de acosarle con que querían ir a verlo. Pero él no las dejó, les pasaba información sí. Pero tan solo eso. El problema se le presentó aquella misma tarde como era posible que a él le pasara eso. Tenían que tapar la desaparición de Kwon como fuera. Tenía que hacerlo, si no la denuncia que había interpuesto aquella mujer en contra del hospital causaría grabes problemas al mismo.

 

Corriendo por los pasillos intentando encontrar su queridísimo hermano, el cual era médico del paciente desaparecido, choco contra varias enfermeras, y pacientes. Hasta que lo encontró en la cafetería atendiendo una llamada telefónica, que parecía muy importante.

 

  • Por tu bien que esa llamada tenga que ver con el caso de Kwon, porque si no te estrangulo aquí mismo – se sentó delante en la silla libre que había frente a su hermano, mirándole retadoramente.

  • Para mi suerte, sí. Pero tengo una buena explicación por la cual el paciente no esté en la habitación.

  • Y por casualidad ¿no has pensado en alguna escusa para quitarnos a los investigadores de encima? Porqué nos han denunciado.

 

Ambos se miraron durante un rato, sopesando que dirían ahora. Aunque lo más seguro era mentir, y como aquello era un hospital no meterían mucho las narices. Si ellos decían que nadie podría ver al paciente, nadie lo vería. Si preguntaban todo el mundo diría lo mismo, su estado era delicado y necesitaba atención constante en cuidados intensivos. Como si hubieran pensado aquello a la vez se miraron como si la solución a todos sus problemas fueran tan obvios.

 

  • Esto se lo dices tu a tus sobrinas. Que yo ya no se que decirles para que no vengan a molestar.

  • Estoy de acuerdo. Pero te contaré la situación real en otro instante y otro lugar, aquí las paredes tienen oídos. Aunque el personal nos salió honrado, no se filtra nada.

  • Creo que es porque nos tendrían que pagar 300.000.000 millones si abren la boca.

 

Los días pasaron, el médico se presentaba dos veces al día para ver las mejoras del paciente, que eran escasas pero mejoras al fin y al cabo. Se notaba que aquel ambiente era mejor que el que se había instaurado en su última semana en el hospital. No podían atenderle todo lo bien que quisieran pero, por lo menos ahora respondía a los estímulos. Pronto despertaría. De eso estaba seguro.

 

 

  • Dong, ¿crees que despertará pronto? - no lo entendían, ¿cómo se había colado Lee JinKi en la casa? He incluso se había instalado con ellos cuando le habían dicho que mejor dejara de ir un tiempo. Tras decirle aquello, se marchó. Pero a las tres horas volvió con todas sus cosas. Eligió una habitación y se instaló. Pero lo peor no era aquello. Si por lo menos dejara de hablar o de decir Dong esto, Dong lo otro. Dong, Dong, Dong. Todos estaban hartos. Poca paciencia les quedaba para sacarlo a patadas de aquella casa. Pero, al parecer a YoungBae no le molestaba tanto como aparentaba.

 

Se la pasaba todo el día junto al líder de SHINee. Siempre hacían todo junto. Y nunca se quejaba a no ser que fuera, que sus compañeros estuvieran delante. Una de las noches DaeSung salió a dar una vuelta por los alrededores de la casa, estaban en medio de un monte por ello no tenía problema con los vecinos, y no estarían poniendo en riesgo la misión, como le gustaba llamarle, porque estaban solos. Al volver de su paseo de 3 horas, vio sentado en el sofá mirando a la pared fijamente a Bae, pero al acercarse más se dio cuenta de que en las piernas de este se encontraba un dormido Onew. Sin hacer el menor ruido se marchó de ahí, dirigiendo sus pasos a la habitación donde se encontraba postrado JiYong.

 

Era raro no ver a Choi en aquella habitación, siempre se la pasaba a lado de Ji, por si despertaba, él quería ser al primero que viera cuando despertara. Él también echaba de menos al risueño de G-Dragon, aquel con el que hacía bromas. No al que se ponía la mascara, no al que se conformaba con hacer feliz a todos. Poco a poco habían comprendido como en realidad era su compañero, les había costado mucho, pero para poder enmendar sus errores, tenían que empezar con algo. Y cambiando ellos era como iban a empezar. Se sentó en la silla de al lado de la cama. Parecía un muñeco, no le extrañaba que a el gran T.O.P le gustara ese hombre, era guapo, y delicado. Una delicia, si él no tuviera novia, seguro que pelearía por su amor.

 

No lo haría, lo quería mucho sí, pero como amigo, como un hermano mayor que siempre estaría ahí para él. Era el sentimental del grupo, siempre lloraba por todo, y muchas veces lo tenían que controlar en público si no acabaría abrazando a más de uno y llorando en su hombro. Pero siempre lo tubo a su lado cuando las cosas se complicaron. Siempre estuvo con él. Ahora sería él el que no volvería a abandonarlo. No se lo permitiría otra vez.

 

Oyó la puerta abrirse y vio como Lee Seung Hyun entraba por ella, con el cabello mojado y ropa de cama. Le mostró una suave sonrisa, mientras acercaba una de las sillas a la cama. Hacía unos días acá el cuerpo de Ji en ocasiones esporádicas se movía. El doctor había dicho que el cuerpo de Kwon estaba reaccionando al entorno, y que aquellas reacciones eran normales, y que era cuestión de días que despertara. Esa noticia les alegró a todos.

 

 

 

 

 

 

Se sentía pesado, ya no sentía el paso del tiempo, no es que tuviera muy claro cuanto tiempo había pasado pero amanecía y anochecía cuando estaba en su mundo de ensueño. Ahora todo lo veía negro. Ya no veía el prado, ni la playa. Ya no estaba al lado de la persona que quería. Pero las voces habían vuelto, eran distintas unas de otras, pero no lograba identificar quienes eran, todavía no podía escuchar con claridad que era lo que estaban diciendo. Aquello le era frustrante. Estar en aquel lugar, en medio de una espesura negra; de la cual no sabía nada, ni siquiera si estaba de pie, o acostado.

 

 

 

 

 

 

Tan solo cinco días en aquella casa bastaron para que le quitaran los tubos que le mantenían con vida. El cuerpo reaccionaba bien y se mantenía vivo por si solo. Mantenían la vía para proporcionarle todos los nutrientes que necesitara. Tan solo era cuestión de tiempo.

 

Pero ninguno de ellos sabía que era lo que se estaba cocinando fuera de aquella casa, en la civilización. Ni el manager, ni el director querían decirles nada hasta que JiYong se despertara, ahora que sabían seguro que era cuestión de días, habían tomado esa decisión. Grabaron todos los videos y documentos que comentaban algo sobre ellos. Todo, la investigación, la rueda de prensa, todo estaba en cajas listas para llevarse a la casa. Listas para que las vieran y decidieran que hacer con respecto a todo eso.

 

Pasaron cuatro días más, ¿cuántos eran desde que intentó suicidarse? ¿Un mes? Si no llegaba era por poco. Pero nadie se encontraba en aquella habitación cuando unos ojos oscuros se abrieron.  

Notas finales:

que decir aparte de que quiero que me dejen reviews??? a

 

a si agradeceros a todos vuestro apoyo... con tan solo saber que me seguis me pongo colorada XD, espero que este capitulo os pique la curiosidad XD, porque a partir de ahora esto ira muy deprisa, y le quedan pocos capitulos... XD


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