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NI LA SOMBRA DE LO QUE FUIMOS por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, les traigo la continuación, aquí Saga se deja llevar de la ira trayendo consecuencias inesperadas

Capítulo 7.- Amarga separación ( tik tik tik… booooom)


 


Shun llegó al bar casi al anochecer Saga solo lo miró pero no dijo nada, el joven fue a ducharse y a cambiarse luego bajó y estaba tras la barra ayudando a Kanon, Saga estuvo de un humor de perros todo el día y empeoró al ver llegar al bar a DM pero este ni pidió hablar con el, solo se sentó con sus fieles amigos en una de las mesas a disfrutar del show, cuando el peliverde salió a escena DM se lo comía con los ojos, a eso Saga sonreía, por mas que lo deseara no lo podría tener, cuando el joven luego de su actuación salió al bar fue directo a la barra donde Saga lo recibió en sus brazos y lo besó con suavidad, DM solo lo vio y sin armar escándalos ni nada (lo que era bastante raro en el) salió del bar con sus acompañantes, el dueño del bar sostenía al joven en sus brazos pero no estaba tranquilo, mas tarde esa noche cuando Saga subió al departamento luego de cerrar el bar encontró a Shun que dormía profundamente, el mayor se desvistió y se metió en la cama con el bailarín y esta noche lo comenzó a besar y a acariciar sacándole la ropa, el joven se revolvía en la cama y se quejó un poco


- Saga… tengo que levantarme temprano


- Vamos ángel… solo un rapidito… no te vas a dar ni cuenta…


- Eso no es cierto y tu lo sabes


- Quiero tomar eso como un halago


Shun se rió bajito y besó a su amante mientras lo abrazaba y lo acariciaba, hicieron el amor esa noche, Shun sintió a Saga un tanto… diferente, mas intenso…, mas cariñoso…, cuando finalmente cayeron cansados y sudorosos entre las sábanas el mayor se aferraba al más joven y lo abrazaba posesivamente


- Qué pasa Saga?


- Nada… es solo que…


- Qué?


- Shun, yo… tu eres importante para mi, no soporto la idea de perderte


- Porqué me vas a perder?


- Tu te irás… yo lo se… lo siento


- Saga…


- Ahora eres libre y si quieres irte no te voy a detener, ya no tienes que quitarte la ropa por dinero, ya no tienes que trabajar aquí, ya no tienes que vivir aquí…


- Saga no… yo no tengo pensado irme, yo…


- Oh ángel pero lo harás, solo quiero decirte que puedes volver cuando quieras, yo… te quiero Shun… te quiero…


- En verdad?, Saga…


 


El peliazul besó al mas joven con ternura y se acomodó en su pecho abrazándolo, ninguno de los dos pudo dormir por un largo rato, Shun no podía creer que el dueño del bar de fiero carácter que se encontraba a su lado le había dicho lo que le dijo, pero tenía razón, una de las cosas que mas anhelaba era ser libre, libre de sus deudas, de sus obligaciones y si… libre de todo ese mundo al que había sido forzado a ingresar y eso incluía a Saga… Saga se había portado muy bien con el pero Shun no lo amaba, no realmente, su relación era por demás extraña y poco convencional, el peliverde recordó la primera vez que Saga lo llevó a la cama, era tarde en el bar y ya todos se habían ido solo quedaban ellos dos y Kanon que estaba cerrando caja, había sido una noche particularmente ocupada y movida, Shun estaba sentado sobre la barra contando y acomodando el dinero mientras Kanon cuadraba las ventas y Saga acababa de asegurar el local, cuando todo estuvo listo y Kanon se fue Shun se acostó en la barra y se cubrió el rostro con el brazo, estaba cansado, Saga destapó una cerveza y se la pasó, el chico se incorporó, tomó un sorbo y se la devolvió volviéndose a acostar


- Voy a tener que cargarte? – preguntó Saga divertido


- Es lo menos que puedes hacer, estoy muerto


- Hoy estuviste genial – el peliazul palmoteó suavemente la pierna del mas joven


- Au – se quejó el peliverde


- No seas exagerado no te di tan duro


- No pero me duelen las piernas


- Donde?, aquí? – dijo el mayor masajeando el muslo de Shun que se volvió a quejar al inicio pero las manos de Saga estaban relajando y trabajando sus músculos, se relajó y suspiró


- Mejor?


- Si, pero no te detengas


Saga siguió masajeando sus piernas de arriba hacia abajo pero luego de un rato el mayor siguió subiendo las manos por su cuerpo ya no masajeándolo, ahora lo estaba acariciando, el peliazul levantó la camisa del mas joven y empezó a acariciar su pecho, el joven se incorporó un poco y Saga lentamente se fue acercando y lo besó suavemente, Shun no sabía que hacer, abrió mucho los ojos pero no opuso resistencia, Saga lo tomó entre sus brazos y sin dejarlo de besar hizo que el peliverde rodeara su cuerpo con las piernas y lo cargó por el bar, subió las escaleras y se dirigió directamente a la habitación, depositó a Shun en la cama y lo empezó a desvestir, el joven estaba nervioso, solo lo había hecho un par de veces y hace mucho tiempo, el mayor se dio cuenta y se detuvo


- Tranquilo…, lo haz hecho antes verdad?


- Si, pero hace mucho tiempo


- Oh, no te preocupes, es como dice el dicho, lo que bien se aprende no se olvida


Saga lo siguió besando y acariciando hasta desnudarlo completamente, el también se quitó la ropa y recorría el joven cuerpo llenándolo de besos, chupones y lengüetazos, Shun se estremecía ante estas caricias que se sentían tan pero tan bien y no lo pensó mas, esa noche se entregó a Saga que lo tomó con pasión, y noche tras noche era lo mismo, Saga nunca le había dicho nada hasta ahora, nunca habían hablado de sentimientos ni nada por el estilo, para nadie era secreto que compartían la cama pero no eran pareja necesariamente, hasta ahora…, el mayor le había dicho que le quería y solo lo había hecho porque estaba convencido que se iría, Shun suspiró y trató de dormir, ya mañana pensaría las cosas con mas calma


 


En las semanas siguientes todo siguió con aparente normalidad, nada había cambiado en la rutina del peliverde pero Saga cada vez estaba mas nervioso e inquieto, como esperando que estalle una bomba o que la tierra se abra bajo sus pies, una mañana Shun estaba en la Universidad en un receso y estaba con sus compañeros sentado leyendo en el sol cuando Milo llegó de improviso, Shun se levantó y estaban conversando de nada en específico tranquilamente tomando un refresco apoyados en el auto de Milo cuando sin aviso ni nada a Shun lo tomaron del brazo con violencia y lo lanzaron al piso, Milo no pudo reaccionar al golpe que le cayó en el rostro y cayó al suelo también, allí sintió como lo pateaban en el vientre, el joven peliazul no se podía levantar y escupía sangre por la boca, Shun se levantó rápidamente y se abalanzó a Saga para que dejara de golpear a Milo, el mayor lo volvió a empujar lanzándolo al suelo nuevamente, se necesitó tres de los compañeros de Shun para alejar al furibundo dueño del bar del casi inconsciente muchacho que estaba sangrando y no se podía mover, Saga se libró del agarre de los chicos y tomó a Shun del brazo y lo arrastró a un auto que estaba mal estacionado y aún encendido, abrió la puerta de pasajero, arrojó al joven dentro, cerró la puerta con violencia se subió en el asiento del conductor y arrancó haciendo que las llantas chillaran en el pavimento


 


Saga no habló en todo el camino y manejó cual maniático hasta que llegó al bar, se bajó, rodeó el auto, abrió la puerta con violencia y del brazo volvió a arrastrar a Shun esta vez dentro del bar, el joven intentaba soltarse pero el otro era mas fuerte y no se pudo safar del fuerte agarre del mayor, el peliazul soltó a Shun y lo lanzó al piso en medio del bar, el peliverde estaba pálido y a punto de llorar


- Crees que soy tu burla? – susurró el dueño del bar, había rencor palpable en su voz


- Saga por favor…


- Cállate… - el mayor se acercó al mas joven y lo levantó con violencia tomándolo de los brazos, el pobre temblaba


- Qué crees que haces?, quién crees que soy yo?, quién te crees que eres tu? – el mayor lo sacudía y el joven lloraba, nunca lo había visto tan furioso y francamente tenía miedo


- No… Saga… no…


El mayor levantó la mano y abofeteó al menor con violencia y de la fuerza del golpe lo mandó al suelo nuevamente, Saga respiraba agitadamente, volvió a levantar al joven y lo sostenía de los brazos, Shun lloraba y estaba muy asustado


- Eres una basura – susurró el mayor directamente en su oreja


- Saga…


- Te vendiste a ese niño rico, el pagó todo verdad?, para tenerte en su cama, te revuelcas con él igual que te revuelcas conmigo, como me equivoqué contigo, te vendiste al mejor postor como vulgar prostituta


- Suéltame… suéltame maldito suéltame – Shun forcejeaba y miraba al que alguna vez lo había salvado con ojos llenos de dolor y rabia


El mayor sin miramientos lo lanzó al piso una vez mas


- Ni siquiera vales todo el dinero que ese pagó, eres delicioso en la cama pero eso es todo lo que eres, anda ve con el… deja que te goce… ve con tu nuevo amante… lárgate de una vez… no vales la pena


- Como pudiste Saga… como pudiste… - el joven se puso de pie con dificultad y miraba al mayor con dolor en sus ojos


- LÁRGATE – grito Saga acercándose a el una vez mas y levantando su mano para golpearlo otra vez, el asustado joven no esperó nada mas y salió corriendo del bar, se alejó lo que mas pudo mientras lloraba amargamente y se perdió calle abajo, Saga miró por el bar, Kanon estaba tras la barra y lo miraba con ojos de reproche y en medio del escenario estaban Seiya y Hyoga cual estatuas, inmóviles sin saber que hacer – LÁRGUENSE TODOS USTEDES TAMBIÉN – volvió a gritar Saga y todos huyeron por la puerta mas cercana solo Kanon lo miraba impasible tras la barra, el gemelo mayor solo lo miró y sin decir nada mas subió cual vendaval al segundo piso del bar y empezó a recoger las cosas de Shun y a lanzarlas en fundas de basura, bajó las escaleras y le dio las fundas a Kanon y le dijo en un susurro – “Quémalo” y se encerró en la oficina dando un portazo, el cantinero abrió las fundas y suspiró, las cerró y las puso bajo la barra, sacó su teléfono y llamó a Shun pero él no contestó…


 


Shun corrió por algunas cuadras hasta que le faltó el aliento, estaba cerca del parque del barrio, fue hasta allá y se sentó en una de las bancas, el peliverde respiraba profundamente tratando de recuperar el aire cuando su teléfono empezó a sonar, lo sacó y al ver que era Kanon el que lo llamaba lo apagó y lloró con mas fuerza, cómo pudo decirle todo eso Saga?, cómo pudo tratarlo de esa manera?, cómo pudo golpearlo así a el y a Milo?, cielos… Milo, el peliverde prendió su teléfono y llamó a su herido amigo, le contestaron la llamada pero no era la voz de Milo la que le habló


- Aló? – dijo la extraña voz


- Aló… por favor, puedo hablar con Milo? – Preguntó el ex - bailarín con temor, se podía notar por su voz que estaba llorando


- Shun?


- Con quien hablo?


- Soy Aioria, amigo de Milo, estamos en el Hospital del Valle en emergencias


- Dios mío¡¡¡, cómo está el?


- No te preocupes, lo he visto peor, pero está muy preocupado por ti, dónde estás?, estás bien?


- Si estoy bien, no se preocupen por mi


- Ese animal no te lastimó?


- No, estoy bien en verdad


- Quédate donde estás, mandaré un auto a recogerte o mejor yo mismo iré a buscarte, dame la dirección – El muchacho le dio la dirección y mas o menos media hora después llegó un joven rubio que manejaba un auto deportivo, se bajó del auto y caminó directo hacia Shun


- Hola, soy Aioria, hablamos por teléfono


- Hola, soy Shun


- Vamos, a Milo le dará gusto verte, oh… a ti también te golpeó – dijo el rubio levantando el mentón del menor pero Shun volvió a esconder su rostro, el rubio continuó - Mi pobre amigo está muy angustiado por ti, esta noche iba a venir a buscarte y a llevarte con el a sangre y fuego si aquel no te dejaba salir por la buenas, tenía miedo de que fuera a lastimarte


- No es necesario, yo ya no tengo nada aquí


- Mucho mejor, vámonos de una vez


Shun se subió al auto y el rubio arrancó, en el camino no hablaron mucho y llegaron al hospital, Aioria lo llevó por los pasillos hasta que llegaron a la habitación del peliazul que sonrió aliviado cuando vio al joven entrar al cuarto con Aioria


- Wow, te duele mucho? – preguntó Shun tomando su mano


- Mas me duele el orgullo, me tomó desprevenido, en una pelea justa yo lo hubiera hecho polvo


- Ajá – dijo el rubio arqueando una ceja y el peliverde sonrió


- Tienes que quedarte la noche? – preguntó el joven visitante


- Si, el doctor dijo que me tienen que tener en observación esta noche, ya mañana podré salir, oh Shun… - el peliazul acarició la mejilla que estaba enrojecida, Shun tomó con sus manos la mano de Milo y meneó la cabeza, claramente el no quería hablar de eso por el momento


- No te molesta si me quedo contigo?, no quiero volver allá por ahora – dijo el peliverde en un susurro


- Oh, me harías muy feliz, odio los hospitales


Después de un rato Aioria se fue dejando al ex-bailarín al cuidado de su amigo, mas tarde en la noche llegó Shura a visitarlo pero solo se quedó un ratito, Shun aprovechó que el pelinegro estaba de visita y fue a comer algo pero cuando volvió el español ya se había ido, luego de eso el peliverde se acomodó en el sillón de la habitación y veló el sueño del peliazul porque no pudo dormir en algún tiempo, estaba realmente angustiado por su situación, no tenía dinero, casa, ropa, a nadie a quien acudir, todos sus amigos estaban relacionados de alguna forma con el bar y no se enfrentarían a Saga por el, ahora que diablos iba a hacer??, Ikky… en situaciones como esta cómo extrañaba a su hermano, el joven se sentía tan solo…


 


A la mañana siguiente a Milo le dieron de alta cerca del medio día, a lo que se vestía (ayudado por Shun, el pobre muchacho herido hacía movimientos lentos, tenía tres costillas rotas, la nariz también además de su mancillado orgullo), Aioria llegó a llevarlos


- Listo Milo? – preguntó el rubio con una sonrisa


- Si, ya casi – respondió el accidentado muchacho con un gesto de dolor mientras trataba de ponerse la camisa


- Bueno, ya firmé los papeles, ya fui por la farmacia comprando la medicación, ya pagué la cuenta y tengo el auto de tu padre abajo esperando para llevarnos a casa, haber dime quién te quiere? – bromeó el rubio


- Ok. – dijo simplemente Milo con una pequeña sonrisa


- Bueno yo… creo que es mejor que me vaya, me alegro mucho que estés mejor Milo y no te pierdas – dijo el peliverde con una sonrisa


- Shun espera, tu… tienes a dónde ir? – dijo Aioria con tono preocupado


- No te preocupes – respondió el joven


- No tienes a dónde ir?, aparte de golpearte qué mas te hizo el mal nacido ese Shun?, porqué no me lo dijiste?, te lastimó?, yo lo mato… – Milo miraba a Shun con angustia


- No, no me hizo nada mas, solo…


- Te echó del bar cierto? – dijo Aioria poniendo su mano en el hombro del joven y apretándolo con suavidad


- Si… pero no hay problema, ya veré que hago, he estado en peores circunstancias – el joven se encogió de hombros


- Te diré algo, hasta que resuelvas un poco la situación tu vendrás con nosotros a casa de mi padre


- Oh no, no no no, que vergüenza, no Milo, muchas gracias pero no, ya veré que hacer, que dirá tu padre? – el peliverde se puso todo rojo


- Nada porque está en Estados Unidos hasta fin de mes y así estuviera en casa, tu eres mi amigo y no puedo desampararte ahora no te parece?


- Milo…


- Nada, ya está decidido, vámonos de una vez, no me gustan los hospitales


Los tres muchachos salieron y abajo los esperaba una limosina, la mas grande que Shun había visto en su vida, ayudaron a subir a Milo que iba recostado en uno de los asientos, fueron en el auto y se alejaba de la ciudad adentrándose en uno de los mas exclusivos barrios de Tokio, Shun no podía creer lo que veía cuando un portón se abrió y el auto ingresó a una propiedad inmensa que tenía un jardín sumamente extenso y hermoso, al fondo se veía una casa enorme, como las que se ve en las películas, mas atrás habían otras edificaciones mas pequeñas pero el joven no salía de su asombro, cielos¡¡¡, Shun sabía que su peliazul amigo tenía dinero pero esto era ridículo, con razón Milo había pagado su deuda, en verdad era rico, como Mcpato…


 


La limosina entró a un parqueadero interno y los chicos bajaron, caminaron lentamente hasta un elevador, se subieron a el y luego caminaron por un amplio pasillo lleno de cuadros, esculturas, mesitas con jarrones, Aioria se adelantó y abrió una de las puertas y entraron a una habitación que estaba ricamente amoblada y decorada aunque un poco desordenada, Milo se sacó el saco y lo lanzó a uno de los sillones y con dificultad se acostó en la cama, Shun le acomodaba las almohadas y el peliazul se dejaba atender


- Qué te parece la casa? – preguntó Milo


- Pensé que este tipo de casas solo existían en las películas, es muy hermosa y lujosa, no había visto tantas cosas juntas en un solo lugar – dijo Shun que todavía estaba bastante impresionado


- A mi padre le gusta coleccionar cosas, a mi no, no me gusta esta casa, parece que estoy viviendo en un museo o algo – dijo Milo


- Y donde te gustaría vivir entonces? – preguntó Shun bastante interesado, su amigo vivía como la realeza y no le gustaba la casa, habrá valor¡¡¡¡


- En una casa de campo pequeña y sencilla, quisiera tener un perro de esos enormes y tener adornos normales que si se rompen no estallaría la tercera guerra mundial, siempre he odiado esta casa


- No seas dramático, tu papá no es tan malo – dijo Aioria abriendo las cortinas


- Eso dices porque mi padre a ti te trata mejor que a mi – se quejó el peliazul y Shun se rió bajito, a veces Milo sonaba como niño chiquito


- Algo has de ver hecho no? – dijo Shun en tono divertido


- No lo puedo creer, ni conoces a mi padre y ya lo defiendes?, ves que injusta es la vida? – se quejó Milo a Aioria pero el rubio no pudo responder porque la puerta se abrió y Shura entró


- Oh, ya volviste… y cómo estás? – dijo el pelinegro


- Mejor, pero me mandaron reposo un par de días


- Y te conseguiste un enfermero…


- Oh lo siento, Shun el es mi primo Shura que también vive aquí, Shura este es mi amigo Shun que se va a quedar aquí unos días


- Mucho gusto – dijo el pelinegro arqueando una ceja y mirando al joven con una expresión extraña mientras le tendía su mano


- Mucho gusto – respondió el peliverde pero se puso nervioso e incómodo


- Se útil Shura y muéstrale a Shun una de las habitaciones en este piso quieres? – dijo Milo


- Claro, ven conmigo – el pelinegro puso un brazo alrededor de los hombros de Shun y lo llevó con el, el joven mansamente fue pero estaba algo asustado por todo esto, el pelinegro lo llevó a una habitación que estaba un par de puertas mas allá, el cuarto era bastante amplio y tenía una cama grande con dos veladores, un plasma de 50 pulgadas, un closet pared a pared, varios muebles y un baño privado


- Yo creo que estarás cómodo aquí – dijo el pelinegro desde el marco de la puerta, Shun había dado un par de pasos al interior de la habitación


- Muchas gracias – dijo el peliverde volteándose a ver al pelinegro con una sonrisa


- Y tu maleta?


- Maleta?


- Milo dijo que estarías aquí unos días, no tienes una maleta con tus cosas?


Shun bajó la cabeza y solo negó meneando su cabeza


- Bueno volvamos a atender al enfermo, ya después veremos que hacer


 


Notas finales:

No todo está dicho, Saga volverá a hacer su aparición luego en la historia, espero que les haya gustado y nos vemos mañana en la continuacion


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