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Irrealidad por ItaDei_SasuNaru fan

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Notas del capitulo:

¡¡¡Hola lectores y fanáticos yaoistas!!!

A los que no se murieron en el capítulo anterior de melosidad y de paso les gustó, les dedico este capítulo en específico. No sabría definir exactamente qué fue lo que me inspiró a escribir tan rápido. Me imagino que a varias escrtoras les pasa lo mismo...

Sí, cómo si pudiera compararme con ustedes...

Pero dejando mis mediocres cualidades de escritora, aquí está un nuevo capítulo, que espero consideren más entretenido y cumpla en un mínimo sus expectativas. Y si no, pues me avisan para ir a darme un tiro...

Mentiras, soy demasiado egocéntrica como para hacerme daño.

 

Disclaimer: todos los personajes pertenecen a las CLAMP. Menos uno.

Y eso es una verdadera lástima...

Capítulo 5

 

 

Amanecía un nuevo día en Japón. En un templo rodeado por árboles de las más famosas flores japonesas, un muchacho dueño de unos magníficos ojos azules empezaba a despertar. En cuanto despertó, sin abrir los ojos todavía, sintió un buen  peso encima de él. Miró confundido hacia todos lados hasta que al fin concluyó que no se hallaba en su cuarto. Una vez descifrado ese enigma, se dedicó a reconocer qué era lo que estaba tan cómodamente recostado en su cuerpo, y que por cierto, él también estaba abrazando. Justo encima de su pecho, respirando cerca de su cuello se encontraba la cabeza del serio morocho; ambos tenían enrollados los brazos alrededor del cuerpo del contrario. Doumeki en la cintura de Watanuki, y éste en la espalda del primero. No se habían movido de esa posición en toda la noche, ya que seguían cubiertos con la sábana (1).

─No puedo creerlo… ─susurraba el pobre Watanuki para sí─. He dormido sirviendo de almohada al inútil de Doumeki…

─Y de muy buena almohada ─respondió Doumeki, sobresaltando al moreno─. Hasta que despertaste…

─¡Con que estabas despierto! ¡¿Entonces por qué no te levantas y me dejas salir?! ─Doumeki lo ignoró olímpicamente─. Vamos, déjame levantarme… ─forcejeaba Watanuki para que el otro lo dejara salir; mas los brazos de Doumeki no cedían─. Vamos, suéltame ─<<¡Maldición! ¡¿De dónde saca tanta fuerza?! ¡Tengo que empezar a practicar algún deporte!>> pensaba Watanuki mientras luchaba inútilmente para intentar zafarse. Doumeki decidió dejar de torturarlo y se fue levantando lentamente para dejar a Watanuki salir, apoyado en sus manos y rodillas dejando el espacio justo para que escapara. En lo que el moreno se disponía a huir de su reciente prisión, su novio lo descolocó diciéndole:

─Oye…

─No soy “Oye”…

─Oye…

─No soy “Oye”…

─Watanuki… ─concedió el otro finalmente.

─¿Qué? ─preguntó Watanuki aburrido.

─¿Y mi beso de “Buenos días”?

─¡¡¡¿Qué dices?!!! ─exclamó el ojos azules al borde del histerismo.

─Que ruidoso… No tienes que gritar desde tan temprano… ─murmuraba Doumeki cerrando los ojos─. Sólo era una pregunta ─argumentó con su usual tono de monotonía.

─¡Pues no vuelvas a preguntarla! ─regañó el morenito incorporándose, buscando su ropa para cambiarse.

─¿Por qué?

─¡¡¡Porque es muy vergonzosa!!!

─Bueno ─contestó el morocho, dejándose caer nuevamente en el futón, y cerrando los ojos. Mientras Watanuki recogía sus prendas y sus lentes; y se disponía a usar el biombo que el otro no parecía ocupar, observó el semblante de Doumeki y percibió una pequeñísima arruga formándose en el entrecejo de su amado. Para cualquier otro hubiera pasado desapercibida, pero para él, que había pasado tanto tiempo junto a Doumeki había sido más que notoria. <<Maldito chantajista…>> pensaba el menor con furia en lo que agachaba su rostro para quedar paralelo y muy cerca al de su novio. Shizuka notó el acercamiento repentino del menor por lo que empezó a preguntar:

─¿Qué suce…? ─y ya no pudo completar la pregunta ya fue callado por los paradisíacos labios del moreno, en un toque suave y tímido.

─¡Y-ya no t-te p-pu-puedes quejar! ¡Ahí ti-tienes… l-l-lo que querías! ─balbuceaba nervioso Watanuki en lo que se incorporaba y se alejaba del futón para dirigirse al biombo. Doumeki llegó hasta la luna y volvió en un instante…

 

Antes de que el mayor se diese cuenta (ya que seguía en su ensimismamiento), Watanuki ya se había cambiado y andaba deambulando en la casa para dar con el altar en el que había dormido Miku. Al llegar allí y no encontrarla se asombró un poco y decidió seguir buscando. Salió por una puerta ubicada a un lado del templo. Caminó en derredor hasta dar con la entrada principal que era el patio. La encontró bailando en medio del sendero que conducía al templo, mientras reía al ver cómo el viento y los pequeños pétalos de sakura la atravesaban. Se dedicó a observar el horizonte. El sol aún no llegaba a la mitad de su luminoso levantamiento, el clima seguía fresco acompañado de la fresca brisa matutina. Calló en la cuenta de que tenía la mala costumbre de levantarse demasiado temprano. Ya se las pagaría Yuuko-san por explotarlo así…

─¡Kimihiro-kun, buenos días! ¡Mira, mira… hace cosquillas! ─exclamó Miku al percatarse de que su locura tenía público e interrumpiendo los pensamientos vengativos del morenito hacia su jefa─. ¡Nunca me imaginé que podrían llegar a hacer cosquillas!

─Veo que dormiste bien ─respondió Watanuki con una sonrisa al ver la susodicha de la fantasma.

─¡Como nunca! Para ser la primera vez que duermo como fantasma, no estuvo nada mal ─dijo en lo que interpretaba un ballet improvisado y más enérgico que elegante.

─Me alegro. Pero nos tenemos que ir pronto.

─¿Ahora? ¿Por qué? ─preguntó Miku deteniéndose inmediatamente.

─Porque debo ir a mi casa a bañarme, cambiarme y luego ir a la casa de Yuuko-san a preparar el desayuno.

─¡Es fin de semana y aún es temprano! ¡Yuuko-san no estará despierta aún! ─Watanuki no cambió su posición─. ¡Entonces ve tú, pero yo me quedo aquí! ─objetó como una niña pequeña.

─¿Aquí? ¿Prefieres quedarte aquí? ─interrogó Watanuki estupefacto.

─¡Claro que sí! ¿No sientes el buen ambiente y pureza de este lugar? ¡Es increíble! ─dijo extendiendo los brazos y recuperando el ritmo de su baile.

─Wow… prefiere quedarse aquí. ¿Por qué será? Incluso a la Ame Warashi le gustó este lugar ─susurró para sí, recordando la vez en la que vino al templo con ella. Súbitamente se dio cuenta de algo─. ¡Claro que no! ¡A ella no le gusto el templo! ¡Se puso a oler al idiota de Doumeki diciendo no sé qué cosas de su aura! ¡Y el muy imbécil dejó que se acercara a él tan fácilmente! ─bramaba Watanuki sumergido completamente en su mundo─. Ahora que lo pienso, siempre deja que sus fans se peguen a él así como así… ─un aura asesina comenzó a envolverlo─. ¡Pues más le vale que deje de hacerlo, o si no se quedará sin almuerzo por un mes! ─terminó de decir con llamas en sus ojos y un puño en alto.

─Como digas ─dijo Doumeki apareciendo detrás de Watanuki haciéndolo saltar como mínimo unos cuantos metros, por el susto de su aparición y por ser descubierto en medio de su ferviente monólogo.

─¡Ya te he dicho millones de veces que no te aparezcas así!

─¿Así cómo?

─¡Tan… de repente y sin hacer ruido! ─Doumeki sólo lo observó sin responder. El menor sólo suspiro cansado─. Ya no importa. Tengo que regresar.

─¿Adónde? ─preguntaba el morocho con su ya usual “in-expresión”. <<De verdad quiero golpearlo muy fuerte en este momento…>> cavilaba Watanuki apretando furiosamente los puños.

─A mi casa.

─¿Por qué?

─¡Tengo que asearme!

─Puedes bañarte aquí.

─¿Y mi ropa?

─Puedes usar la mía.

─No me queda.

─No importa.

─¿Es que acaso no quieres que me vaya?

─No.

─¿Por qué?

─Tienes que hacer mi desayuno ─Watanuki se fue para atrás─. Ah, y Miku ─dijo dirigiéndose a la fantasma─, puedes quedarte aquí.

─Eres imposible… ─dijo el menor agachando la cabeza─. ¿Cómo fue que vine a enamorarme de este cabeza de melón? ─susurró Kimihiro para sí mismo.

─¡Hacen una pareja tan linda, Kimihiro-kun y Shizuka-kun! ─saltaba Miku completamente divertida y enternecida. A Watanuki la frase se le hizo similar de alguna parte…

 

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Después de que Watanuki se fuera lanzando improperios por haber sido obligado (según él) a hacer el desayuno a su glotón, Doumeki y Miku se quedaron a solas; Doumeki comiendo y Miku acompañándolo.

─¿No te preocupa, Shizuka-kun?

─¿El qué?

─¡Kimihiro-kun, por supuesto!

─¿Por qué iba a preocuparme?

─No lo sé…

─Si no lo sabes tú ¿Cómo lo voy a saber yo? ─Miku rió suavemente a la respuesta.

─Tienes razón ─contestó resignada.

─¿Tienes un mal presentimiento? ─inquirió el mayor sin despegar la mirada de su comida.

─No, no creo… ─contestó la otra tranquila.

─Hmp… ─lastimosamente, la chica sin ser consciente acababa de implantar cierto nerviosismo en el morocho. Se dedicó a saborear la comida ya que algo le decía que iban a tener un día movido.

 

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<<¡Al fin!>> suspiraba aliviado Watanuki mentalmente. Ya había terminado el bendito desayuno estilo americano que Yuuko-san le había pedido. Gracias a Dios que Mokona se encontraba dormida junto a las niñas. <<Ahora, sólo tengo que hacer la colada, tenderla, luego la limpieza, dejar listo el almuerzo y podré empezar a ayudar a Miku>>. Sujetó la bandeja de comida para dirigirse a servirla cuando…

─¿Impaciente? ─susurró Yuuko apareciendo de repente.

─¡¡¡Aaahhh!!! ─gritó Watanuki a punto de dejar caer la bandeja. Sin embargo, mantuvo el equilibrio a tiempo y no dejó caer nada. Estando seguro de que la comida estaba a salvo se dispuso a regañar a su jefa─. ¡Yuuko-san! ¡No haga cosas tan imprevistas! ¡Estuve a punto de botar todo!

─Sí, sí, sí… ─concedió Yuuko impaciente babeando por el atractivo desayuno.

─Vaya a sentarse Yuuko-san, ya le llevaré yo el sake ─dijo el moreno pacientemente mientras juntos se dirigían a esa pequeña grada en la que a Yuuko le gustaba sentarse.

─¡Wow, Watanuki! Andas de muy buen humor. ¿Acaso hiciste “cositas” con Doumeki-kun ayer? ─preguntó risueña y pícara.

─¡¡¡¿Cómo dice?!!!

─No seas tan escandaloso… ni tan tímido. Vamos, cuéntame, cuéntame… ─molestaba entretenida la bruja olvidándose por un segundo del sake y de la comida.

─¡No voy a responder eso! ─respondió Watanuki al tiempo que depositaba el desayuno a la par de Yuuko.

─¿Oh? ¿Conque así, eh? ¿Quieres que revise tu mente, querido? ─y sonrió siniestra─. Porque puedo hacerlo y lo sabes…

─¡Es que no hicimos nada! ─estalló completamente sonrojado el menor.

─¿De verdad? ─preguntó sinceramente extrañada la bruja─. Y yo que creí que iba a atacarte al nomás verte…

─Sólo voy a darle dos vasos de sake por eso, Yuuko-san ─murmuró Watanuki lo suficientemente claro como para que la otra lo escuchara.

─¡Malo! ─recriminó Yuuko haciendo un gracioso mohín.

Watanuki se dirigió a la bodega a traer el preciado sake. Una vez servido, Watanuki preguntó:

─Después de terminar los quehaceres ¿No me necesitará para nada más, Yuuko-san?

─¿Por qué preguntas Watanuki?

─Porque necesito apresurarme en ayudar a Miku ─dijo el muchacho con determinación.

─Creo que puedo apañármelas sola si algún cliente se presenta… Está bien, concedido: puedes retirarte luego de acabar.

─¿En serio? ─dijo sorprendido el moreno. Lo sorprendió el que Yuuko se desprendiese de sus servicios para ayudar a otro, pero pronto surgió otra idea─. Voy a hacer horas extras después de esto, ¿no es cierto?

─¡Claro! ─respondió la mayor alegremente. Watanuki suspiró, pero se apresuró a terminar sus tareas (que le llevarían la mañana y parte del mediodía), para volver al templo.

 

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Mientras iba caminando, iba tratando de trazar un plan para averiguar información de Miku. Si lo que había dicho su loca jefa era cierto, tendría que ir hasta dónde estaba retenido el cuerpo de la muerta.

─A ver, debo ir a la morgue ─cavilaba el joven nervioso. No le hacía mucha ilusión entrar a ese lugar. Exactamente ¿cómo tendría que hacer?─. Maldición, lo más que puedo hacer es esperar a que alguien llegue a traerla… ¡¿Pero cómo diablos voy a saber cuál de todos los cadáveres que sacan es el de ella?! ─ya había comenzado a jalarse los cabellos─. ¡¿Qué hago?! ¡¿Qué hago?! ─continuó repitiendo mientras contraía la cara de frustración.

─¡Yo tengo un plan! ─exclamó Miku apareciendo en sus narices. Dio un gritito de susto y retrocedió inconscientemente hasta que chocó fuertemente con algo. <<¡¿Pero qué le pasa a todo el mundo?! ¡Quieren que muera de un infarto!>> pensaba enojado Watanuki mientras seguía apoyado cómodamente en… ¿En qué había caído? Volteó y…

─¡Doumeki! ─el otro sólo lo miro, inexpresivo, como siempre─. ¿Qué hacen aquí?

─Shizuka-kun ya almorzó así que íbamos a buscarte.

─¿En serio? Eso es… Increíble… ¿Qué almorzaste? ─preguntó el menor retomando la marcha.

─Nada especial. Fui a un restaurante ─contestó el mayor con simpleza siguiendo a su novio.

─Me alegro. Ya era hora de que buscaras un lugar donde comer, ya que ni siquiera piensas cocinar por ti mismo. Aunque me imagino que tu comida es taaan mala que hasta a ti te da repelús comerla. No me imagino cómo sobrevives los días normales… ─hablaba el moreno incesantemente, sin embargo su mente lo traicionaba. Sentía un calorcito de enojo en su interior y no sabía a qué se debía. ¿Qué podría ser? ¿Exceso de trabajo? No, ya se había habituado a lidiar con todo lo que Yuuko le daba. ¿Tenía hambre? No, jamás se había molestado por cosas como esas y no iba a comenzar ahora. Además había aprovechado para comer mientras hacía el almuerzo de su jefa. ¿Qué más? ¿Qué podía tenerlo molesto?

Esperen un segundo… No podía ser… Claro que no. Era imposible que se sintiera celoso porque otra persona haya cocinado para el inútil de Doumeki…

¡¿Celoso?! ¡¿De dónde había salido eso?! ¡Era un idea ridícula! ¡No podía ser! ¡A él que le importaba cómo se alimentaba el idiota ése! ¡¿Cómo era capaz de molestarse por tonterías como esas?! ¡¿Es que acaso ver tanto espíritu, de verdad lo había trastornado?!

─Oye…

─¡No me digas “Oye”!

─Ibas poniendo unas caras muy graciosas.

─¿Ah? ─dijo Watanuki llevándose ambas manos a la cara.

─Sí. Parecía que ibas peleando contigo mismo.

─Tengo que dejar de hacer eso ─susurró Watanuki para sí. En eso se percató de que Doumeki lo seguía observando─. ¿Qué pasa? ¿Por qué me sigues mirando?

─Porque quiero y porque tengo derecho. Eres mi novio.

Y ahí estaba lo que más le asombraba… ¿Cómo demonios era capaz de decir semejantes cosas sin inmutarse siquiera?

─Muérete ─atinó a decir Watanuki avergonzado. Siguieron caminando en silencio (Miku levitando obviamente), hasta comenzar a alejarse del centro.

La comisaría local no estaba localizada muy cerca de la ciudad, sino un poco apartada. Al llegar, contemplaron un edificio extenso, de una sola planta, con paredes blancas y una estructura cuadrada que podría catalogarse de moderna. Un edificio que podría haber pasado por cualquier otra cosa de no ser porque justo encima de las puertas eléctricas se encontraba unas grandes letras azules resaltadas diciendo: “Comisaría de Policia”.

─Que moderno. Yo me imaginaba un lugar un poco viejo ─dijo la fantasma emocionada. <<¿Cómo se puede emocionar por todo?>> pensó Watanuki temeroso de entrar.

Doumeki sin mediar una sola palabra, emprendió la marcha para adentrarse al edificio. Los dos restantes siguieron al mayor. Al ingresar los chicos sintieron el frío del aire acondicionado, Miku no sintió ni pío. Vieron una limpia recepción, bastante amplia, con unas cuantas cómodas sillas posicionadas a la izquierda de ellos y al fondo, en una esquina cercana a un pasillo a la derecha, un escritorio rodeado por un murillo lo suficientemente alto como para impedir la vista a los documentos allí puestos.

─¿Y ahora? ─preguntó visiblemente nervioso Watanuki. Aún se encontraban cerca de la entrada.

─Te dije que tenía un plan, Kimihiro-kun ─dijo Miku─. Primero tengo que comprobar una cosa ─y se dirigió rápidamente al escritorio. Al comprobar, lo que sea que había comprobado, volvió con los chicos y les dijo:

─¡Perfecto! Es una chica y de remate es joven.

─¿Y eso de qué nos sirve? ─siguió preguntando el más bajo.

─Es algo esencial, Kimihiro-kun ─respondió ella sonriendo─, aunque creo que no importaba si hubiera sido un chico, siempre y cuando hubiera sido joven…

─Sigo sin entender.

─No te preocupes, ya lo harás. Ahora, ambos tienen que prometerme algo y lo tienen que hacer de corazón ─pronunció seria mirando a ambos con intensidad y con la actitud “profesional” que Yuuko usaba de vez en cuando.

─¿El qué? ─inquirió directo el más alto.

─Primero tú, Kimihiro-kun ─se dirigió la fémina a Watanuki. Este sólo asintió expectante a lo que Miku tenía que decirle─. Quiero que me prometas que oigas lo que oigas, veas lo que veas, pienses lo que pienses, sientas lo que sientas; no vas a decir nada ni vas a hacer nada mientras se realiza el plan… ¿Sí? ─pidió con un rostro anhelante.

─Claro… lo prometo ─prometió confuso Watanuki─. ¿Pero por qué…?

─Ya lo verás ─cortó Miku, volviéndose a Doumeki─. Shizuka-kun, quiero que me prometas que en el instante en que nos acerquemos a ese escritorio ─y lo señaló enérgicamente─, vas a hacer exactamente lo que yo te diga, sin rechistar ni pensar en porqué te digo que hagas eso, haciendo tu mejor esfuerzo por cumplirlo… ¿Sí?

─Sí ─respondió el aludido secamente─. Pero ¿Cómo estás tan segura de que tu plan funcionará?

─Hace poco descubrí que confío en mis ocurrencias… ─dijo ésta sonriendo coqueta─ Y que se puede confiar en el atractivo de Shizuka-kun…

─¿A qué te refieres? ─insistió el morocho con un tono de voz más duro.

─No importa ─atajó Miku de inmediato, cortando todo tipo de replica─. Muy bien, cumplidos los requisitos podemos empezar ─dijo sonriendo picarona mientras brillaba en sus ojos un destello travieso que a Doumeki no le gustó para nada.

 

Notas finales:

Espero de todo corazón que les haya gustado.

Y pues... ¡¡¡Levante la mano el o la que se quedó picado!!!

[cri, cri, cri, cri, cri, cri, cri, cri...]

Está bien, no... ( T-T )

Pero para el que sí se quedó picado, dejenme decirles que si no recibo MUCHOS rr no voy a actualizar en un buen tiempo. Así que si no ven la actualización en un lapso de tiempo muy largo y querían saber cómo continuaba; saben que la culpa no la tendré yo. La tendrán sus querídismos compañeros lectores que no dejan rr...

Sé que hay muchos que no me creen, y tiene todo el derecho de no creerme. Pero... ¿tienen la más ligera idea de lo feliz que hacen a un escritor al dejarle un comentario? ¿La tienen? No, no la tienen porque de tener la más ligera idea lo harían sin siquiera pensar.

No digo más...

¡¡¡Hasta pronto!!!

 

15/03/12...

Me encontré esta imagen hoy en Internet y parece que fue hecha pensando en éste capítulo... ( >///< )


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