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¿Como sobrevivir al pasado? por Susurro enoquiano

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Notas del capitulo:

Hola, espero y recuerden este fic, no lo dejare de lado, pero me e tardado por que mi beta está enfermita y sigue en rehabilitacion, mandemosle buenas vibras a Kallen para que se reponga pronto y pueda volver a publicar, tanto ella como yo.

Copy Rigth: Naruto y sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto.

Eran casi las cinco de la mañana cuando llegó hasta la casa que compartiría con sus hermanos, era de una sola planta, pero  bastante amplia, con cinco recamaras, tres baños completos, la sala y el comedor, además de una equipada biblioteca que fungía también como despacho de su hermano mayor. Habían puesto a la venta la residencia que sus padres les heredaron, pues Kankuro y Temari consiguieron trabajo fuera de Suna.

Él jamás pensó que tendría que regresar a vivir con ellos, como cuando era pequeño, pero la vida le había puesto en esa situación y francamente se sentía respaldado por sus hermanos, ahora que los necesitaba mas que nunca. Tan pronto le había dicho a Temari sobre su embarazo, ésta salió directo hacia Konoha según ella para asistirlo durante todo ese tiempo.

Temari condujo casi toda la noche y llegaron de Madrugada, la rubia le mandó a su habitación diciéndole que no se preocupara por nada, que debía descansar y que cuando el desayuno estuviera listo, iría a por él, o se lo llevaría a la cama; él estaba realmente agotado, física y emocionalmente,  por lo que no rebatió ninguna de las ordenes de la rubia, tomó una de las maletas donde sabia que su pijama iba metida y se encerró en la recamara.

Cogió la ropa de dormir, era de franela calientita, dos piezas, pantalón y camisa de botones,  se colocó la parte inferior y fue hasta el baño a lavarse los dientes, llevaba el torso descubierto y al llegar al espejo se quedó unos instantes observando su imagen; su piel lucia unos cuantos chupones hechos por Naruto, en esta ocasión tenia demasiados, el rubio se la pasó marcándolo prácticamente completo.

Tocó el mas grande de todos, que estaba sobre su cuello, recordaba perfectamente el momento en el que el ojiazul se lo había hecho, eso le provocó que una lagrima saliera rodando por su mejilla.

 

*- * Flash Back *-*

 

-¿Estas listo Gaara? Ya hemos trabajado suficiente por hoy, te llevo a casa.

-Gracias Sai – contestó el pelirrojo tomando sus cosas para salir junto a su socio  – pero si me haces favor, prefiero que me acerques a la oficina de Naruto, quiero invitarle a cenar hoy, tengo algo muy importante que decirle.

-Oh, ¿tendrán una cena romántica? – preguntó con su acostumbrada voz monocorde, el pelirrojo se sonrojó, pero asintió quedamente. – está bien, te llevo a donde quieras.

 

Naruto era  licenciado en relaciones publicas y tenia su pequeña empresa no  muy lejos del edificio en el que Gaara trabajaba y salían casi a la misma hora, por lo que al pelirrojo le pareció muy prudente pasar por él y de ahí llevárselo al restauran que tanto le gustaba, era una ocasión especial, pues le diría a su rubio compañero que estaba esperando un hijo suyo; imaginar la cara de felicidad que pondría el de ojos cielo le llenaba de calidez el pecho;  aunque no había consultado con Naruto el quedarse embarazado, sabia que no habría problema, el Namikaze amaba a los niños y ahora que tendrían uno propio, su relación sería mejor que nunca.

Sai estaba por aparcar el auto cuando escuchó un gemido ahogado por parte de Gaara, prestó atención a su acompañante y vio en él una mueca de dolor y desilusión, eso le extrañó demasiado, y por instinto volteó hacia donde los ojos del pelirrojo veían; frente a ellos, Naruto salía de la oficina, o mejor dicho, estaba parado fuera de la oficina, besándose apasionadamente con un azabache.

-¿Es… Sasuke? – preguntó el ojinegro con curiosidad.

-Sai – intentó hablar sin  que la voz se le quebrara – por favor llévame a casa.

-Pero Gaara ¿No le dirás nada? – el aludido no podía articular palabra, se sentía mareado  y le dolía demasiado el pecho.

Sai al no obtener respuesta, no le quedó más que seguir las instrucciones de su amigo, aunque se moría de ganas por bajar y partirle la cara a los dos que en ese momento dejaban de besarse, sin percatarse de su  presencia.

El pelinegro había escuchado rumores sobre el regreso de Sasuke, pero sabía lo delicado que era el tema para su compañero de trabajo, a pesar de no haber conseguido que el Sabaku saliera con él, aun así se decidió por ser su amigo y apoyo, jamás creyó que Naruto le jugara algo así al pelirrojo, él había charlado varias veces con el rubio, y éste le había asegurado amar a Gaara profundamente, es por eso que esta escena le brincaba mucho a su lógica.

El camino a la casa de Gaara fue demasiado callado, el pelirrojo se hundió en sus propios pensamientos e ignoró por completo a Sai hasta que se estacionó frente a la puerta.

-Gaara ¿Quieres que te acompañe por un rato? – ofreció de buena voluntad.

-No, Sai, gracias, pero creo que esto tengo que afrontarlo yo solo – pronunció con voz ahogada, mientras iba bajando del auto.

-Esta bien, pero recuerda que estoy ahí para lo que sea.

Gaara simplemente asintió y caminó hasta la puerta, metió la llave y giró para entrar en la casa.

No sabia que pensar, el mundo se le estaba cayendo a pedazos, todo parecía como un mal chiste; sus planes, ya no podrían ser. Sasuke, él lo cambiaba todo, la que sería su velada perfecta ahora se veía reducida a cenizas, y sus esperanzas de crear una familia con el rubio, de convertirse en su compañero de vida se diluían a velocidad inusitada.

Le dolía, terriblemente, tanto que casi no podía respirar, pero no lloraría, no ahora, lo que debía hacer, era empacar sus maletas y hablarle a su hermana que afortunadamente se encontraba en Konoha para que pasara por él. No reclamaría nada a Naruto, sabía que no era su culpa, en el fondo el rubio era muy noble, comprendía que no estaba en sus manos el amarle a él y no al Uchiha.

Decidido buscó las maletas y comenzó a empacar;  estaba por terminar cuando escuchó la puerta del departamento abrirse, imaginando quien era y queriendo evitar cualquier tipo de rose, se apresuró a ocultar las maletas, tal vez el rubio sólo venía a asearse y luego se marcharía poniendo cualquier pretexto.

-Gaa-chan – llamó la voz cantarina desde la entrada, extrañamente con una alegría muy marcada en la voz.

El pelirrojo tragó saliva, no debía mostrar su dolor, no soportaría la lastima de su rubio, no quería escuchar escusas ni nada parecido, así que fingiría para marcharse con la poca dignidad que le quedaba en ese momento; sólo que nunca se imaginó lo que sucedería a continuación.

-Aquí estoy – contestó – en la recamara.

Unos segundos después y un rubio con una sonrisa deslumbrante aparecía recargándose en el marco de la puerta, Gaara hacia como si estuviera acomodando algo en el closet y se volteó para verlo de frente.

-¿Cómo te fue hoy? – preguntó el pelirrojo con naturalidad.

-Muy bien – le respondió acercándose a él, con mirada depredadora – pero te extrañe mucho – Gaara bajó la mirada escondiendo una mueca de dolor, mientras el ojiazul le tomaba por la cintura y comenzaba a besarle el cuello.

-Na… Naruto – susurró desconcertado, no entendía lo que pasaba ¿Por qué el rubio lo besaba si apenas minutos atrás había estado con el Uchiha? ¿Se podía ser tan descarado? ¿Por qué pretendía que no pasaba nada malo entre ellos?

Naruto seguía besando aquella piel, y acariciando la espalda de su pareja, subiendo y bajando por toda la superficie y deteniéndose en los bien formados glúteos, parecía ansioso, como si deseara comérselo en un instante.

-Naruto... ¿Qué te pasa? – preguntó ahogando un gemido, aunque quisiera resistirse, su cuerpo no se lo permitía, debido al embarazo se encontraba mas sensible y su piel respondía al mínimo contacto de su pareja.

-Nada – contestó en medio de los besos que iba dejando, mientras sus manos se encargaban de desnudar al otro con maestría – sólo tengo ganas de ti, eres tan hermoso, quiero tenerte, saciarme de ti. – diciendo eso, le arrastró hasta la cama y terminó de desnudarle.

-Humm estos se ven algo diferentes – mencionó con curiosidad, palpando los rosados pezones del pelirrojo, Gaara suspiro audiblemente al sentir la caricia, esa parte de su cuerpo estaba hipersensible – se ven como… más gorditos y rojitos – comenzó a chuparlos – me encantan.

-Ngn – gimió Gaara retorciéndose, sintiendo las oleadas de placer.

Era vergonzoso,  hubiera dicho algo, se habría resistido, pero no podía, le amaba, se derretía con cada mirada y cada beso, el toque de sus manos era como hierro candente sobre su cuerpo;  había aguantado ya demasiado en el pasado, el permitir que Naruto le utilizara de una u otra manera ¿Qué daño podría representar el dejarse usar nuevamente?

Pensando en eso y en su amor por el rubio, se abandonó a las caricias, a que el Namikaze lo marcara como lo había hecho ya tantas veces, permitió que le hiciera suyo nuevamente, que lo tomara desesperadamente y no se quejó cuando lo penetró sin haberlo preparado adecuadamente, el dolor corporal no era nada parecido al que sentía emocionalmente, nunca podría compararlos.

Mantenía sus ojos abiertos, grabando en su memoria las facciones de su ángel en su memoria, el placer le atravesaba el rostro y era delicioso verle así, sudando y gimiendo mientras le embestía con fuerza, él sólo podía aferrársele a la espalda, con manos y piernas, queriendo mantenerle dentro de él, quizás por siempre; mentiría si dijera que no disfrutó del acto, llegó al éxtasis y sintió como Naruto se derramó dentro de él, hubiese sido la mejor de las despedidas, pero como siempre, había algo que arruinaba la perfección.

-Sasuke – susurró el rubio al llegar al final.

Gaara se tensó al escuchar ese nombre sobre su oído, aflojó el agarre y giró su rostro a un lado, ocultando la desilusión en su rostro, tragándose las ganas de llorar ¿Por qué le hacia esto? ¿Por qué lo tomaba si estaba pensando en el otro? ¿Es acaso que sólo cumplía el rol de puta en su cama?

El rubio salió de su cuerpo con delicadeza, sin prestar mucha atención a la expresión de tristeza en el rostro de Gaara.

-Fue increíble – musitó dejando un suave beso en la frente del pelirrojo – ,eres increíble – terminó dejándose caer a su lado, con el pecho pegado al colchón, aun manteniendo un ligero agarre sobre la cintura del otro.

-Voy al baño – susurró el Sabaku deshaciéndose del brazo de su acompañante.

Se levantó con un poco de dificultad, aguantándose un quejido, Naruto había sido muy bruto con él, como lo era siempre que pensaba en el azabache y terminaba por hacerle el amor, dolía aceptar la realidad, pero no era la primera vez que le sucedía eso, el que le susurrara el nombre del otro al terminar no era tan común, pero tampoco es como si no hubiera pasado antes.

Al entrar al baño cerró la puerta tras de si y se recargó echando la cabeza hacia atrás; era muy difícil controlar los sollozos y estuvo a punto de dejarse caer, pero instintivamente llevó ambas manos a su vientre y se controló. Si Naruto fuera mas observador se habría dado cuenta de su embarazo, pues acababa de cumplir los tres meses y su pancita estaba ya dura y los abdominales habían desaparecido por completo; el obstetra le había recomendado esperar para darle la noticia a su pareja, y él había estado de acuerdo, el primer trimestre era riesgoso y no quería ilusionarlo hasta estar seguro de que todo iría bien.

Un poco mas calmado abrió la regadera y se dio un rápido baño, luego salió envuelto en una toalla y dirigió su mirada a la cama; Naruto dormía plácidamente, sin ningún cargo de conciencia.

Tratando de hacer el menor ruido, buscó en su maleta un cambio de ropa y se vistió, enseguida tomó su móvil y se encerró de nuevo en el baño, marcó el numero de Temari y le contó en susurros lo que había pasado con Sasuke, omitió la parte del sexo rudo y le pidió que pasara a buscarle, aconsejándole que le mandara un mensaje de texto cuando se encontrara al frente de su puerta; colgó la llamada y salió del baño, dirigiéndose a la cama, se tumbó de costado, observando con añoranza la dormida figura del rubio, fueron varios minutos en esa posición, rememorando el pasado y cuestionándose algunas cosas hasta que sintió su móvil vibrar, anunciándole un mensaje, lo leyó y supo que Temari le esperaba fuera.

Era el momento de irse, dejar todo atrás y salir adelante.

 

*-* Fin del flash back *-*

 Terminó de asearse y volvió a la recamara; tomó la camisa del pijama y se la puso; levantó las mantas y se cubrió con ellas, acomodándose de costado para coger sueño, estaba cansado, sólo quería cerrar los ojos y descansar, pensar que tal vez al despertar su amarga realidad no terminara de hundirlo, debía tener esperanza, después de todo no estaba solo, tenia a sus hermano y lo mas importante, tendría a su bebito, sólo por él ya valía la pena vivir.

-Estaremos bien – susurró acariciando su vientre – te prometo que hare todo para que tu si seas feliz. – cerró los ojos y se abandonó al sueño.

Descansar, eso era lo que debía hacer por ahora, un paso a la vez, no tendrían a Naruto en sus vidas, pero aun así saldrían adelante.

 

 

Continuara...

Notas finales:

Como les dije en un inicio, mi retrazo se debe a la mala salud de Kallen, ella quería que yo publicara antes o que consiguiera otra beta, pero realmente ella es aparte de buena, una gran amiga y yo no tengo confianza con nadie mas, como dato les informo que en estos días habra actualizacion de ¿Casados pero cuando? ella me aseguró que pronto lo haria.

Pasando a otra cosa, la ley SOPA me tiene muy preocupada, levantemos la voz y unamonos a las campañas en contra de esto, si saben de alguna pagina donde se pueda votar o algo asi, les agradecería que me lo hicieran saber.

Sin mas, me despido y espero les guste el capitulo, en el proximo, abarcare las reacciones de Naruto al enterarse de la partida de Gaa-chan y veremos que hace por recuperarlo, por que creanme, es tonto, pero ama a Gaa-chan ya lo veran

Sayo...


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