Edward escuchó los ligeros golpes en su puerta más no se movió. No tenía fuerzas para nada y sabía que si hubiera sido algo realmente urgente no se hubieran molestado en tocar.
“Edward” escuchó la voz de Jasper “Vamos, solo quiero hablar contigo”
-Lárgate- masculló el vampiro apretando los dientes.
“Alice ya me lo dijo” continuó Jasper “Es un asunto que nos concierne a ambos, así que mejor abre la maldita puerta antes de que decida tirarla”
-¿No te parece que si quisiera hablar contigo ya lo había hecho?- preguntó Edward con cierta ironía en la voz.
-¿Y a ti no te parece que si Alice lo sigue viendo es porque estas haciendo algo para que eso pase?- Jasper comenzaba a desesperarse. Intentó abrir la puerta sin romperla, pero Edward rápidamente se puso de pie y corrió el seguro, consciente de que Jasper realmente no intentaría tirar la puerta- Maldita sea Edward, tampoco es como si yo quisiera terminar contigo.
El shock que las palabras de Jasper le produjeron a Edward fue reforzado por la patada en la puerta que el rubio dio antes de caminar, molesto, escaleras abajo.
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-Alice mira esto- gritó Bella columpiándose en una gran rama, antes de dejarse caer quince metros más lejos. Alice se apresuró a darle alcance, seguida de cerca por Carlisle.
-Increíble- murmuró el vampiro- Tienes unos reflejos sorprendentes, no había visto a nadie comportarse de esta manera antes.
Bella sonrió radiantemente, sin embargo su sonrisa desapareció cuando alzó la mirada. Alice sabía lo que veía.
-No te preocupes por él- le dijo- Todo va a salir bien.
-Lo sé- dijo Bella tomando su mano- Vamos a cazar.
Cuando ambas chicas desaparecieron tras los arboles Carlisle escuchó pisadas a sus espaldas.
-¿Hablaste con él?- preguntó, dándose la vuelta para encarar a Jasper. El rubio negó con la cabeza, suspirando molesto.
-No quiere escucharme
-No quiere aceptar que Alice tiene razón- lo corrigió Carlisle suavemente- Ustedes dos han tenido una conexión desde el principio
-Sabes que no es cierto- dijo Jasper frunciendo el entrecejo- Él ha estado enojado conmigo desde que intenté atacar a Bella.
-Porque sé que tienes más control que eso- se escuchó a sus espaldas. “Tardaste en intervenir” pensó Carlisle, sonriendo “No puedes seguirlo aplazando”Edward suspiró y miró a Jasper- Tienes razón, debemos hablar.
Jasper asintió sin ninguna expresión en el rostro y siguió a Edward a través del bosque. En cuanto se fueron, Esme apareció en la puerta y se acercó lentamente a Carlisle.
-Todo va a estar bien, ¿cierto?- preguntó sin poder esconder su angustia. Carlisle rodeó suavemente el cuerpo de su esposa y la besó en la mejilla.
-Con un poco de suerte, si.
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-Entonces realmente le crees a Alice- dijo Edward en cuanto llegaron a su prado. Jasper se había sorprendido de que lo llevara ahí, porque hasta donde tenía entendido ese era una especie de lugar sagrado para él.
-He creído en todo lo que ella ha dicho- murmuró Jasper- y por más que lo intento no puedo evitar hacerlo ahora.
Edward lo miró de una forma extraña, intentando averiguar toda la verdad tras las palabras de Jasper. Jasper contuvo el aliento, sabiendo que en cuanto Edward viera lo que llevaba pensando desde hacía tiempo no podría hacer nada para detenerlo.
Efectivamente, a Edward le llevo un momento captar los tenues vistazos de los pensamientos de Jasper (quien intentaba no pensar en nada) y se quedó sorprendido al ver que varios tenían que ver con ellos.
-¿Realmente quieres intentarlo?- preguntó sin aliento. Jasper no lo miró- Dijiste que no querías terminar conmigo…
-¿Pero cuándo se ha equivocado Edward?- preguntó en voz baja- Si esto estaba destinado a ser mejor…
-No Jazz- murmuró Edward dando un paso hacía atrás, involuntariamente. Jasper suspiró.
-Si no hubieras pensado en eso no me habrías traído aquí- dijo clavando su mirada en los ojos de Edward. Jasper negó con la cabeza y comenzó a caminar de vuelta a la casa.
-Jasper- lo llamó Edward.
-Olvídalo, se lo que estas sintiendo en este momento, no quiero que lo hagas por lastima.
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Edward podía verlas a pesar de que estaba de espaldas a la ventana. Desde hacía algunos días Alice y Bella habían adoptado la costumbre de sentarse en el jardín trasero cuando los últimos rayos de sol desaparecían.
Eso había plantado dudas en Edward. Ellas parecían tan felices con ese simple acto, estando una al lado de la otra, que el vampiro ya había comenzado a pensar que en realidad Alice era mejor que él para Bella. Pero al pensar en eso no podía evitar que sus pensamientos volaran hacia Jasper.
El rubio había estado evitándolo desde su discusión y no parecía muy dispuesto a querer volver a hablar con Edward. Sin embargo él podía escuchar que sus pensamientos seguían centrados en la visión de Alice.
En la visión que cada vez estaba tentando más a Edward.
Por mucho que la idea de estar junto Jasper fuera ahora más fuerte, Edward no se sentía seguro de poder hacerlo. Y es que por muchos años Edward había pensado en Jasper como su hermano.
Desafortunadamente para él, esa definición poco a poco se estaba borrando del cerebro de su cerebro y ahora se preguntaba cómo era posible que nunca hubiera notado lo bien que el cabello rubio de Jasper se veía cuando corría a toda velocidad y el viento lo despeinaba, o por qué no había sido capaz de descubrir ese brillo de satisfacción en la mirada del otro cuando vencía a los demás en una partida de ajedrez.
Últimamente se había descubierto a si mismo dejándose ganar para poder ver esa mirada, pero cuando Jasper se dio cuenta de eso también dejó de jugar con él. Y Edward se había maldecido por haber dejado ir la última oportunidad que tenía de pasar tiempo con el rubio.
-¿Tienes idea de lo ridículo que es todo esto?- gruño Emmett al otro lado de la habitación al notar a su hermano mirando fijamente en su dirección, escuchando atentamente los pasos que venían del piso superior completamente inconsciente de que el otro estaba ahí.- Si quieres hablar con él solo hazlo.
Edward no pudo evitar poner los ojos en blanco.
-¿No has notado que el problema es que él no quiere hablar conmigo?
-Por favor,- bufó el otro- ¿cuándo te ha detenido eso? Ustedes dos podrían haber estado cogiendo desde hace mucho…
En ese momento Edward deseó poder estrangular a Emmett, sin embargo ese deseo estuvo muy lejos de materializarse. Edward vio la imagen casi al mismo tiempo que Alice, antes que esta estallara en carcajadas y Edward sintiera ganas de enterrarse en la tierra.
-¿Qué ocurre Alice?- preguntó Bella, frunciendo ligeramente el ceño. Alice miró brevemente hacia Edward antes de responder.
-Nada… aún.
Entonces Emmett sonrió socarronamente.
-Ya era hora…
-¡Con un demonio!- escucharon a Jasper gritar desde su habitación.- ¿Podrían dejar eso?
Edward no pudo evitar sonreír ante el tono molesto en la voz del rubio y la vergüenza en sus pensamientos.
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-Vamos Jasper, solo quiero hablar contigo…
“¡Me niego completamente a hacerlo!”
-Emmett no dirá nada, lo prometió…
“No me interesa, me niego a salir de aquí si él está en casa…”
-No sabía que eras tan diva- bufó Emmett desde el piso inferior.
-¿Podrías largarte? ¿Rosalie y tú no tienen casas que destruir?
-Esto es mucho más divertido- Edward pudo imaginar la sonrisa en los labios de su hermano así como a Rosalie poniendo los ojos en blanco.
De pronto, los ligeros pasos de Alice y Bella se escucharon en el piso de la sala.
-Necesitan privacidad- dijo Alice, evidentemente sonriendo- ¿Qué me dices de ir por ese vestido azul de la otra vez, Rose?
Rosalie se puso de pie y siguió a Alice (y a Carlisle y a Esme) hacia el auto.
-¿Tengo que ir?- preguntó Emmett.- Pero si ya casi llegaba a lo interesante.
-Tonterías- dijo Bella- No me obligues a cargarte hasta el auto Emmett.
El vampiro bufó antes de arrastrar los pies hacia la entrada.
-Suerte…- murmuró Bella antes de cerrar la puerta tras de sí. Edward contuvo el aliento unos segundos hasta que escuchó que el auto se marchaba.
-Listo, se han ido… ¿Hablarás conmigo ahora?
Tuvo que pasar antes de que Jasper pudiera convencerse de hacerlo y abrir la puerta. Edward entro lentamente y encontró al rubio sentado en el alféizar de la ventana, mirando hacia el exterior mientras Edward se sentaba en la cama.
-Te ha hecho dudar ¿cierto?- murmuró Jasper sin mirarlo.
-Tú me has hecho dudar…- respondió Edward.- Todo esto ha sido muy confuso, aún sigo sin entenderlo… No sé si algún día pueda hacerlo.
-Ella tenía razón…
-Lo sé.
-¿Y ahora qué hacemos?
-No lo sé…
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-Dios mío, Edward- exclamó Alice exasperada- Los dejamos solos para que intentaran hacer funcionar las cosas, no para que siguieran igual que antes.
-No seguimos igual que antes- discrepó el vampiro, sonriendo inconscientemente- Ahora me habla de nuevo.
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El bosque se agitó ante una súbita ráfaga de aire producida por dos figuras que lo atravesaron a toda velocidad. Ambos tenían la mirada fija en el otro y se esforzaban a cada zancada en avanzar cada vez más, pero evidentemente Jasper no era rival para Edward.
-Te lo dije- exclamó este en cuando el rubio y él llegaron al claro. Jasper puso los ojos en blanco.
-¿Algo más que quieras probar Edward?- preguntó dejándose caer de espaldas en el pasto.
Ambos sabían que el cambio seguía su curso. Era imposible detenerlo, ninguno de los dos quería hacerlo. Edward sabía que Jasper lo quería, Jasper sentía lo que Edward necesitaba.
El beso fue tan fugaz que Jasper se habría preguntado si no lo había imaginado a no ser que el rostro de Edward seguía cerca del suyo cuando lo miró.
-¿Eso es todo?- preguntó el rubio enarcando la ceja.- Creo que puedes hacer algo mejor…
Edward sonrió.
-Pero si apenas estoy comenzando- respondió antes de estampar sus labios contra los de Jasper.
En ese momento se sintieron completos. Algo que había estado faltando por fin encajaba en su lugar y no pasó mucho antes de que Edward presionara la espalda de Jasper contra el suelo…
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-Carlisle, no puedes estar hablando enserio- dijo Jasper, pareciendo de pronto más pálido pese a que Edward sabía que era imposible.
-¿Pero de qué hablas Jazz?- dijo frunciendo el ceño- Si Alice lo dijo…
“Tal vez no haya sido así…” escuchó los pensamientos de Alice desde la otra habitación. Un breve recuento de su conversación centelleo en la mente de Edward y este pudo verificar que, efectivamente, la vampiresa nunca había mencionado nada de su embarazo a Jasper.
-¡Alice!- gruño el rubio, intentando ponerse de pie de la camilla donde Carlisle estaba examinándolo, siendo inmediatamente detenido por Edward. A través de la puerta abierta se pudo escuchar la carcajada de Emmett.
-Es fascinante que tu cuerpo tenga la capacidad de procrear- dijo Carlisle con un brillo cercano al fanatismo en los ojos- Este tipo de mutación de genes es extremadamente inusual y además, precedida por tu condición vampírica… Estamos apreciando un suceso realmente histórico.
Jasper ocultó su rostro entre sus manos, completamente avergonzado.
“Te culpo por esto…”
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Edward no sabía mucho de embarazos y mucho menos sabía cómo cuidar de un hombre embarazado.
Carlisle revisaba cada tres horas el desarrollo del bebé que afortunadamente parecía estar transcurriendo sin problemas. Desafortunadamente, si de por si Jasper ya estaba tenso, en esos momentos parecía perder la poca paciencia que tenía.
Lo peor del asunto era que su estado hacía que su habilidad de controlar las emociones se disparara y había ocasionado que incluso Esme comenzara a discutir con todos por absolutamente cualquier cosa.
Afortunadamente Alice aún podía prever esos ataques pero aún así todos, a excepción de Edward, Carlisle y ella, habían decidido salir de la casa momentáneamente.
-¿Y han pensado en algún nombre?- preguntó Alice mientras sostenía la mano de Jasper en sustitución de Edward. El rubio estaba demasiado hormonal y parecía que en cualquier momento le arrancaría un miembro a Edward.
-No realmente- respondió Jasper mientras inconscientemente acariciaba su abultado vientre. Sin embargo Edward sabía que no era verdad, pero el rubio no se atrevía a expresar sus pensamientos acerca del tema.
-¿Puedes ver que será, Alice?- preguntó Edward al otro lado de la habitación, mirando fijamente a su pareja. Alice sonrió levemente y miró a Jasper.
-¿Quieres saberlo?- Jasper pareció pensárselo un instante antes de asentir levemente- Una niña…
Edward no estuvo seguro pero le pareció que los ojos de Jasper comenzaban a brillar.
De pronto la expresión de Alice se volvió blanca y la misma escena que ella le había mostrado hacía unos meses centelleó de nuevo en su mente. Solo que esa vez había algo ligeramente diferente
-María…- llamó Jasper a la pequeña en brazos de Rosalie. La niña se volteó hacía ellos, sonriendo levemente. Su rostro tenía las facciones de Edward mientras que su cabello rubio centellaba bajo el sol igual que el de Jasper…
Desde su posición en el sillón, Jasper miró alternadamente a Alice y a Edward quienes se encontraban absortos mirando la escena, antes de fruncir el ceño.
-¿Está todo bien?- preguntó con desconfianza, ya que al fallar sus habilidades no sabía cómo interpretar su silencio. Alice sonrió mientras asentía al mismo tiempo que Edward se acercaba a él y lo besaba suavemente en los labios.
-Sí, ahora todo está bien…
Ahora sus vidas podían continuar su curso hacía la eternidad, después de mucho tiempo habían encontrado el rumbo correcto junto a la persona correcta.